Shayla

Continua en encuentro entre un amo y su putita. Esta vez en el hotel.

Para todos aquellos que me han dado su apoyo, y a todos los que siempre me han dado ánimos. Y para ella, la mas bella, aquella a la que mi sombra visita cada noche para vigilar su sueño.Espero sus comentarios para poder mejorar poco a poco.

Caminas dos pasos por delante de mí, me apetece verte el culo contoneándose descaradamente. Se que nadie mas que yo se da cuenta que tus movimientos son algo mas exagerados de lo normal por culpa de todo lo que llevas en tus agujeros. Cuando llegamos al parque te digo que te sientes en un banco, yo me siento a tu lado. No decimos nada, yo fumo mientras observo como tú mantienes la mirada baja. En mi cara se dibuja una sonrisa que será difícil de quitar.

  • Engancha esto en el aro de las bolas chinas-

Levantas la mirada asombrada y sonrojada, te he dado el enganche de unas llaves atado a un trozo de pita de pescar. De las bolas chinas que tienes en el coño sobresale un trozo de cuerda con un aro al final, por eso las elegí en el sex shop. Te colocas el enganche como te he dicho y vuelves a bajar la cabeza. Me levanto y tú me imitas.

  • Por tu bien que no se te salgan, sino pagaras las consecuencias-

Comienzo a caminar tirando del trozo de pita, trozo que solo los más observadores pueden ver. De vez en cuando doy un tirón seco haciéndote llevar la pelvis hacia delante de forma exagerada y así evitar que se salgan las bolas chinas del todo. Desgraciadamente para ti, tengo toda la intención de hacer que se salgan para poder castigarte, aunque claro eso no lo sabes. Al final como yo quiero y tras cinco intentos las bolas se sueltan cayendo sobre la acera. Tú te quedas blanca, rezando para que la gente no haya escuchado nada, ves como algunos se giran, pero yo soy mas rápido y con un gesto de muñeca las hago elevarse hasta mis manos para esconderlas en la bolsa. No se si han llegado a ver lo que era, pero si tu cara roja.

  • Te lo advertí-

Sin decir nada más sigo caminando hacia el hotel. Continúas caminado dos pasos por detrás de mí, hasta que te hago una señal para que te camines a mi lado. Cuando llegamos al hotel un botones nos indica la habitación ya que solo dejé las maletas en recepción. Con un gesto te indico que lleves tú las dos maletas. Llegamos a la habitación:

  • De rodillas putita-

Sueltas las maletas y te arrodillas. Cojo las maletas y empiezo a colgar toda la ropa en el armario. Te dije que tú no trajeras nada, que yo llevaría toda la ropa que podrías necesitar. Al comenzar a sacar tu ropa te miro, tus ojos no se han apartado de mi espalda, al ver mi cara de enfado bajas la mirada.

  • A cuatro patas, ve al baño y dúchate, no cierres la puerta. Cuando termines hazte dos trenzas, píntate los labios de rojo y colorete, los parpados chillones. - Te digo mientras te paso un neceser.

Vas caminando como te he dicho y entras en el baño, te observo mientras te denudas y te metes en la ducha. Saco tu ropa y la cuelgo en el armario, todo salvo lo que quiero que te pongas. Cuando terminas de ducharte comienzas a secarte la larga cabellera, te llevara un rato así que aprovecho para ducharme y poder quitarme el sudor del viaje. Tu me miras de reojo mientras te secas, cuando termino te mando secarme con una toalla caliente, tu lo haces con dedicación. Comienzas por la cabeza y la cara, vas bajando poco a poco por los hombros y el pecho, la espalda, te arrodillas para secarme las piernas. Al secarme la entrepierna no puedes evitar darle un dulce beso, por lo que te ganas una leve bofetada.

  • No te he dado permiso puta-

  • Perdona Amo, no pude resistirme-

  • Pues mas vale que lo hagas, sino te haré comprender cual es tu lugar. Y termina de una vez-

-Si Amo-

Salgo del baño con una bata cubriendo mi cuerpo, coloco el pestillo. Me sirvo una copa del mueble bar y me enciendo un cigarro mientras miro por la ventana desde un sofá, miro el reloj, las 9:07. Me pierdo en mis pensamientos, y cuando vuelvo a la realidad veo que estas de pie junto a la puerta del baño, vestida con la ropa que deje encima de la cama para ti.

  • Estoy sorprendido, no te escuche entrar.-

  • Estabas concentrado y no quise molestarte, y al ver la ropa supuse que querrías que me la pusiera para ti. ¿Hice mal?-

  • No, por esta vez esta bien. Déjame verte.-

La camisa blanca te queda tan prieta y escotada como esperaba, los botones parecen apunto de reventar por la presión de tus pechos. La falda de cuadros te llega hasta casi las rodillas, dejando al descubierto cinco centímetros de piel, ya que el resto de tus piernas están cubiertas por unas medias blancas, en tus pies unos zapatos negros de charol.

