Sexo y muerte. Eros y Tanatos

Una pelirroja excitada disfruta del sexo y la sangre.

SEXO Y MUERTE . EROS Y TANATOS.

Capítulo 3.

Este es el último capítulo de la Serie La pelirroja indómita.

Los anteriores: La mujer del látigo y Asustada o astuta, se encuentran en el perfil de la autora.

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El salón está repleto, Alan y Robert han juntado a 20 hombres, les explican la necesidad de ser prudentes, pero disparar primero y preguntar después. En los últimos dos días, ya no les roban el ganado, sólo , matan a los que los cuidan, hacen desaparecer los cadáveres dejando a uno colgado si van en grupo. Les dicen que van a pedir ayuda al Gobernador, vendrá en los próximos días. Una pandilla de sureños salvajes es algo que no se puede permitir.

Mientras los hombres beben, los dos socios , solos sentados en una mesa, con una botella de güisqui y unos vasos, se dedican a planear su próximo encuentro con Rhonda. Dos sobres, entregados en mano por su capataz, les cita en el cañón del Paraiso, es un sitio seguro, no tiene más que una entrada, con una pequeña laguna, un autentico oasis al fondo del mismo. Ella les esperará tras comprobar, por las dos partes que no hay nadie. Se ríen comentando la frase final de los escritos:

Sólo soy una mujer, con miedo pero también necesitada. Les haré gozar , siendo suya,pero deben comprometerse a defenderme.

El salón está en la parte nueva del pueblo, una nueva calle mayor separa las dos partes de la villa, la mexicana y la yanqui.

Tres sombras agazapadas en las viejas calles, se mueven con sigilo.

-“¿ Has empapado la paja junto a los establos?”-

-“Sí, y además he liberado la puerta para que los caballos huyan ante el fuego. No se puede matar a unas bestias tan nobles.”-

-“Pues manos a la obra, empecemos que para luego es tarde”-

Uno de los encapuchados apunta una flecha contra los establos. Unida a la punta va un cartucho de dinamita. Lo enciende , y lanza la flecha contra el establo.

Las tres sombras se agachan, no se distinguen el la noche.

-“Ahora por el salón.”

  • dice una voz femenina mientras dispara el rifle que tiene en sus manos. El disparo da en la diana, una de las lámparas estalla. El segundo disparo revienta otra de las luminarias coincidiendo con la explosión en los establos, que comienzan a arder.

Los hombres en el local intentan salir, ocho llegan al porche, pero son abatidos por los disparos de los tres enmascarados. Dos flechas con sus correspondientes cartuchos entran en el salón, con la explosión, los atacantes se mueven rápida y sigilosamente en las sombras, montan en negros caballos y escapan mientras los animales del establo salen despavoridos del edificio en llamas.


Jo les espera en el comedor de la hacienda con panecillos recién hechos, jamón, lengua , vino fresco y una botella de vino californiano. Los recién llegados parecen niños que vuelven de jugar, alegres, cansados, excitados, tiran los ponches negros y quedan en pantalón y camisas del mismo color.

-“De negro nadie nos podía ver. No sé cuantos habremos liquidado,- pero creo que a esos hijos de puta les hemos dejado con menos de la mitad de sus hombres. Rhonda has estado magnífica con los disparos a las lámparas de petróleo. Nos hemos cargado dos edificios por lo menos, y si no los apagan rápido arderán varios de los que hacen con madera los gringos. Siempre despreciando las casas de los de acá, que no arden como la yesca.”-

-“Agustín, lo de las flechas fue un éxito, explotaron cuando debían”-

-“Estuve ensayando en la montaña para tener la seguridad de acertar”-

-“Dejad de presumir y comed algo, que me dais envidia.”-

-“Jo, lo tuyo no son las armas, sino el reposo del guerrero o la guerrera”

  • dice Luís entre risas, bocados y tragos.

-“Pues si de relajo se trata, mientras coméis os voy a preparar un buen baño que buena falta os hace.”-

Rhonda, Luís y Agustín se quedan solos, la propuesta de la mulata les ha caído por sorpresa. El deseo sexual se les clava en la mente. Tras la violencia el amor, Eros y Tanatos, muerte y vida. Beben para liberarse. Luís se sonríe para sus adentros, siempre ha considerado a Jo una bruja, y comprende que quiere que Rhonda, su amiga, su amor, disfrute de la alegría de un sexo que lleva meses sin disfrutar.

Agustín está asustado, apenas ha estado con mujeres, sólo la violación de unas indias comanche en una excursión de guerra. El pensar en Rhonda hace que su miembro se endurezca a pesar del miedo.

