Sexo y violencia 3

Irene no tenia noticias de Fran y decide escribirle un whatsapp para tener otro encuentro con el skinhead

ANTE TODO AGRADECER QUE LEAN MI RELATO Y LOS COMENTARIOS SOBRE EL LOS CUALES ME AYUDAN A SEGUIR ESCRIBIENDOLOS Y A MEJORARLOS. TAMBIEN PIDO PERDON POR TARDAR EN PUBLICARLOS PERO MI TRABAJO ME LO IMPIDE. LES AGRADECERE QUE LO COMENTEN INCLUSO MAS QUE SI ME LO VALOREN. MUCHAS GRACIAS.

Llevaba un día sin saber nada de Fran, y tras los últimos acontecimientos estaba preocupada ¿Le habría pasado algo? Es un chico que sabe defenderse, fuerte, rudo y varonil, pero es humano.  Viendo que no tenía noticias y que mi preocupación aumentaba decidí escribirle un mensaje por whatsapp antes de ir a la universidad.

-Me tienes preocupada ¿Estas bien? Contéstame por favor.

No recibía respuesta alguna, cogí mis cosas y me fui a la parada del autobús, esperando el bus no paraba de mirar mi móvil ¿Estaría bien y solo era un polvo pasajero? ¿Pasaba de mí? Las dudas inundaban mi cabeza, me hacían cabrearme un poco y desilusionarme. No era su prototipo de mujer, eso estaba claro. Para despejarme me puse mis auriculares, el autobús llego, me subí en el, pase mi tarjeta y me agarre a la barra más próxima y subí el volumen de mi música. Cuando llegue entre a la universidad y a mi clase me senté lo más alejada que pude de la gente puse mi móvil en vibración esperando respuesta. Mientras la clase transcurría note una vibración a mi lado ¡¡mi móvil!! Lo cogí y mire era un whatsapp de Fran.

-¿Eres mi madre y no me he enterado? Jejeje

-idiota me tenías preocupada ¿Qué paso con los nazis esos?

-Lo de siempre, se fueron a casa calentitos y sin muelas.

-¿Y te costaba trabajo avisarme de que estabas bien?

-No, pero pensé que no te preocuparías tanto

-Ya claro, pues lo hiciste

-Perdona mami, seré bueno la próxima vez y no me juntare con los chicos malos

-No te rías de mí

-Me gusta hacerte rabiar

-Ya me doy cuenta

-Te compensare, lo prometo

-Te tomo la palabra

-Mierda

-¿Qué pasa?

-Que al decir eso la he cagado

-Un poco, ahora mando yo

-Pero solo por esta vez

-O hasta que la vuelvas a cagar

-No cometo el mismo error dos veces

-Eso ya lo veremos

-¿Dónde estás?

-En clase, luego hablamos

-Ok

Respire aliviada, estaba bien tan graciosete como siempre. Sin querer media clase había pasado y no me había enterado de nada, me levante cogí mis cosas y me fui a la cafetería. Me acerque a la barra y pedí un café con leche y una tostada y me senté.

-¿También estudias aquí?

No puede ser, esa voz me resulta familiar y no precisamente era música para mis oídos.

-Hola Juanjo, si estudio aquí pero no estoy muy centrada y vine aquí a despejarme un poco

-¿puedo sentarme?

-Sí, claro

-Siento el espectáculo del otro día, te sentirías muy avergonzada con lo que te paso con la toalla

-Más me avergonzó vuestra actitud (En realidad solo la suya la de Fran me gusto)

-Sí... bueno, pero ya sabes cómo es ese tío.

-Sí, se lo que pensáis de el pero yo no he tenido problemas con el

-Los tendrás

-¿Qué te hace pensar eso? A mí me trata bien

-¡¡¿Has hablado con él?!! Estás loca

-¿Loca por qué? Es desvergonzado sí, pero no es mal chico

-Yo estudio Psicología, y tiene pautas psicópatas, es peligroso

-Es un incomprendido

-Sea lo que sea, es peligroso y un cáncer para la sociedad

-No exageres

-No lo hago

-Si tú lo dices…

-Cambiando de tema, el otro día te propuse salir un rato con unos amigos ¿Aceptas hoy?

