Sexo y recuerdos

Cuando la sorpresa llega a tu vida te permite saber que tocar el cielo con las manos es posible.

Sexo y recuerdos

Hola, soy de Argentina y me gustaría compartir con ustedes esta historia que igualó a lo que siempre creí que era solo posible en historias inverosímiles o irónicas que uno suele escuchar.

Hacia principios del 2003, tuve la oportunidad de hacer un viaje a las costas de Brasil, la verdad que este año estaba cortado económicamente pues una devaluación hizo caer por el piso mi poder adquisitivo en ese país. Bueno sucede que fui con un amigo, César y allí estábamos en las playas, rodeados del sol, del mar y de esos esculturales cuerpos enfundados en unos minúsculos trajes de baño que dejan muy poco librado a la imaginación. Los primeros días lo pasamos matando la calentura mas que todo jugando al voley o haciendo excursiones de todo tipo, mientras mas ocupados nos encontrábamos menos tiempo nos daba para lamentar no haber ligado alguna de esas perfectas mujeres.

Una noche decidimos acudir a una fiesta que se hacia en la playa, mucho alcohol y asi en traje de baño todos bailábamos al compás de la salsa, cuando dos chicas se nos acercan y automáticamente pusimos en práctica alguna forma para atacar alguna de esas bellezas que ya estaban entonadas y dejaban ver un dejo de libertinaje en su ser. Andrea era rubia, un metro setenta aproximadamente la cual es mi altura, estaba con un hilo dental blanco que apenas tapaba su mas intima zona, y cubría sus pechos, por demás generosos, la otra pieza del mismo tono, cerraba la escena un pareo semitransparente que dejaba traslucir su parte mas impactante, sus piernas coronadas por el culo mas hermoso que he visto hasta el momento. Laura era un poquito mas bajita pero con un lomo similar, un bikini negro dejaba ver sus curvas de guitarra, las dos eran también argentinas y estaban de vacaciones hacía ya mas de un mes, eran compañeras de facultad y tienen veintiún años, nosotros tenemos veinticinco y César es morocho de la misma estatura mía (1.70 aprox), yo por mi parte soy Gustavo, cabello castaño figura cuidada por el deporte que me deja los ratos libres luego de trabajar y estudiar como esclavo.

Comenzamos a charlar y allí comenzaron a desfilar los tragos, la conversación era amena y Andrea congenio de entrada con César, yo hice lo propio con Laura. Bailamos un rato al compás de esa música embriagadora cuando de repente laura se pone de espaladas a mi y en medio de todo el mundo comienza a restregar ese culo casi en pelo sobre mi ya creciente bulto, haciéndome sentir cada uno de los detalles de ese hermoso trasero y aún del traje de baño, ya casi sin pudor apoyaba sin descaros mi verga en ese trasero danzante mientras ella me miraba sonriente, que espectáculo que estábamos dando. Cesar miraba impávido desde la barra donde dulcemente estaba besando a Andrea, Laura me tomo de la mano y me llevó a caminar por la playa hacia lugares mas solitarios, la noche era joven, era cálida, pero mas cálido estaban los ánimos, en un abrupto parate ella comenzó a besarme desenfrenadamente, besos de sexo, besos calientes que ya me estaban asfixiando de la calentura que me subía sin limites, nos tiramos en la arena y comencé a besar su cuerpo al momento en que restregaba mi paquete contra su caliente entrepierna, mojaba partes de su cuerpo con mi saliva y luego lo besaba suavemente, asi por su cuello, sus orejas, sus pechos, su abdomen, la parte interior de sus piernas sintiendo sus suspiros cada vez mas en aumento, dejé para el último su vulva inundada de jugos que me apresure en devorar cuando ella poniéndose en cuatro me pidió por favor que le bajara el bikini y le diera una buena comida de chocho, que rico sabor tenía esa hembra por favor!!!, en ese momento acariciaba sus piernas y su espalda arrancándole gemidos cuando introducía mi lengua dentro de su culito haciéndola girar, ella me pedía que por favor no me vaya a detener, claro no lo haría por nada en el mundo, asi estuvimos hasta que me avisó que se iba a correr arqueando su cuerpo y empujándolo con fuerza mi cara, allí me inundó la cara de fluidos que sentí calientes y devoraba como loa miel mas selecta. Luego de esto se desplomó sobre la arena y acariciaba mi pelo diciéndome que esta noche nos íbamos a regalar un mundo de placer, que ahora me tocaba el turno.

