Sexo y discotecas
¿Dejas a tu novio caliente y tu mejor amiga es una zorra? Chica, tienes un problema....
DANI
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Dani se miraba delante del espejo intentando ajustarse el cuello de su chaqueta de cuero. Aunque era nueva no acababa de gustarle lo ceñida que estaba, apretaba demasiado. A él no le gustaban ese tipo de tonterías exhibicionistas, pero la idea había sido de su novia, no suya.
-¿Quieres hacer el favor de darte un poco de prisa? – le gritó Lucía desde el baño.- Vamos a acabar llegando tarde, como siempre.
-Ya voy, ya voy, no seas pesada que la que insistió en comprar esta chaqueta fuiste tú.
Él no era el tipo de persona que llevaría esa ropa. A sus 21 años y universitario, Daniel no tenía la complexión atlética ideal, tal y como se promovía en revistas y programas de televisión, aunque le gustaba pensar que se iba acercando. Estaba bastante delgado, pero eso no quería decir que le faltase atractivo; le encantaba el deporte e iba al gimnasio a menudo. Aquello había conseguido darle una musculatura definida y un cuerpo bastante bien moldeado, pero seguía sin gustarle ponerse cosas demasiado apretadas… Aunque si a su novia le hacía ilusión tampoco le molestaba excesivamente, al fin y al cabo, si le veía atractivo era más probable que al final de la noche acabase follándosela.
-Estás bien, deja de mirarte que hay prisa - le dijo Lucía entrando por la puerta de la habitación.
Pudo verla reflejada en el espejo incluso antes de girarse. Su novia sí que estaba buena, eso había que admitirlo. Su cara era bastante bonita, con la nariz respingona y los ojos azules, pero la melena rubia la hacía aún más guapa. En cuanto al cuerpo, compensaba su falta de delantera con el culo más redondeado y bien formado que Dani hubiese visto jamás. Su trasero lo atraía de una forma magnética, y más aún cuando se ponía esos vestidos negros tan cortos y ceñidos, que resaltaban aún más la curva de sus caderas, como si no fuera suficiente con lo que destacaban por sí mismas. Solo con verla empezó a ponérsele dura dentro de los pantalones... algo que Lucía notó al instante. Aunque por otra parte habría sido difícil no fijarse, ya que si de algo podía sentirse orgulloso el chaval era del tamaño de su herramienta. Los demás podían quedarse con su cuerpo esculpido en el gimnasio, sus coches caros o su cara bonita, pero él tenía 22 centímetros listos para cualquier asalto, y tampoco es que se quejase del resto.
- ¿Sabes? Te queda muy bien ese vestido- le dijo a Lucía acercándose con disimulo y acariciando su culo perfecto.
Ella notó perfectamente la erección, y sabía bien que debajo de aquellos vaqueros había una enorme barra de carne esperando a que ella se la metiese. La idea le pareció tentadora. Hasta que conoció a Dani, nadie había taladrado su coño con una broca de semejante envergadura, pero en ese momento no podía dejarse llevar.
- No te pongas tonto, tenemos prisa, Eva y Samuel nos están esperando- Miró con sus ojos azules a los suyos verdes y su mirada dejó claro que no iba a pasar nada, ni allí ni en ese momento.
Dani la soltó despacio con un gesto de desagrado.
-Eva... ya sabes lo que opino de esa tía, no deberías andar por ahí con ella.
Solo había una palabra con la que Dani podría haber definido a Eva: puta. Había llegado a la universidad hacía poco tiempo y estudiaba farmacia, igual que su novia. Además habían coincidido en la misma clase, por lo que pronto se hicieron amigas. Pero a él seguía sin gustarle. Tenía la reputación de haberse follado a media universidad en Salamanca y aquellos lascivos ojos verdes y su gran par de tetas ayudaban bastante a creerse la historia, por no mencionar que la forma en que se vestía normalmente no dejaba demasiado a la imaginación, para deleite tanto de compañeros como de profesores. A veces intentaba convencerse de que quizás estaba viendo sombras donde no las había. Eva tenía novio después de todo... pero la forma en que se comportaba, el modo en que se rozaba contra él a la menor oportunidad, con un gesto aparentemente casual, o su manera de mirarle cuando Lucía no estaba atenta, le hacía volver a sospechar.