¿Por qué es tan pesado? El otro día le dije que no ¿Por qué insiste? Aunque mirándolo por otro lado tenía una buena chance de castigar a Fran.

-Está bien me apunto ¿A qué hora?

-Sobre las 11 ¿Te paso a buscar?

-No decidme donde estaréis y me paso

-De acuerdo, estaremos en una discoteca llamada Boulevard, no me falles.

-No lo hare, bueno te tengo que dejar voy a ir a casa ya que aquí no creo que haga nada hoy

-Te acompaño

-No, voy dando un paseo

-Está bien, a las 11

-A las 11

Que pesado dios, Salí de allí lo más rápido que pude, no lo soportaba. Aunque bueno recordaba mi castigo a Fran y me sentía poderosa, cogí mi móvil y le escribí un whatsapp

-Tenemos plan para esta noche a las 11

Su respuesta fue inmediata

-¿Ah sí?

-si

-¿Qué plan es ese?

-Discoteca bulevar, con Juanjo y unos amigos

-¿Y quién coño es Juanjo?

-Nuestro vecino al que llamas soplapollas

-¡¡¡¡NOOOOOO!!!! ¡¡¡¿POR QUEEEEEEE?!!!

-No seas bobo, no es para tanto

-¿En serio tenemos que ir con el soplapollas y su chupipandi?

-Me lo debes, ponte guapo

-Está bien, pero la venganza se sirve fría

-Jajaja se bueno y te compensare ya sabes con que

-Mmmmm, interesante…

-¿Te acuerdas de ese picardías rosa?

-Cabrona sabes tocar, donde duele. Está bien iré con el soplapollas y la chupipandi

-Por favor, llámalo Juanjo solo por esta vez

-Lo intentare

-Ponte guapo

-Si si ya

Llegue a casa satisfecha con mi victoria, mi sonrisa debía de notarse, subí a mi piso y comí algo de pizza de la noche anterior, termine y en los cajones busque ese picardías y lo puse encima de la cama, me dirigí al sofá, puse la tele y me puse a verla, cogí mi móvil y puse la alarma a las nueve para arreglarme. Pasando un rato llamaron a la puerta, me levante me acerque a la puerta y abrí.

-Hooola Irene,

-¿Qué haces aquí Fran?

-Te vi llegar y me dije, voy a pasarme

-Bueno ¿Y qué quieres?

-Que no me lleves con el soplapollas

-Es mi compensación

-Tenía que insistir

-¿Quieres pasar?

-Y si ya me ofreces una cerveza te hago un altar

-Anda pasa, voy a mirar a ver si tengo alguna

-De acuerdo. Dijo mientras se dirigía al salón

Fui a la cocina, cogí una cerveza de la nevera y me lo encontré sentado en el sillón sentado y con los pies encima de la mesita que tenía al lado

-Las pezuñas en el suelo, toma la cerveza

-Uy Uy Uy, que carácter, joder coronita, papi se porta bien mandando dinero

-No es papi, este piso lo pago yo y las cosas de la nevera también.

-Vaya una chica independiente

-¿Y a ti quien te paga el piso?

-Yo, aunque no lo creas trabajo

-¿De qué?

-En el mismo bar que estuvimos, soy socio

  • Vaya, un chico independiente.

-Claro. Dijo mientras abría su cerveza con el mechero

-Voy a mi habitación

-¿Te acompaño?

Me regalo su sonrisa más picara, la cual me hizo acelerar el corazón.

-No hace falta además, te tengo una sorpresa

-Me encantan las sorpresas

Me dirigí a mi habitación, me desnude y me puse el picardías rosa busque en los cajones y busque un liguero y medias a juego. Salí de la habitación y ahí estaba, de pie dando vueltas por el salón con su cerveza en la mano.

-¿Te gusta?

