Sexo tonto y muy rápido
No esperaba tener sexo así, ni con ella, ni tan rápido. Calentón rápido que inicia una relación.
Habían quedado en su casa para salir aquella noche, un grupo numeroso de amigos, que tomaban aquel punto como punto de salida.
Javier había quedado Nuria que se avanzaría para ayudarla con las bebidas, llegando como mínimo media hora antes. No se sorprendió al ver que aun no estaba vestida.
Llevaba los pantalones puestos, pero solo un top estrecho que le apretaba los enormes pechos y le dejaba la panza al aire.
Noelia era una chica alegre simpática y muy desinhibida. Enorme en tamaño toda ella. Ancha de caderas, pechos grandes, trasero grande y muy alta. Su personalidad, bromista, parecía que echaba a los chicos atrás. Nadie se la tomaba en serio, porque parecía que nunca iba en serio. Aunque no tuviera un buen físico, atraía sexualmente, pero daba siempre la sensación que no quería nada ni serio ni esporádico. Así que, tras unos cuantos cortes, ninguno de los amigos probo nada con ella, nunca más. Era el amigo de todos los chicos del grupo, y con el tiempo se dejo de pensar en ella como una opción sexual.
- Javi, ¿me haces un favor?
Javi afirmó con la cabeza. Ella se sentó en una silla delante de él y le dio un bote de aceite de masaje.
- Tengo un tirón en el cuello, aquiiii, a ver si consigues quitármelo, que se que tienes buenas manos.
Y era cierto. De forma aficionada, aveces hacia masajes a los amigos en el gimnasio para quitar contracturas, o recuperar el tono. Nada serio
Cogió el aceite sin darle mucha importancia, y comenzó a masajgear, el cuello y los grandes hombros.
- Joder, que manos, esto es orgásmico.
Se movió y se recostó sobre la mesa para dejar que pudiera hacer el masaje más cómodo e intensamente. Estuvo un rato callada, gimiendo por lo bajo como si realmente estuviera teniendo un orgasmo. Noelia iba a conseguir que se pusiera cachondo.
Vio que se incorporaba, algo que no le estañaba, no iban a estar media hora con el masaje. Ella le cogió una mano y le echó más aceite, se destapó los pechos que saltaron al aire como un resorte e hizo que se las acariciara.
- Madre de dios que morbazo me ha entrado...
Le obligó a que acariciara sus pechos desde atrás, con las manos untadas en aceite. Jugaba con sus pezones y sus enormes proporciones. Aquello lo estaba excitando muchísimo y la polla se le estaba poniendo muy dura. Que pechos más juguetones tenia, que placer poder acariciarselos con aceite, no lo había probado nunca. Vio que ella se desabrochaba el pantalón, y se metía la mano entre las piernas. En apenas unos segundos se puso a gemir como una loca, y antes de que le pudiera dar tiempo a reaccionar y aprovechar la circunstancia, ya se había corrido sin cortarse lo más mínimo por lo alto que gritaba.
- Hay dios... que tontería más tonta me ha entrado.
Se movió un poco, y sacó de entre sus piernas una mano muy húmeda. Se echó a tras y cogiéndole por los muslos, le puso la otra mano en el paquete y lo colocó entre la mesa y ella, obligandolo a apoyarse en el borde.
- A ver, que no quiero que salgamos con la poya así.
Le sacó la polla y con la mano aún húmeda de sus fluidos comenzó a masturbarle muy rápidamente, con la poya muy cerca de la cara, como si fuera a comersela. Le echó aceite y lo miró con la boca abierta, como si estuviera esperando que se corriera en su cara y en su boca. Javier no pudo resistir aquello y se corrió muy rápidamente, ella se apartó y dejó que el semen cayera al suelo, sin poder evitar que manchara su ropa y sus pechos. Continuó jugando un poco con su poya, hasta que dejo de salir semen. Con la mano que aún no se había manchado le limpio el semen de la punta de la polla y le dió un beso.
Prometo que no pretendía que sucediera nada de esto.
Ya!! - Dijo javi sonriendo.
Voy a cambiarme.
A los pocos minutos sonó el timbre.... Justo a tiempo. Pero aquella noche se la pasaría buscando como encontrarse de nuevo a solas con ella, pero para algo más.