Sexo y violencia 2

Irene sigue viendo a Fran y el empieza a llevarla con su grupo de amigos que son igual o más agresivos que él.

Empecé a vestirme para irme a la universidad, estaba algo enfadada pero también satisfecha ¿Por qué no se quedó conmigo? Al menos tenía la seguridad de que lo vería a diario y que esta noche también, cogí mis cosas y me fui a la parada del autobús, mientras esperaba recibí un whatsapp.

-¿Has visto la nota?

-Si ¿cómo que tienes mi numero?

-Fácil, me llame a mi móvil y ¡¡magia!!

-Muy gracioso ¿Por qué no te quedaste conmigo?

  • Por si me enamoro

-Ya ya, viene el bus luego hablamos

-¿Dónde vas?

-A la uni ¿Por?

-Nos veremos por allí. Chao

-¿Cómo que nos veremos?

No me contesto ¿Él también iba a la universidad? Lo dude, la verdad. Subí al autobús, pague con mi tarjeta, y me senté. Me puse a escuchar música, con los auriculares así el trayecto se me haría más corto, en la parada próxima se subieron varios chicos y chicas con banderas ¿Y eso por qué? Bueno, yo a lo mío, llegando a la universidad escuche decir al chofer:

-Joder la que hay liada.

Efectivamente había muchísima gente en la puerta, con banderas pancartas, vamos lo que viene a ser una concentración, me bajo y paso entre medias de la aglomeración de gente que gritaba enfurecida, vi a varios encapuchados uno de ellos se me acercaba y yo acelere el paso casi llegando a la puerta me agarro del brazo me quito el auricular del oído y me susurro:

-¿Vas a entrar?

La voz era muy familiar, lo confirme cuando me volví y se bajó la bufanda que tapaba su rostro, era Fran

-¿Qué pasa no te alegras de verme?

-No es eso, me has asustado pensaba que ibas a hacerme algo

-Algo te hare, pero esta noche. Sonrió

-¿Y esto por qué es?

-Para que todos puedan estudiar, no solo los putos ricos.

-Ah, interesante ¿Y desde cuando te preocupan los demás Fran?

-Conoces la cita “ni tan violentos como temen ni tan pacíficos como desean” conmigo pasa igual, soy agresivo, no un monstruo, los monstruos existen eso sí, pero están en el poder

-¿No me vas a dejar entrar no?

-Pasa si quieres, pero serás cómplice.

-Está bien, no entrare.

-¡¡¡Muy bien!!! te has ganado una invitación a unas cañas.

-¿Cómo las hamburguesas?

-Jajajajajaja, no donde vamos es colega. Ven conmigo

Me llevo donde estaban los encapuchados, que me hicieron un gesto de saludo con la cabeza, les devolví el gesto, agarre a Fran del brazo y le dije:

-Si quieres que me quede no me dejes sola, no conozco a nadie.

-eso tiene fácil solución, ahora mismo te presento.

-¡¡¡VIENEN LOS MONOS!!! Grito uno de los encapuchados.

-Hijos de puta, ya vienen a dar por culo los cabrones.

Efectivamente dos furgones de la policía habían llegado, se bajaron y empezaron a mirar en cuanto vieron a los encapuchados se acercaron dos de los policías hacia donde estábamos.

-Venga contra la pared todos, tú también. Dijo uno de los policías señalándome

El corazón se me acelero, nunca me había pasado esto Fran estaba a mi lado, lo empujaron y lo pusieron contra la pared, mientras lo cacheaban me miraba y sonreía perversamente, la sonrisa se le cambio a cara de enfado cuando uno de los policías me empujo hasta la pared

-Vuélvela a tocar madero y te meto la porra por el culo

-¿Qué has dicho?

-Que como la vuelvas a tocar te meto la porra por el culo ¿Aparate de hijo de puta también eres sordo?

-Ya ajustaremos cuentas en comisaria tú y yo. Dijo mientras se dirigía a cachearme a mí

-No la toques cabronazo

El policía me separo las piernas con los pies empezó a tocarme, por los brazos, bajaba por mi cintura, mientras no paraba de mirar a Fran de forma desafiante, cuando se agacho a tocarme por las piernas Fran, pateo la cara del policía con la dura bota militar, mientras que un encapuchado aprovecho la confusión para darle un golpe por la espalda al otro policía y así derribarlo. Fran, me agarro del brazo y tiro de mí.

-Corre hostia

Empezamos a correr todos, Fran sin soltar mi brazo, estaba asustadísima pero algo empecé a notar por mis muslos, mi excitación por la violencia de Fran se deslizaba por ellos, casi no me di ni cuenta, pero al correr me sentía empapada.

-Vamos a mi coche. Dijo uno de los encapuchados.