Lo peor era que su novia parecía no darse cuenta, o bien no se quería enterar. Eva y ella se habían vuelto inseparables, pero detrás de su encantadora sonrisa y de aquellos labios carnosos, le inspiraba desconfianza.
-No seas paranoico. Siempre estás con la misma historia, es una buena chica, un poco descarada pero muy maja, y además le caes muy bien.
<> pensó Dani.
-Ya... bueno haz lo que quieras, no te voy a decir lo que es mejor para ti, pero no me gusta nada.-
- Venga, tampoco te enfades cariño, no te pongas así… - le dijo Lucía pegándose a él y besándolo en los labios.
Otra vez la condenada chica volvía a hacer que le apretasen los pantalones. Llevaba tres días sin verla hasta entonces, y sus ganas de metérsela estaban aumentando desproporcionadamente. Le apretó aquel rotundo culo con fuerza, agarrándolo con las dos manos, la pegó a él con el propósito de que notase su más que visible erección. Y desde luego que la notó.
Lucía gimió un poco, y eso le excitó aún más… pero un mensaje telefónico cortó su pequeña fiesta antes de empezar.
-Ay… Eva quiere saber dónde estamos ¿Ves? La estamos haciendo esperar, vamos anda.
Separándose rápidamente de él fue hacia la puerta. Dani la siguió a regañadientes, con un empalme considerable sin resolver y cagándose en la madre que había parido a la otra muchacha.
Salieron del piso y él lo cerró con llave. La ventaja de tener un piso alquilado solo por él era que podía llevar a quien quisiese sin problemas. Había intentado encontrar compañeros, pero no hubo demasiada suerte.
-Y a donde se supone que vamos exactamente? – Quiso saber Dani.
-Al “Osiris”, dice Eva que está muy bien y que ya han ido más veces.
- Ya…
Dani también había estado allí, era cierto que no estaba mal, una música aceptable, tías buenas con ganas de enseñar carne, y mucho alcohol de por medio… Era el sitio ideal para pillar un buen polvo en una noche de juerga, pero no para quedar entre dos parejas.
Montaron en su coche – suerte que se había sacado el carnet ese verano – y salieron hacia la cafetería donde siempre quedaban antes de salir de fiesta. Serían las 12, y la intención de Eva y Lucía era pasar toda una noche de “parejitas”. Tenía claro que iba a terminar hasta los huevos, pero le apetecía mucho follarse a la rubia y la cuestión era que estuviese contenta. A decir verdad, si eran novios era solo porque Lucía era de las que solo follan si pueden decir que tienen una “relación seria”, pero fuera de aquel cuerpo de infarto, sus otras cualidades no le llamaban tanto la atención. Quizás al principio trató de pensar que sí, pero después de un año las cosas se enfriaban y ella no ponía mucho de su parte por mejorarlo.
¿Y como ha convencido Eva a su novio para esto, tú lo entiendes? – le preguntó a la rubia mientras estaban de camino
Pues más o menos como yo te he convencido a ti guapo, con encanto femenino – le respondió con sorna.
Ya..encanto femenino. No es que le haya dicho que después se la chupa ni nada de eso.
-Y dale, que tampoco es un zorrón Dani, que siempre piensas mal de todo el mundo joder.
A lo mejor el hecho de que tú defiendas siempre al otro en vez de a mí, es lo que me hace pensar tan mal, solo por ver si alguna vez me das la razón – le respondió algo cabreado.