Rhonda sabe que va a tener a los dos machos a su disposición, sin complicaciones, sin culpas, y la concha se humedece con anticipación.

Con el vino en la mano van hacia el cuarto de baños, la estancia tiene una concepción árabe del agua. Un piscina con agua cálida y Jo desnuda les esperan.

Luís se despoja de la ropa sin miramientos y se sumerge en el líquido. Agustín lo hace de espaldas a todos y apenas se mueve en el agua. Jo ayuda a desnudarse a Rhonda que entra como una reina en la gran bañera, acompañada por la mulata.

El agua que corre está caliente, sin llegar a quemar. Los poros de la piel se abren. Se sumergen, las mujeres y los hombres que salen de la inmersión son otros. Se miran como personas nuevas, limpias, con sus deseos a flor de piel. La cabellera roja de Rhonda parece brillar sin artificios.

Es Jo la que la acaricia primero, sus manos recorren los senos, deleitándose en su elasticidad, la ayuda a colocarse en la pileta. Los brazos en el borde, la cabeza fuera, el torso semisumergido dejando al aire parte de sus tetas turgentes, las piernas flotan. Las abre y mete el dedo en la cueva del sexo, comprueba que está preparada para la lucha sexual.

Busca a Agustín, el indio está atónito, con la verga en alto, nunca creyó que pudiera llegar al cielo que ve próximo. La mulata le toma del miembro le lleva hasta la pelirroja, con dulzura hace que el glande del hombre busque la boca vaginal que espera ansiosa, mete sólo la punta, y empuja al hombre hasta que el falo se abre camino hasta el fondo de la gruta. El joven se queda quieto, saboreando el infinito placer de la cogida amorosa. -

“Tómame, soy tuya”-

le ordena Rhonda.

Ciego de lujuria, el apache se mueve como un caballo montando una yegua, rápido, profundo, llegando una vez y otra hasta el fondo de la hembra que gime gozosa recibiendo los ataques del macho. Agustín está muy excitado, no es capaz de controlarse, su leche sale como un torrente llenando la vagina de la mujer, que no ha llegado al culmen. Ella se sigue moviendo, la pija sigue dura, buscando su satisfacción. El hombre vuelve a excitarse y la cabalga de nuevo. Es ahora ella la que se va en el placer, con un chillido poderoso. El indio acelera su ritmo y vuelve a irse.

Cuando se retira, los dos están sudorosos,, satisfechos y se sumergen en las aguas purificadoras.

Jo se acerca a la dueña de la hacienda, la acaricia mimosa, y le susurra al oído:

.“

Ahora viene más. Cierra los ojos y apóyate en el borde con el culo hacia fuera.”-

Rhonda , llena de lujuria obedece, su grupa queda semisumergida, expectante. Jo toma a Agustín de la mano, al tiempo que con un gesto indica a Luís que vaya hacia la pelirroja. Tantea con la verga dura y enorme el sexo de la mujer, está fluidificado por sus jugos, lo desliza hacia dentro, despacio, llenándola, luego se va retirando para que sienta cómo se vacía, vuelve a llegar al fondo y repite la operación una y otra vez.

La pelirroja, con los ojos cerrados, se deja llevar por la sabiduría del hombre, tras el sexo rápido del indio, el sentirse follada por un experto la excita aún más. Sabe sacar la hembra ansiosa que lleva dentro con paciencia, recreándose en la cogida.

-“ Así, asiii...sigue...no pares.”-

gime la mujer.

Jo ha llevado a Agustín al fondo de la pileta, lo ha colocado de espaldas a Rhonda, no quiere que el joven se vea perturbado por los celos ante el macho veterano y sabio. Sabe cual es su misión, algo que hizo hace años, enseñar a joder a un chico inexperto, le apetece y además sabe que es necesario. Lo besa con mimo, su mano agarra el miembro y lo acaricia con mimo hasta que retoma su fuerza, se pega para que note la suavidad y tersura de su piel canela. Los senos rozan los pectorales del apache, su vientre juega con puñal masculino. Pasa los brazos alrededor de su cuello, se cuelga de ellos, levanta el cuerpo y se empala en el falo entra con facilidad en la dilatada y empapada vagina femenina. Empieza a subir y bajar deslizándose , los cuerpos pegados, como una serpiente que repta en el suelo. El joven va entrando en las praderas de Manitú.

La pelirroja, con los ojos cerrados, gozando de la sabiduría y el poder del hombre, recuerda. Ella ha sentido lo mismo antes, en sus sueños eróticos, cuando semidormida la cogía su marido. Y sentirse así la hace feliz. No puede evitarlo, comienza a moverse, necesita todavía más pasión. Sus nalgas son un muelle que salta ante la presión, nota las bolas del hombre golpeando los muslos, cuando llega a un orgasmo salvaje y pleno, Luis para , luego vuelve a follarla, Rhonda sabe que está en el cielo, en un cielo que había pensado no volvería a vivir.