Me miro boquiabierto, dejo la cerveza en la mesita y fue acercándose a mí. Con un rápido movimiento me volteo, me cogió de las muñecas y  las aprisiono contra la pared por encima de mi cabeza. Me acaricio la espalda, bajaba por mis lumbares y su mano fuerte busco mi trasero y lo apretó.

-¿Hace falta que te conteste? Dijo arrimando su pecho a mi espalda, yo notaba la gran erección que tenía. Me dio un buen manotazo en mi culito.

-¡¡AU!!

-Calla

Con su mano libre se desabrocho el pantalón, lo bajo y rozaba con su glande mi húmedo sexo. Dicho esto me penetro de un solo empujón hasta el punto de notar sus testículos en la entrada de mi vagina. El no poder moverme, el estar sumisa para este semental lleno de chulería me proporcionaba un placer extra que no podía disimular en mis gemidos. Era suya, de nadie más y me lo demostraba con cada embestida con cada choque de nuestros cuerpos, me agarraba las caderas y me clavaba los dedos. Mi orgasmo estaba próximo el suyo también. Pero ¿Qué era ese sonido tan monótono que se oía de fondo? De pronto desperté de mi sueño, joder con lo bien que iba. Eran las 9 y tenía el tiempo justo para arreglarme, ni siquiera tenía tiempo para darme un homenaje por el sueño húmedo. Salte del sofá, fui a la ducha, regule el agua, me desvestí y me metí en la ducha. El agua recorría mi cuerpo dándome un masaje relajante y cálido, por mis piernas notaba como la humedad de mi sexo bajaba mezclada con el agua de la ducha, estaba empapada. Termine pronto de ducharme me seque el cabello, el cuerpo, cogí una toallita pequeña para secarme mi sexo y solo el roce de la toalla me produjo y un electrizante espasmo de placer que no pude esconder por un gemido. Mire mi reloj, no ni de coña me da tiempo a masturbarme. Salí del baño me dirigí a mi cuarto liada en la toalla, abrí el cajón de la ropa y escogí una camiseta rosa con un escote generoso y una minifalda blanca que combinaría con unos tacones de aguja del mismo color. Cogí mi secador y planchas de pelo para dirigirme de nuevo al baño y arreglarme el pelo, el cual deje liso salvo por varios tirabuzones que hice con la plancha y caían por mi pecho. Cogí mis pinturas y empecé a retocarme un poco aunque esta vez puse algo diferente pintalabios rosa que casi no solía utilizar pero si me hacia el rostro más aniñado e inocente, seguro que le gustaría. Termine y me fui a vestirme,  abrí el cajo de mis sostenes y braguitas y pensé ¿Y si no me pongo ropa interior? Seguro que le gustara, opte por esa opción. Las diez y media, no llego me vestí y llamaron a la puerta. Sabía quien era, estaba ansiosa por ver su cara.

-Hola, ¿Lista para hacerme sufrir? Dijo mientras me miraba los pezones marcados por la camiseta

-Más que lista

-Pues venga, que mira qué hora es

Casi balbuceaba, me gustaba sentirme deseada y todavía él no sabía lo mejor. Bajamos, salimos del portal y nos dirigimos a su coche, lo abrió y me senté en el asiento del copiloto, el arrancó y salió chillando ruedas.

-¿Siempre haces eso?

-¿El qué?

-Salir a toda leche

-Es mi marca, mi sello de identidad

-¿Queda lejos la discoteca?

  • A 15 minutos

-Te tengo una sorpresa por el esfuerzo

-¿El ir sin braguitas?

-¿Cómo lo sabes?

-Es obvio, vas sin sujetador, me dices que me tienes una sorpresa, no llevas el picardías que me has prometido. Blanco y en botella

-Pues me lo has chafado

-No pienses eso, me encanta

-¿De verdad?

-De verdad

-¿Y no  quieres verlo?

-Si pero no ahora, si no te aseguro que no entraras en la discoteca

-¿Por?

-Por qué te follaría ahora mismo, estas muy sexy

Esas palabras me marcaron, y me excitaron, el silencio se hizo en el coche hasta llegar al local.