Bah… déjalo… - Lucía se ladeó en el asiento del acompañante y se dedicó a mirar por la ventana el resto del viaje. A Dani se le estaba poniendo un humor de perros, si quería que la chica estuviese contenta había empezado por joderla pero bien. Encima el calentón de hacía un rato seguía en su cabeza, y mientras fantaseaba con lo que podría haber pasado la tienda de campaña en sus pantalones le molestaba cada vez más.
En su cabeza, soñaba con hacer callar a Lucía de una vez… metiéndole una buena polla en la boca. Si hubiera sido a principios de su relación, probablemente cinco minutos después de la discusión hubiese estado haciéndole una mamada mientras él conducía, pero cada día estaba más fría y las cosas no mejoraban.
Cuando llegaron a la cafetería, Eva estaba sentada al fondo en uno de aquellos sofás circulares tan cómodos con una mesa en el centro. Lo primero que le llamo la atención a Daniel fue que su novio no estaba con ella. Bueno, realmente fue lo segundo, porque lo primero fue sin duda el pedazo de escote que llevaba, enseñando aquellas grandes ubres como si estuviese deseando que alguien la ordeñase, y sus shorts apretados, le marcaban tanto el culo que casi desaparecían entre sus curvas. Estaba claro que Eva sabía cómo sacarle partido a su cuerpo. A pesar de ser más bajita que Lucía era bastante más voluptuosa, al menos en cuanto a su delantera se refería, en el resto no sabría decidirse. Eva también era muy guapa, aunque morena en vez de rubia, y su trasero competía con el de su novia, solo que ella lo publicitaba más.
-Vaya, si que habeis tardado ¿Qué tal parejita? – los saludó dándole a cada uno un beso en la mejilla. Si cuando se lo dio a él se acercó demasiado a la comisura de los labios, Dani no habría podido asegurarlo.
-Hola Eva cariño – le devolvió el saludo Lucía, ajena a aquel gesto con respecto a su novio - ¿No ha venido Samuel contigo?.
Ante esta pregunta Eva torció el gesto .- Samu ya había quedado con sus amigos y no quise molestarlo, se lo dije en el último momento y claro… ya había hecho planes. Fue culpa mía.
-Vaya una pena… con las ganas que tenía de verlo… bueno, pues que se le va a hacer, nos lo podemos pasar muy bien los tres ¿Verdad Dani?
-Si, claro, no hay problema, podemos salir de fiesta de todas maneras, aunque no se yo si el “Osiris” será un sitio muy adecuado - <> dijo para sí mismo.
-Pero que dices tío si está genial, hay buena música y mejor ambiente.- le rebatió Eva acercándose a él y pellizcándole ligeramente la mejilla- ya verás que te lo pasas bien.
Esto último lo dijo guiñándole el ojo, lo cual le dio al muchacho más quebraderos de cabeza.
-Bueno ¿Pedimos algo de beber? – preguntó Lucía a su amiga justo al darse la vuelta, ni siquiera se había fijado en el gesto de su amiga. Eva controlaba bien sus movimientos.
-Claro, a mi me apetece un Martini, pero cargadito, muy seco- le respondió la chica.
Daniel por su parte necesitaba calmar tantos calentones sin resolver, y la mejor manera que se le ocurrió fue ahogándolos en un buen chupito de whisky… o en tres.
A medida que la noche fue avanzando, las conversaciones subían de tono y Eva se volvía más descarada, aunque el alcohol enmascaraba su comportamiento. En un momento dado, se decidió por unanimidad que era hora de salir de allí y pasar al baile. Cuando Lucía se acercó a la barra para pagar, Dani y Eva siguieron sentados en el mullido sofá, y ésta hizo ademán de terminarse su última copa, sin embargo lo que quedaba se le derramo sobre las tetas, dejándolas brillantes y húmedas.