Mientras corríamos, el encapuchado se sacó las llaves del bolsillo, y vi cómo se encendía las luces de un seat Ibiza azul

-Corred subid

Subimos al coche el encapuchado Fran y yo, arranco y salimos chillando ruedas.

-Joder Fran ¿En qué piensas tío? Que estoy enmarronado. Dijo el encapuchado descubriéndose la cara.

-¿Y que querías que hiciese?

-Pensar tío, pensar. Hemos tenido suerte pero nos podían haber enchironado a todos.

-Tú lo harías también, nos conocemos. Bueno, os presento él es Raúl

-Yo Irene

-Guay Irene, a todo esto ¿A dónde coño vamos Fran?

-¿Hace falta que te responda?

-Jajajajajaja, que hijo puta eres, de acuerdo rumbo al bar.

Raúl derrapo poniendo el coche en la dirección contraria a dónde íbamos, y acelero.

-Vas muy rápido Raúl, no me gusta la velocidad.

-Uy que modosita, no es de nuestra forma de vida ¿Verdad Fran? Fran negó con la cabeza.

-¿Vuestra forma de vida? ¿Y cuál es vuestra forma de vida?

-Somos skinheads, cabezas rapadas o delincuentes como nos llama la mayoría.

-Neonazis vamos

Fran cambio su rostro pícaro a un gesto de enfado

-A mí no me insultes Irene

-¿Perdón?

-Sí, me has insultado. Yo no soy nazi, soy antifascista, antirracista y por supuesto antinazi esos cerdos no son skinheads

-Ah perdona entonces, no lo sabía.

Desde ese momento nadie hablo en el vehículo, el silencio era incomodo, muy incómodo, mientras tanto me puse a pensar en la agresión a ese agente y en cómo sin darme cuenta me puso tan a mil.

-Chicos hemos llegado

-Irene vamos a tomar unas cervezas

-Si por favor tengo la boca seca del susto

-La falta de costumbre, venga vamos a dentro

Abrimos la puerta, nada más abrir se empezó a escuchar una música fuerte, dura, cantada con rabia. El local no era muy grande pero estaba a tope, mirases donde mirases había gente, gente que clavo sus ojos en mí, no sé si porque era extraña o quizá por mi forma de vestir, nos acercamos a la barra, el camarero un punki tatuado hasta las cejas, saludo a Fran y a Raúl con un abrazo, a mí me miro pero no me dijo nada.

-¿Qué va a ser tíos?

-Tres jarras tío

Se alejó a ponerlas y le dije a Fran:

-Un poco estúpido tu amigo

-No es estúpido, es desconfiado y hace bien, nunca sabes con quien puedes estar hablando, si con una persona, o con un secreta o mucho peor, un nazi

-Oh, entiendo

-Si te conocen más, no desconfiaran de ti.

El punki trajo las tres jarras y se alejo

-Tony, Mamonazo, ponte unas pipas o unos panchitos rancios aunque sea, que no estoy a dieta.

El punki le enseño el dedo y Fran empezó a reír

-Fran, Irene voy a saludar a unos amigos que he visto os dejo solos un rato.

Se alejó de nosotros, a la otra punta del local sus amigos, me miraban y hacían gestos señalándome y Raúl hablaba con ellos, señalando a Fran.

-No te preocupes confiaran en ti

-Me siento algo incomoda

-Yo también cuando vine por primera vez a este bar

-¿Entonces no es la primera vez?

-No, no es la primera vez que desconfían de alguien

-Me refiero a que si no es la primera vez que pegas a un policía

-No. Dijo mientras bebía de su cerveza hasta casi dejarla vacía

-Bebe se te va a calentar, y eso caliente…

-Hay muchas cosas que saben mejor calientes.

-En eso llevas razón. Sonrió con esa sonrisa pícara que tanto me excitaba

-¿Te gusto lo de anoche?

-No estuvo mal, aunque me gustara más lo de esta noche

-¿Y por qué esperar hasta la noche? Le dije mientras llevaba su mano al bulto de su pantalón.

-También llevas razón

Cogió su cerveza y se bebió lo poco que le quedaba, cogió la mía y se la bebió de un trago.

-Vamos, sígueme

Lo seguí hasta un  servicio con una puerta llena de pintadas, Nada más entrar me lance a sus labios, le acaricie la espalda por debajo de la camiseta, era la primera vez que lo acariciaba, pase mis manos por su pecho y vientre, era duro pero con una piel suave, me llevo hasta la puerta de unos de los wcs me metió dentro, se quitó la camiseta mientras yo lo bajaba la cremallera del pantalón para meter mi mano dentro, ya estaba dura y en mis manos, comencé a masturbarlo por encima de sus calzoncillos, el lanzo su camiseta encima del inodoro, me volteo y apoyo mis manos contra la pared.