-Uf menuda cola

-Tranquila, tu pasaras el problema lo tengo yo

-¿Y si no te dejan entrar que hacemos?

-Tu pasa, yo ya me las arreglare pero te juro que entrare en ese garito

Me dirigí a la cola, Fran cogió mi mano y fue directamente al segurata de la entrada

-Déjanos entrar

-Ella entra, tú ni de coña

-Venga ya tío

-No voy a jugarme el puesto por ti

-Irene entra, ahora voy yo

Entre a ese local sola, buscando a Juanjo era la única persona que conocía, aunque no era de mi agrado, lo localice cerca de una de las barras me acerque y lo salude.

-Hola Juanjo ¿Qué tal?

-Hombre, has venido y puntual

-Siempre lo soy

-Mira te presento ellos son Pedro, Inma, Iván, Marcos, Natalia, Ricardo y Julián

-Hola

-Bueno Irene ¿Has venido sola hasta aquí?

-Más o menos

-¿Oye que quieres tomar?

-Pídeme dos cervezas

-Vaya, una chica dura a ver si aprendéis chicas jajaja (iluso si supieses para quien es la otra cerveza, sé que Fran vendrá)

-Toma el dinero

-No no, por favor invito yo

-Gracias.

Se volvió a la barra y pidió lo que le dije, el camarero se acercó y trajo las dos botellas de cerveza y Juanjo me las dio

-Salud Irene

-Salud

-Bueno ¿Y has despejado por fin la mente?

-Bastante diría yo

-Jajaja nada mejor como despejar la mente en casa

-Desde luego

De pronto la expresión del rostro de Juanjo cambio y dos manos me agarraron de la cintura

-Buenas noches ¿Es el festival de la gomina y no me he enterado? Perdonad que venga tan afeitado, no sé si me aceptareis en el grupo. Dicho esto se sentó en un taburete cercano

-¿Qué haces tú aquí?

-Hola soplapollas, digo… Juanjo. Pues nada Irene me invito a que viniese con ella y no puedo resistirme a una cara bonita

-¿Cómo te han dejado entrar con esas pintas?

-Hablo de putas la tacones ¿Tú te has visto? Pero bueno te responderé, el segurata y yo al principio no llegábamos a un acuerdo, pero con tacto y dialogo al final me dejo entrar

-No te creo

-Me la suda, de todas maneras le prometí a Irene que entraría y yo siempre cumplo mis promesas, y te prometo que si no cambias esa mirada asesina que me estas dedicando hare que te tragues los dientes, bueno y al que decida ponerse en medio también ¿Quién ha pagado esta cerveza Irene?

-Juanjo

-Perfecto.

Cogió la botella de cerveza y bebió un gran trago con una mirada desafiante hacia Juanjo y después guiñándome un ojo a mi

-Yo me largo, no quiero seguir aquí con este tío ¿Os venís?

Todos asintieron y se fueron detrás de Juanjo

-Cuidado no vaya a ser que te estampes con el mercedes de papa y te saltes los sesos, sería una gran pérdida soplapollas.

-Cualquier día te daré una paliza Fran, te la tengo guardada.

-Sí, de ilusiones también se vive pero bueno cuando quieras

-Vámonos chicos.

Se iban alejando hacia la puerta cuando Fran se levantó y le grito

-Por cierto soplapollas, no le mires más las tetas a mi chica si no quieres mosquearme primer y último aviso

El camarero se percató del espectáculo y se nos acerco

-Chicos no queremos espectáculos en el local así que por favor salid de aquí o llamo a seguridad

-Gracias tío nos has hecho un favor y no llames a nadie, no hace falta el portero y yo ya tenemos confianza ¿Nos vamos nena? Asentí y nos dirigimos a la puerta al atravesarlas, Fran me cogió de la cintura y me arrimo a él. Vi mucho revuelo en la entrada, era el portero con la cara ensangrentada y quejándose de dolor en los costados

-Ha sido ese

La voz impertinente la conocía

-Ha sido ese, el delincuente de las botas

-Soplapollas, vuelve a llamarme delincuente y no te salva de la hostia ni cristo

-¡¡¿ME VAS A PEGAR?!! ¡¡VAMOS!!