-Hmmm mierda, ¿Ves? – dijo alzando ligeramente sus ya prominentes senos con las manos para que Dani pudiese verlos bien. – Esto es lo que pasa por llevar un escote tan… grande. – Terminó mientras miraba fijamente al paquete de Dani y se relamía. El chico se dio cuenta demasiado tarde de que ver aquellos grandes pechos semidesnudos y empapados lo había puesto burro otra vez, y dado el tamaño de su miembro no era nada fácil disimularlo, aún estando sentado. Cuando Lucía volvió de pagar la cuenta Eva había vuelto a su comportamiento normal, pero sus intenciones estaban cada vez más claras, aunque Dani no entendía que pretendía exactamente con Lucía delante.
Cuando salieron del lugar los 3 fueron hacia el coche de Dani. Él no entendía como Eva no había traído coche viviendo tan lejos, pero cuando le preguntó dijo que había venido en taxi.
-Te habrá costado una buena pasta venir desde tan lejos.
-No te creas. – Lo miró con sus ojos verdes cargados de lujuria- De hecho casi me ha salido gratis.
-¿Y eso? – Se extrañó, temiendo su respuesta.
-Estuvo…chupado… - La cara de puta salida que puso en aquel momento habría hecho que se lanzase sobre ella y se la follase allí mismo, pero Lucía ya estaba casi en el coche y se acababa de dar la vuelta para meterles prisa. Eva la miró y sonrió como si nada.
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Una vez en el “Osiris” no les resultó difícil entrar aunque había una cola bastante importante. El portero se quedó mirando a las dos bellezas que le acompañaban y fueron ellas las que tuvieron que decirle que era su acompañante para que lo dejase pasar a él también. Una vez dentro, pidieron unas cuantas copas más, al menos para las chicas. Dani solo había tomado unos chupitos en la cafetería, pero decidió no seguir bebiendo, ya que era el único que tenía coche y no le apetecía tener problemas luego.
Eva en cambio bebía lo suyo y Lucía iba por el mismo camino. Sin embargo esta última no aguantaba tan bien el alcohol.
-Dani, amor, se supone que venimos aquí a pasárnoslo bien- le dijo Eva pasado un rato casi regañándole- si no vas a tomar nada, vamos a bailar.
-Ok, se lo digo a Lucía y vamos – Estaba claro ,por el gesto de su cara, que esa no era la respuesta exacta que ella esperaba
De todos modos cuando los tres empezaron a bailar, Eva no tuvo ningún problema en encontrar compañeros rápidamente. La mitad de los tíos del local se pegaban a ella y Eva les daba razones con el movimiento hipnótico de su cadera y el bamboleo de sus grandes senos. Sin embargo cuando se aburría, pasaba al siguiente y dejaba al anterior con un palmo de narices.ç
Las cosas siguieron así hasta que apareció Enrique, un conocido compañero de los tres en la universidad, que casualmente también había ido al mismo local.
-Dani, Lucía, joder que raro veros por aquí no es el lugar que yo elegiría para ir en pareja.
-Eso mismo le dije yo…- respondió Dani.
-Fue idea de Eva- se defendió su novia.
-¿Eva también está aquí?¿Donde?- todos sabían perfectamente que Enrique se moría por metérsela a la morena, y con razón.
-Ahí la tienes, arrimando el culo a todo el que se le acerca- le indicó él.
Enrique se acercó a ella, con la esperanza de conseguir un buen polvo aquella noche. Todo el mundo sabía que Enrique se moría por metérsela a aquella caliente morena, y con razón, pero si bien él bebía los vientos por Eva, los sentimientos de ella eran bastante diferentes. No lo soportaba. Al cabo de un rato se acercó a Dani y Lucía para pedirle a esta última que bailase un rato con Enrique, por librarse de el.
-Claro cariño, tú baila un rato con Dani y yo me ocupo- le dijo Lucía siempre dispuesta a ayudar a su amiga.
A ella se le iluminó la cara cuando se lo dijo, le dio las gracias cien veces y en cuanto se fue empezó su “baile”…si es que a eso se le podía llamar bailar.
