Sexta parte: más caliente siendo puta de mi padre
Sigue mi relato, absolutamente verídico, de mi primera noche como la puta de mi viejo y degenerado papito. Estoy meada, con el ano y el chocho llenos de sus mocos, pero esta noche aún es larga y tendré muchas más verga de mi nuevo macho.
Lo primero que quiero decirles es que esta es una historia absolutamente verídica. Soy una puta con el permiso de mi marido, una puta que se vuelve loca con viejos calientes y con mi padre mi desenfreno fue al máximo. Estoy intentando contarles la primera noche y me cuesta escribir, como ya les conté, pues al recordar mi entrega a mi papito me vuelvo a calentar y me resulta muy difícil concentrarme en el relato.
Agradezco muchísimo los mensajes que me han escrito varios machos que se nota que son calientes, eso me pone a mil y me imagino que me tocan y que me montan. Ojalá me escriban más cochinadas, a lo mejor alguna noche terminamos conociéndonos y yo feliz les abriría mis piernas para que disfruten de mi cuerpo siempre disponible para viejos calientes. Debo decir que Marcelo y Mark ya me tienen lista para sus vergas.
Después de que mi papito me montó en mi cama y me llenó con su leche mi zapo, se recostó a mi lado y seguimos besándonos, más despacito, con más ternura que violencia, me mordió despacito los pesones y me dijo que era más puta que mi mamá. Mi papá ya sabía como me mojaba al escuchar eso. Volvió a ponerme su pico en la boca y soltó unos chorrito de su orina... yo los bebí feliz, luego me abrazó y nos quedamos dormidos un ratito... sólo un ratito.
Pasó sólo un rato y me desperté, seguía caliente, ver a mi padre dormido y desnudo en mi cama era un estímulo suficiente para volver a sentirme su maraca. Me puse entre sus piernas y empecé a lamer su verga, bajé hasta su culito y le pasé suave mi lengua, eso bastó para que se despertara..."eres una puta infatigable" me dijo abriendo más sus piernas. Yo disfrutaba sus bolas en mi boca y paraba bien mi culo. Puse su pico entre mis tetas, que ya estaban duras de nuevo, y lo pajeba... eso le gustó mucho. Su pichula se hinchó y yo aproveché de montarme y ensartar ese hermoso pedazo de carne en mi zorra que ya chorreaba mis juguitos. Me la comí toda, mis gemidos eran en verdad gritos de placer, mi padres no perdíó tiempo y agrarró con mucha fuerza mis tetas, me las mordía fuerte y luego las chupaba con deserperación... grité como nunca había gritado un orgasmo. Tenía el pico de mi padres completamente ensartado y varios de sus dedos en mi culo. Era una mujer feliz.
Gritaba como loca "soy tu puta", "tu hija es tu puta"... eso lo ponía más salvaje. "Maraca buena pal pico" "goza puta" me decia también gritando. Volví a correrme y mi padre me pidió que me hincara, el se paró y me dijó "tomate toda la leche putona"... ufff que rico sentir mi boca llenita con la leche de mi papá. Me la tomé toda y volvimos a besarnos como novios...
Esa noche fue bestial, no sé cuntas veces me lo puso, cunatas veces me meo, cuantas veces me bebí su leche...
(continuará)