Se quitó la americana que llevaba, la tiro al suelo y se acercaba a Fran furioso con intención de pegarle, Fran no le dio tiempo y le asesto un puñetazo en la cara el cual tumbo a Juanjo de espaldas.

-Mi nariz, hijo de puta

Fran se agacho cerca de su oído y le dijo casi susurrando y con una expresión fría en su rostro:

-Esta vez ha sido la nariz, la próxima vez que lo intentes te piso el cuello hasta matarte ¿Estamos? Vámonos a casa Irene ya he tenido bastante por hoy

No sabía que decir, solo obedecí y me agarre a su mano mirando el espectáculo que había ocasionado, como os imagináis mi entrepierna en ese momento era un lago.

-¿Tu chica?

-¿No querías librarte del soplapollas? Ya no te molestara más, te lo aseguro

-¿De verdad que vamos a casa?

-Sí, ese gilipollas me ha cortado el rollo

-Vamos al coche, conduce y ya vemos que depara la noche

Nos acercamos al coche y nos montamos. El trayecto hacia casa, fue en silencio hasta que decidí romperlo

-Fran mírame

Giro su cabeza hacia mí y yo me levante la falda y le mostré mi sexo depilado, introduje un dedo en mi inundada vagina y se lo metí en la boca. Me acerque a su oído y le dije:

-Creo que estas muy tenso, te relajare con un jueguecito. Si tu aceleras yo acelerare mis movimientos, si aflojas yo también lo hare y si paras se acaba el juego

-¿De qué juego hablas?

-Chsss calla

Le lamí el lóbulo de su oreja y fui bajando hasta su bragueta le desabroche los pantalones y saque su pene aun flácido pero de gran tamaño, lo masturbe un poco y me lo metí en la boca, notaba como se ponía duro poco a poco en contacto con mis labios hasta tener una completa erección, de pronto Fran pego un acelerón entre jadeos y yo acelere mis movimientos sin bajar el ritmo de mis succiones. Movía la lengua, utilizaba mis labios suaves húmedos y carnosos. Les estaba proporcionando un placer increíble. No tardaría mucho en eyacular si seguía a ese ritmo. Trataba de concentrarse en la carretera, pero cada vez tenía más dificultad. No sé si aguantaría mucho más. Yo me encontraba en la gloria ciertamente satisfaciendo a mi hombre, y ahora sí, estaba a punto de eyacular, no aguantaba más, su pene empezó a endurecerse y de pronto pare.

-¿Qué haces? Estaba a punto

-Yo también me quede a punto en el sueño que he tenido contigo esta tarde, es mi venganza

-No es justo

-Para mí sí, llévame a casa por favor

-Eres mala

-Quizá incluso más que tu

No tardamos en llegar a casa bajamos del coche y subimos por las escaleras, al llegar a nuestros respectivos pisos, yo me dirigí a la puerta de mi piso, saque mis llaves y las introduje en la cerradura, Fran se acercó a mí por la espalda me agarro de las caderas y me empezó a besar el cuello.

-¿No me vas a dejar entrar nena?

-Esta noche no

-Me debes algo, me lo has prometido y yo he cumplido con mi parte

-Lo sé, pero hoy no

-¿Cuándo entonces?

Me voltee y le dije mirándolo a los ojos con una sonrisa picara

-Tú dame fuertes dosis de violencia como las de hoy y yo te compensare en lo que me pidas, sea lo que sea

-¿Sea lo que sea?

-Sea lo que sea

-Pensare algo.

-Espero impaciente

Me agarro por la nuca y me beso los labios.

-Buenas noches nena

-Buenas noches

Se alejó a su piso y yo entre en el mío, cerré la puerta, apoye mi espalda en ella y suspire por los acontecimientos. Hoy estuvo muy agradable conmigo ¿Estaría domando al león o quizás estaría despertando a la tigresa que no sabía que llevaba dentro? Fuese lo que fuese, me encantaba.

CONTINUARA….