Su culo se movía como una batidora, restregándose a conciencia contra la polla de Dani, en posiciones más que sugerentes. Pasados unos minutos le habló al oído en medio del griterío y la música ensordecedora.
-¿Es cierto lo que dice Lucía?
-¿Y qué dice?
-Ya sabes….- le dijo pasándole la mano sobre la bragueta. Dani quiso detenerla pero era una sensación demasiado placentera como para rechazarla. Hacía demasiado tiempo que no le provocaban de aquella manera, y estaba comenzando a gustarle.
-No… no lo se. ¿Qué? – la presionó. Sabía a que se refería pero quería saber hasta donde estaba dispuesta a llegar.
Que la tienes como un caballo – le susurró apretando su miembro contra el pantalón. Aquello terminó de ponérsela dura.
Lucía es tu amiga… y yo soy su novio, tu también tienes novio… ¿Qué te importa como la tengo? – Dani hizo un último intento por quitársela de encima.
-Dios es enorme! – Eva ni siquiera lo escuchaba. Estaba recorriendo su miembro con la mano por encima del pantalón y tenía los ojos brillantes y los labios húmedos de tanto relamérselos.- Ahora entiendo por qué decía que le hacías daño al follártela.
-¿Te dijo eso?
-Hmmm sí, pero es normal. Vaya tranca.
-Mira…No quiero problemas, Lucía va a volver ahora mismo…
-No, no va a volver – le informó con la voz cargada de lujuria mientras seguía manoseando su pene.
-¿Qué?.
-Verás … no soporta muy bien el alcohol…y además está bailando con Enrique. Si la conozco bien a estas alturas se lo estará follando en el aparcamiento de atrás como una perra en celo. – Confesó con un risa traviesa.
–Estás como una puta cabra si pretendes que me crea que Lucía me va a engañar con un tío al que casi no conoce. Solo para poder tirármela estuvimos tres meses de novios. Admítelo, es una estrecha, no me lo voy a tragar.
-Hmmm, yo si me la voy a tragar.- le respondió lamiéndole el cuello.
Supo que no aguantaría mucho más, no sabía que hacer, necesitaba un momento para relajarse.
-Mira… me largo.- Hizo ademán de marcharse pero Eva lo retuvo cogiéndole de la mano.
-Si no te crees lo que te digo ven conmigo y compruébalo tu mismo- le retó sonriéndole.
Antes de que se diera cuenta ya estaba acompañando a Eva a la parte trasera de la discoteca: Un gran aparcamiento al aire libre. Tras caminar silenciosos entre los coches llegaron a la parte más amparada por la oscuridad y Eva le indicó que se ocultasen detrás de uno de los automóviles. Lo que vio Daniel lo dejó completamente alucinado.
- ¿Ves? Conozco a esta putita. – Le susurró Eva sin soltarle la mano y con una media sonrisa bailándole en los labios.
Ante ellos y medio ocultos por la falta de luz Enrique y Lucía follaban como animales. Con las manos sobre el capó y con su rotundo culo bien levantado la rubia recibía embestida tras embestida de su compañero, que parecía disfrutar de lo lindo. Los jadeos les llegaban claramente y quedaba claro que a ella también le encantaba. En el momento en que Enrique la agarró del pelo y dio un fuerte tirón hacia atrás, Lucía se arqueó de puro placer y gimió como una auténtica zorra. En ese instante Dani decidió que era momento de volver dentro, ya había visto bastante. Eva naturalmente lo siguió…
EVA
Mordiéndose ligeramente el labio inferior, Eva anticipó lo que sabía que iba a ser un auténtico banquete. Dani había visto a su novia siendo penetrada a lo bestia por un tío al que apenas conocía y aquello había terminado de desestabilizar su relación, tal como había planeado. No le había costado nada convencer al gilipollas de su novio para que se largase con sus amiguitos, con la excusa de que pensaba pasar una “noche de chicas” con Lucía.