Se han quedado solas, abrazadas en la cama, satisfechas como dos perras cogidas en celo, se besan con mimo, las manos buscan la caricia que se dilata en la piel.

-“Sé lo que me vas a preguntar y la respuesta es sí”-

le dice la mulata recién liberada la boca del contacto con Rhonda.-

“ Tu marido , de vez en cuando, te drogaba y dejaba que te poseyera Luís. Y Luís hacia lo mismo con sus mujeres. También lo hacían los dos conmigo. Eran más que amigos, dos caras de la misma moneda......La primera vez que te tuvo fue a los seis meses de nacer tu hijo..”-

-“ Podías haberlo contado, me siento como una tonta, usada, sin enterarse...No sé”-

-“ Pues no sepas y disfruta...Ahora eres tú la que tienes dos hombres. Agustín, joven, incansable, un poco torpe, hay que enseñarle, ya lo haremos las dos y a Luís que es un toro en plenitud. Y además me tienes a mí. No sé que más puedes pedir para estar satisfecha como hembra.”-

La vuelve a besar, desliza la mano a la entrepierna, siente el calor de la concha mojada, piensa en la capacidad de lujuria de su amiga, abandona la boca y recorre su cuerpo lamiendo la carne ardiente hasta llegar a su objetivo. Mordisquea los labios íntimos, los ara con la lengua varias veces, busca el botón del placer, está duro, erguido, y lo mima como si fuera el caramelo mas dulce del mundo. Apenas oye los gritos de Rhonda que ha cerrado los muslos contra sus oídos, y marcha a galope hasta despeñarse en el orgasmo liberador.

-“¿ Cómo me puede gustar tanto?”-

pregunta cuando Jo sube para volver a besarla.

-“ Eres así , una mujer valiente con una lujuria salvaje. Me lo dijo tu marido cuando me compró. Ayúdame que tengo una fiera en la cama. Pero tienes que descansar, mañana te espera un día muy duro con nuestros enemigos.”

-“Si son ellos los que ganan, no podré decir que lo pasé mal la última noche”-

Cuando llegan Tandy y Hoffman, les esperan dos de sus hombres y Luís, son ellos los que han comprobado que no hay nadie en la laguna, es la única vía de acceso y en ella los tres hombres armados beben tranquilos, les dicen que Rhonda, con un cabriolé, ha entrado por el desfiladero.

Ordenan que mantengan la vigilancia, y es el mexicano el que les dice que sus señora les está aguardando con vituallas junto al agua.

Se relamen, van a gozar a una hembra hermosa, señorial, no quieren entrar al galope, prefieren ir despacio, que los que quedan fuera pasen envidia, son ellos los que cogerán a la reina del pueblo. Ansiosos, el recorrido se les hace largo, por fin llegan. Una cascada alimenta una pequeña laguna, el coche de la mujer está parado, los caballos comen la hierba jugosa de las orillas. No la ven, se acercan al agua.

- “Estoy acá

,...

me estaba bañando....ahora salgo.”-

la ven nadando hacia la orilla, cuando hace pie se levanta, como una venus que sale del cielo, su cuerpo comienza a quedar a la vista de los dos hombres. Su cabellera roja, sus ojos verdes, su boca jugosa con dientes como perlas en la sonrisa, sus senos grandes, elásticos, turgentes, su cintura fina, sus caderas, el fuego del vello entre sus muslos....

El sheriff y el ganadero bajan de sus monturas, se acercan hacia la mujer, esta les mira sonriente, se les levanta la polla ante la promesa de sexo. Cuando ella se agacha para sacar algo de la cesta que se encuentra sobre el mantel a cuadros extendido en el suelo, sólo piensan en follarla. Los dos disparos les toman por sorpresa, a Robert le destroza el pecho, a Alan la cabeza.

Rhonda no pierde tiempo, chilla como una posesa.

Llegan Luís y los dos vaqueros, se quedan deslumbrados por la belleza de la mujer desnuda, apenas pueden ver los cadáveres de sus jefes cuando el mexicano, sin darles tiempo a reaccionar, dispara sobre ellos, caen de los caballos. Están muertos.

-“

Esto se acaba. Sólo queda el gobernador, ese te toca a tí”-

dice el hombre con una sonrisa.

-

“ Matar me excita, ven quiero que me folles como tú sabes”-

-“Rhonda, quiero que seas tú la que me montes, que me cabalgues hasta sacarme toda la leche de mis cojones”-

responde el mexicano, desnudándose y tumbándose en el enorme mantel.