  • Estas preciosa putita.- Digo mientras se dibuja una sonrisa en mis labios.

  • Parezco una puta quinceañera.-

  • Mi puta quinceañera querrás decir-

  • Si Amo, tú puta quinceañera-

  • Baila para mí-

Comienzas a bailar para mí, tu cuerpo se contonea de una manera deliciosa para los ojos de un hombre, mi miembro reacciona casi en el acto al ver como mueves el culo de forma provocativa. Se que quieres excitarme, y lo estas consiguiendo. Me abro la bata y me acaricio el músculo erecto. Tú al verme sonríes y te contoneas aun más provocativamente.

Dándome la espalda te inclinas, llevas unas bragas con un osito las cuales veo cubrir tus nalgas cuando te levantas levemente la falda, sabes que me pierde tu culo putita.

  • De rodillas- Obedeces al instante- Acércate-

Vienes gateando hasta mis pies, sabes perfectamente que debes hacer, así que inmediatamente coges mi verga y comienzas a besarla en la punta. Muy despacio empiezas a introducirla en la boca mientras mueves la lengua. De manera progresiva la vas metiendo cada vez más en la boca. Tus labios se cierran con fuerza cada vez que la sacas al hacer movimientos ascendentes y descendentes.

Te sujeto de la cabeza y te voy marcando el ritmo, hasta que termino por ser yo quien me muevo. Me coloco de pie y sujetándote con fuerza la cabeza comienzo a follarme tu boca. Poco a poco la voy metiendo cada vez mas, cuando quedan dos centímetros veo como cierras los ojos al sentir como te llega al fondo de la garganta, aun así sigo metiéndola cada vez un poco más. Por tu cara veo que sufres cada vez que entra entera en tu garganta, sin embargo no intentas alejarte de mí, sino que te quedas quieta sumisamente, hasta que entre jadeos termino en el fondo de tu garganta mientras te aprieto la cabeza contra mi pelvis. Tu intentas tragártelo todo, pero aun así un pequeño hilillo cae por tu barbilla. Al sacarla aprietas muerte los labios para proporcionarme unos instantes mas de placer, la vuelves a introducir tu misma un par de veces mas en la boca para después besar la punta dulcemente, para terminar recogiendo con el dedo el semen que te caía y llevártelo a la boca. Ahora mismo si que pareces una autentica puta quinceañera.

Hago que te separes de mí y me siento en el borde de la cama, con un gesto te indico que te acerques. Vienes a cuatro patas y te quedas arrodilla ante mi.

  • Túmbate sobre mis rodillas-

Te colocas en la posición indicada y te quedas quieta. Levanto tu falda dejando tus bragas de niña buena al descubierto. Te acaricio las nalgas un rato hasta que cogiendo toda la braga tiro de ella hacia arriba haciendo que entre en la raja de tu culo y un poco en tu coño. Sueltas un quejido, no te lo habías esperado. Bajo tus bragas hasta medio muslo.

  • ¡¿Porque no están los juguetes en su sitio?! Cuenta-

Plas

  • Uno, gracias Amo-

Plas

  • Dos, gracias Amo-

Sigues con esa letanía a cada golpe, tus nalgas se van enrojeciendo por momentos. Se que todo esto es humillante para ti, el que te azote sobre mis rodillas te hace sentir una niña. Las bragas a medio muslo hacen que te sientas sucia, preferirías que las hubiese quitado del todo, al menos así te sentirías mi puta. Sin embargo lo peor es tener que contar, y encima tener que darme gracias por ello, como odias tener que darme gracias, reconocer cada cinco segundos tu falta es aceptable, pero el agradecerme tras cada golpe el castigo impuesto te resulta degradante, eso es lo peor de todo, lo se. Pero solo con el castigo físico no bastaría, de esta manera pondrás mas empeño para no sentirte humillada, y es que el objetivo de este castigo es hacer que te sientas así. Solo me detengo cuando tu cuenta ha llegado a cincuenta. Tus nalgas están completamente rojas, a mi me duele la mano y el brazo de tanto golpearlas. Meto la mano entre tus piernas.

  • Veo que ahora tengo una cachonda putita quinceañera. Levanta-

Te levantas despacio. Veo en tu rostro esa carita de muñequita de papa, esa expresión que ha definido tu vestimenta de hoy. No te atreves a mirarme a la cara, así que te cojo de la barbilla y te hago mirar la sonrisa tierna que hay en mis labios. Si putita tu castigo a terminado, veo el comienzo de una sonrisa en tus labios. Te beso y tu entre abres la boca para recibir mi lengua. Estamos así unos breves segundos.