Conseguir que Enrique fuese a la misma discoteca había sido un poco más complicado, pero una buena mamada en los baños de la universidad y la promesa del coño de la caliente novia de Dani había sido suficiente.
Evidentemente, Lucía no sospechaba nada cuando la invitó a la discoteca, pero ella se encargó de ponerla a tono. Las dos pastillas de cyndroxina que le había ido echando en la bebida a lo largo de la noche habrían bastado para subirle la líbido a una yegua, pero no quería correr riesgos, por lo que usó una tercera en la última copa de la discoteca. Cuando terminó con ella, Lucía habría aceptado follarse al primero que se le cruzase, y una vez consiguió que bailara con aquel imbécil, el resto fue pan comido para él…. Estudiar farmacia había valido para algo, después de todo
<< Joder, me ha costado más de lo que pensaba que todo funcionase, pero esa polla es mía…Más te vale dar la talla cariño.>> - Pensaba la chica mientras veía como Dani se metía en el baño. Caminó un poco más deprisa para alcanzarle. Si se masturbaba antes de que ella llegase perdería la oportunidad, y no iba a dejar que la taza del váter se tragase lo que ella se había ganado a pulso.
Entró en los lavabos y le encontró frente a los urinarios a punto de desabrocharse los pantalones.
-Hmm… - No pudo evitar pensar en la gran barra de carne que quedaba encerrada en aquella prisión de tela.
- ¿Qué cojones quieres ahora? Ya lo has conseguido, estoy jodido, mi novia me ha engañado… ¿No me vas a dejar mear tranquilo?.
Moviendo sensualmente la cadera Eva se acerco a él y se sitúo justo a su espalda rodeándole con los brazos.
-Es verdad que quiero joderte…. Pero no de esa manera- le susurró haciendo descender sus manos hasta la cremallera de su pantalón y desabrochándoselo.- Es verdad, tu novia te ha engañado, es una zorra… Ahora te toca a ti vengarte. Fóllame. Dame duro, dame caña como cuando te la follabas a ella y méteme ese pollón que dicen que tienes.
Mientras hablaba fue bajando poco a poco sus apretados bóxers, el bulto que se adivinaba bajo ellos le permitía deducir dos cosas a la caliente morena: La primera, Dani se estaba poniendo cachondo por momentos, y la segunda… Lo que decía la tonta de su amiga era cierto, su novio tenía un pene enorme.
- Oh dios!! JODER!! – Cuando por fin desenfundó por completo su arma, Eva se quedó de piedra. Sabía que era grande, pero aquello superaba sus mejores expectativas. Sin duda todo aquello había valido la pena. No solo era largo si no que debido a su grosor casi no podía rodearlo con la mano. Sus ojos brillaron de deseo.
-¿Es lo que esperabas? – le preguntó él, quedando claro que empezaba a gustarle aquel juego.
-Dani, esa zorra te ha engañado, llevaba semanas haciéndolo y pretendía que yo la ayudase pero que la jodan, y nunca mejor dicho. Vamos, fóllame, dame todo lo fuerte que quieras, me lo merezco por ayudarla. – Eva no sabía con que mentira salir para conseguir que Dani se la metiese, quería aquel pollón a toda costa.
- Ya veo que no vas a dejarme mear…- Ella apretó los labios conteniendo aquel arrebato de lujuria.
-Oh de acuerdo, mea, vamos, pero no me pidas que suelte esta maravilla- le advirtió mientras se la seguía sujetando.
Dani empezó a mear y ella sintió el caliente chorro impactando contra el orinal. Apenás había terminado y ya estaba impaciente.
-¿Ya está? – le interrogó ansiosa.
-Sí, he terminado pero… - No lo dejó terminar, le dio la vuelta y poniéndose de rodillas se la metió completamente en la boca sin esperar siquiera a que las últimas gotas cayeran de la punta de su miembro
-Oh…joder…. Zorra… - Dani no podía créerselo, la estaba engullendo casi por completo una y otra vez, usando sus carnosos labios para rodear todo lo que podía. Demostraba una técnica tan perfecta que el universitario supuso, y no sin razón, que por aquella boca habían pasado más pollas que musulmanes por la meca.