La mujer se coloca con el hombre entre sus pies, desciende hasta entrar en contacto con la verga endurecida y en alto, le es fácil empalarse, está chorreante, sonríe como una reina ante el homenaje de su súbdito más querido y lo cabalga, sin miramientos. Sólo la sabiduría y el arte de la cabalgadura evita que el volcán estalle rápido. Es más, es la mujer la que primero llega al orgasmo, sudorosa se queda apoyada en el macho.

-

“Tú das para más. Sigue..”-

Con la polla dura dentro , Rhonda se da cuenta que empieza una nueva etapa en su vida, se olvida de todo y se dedica a disfrutar de ser mujer.


Es en la antigua iglesia donde el gobernador, rodeado de soldados, recibe a Rhonda, que viste una blusa blanca que marca sus curvas rotundas y una falda negra, está sentada frente a él. En los bancos treinta personas esperan el resultado de la charla.

-“

No sé como nos pudo engañar. El sheriff montó una banda con parte de los hombres del rancho y se dedicaron a robar y matar. Me usó prometiéndome protección, cuando el señor Tandy se ofreció a ayudarme también , discutieron entre ellos y se mataron. Fue horrible, me habían citado para ….hablar con ellos. Yo iba dispuesta a ceder en todo y los encontré muertos. Robert ….... antes de morir me dijo que el sheriff era el responsable de los Lobos del Sur.”

  • gimotea la pelirroja , mientras su busto se agita airoso ante los ojos maravillados de la autoridad.

El gobernador entiende que los dos hombres han pelado por semejante hembra, es apetitosa como un pastel de cerezas, que a él le encanta. La pobre indefensa, seguro que estaba dispuesta a todo por salvar su rancho y hasta su vida. Lo de estar dispuesta a todo le excita, piensa lo que él haría. Lo tiene claro , lo que no tiene claro es qué hacer con el rancho de Tandy sin dueño por fallecimiento. Los robos y los crímenes se han acabado pero el problema del desorden puede seguir, si no encuentra una solución.

-“¿ Podemos hablar un momento en privado?”

  • suplica la pelirroja mirándole rendida a los ojos . Ambos se levantan y van juntos hacia la antigua sacristía. Están solos.

-

“ Debo ser clara contigo, yo quiero vivir tranquila y en paz , he dado vueltas y vueltas en la cabeza a qué se puede hacer. Creo que hay una solución para el pueblo, pero depende de ti. Como sabes mi marido fue uno de los que te apoyó para gobernador, tenía confianza en tu honestidad e inteligencia. Me dijo que si alguna vez necesitaba ayuda , contara contigo.”-

posa una mano en la camisa que la levita, nota latir el corazón del hombre. Disimuladamente se fija en la entrepierna, un bulto sospechoso destaca en la entrepierna. Le hace ojos.

-“

Esas personas que están fuera, son a los que he encargado que se ocupen del rancho de Tandy, si no se cuida se degrada. He pensado que podían seguir haciéndolo y que el gobierno del Estado ser el dueño del rancho. Tú podías administrarlo , yo te ayudaría....Si se mejora el ganado y nosotros tenemos los machos, puede ser un gran negocio cuando llegue el ferrocarril.”-

-“ Tu marido decía que eras una joya, la idea es buena, yo gano, pero tú ganas más. Conmigo empujando el tren llegará antes....También decía que..”-

-“ Sabía hacerlo feliz”-

las manos de la mujer han desabrochado la bragueta del gobernador, encontrado la verga, la saca , queda erguida al aire como el mástil de un velero. Se arrodilla , la toma en la boca y comienza a chupar. Lo hace sin prisas, lamiendo, chupando, mordisqueando. El hombre no puede más, se derrama en la boca de la pelirroja.

-

“Tienes un socio.”-

- “ Espero que algo más”-

responde Rhonda relamiendo la leche que le gotea por los labios jugosos.

Jo , desnuda , su piel café con leche contrasta con la albura de las sábanas y con la blancura de la de la pelirroja. Están mimosas, se acarician tranquilas, sin prisas, las manos en los senos y en las conchas, los dedos juegan con los pezones y el clítoris.

-

“Hemos ganado. No han podido con nosotras, dos pobres mujeres. Y encima tenemos tres hombres para nuestra satisfacción, porque el gobernador también debemos compartirlo. Lo tuyo es mío, y lo mío tuyo. Te voy a decir algo muy importante , que he descubierto en esta temporada.: la persona que quiero es a ti”-

Rhonda besa en los labios a su amante, están juntas. Su marido estaría satisfecho.