-Ahora te voy a cachear yo

Me separo las piernas con los pies, y empezó a sobarme el pecho por debajo del sujetador, bajando hasta la zona baja de mi vientre e introduciendo su mano en el interior de mis braguitas, comenzó a estimular mi clítoris, era tan placentero, iba a estallar de placer, de repente saco su mano y desabrocho el botón de mi pantalón, después el del suyo, bajo mis pantalones y mis braguitas, desabrocho mi sujetador, bajo su calzoncillo un poco dejando su pene fuera, se puso sus tirantes y se encendió un cigarro.

-¿Qué haces?

-¿No sabes que si combinas el fumar y el follar después de unas cervezas tienes los tres placeres de la vida?

-Déjate de placeres de la vida y dame placer a mí que voy a estallar.

Puso su pene en la entrada de mi vagina y me penetro con violencia

¡¡AAAAH!!

No pude evitar el grito de placer, era imposible, el saber que estaba fumando mientras me follaba me ponía aún más, sus embestidas casi me empotraban contra la pared, era un bestia, mi bestia favorita y que iba a matarme de placer, el chocar de nuestra carne era rítmico, junto al placer que me daba, era música para mí, su mano firme agarrando mis caderas y facilitándome el movimiento. De repente se escuchaba gente hablar fuera

-Eh tío están follando, asómate a ver quiénes son.

En el momento el que la mano de uno de ellos iba a abrir la puerta, Fran sin parar de embestirme le dio una patada con el talón a la puerta.

-¡¡¡¡¡AAAAAAAAh!!!!! ¡¡¡JODER!!! Me ha roto la muñeca.

-Ocupado gilipollas. Dijo mientras me embestía más fuerte

-Asómate por arriba tío para ver quién es y partirle la cara.

Uno de ellos se asomó por el inodoro de al lado, Fran se sacó una navaja de mariposa del bolsillo y señalo al voyeur con ella.

-¿Quieres que te saque los ojos con ella por mirón?

El voyeur se bajó y le dijo al otro:

-Es Fran, si quieres zurrarle allá tú, conmigo no cuentes.

El saber que le temían era la guinda que me faltaba, Fran empezó a acariciarme con la hoja de la navaja mi espalda, mi culito, mis muslos, mi vientre. No aguantaba más me venía para él y por la dureza de su sexo el también.

-Oh joder. Bufo

Mi cuerpo temblaba y se retorcía de puro éxtasis. El sitio prohibido, la violencia y la chulería me estaban provocando el mejor orgasmo de mi vida. Note como su orgasmo impactaba sobre mi culito mientras yo gemía por el mío. Fran me volteo y me beso.

-Uno de los mejores polvos que he echado

Le sonreí con un gesto de satisfacción y orgullo.

-Habrá mas, si me sigues tratando así, fiera.

-Venga tenemos que irnos, lo que le acabo de hacer a esos no traerá consecuencias buenas.

Me limpie su semen, me vestí y me arregle un poco el pelo. Él se puso su camiseta.

-Venga vamos

Salimos casi volando del local, Fran le dijo a Raúl mientras andábamos:

Raúl, nos vamos ya, hablamos tío

-¿Queréis que os acerque?

-No tranquilo, deje el coche aparcado aquí antes de ir a la concentración.

  • Como quieras, salud compañeros

-Salud, contesta Irene. Me dijo susurrando.

-Salud

Raúl levanto su puño izquierdo, me sonrió y me guiño un ojo. Salimos del local y Fran me dijo:

-Te acabas de ganar un colega.

-¿Quién? ¿Y por qué?

-A Raúl, por contestarle al saludo, meto la mano en el fuego que empezara a hablar bien de ti.

-¿Y tú no lo harás?

-Claro nena

Fuimos a su coche, lo abrió y me monte en el asiento del copiloto, acelero y empezamos a hablar:

-¿Te pondría que me ganase la confianza de tus amigos?

-No estaría nada mal, aunque no son mis amigos, son mis hermanos.

-¿Hermanos? Ni que fueseis una secta

-No, no somos una secta. Pero son en los únicos en los que confió

-¿Y tu familia?

-Yo no tengo familia salvo esta, se olvidaron de mí.

Llegamos al portal, de nuestros pisos, cuando sonó su móvil, lo cogió y puso el altavoz.

-Dime Raúl

-Fran unos cerdos han venido al bar vente volando y avisa al que puedas son un montón.

-Voy volando tío en 10 minutos estoy ahí. Y colgó

-Te tengo que dejar Irene

-¿Qué son cerdos?

-Nazis, me voy volando

-Ten cuidado Fran, me da miedo que te pueda pasar algo.

-Tranquila estaré bien, nos veremos pronto.

-Salud

  • Salud. Me dijo sonriendo.

Salió con su coche a toda velocidad en dirección al bar, estaba preocupada, no sabía si lo volvería a ver. Espero que si

¿FIN?