- Venga, no te contengas, esa guarra está ahí fuera con otro. Fóllame la boca. – le suplicó.
No tardó ni medio segundo en convencerle. Su falo entraba y salía de la boca de Eva a toda velocidad, mientras Dani movía sus caderas con furia.
<> - Adoraba aquella sensación, la lujuria, el sexo prohibido…y un enorme pene en su boca. En Salamanca se había follado un montón de veces a los novios de sus amigas, aunque estas no tenían ni idea, pero solo por puro vicio. Dani, en cambio, era un auténtico semental, había merecido la pena cada uno de sus engaños. Casi no la dejaba respirar y fue peor cuando sus manos se cerraron como garras sobre su melena negra y presionaron su cabeza contra la cadera del chico. Su pene le entró por completo en la garganta y trató de zafarse, pero Dani era bastante más fuerte de lo que parecía.
-Si quieres que te trate como una zorra, es como te voy a tratar, y vas a tragártela hasta los huevos. – Por lo visto Eva estuvo completamente de acuerdo, porque dejó de hacer fuerza y se dejo llevar hasta que su nariz estuvo pegada completamente a la cadera de él. Cuando por fin la soltó, trató de coger aire desesperadamente.
-Joder, casi me ahogas. – Replicó, pero su sonrisa daba a entender que no le disgustaba en absoluto.
-Ya tendrás tiempo de quejarte luego, ahora sácate esa camiseta de zorra, me llevas enseñando las tetas toda la noche, ahora me las voy a follar.
- Hmmm con esa polla tuya hasta a mi me va a costar meterla entre mis tetas… - le advirtió mientras se quitaba la camiseta.
Sin embargo Eva se equivocaba, sus grandes pechos parecían haber sido hechos para acoger semejante aparato, bastaba con que ella misma las juntase un poco y el miembro de Dani se deslizaba por ellas con suavidad, provocándole un enorme placer. Cinco minutos después, seguía disfrutando de lo lindo dándole a aquellas grandes ubres el repaso que se merecían.
- Dani…por favor… no aguanto más, estoy empapada, quiero ese monstruo tuyo en mi coño, por favor, métemelo…rómpeme.
En ese momento él, sin pensarlo, le soltó un bofetón. No pudo evitarlo, estaba desencadenado; El alcohol y las continuas provocaciones sexuales lo habían convertido en un animal, con muchas ganas de follar… justo lo que Eva pretendía.
- Aquí soy yo el que dice cuando hacemos algo y cuando no, y tú la que cierra la boca y lo hace si a mi me sale de los cojones ¿Queda claro? – le preguntó agarrándola del pelo.
Estando cachonda perdida, asintió, totalmente sometida por aquel comportamiento que adoraba. Nunca disfrutaba tanto del sexo como cuando un tío la trataba de aquel modo.
-Y sí, voy a follarte así que ponte contra la pared, guarra- la insultó empujándola contra los fríos azulejos.
Cuando Dani se estaba preparando, Eva sacó un condón y se lo enseñó sujetándolo entre las puntas de los dedos mientras una media sonrisa aleteaba en sus labios.
-¿Con Lucía usas estas mariconadas no? No voy a ser yo la que te quite la costumbre…
Eso le costó otro bofetón de Dani, además de que le quitase el condón de un manotazo y le pusiese la cara contra la pared. La sonrisa de Eva se ensanchó: Ella tomaba la píldora y no tenía problemas, pero le encantaba provocarle. De ese modo se aseguraba de que no se contuviese en absoluto.
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Sus deseos se vieron satisfechos, la primera embestida llegó hasta el fondo sin piedad, haciéndola correrse al instante. Estaba tan empapada que no hubo problemas para que entrase, pero el modo en que su vagina se abrió al metérsela, fue algo brutal.