Pronto comenzamos a besarnos y mi miembro reacciono como una explosión poniéndose tieso como nunca antes, ya que no había acabado y estaba realmente muy caliente por tener a esa potra dispuesta a satisfacer con gusto mis mas ansiados anhelos, comenzó a besar mi cuerpo, mordiéndome el cuello y bajando hasta que empezó a darme una mamada de mi demonios, tuve que pararla porque no quería acabar, e hice tiempo mientras me bajaban las ganas de eyacular mientras le trabajaba su mojada vagina, cuando escucho que me dice necesito que te portes mal, ahora!!!, sin mas comencé a penetrarla lentamente intentando sentir como esa hembra de ensueño se iba deslizando por mi sexo devorándolo, ella me acompañaba con sus manos en mis nalgas apretándolas, penetrándose y dándome el ritmo que necesitaba, yo en la gloria, la miraba a los ojos y me correspondía con una sonrisa, cu cabello se posaba sobre la cálida arena y sus piernas a mi pedido me apretaban fuertemente, penetraba fuerte y ambos sudábamos mucho, con sus manos me corría el sudor de la frente, de mi cara y nuestros cuerpos producían a cada embestida ese sonido característico del choque, asi estuvimos un rato, cambiamos la posición poniéndonos en cucharita y asi continuamos, yo le aprisionaba el clítoris entre mi pene durísimo que exploraba por dentro y mi dedo índice por fuera a la vez que besaba su espalda con fruición, sus orgasmos se sucedían y no los disimulaba, al contrario me avisaba cada vez que ocurría ese dulce acontecimiento, comencé a introducir un dedo en su culito siempre estimulándola en su puntito del placer cuando hicimos un fantástico 69 que fue demasiado para mi y solté toda la energía que había acumulado hasta entonces en interminables chorros que ella acogió en su boca y terminó limpiándome hasta la última gota mientras terminaba ella también, por la escena de la que estaba siendo protagonista.

Así nos quedamos abrazados unos minutos hasta que logró ponerme de nuevo a tono con una mamada de película, allí comencé a masajearle su esfínter al mismo tiempo que introducía dos dedos en su conchita, todo un trabajo que sabía que iba a tener su recompensa, asi estaba mamando y penetrando a esta belleza con mis manos en sus máximos agujeros del placer, cuando pude ingresar tres dedos en su colita la puse en cuatro patas y de a poco, muy lentamente fui introduciéndome en su interior, ella me decía que le ardía mucho, que lo hiciera mas despacio, que me detenga, pero yo no lo iba a hacer, asi que en unos instantes ella dejó las quejas por los suspiros y los gemidos, nuevamente comenzamos a volar, me tiraba el cuerpo y colisionábamos duramente hasta que no pude contener otro mar de esperma que baño sus entrañas. Nos besamos, nos vestimos y abrazados nos fuimos al departamento de ellas, cuando llegamos la sorpresa agradable fue ver a César y Andrea acurrucados en la cama durmiendo con una cara de felicidad. Así nos dispusimos a dormir, necesitaba reponer energías ya que aunque no lo sabía en ese momento, me harían mucha falta en los días siguientes.

Espero sus comentarios a mitologico1977@hotmail.com , chicas de argentina quizás podamos arreglar algo con cesar para concretar algunas fantasías. Saludos y hasta pronto.