  • Túmbate en la cama bocabajo.-

Obedeces al instante, te veo caminar con las bragas aun a medio quitar y tumbarte en la cama. Cojo un poco de crema hidratante y levantándote la falda te la aplico en las enrojecidas nalgas. Das un respingo y sueltas un suspiro al sentir la crema fía contra tu piel, pero no dices nada y te dejas hacer, sabedora de que te aliviara en breves segundos. Acaricio y masajeo tus nalgas mientras extiendo la crema por cada milímetro de piel castigada. Te obligo a colocarte a cuatro patas con la cara y los pechos tocando el colchón para darme una mejor perspectiva de tu culo y tu cuño. Me aplico más crema en las manos y sigo acariciando tus nalgas, de vez en cuando llego hasta tu coño y regreso a mi labor.

Das un respingo al sentir uno de mis dedos lleno de crema entrando por tu culo. Sin poder remediarlo opones resistencia, pero la lubricación hace que tus esfuerzos sean inútiles, el dedo va entrando despacio pero sin pausa hasta lo más profundo de tu culo. Cuando entra entero lo saco y lo meto unas cinco veces, para en la sexta meter dos dedos en vez de uno. Esto hace que a cada centímetro que entra tú sueltes un leve quejido, de esos que me excitan tanto.

Repito la misma operación de meter y sacar, pero esta vez en vez de meter un tercer dedo en mi verga lo que se introduce en tu cavidad. Si antes soltabas leves ahora son sonoros quejidos. Cuando he metido la mitad me detengo unos segundos dejándote respirar, para meterte el resto de un solo golpe. Tu espalda se encorva aun mas, pareciendo apunto de romperse, esta vez el quejido a sido de dolor. Te quedas en esa postura apunto de romperte durante unos diez segundos, para volver seguidamente a tu posición inicial. Yo me quedo quiero durante unos segundos mas, para volver a sacarla del todo despacio y seguidamente volver a meterla. Siento como tu culo palpita, apretando mi verga con tus paredes, no sabes el placer que eso me da. Por tu forma de apretar juraría que eres capaz de sentir la más mínima vena de mi miembro.

Voy acelerando el ritmo poco a poco, hasta que nuestros cuerpo al estrellarse crean ese ruido tan característico de momentos como este. Te agarro del pelo y moviéndote ligeramente te coloco de cara a un espejo. Sigo cabalgándote mientras veo el reflejo de tu rostro. De tus ojos caen lagrimas, se que es tu primera vez por este agujero, y que debe dolerte bastante, aun así no dices nada, no pides clemencia, solo te dejas hacer sabedora de las ganas que tenía de romper ese culo.

Sigo moviéndome hasta que estallo dentro de ti llenando tu agujero de leche. Caigo sobre ti totalmente agotado intentando controlar mi respiración. Aun sigo dentro de ti, palpitando, poco a poco voy saliendo mientras tu aprietas el culo como te enseñe cuando comenzamos a preparar tu culo para este momento. De esta manera me proporcionas unos segundos más de placer.

Me levanto y me enciendo un cigarro, me lo voy fumando mientras observo como el semen va saliendo de tu culo cuando este va recuperando su tamaño habitual.

  • Ve al baño y límpiate-

Te levantas y vas al baño a limpiarte, yo mientras saco las velas que tenía preparadas para este momento. Las coloco en las mesillas y en el suelo rodeando la cama. Supongo que ahora mismo estarás vaciando el intestino, tranquila, dentro de poco te mostraré para que sirven las lavativas y ya no te surgirán esas ganas imperiosas de ir al baño. Una vez que las he encendido todas saco las cuerdas de la maleta Cuatro tienen un lazo corredizo y otro fino, la quinta dos corredizos. Cuando sales te estoy esperando sentado en la cama y con un cigarro en la boca. Al no decirte nada te quedas callada, y al ver mi gesto para que adoptes la posición de espera te arrodillas y colocas las manos sobre los muslos. Con un gesto te recuerdo que tus rodillas deben estar separadas.

Termino el cigarro con toda calma, tú mientras no dejas de mirar las velas. Hace tiempo averiguaste que más usos tienen las velas aparte de iluminar. Las dos velas apagadas encima de la almohada te hacen suponer que serán introducidas en ti. Sin embargo es la cantidad de velas encendidas las que te preocupan. Son las suficientes para tener cera liquida en todo momento. Es increíble lo fácil que me es leer en tu cara, aunque a ti te es igual de fácil leer en la mía.

  • Túmbate sobre la cama-

Te incorporas y te tumbas, cojo cuatro cuerdas y te ato las extremidades al cabecero y a los pies de la cama. Durante unos instantes te miro con una sonrisa en los labios. Creo que no me cansaría nunca de mirar tu cuerpo desnudo. Meto la mano debajo de la almohada y saco un pañuelo de seda, te vendo los ojos con él.

  • ¿Recuerdas la palabra?-

  • Si Amo, la recuerdo-

  • Muy bien- Te doy un beso- Es el momento de un poco de dolor-