Su primer grito de dolor y placer estuvo inmediatamente seguido de muchos otros, ya que Dani había empezado desde el principio con un ritmo bestial, y no iba a reducirlo. Sus embestidas eran tan fuertes que casi la levantaba del suelo, mientras que con las manos le apretaba tan fuerte las tetas que casi le hacía daño…. Pero faltaba el casi, que separaba la frontera entre el dolor y el placer extremo, que en ese momento sentía.
- Más, más!!! Por favor cariño la quiero más adentro hmmmmm!! – No pudo seguir hablando ya que una de las manos de Dani la agarró del cuello y le selló la boca con sus labios en un beso salvaje y violento, pero la complació y le introdujo su miembro aún más profundamente en las entrañas.
Los orgasmos se sucedían una y otra vez. Se pasaron unos 20 minutos haciéndolo como animales. Más tarde Dani se sorprendería de que nadie los hubiese descubierto, pero también se enteraría de que, con su característica sutileza, Eva había bloqueado la puerta del baño justo al entrar, anticipándose al atracón sexual que sabía que iba a conseguir de él.
Finalmente, cuando su polla no pudo resistir más, Dani la sacó del interior de Lucía y le indicó con un empujón que se arrodillase. Eva suponía que estaba al límite, por lo que empezó a chupar sus testículos con la intención de regalarle un orgasmo arrollador.
<> - La morena trataba de embadurnarle completamente los huevos de saliva con su lengua a la vez que los acariciaba. Una vez estaban tan húmedos que se le escurrían entre los dedos cuando los agarraba, comenzó a succionarlos alternativamente como una ventosa, con toda la fuerza que pudo. La ventaja de tener tanta práctica en el sexo era que sabía perfectamente como estimular a los tíos para que se corriesen del modo más placentero posible. Y con Dani funcionó, desde luego. Al cabo de tres minutos de aquel tratamiento le enchufó su gran falo en la garganta y se corrió bien dentro como no se había corrido nunca.
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-¿Lucía?... Cariño, no me encuentro muy bien…. Sí….. Dani dice que puede llevarme….. Vale, ¿Quieres que te vayamos a recoger antes?.... Ahá, vale amor – Eva, una vez fuera de la discoteca, ponía su voz más dulce y fingía su malestar mientras hablaba por teléfono con su amiga.
Al menos fingía lo mejor que podía con Dani a sus espaldas estrujando sus pechos con las manos y mordiéndole el cuello. Aún estaba cachondo, y ella también, así que iban a terminar aquella “noche de fiesta” en el piso del universitario.
-Ya está, esta tía es tonta de remate, dice que no hace falta que la vayamos a buscar, que ha encontrado a unas amigas y se van de fiesta por ahí hasta las tantas. Debe haberse creído que no tengo dos dedos de frente. Probablemente se pasará toda la noche follando con el otro. – le dijo con un brillo de malicia en sus ojos verdes.
Ante la mención de su novia y Enrique Dani la aferró de la cintura con un brazo y la apretó con fuerza contra él. Se notaba que estaba enfadado…mejor, así sería más divertido.
-Tranquilo guapo, te vas a desquitar esta noche… Te dejaré que me hagas todo lo que querrías hacerle a ella… recuerda que me lo merezco. – Lo beso con lascivia.
Cuando subieron al coche de Dani, Eva cogió su móvil y envió un mensaje sin que Dani le prestase la menor atención. El texto iba dirigido a Enrique:
“¿Lo has grabado?” – No tardó en recibir un mensaje en contestación.
“Tranquila, lo tengo todo en vídeo”
“Bien, me debes una, quiero esa grabación, te has ganado un buen polvo campeón ;P”
Y hecho esto guardó el móvil en el bolso, solo para inclinarse hacia la bragueta de Dani y comenzar a desabrochársela. Cuando liberó su miembro del pantalón se relamió de nuevo. Aquella iba a ser una gran, una enorme… noche.