Sexo telefónico con mi marido

A la tardecita mando un mensaje de texto a mi marido y le digo: estoy calienteeee, a lo cual el me contesta: te odioooooo. Es acá donde los mensajes comenzaron a subir de temperatura

Esta es la primer historia que voy a contar, me presento, soy Érika (no es el real) tengo 36 años y voy a contarles como hicimos el amor por teléfono con mi marido francisco (tampoco es real este nombre).

Verano en argentina, enero, mucho calor, por cuestiones de trabajo tenia que estar en mi casa y mi marido estaba en una casa que tiene su mama en las sierras, a unos 40 km de la capital. Debía entregar un trabajo al día siguiente y hacia ya 2 días que me encontraba sola en casa y mi marido en las sierras. Hace más de 12 años que convivimos y siempre hemos tenido muy buenos y muchos días de muy buen sexo y ese día en particular estaba muy caliente, no soy de masturbarme pero ese día fue espectacular.

A la tardecita mando un mensaje de texto a mi marido y le digo: estoy calienteeee, a lo cual el me contesta: te odioooooo. Es acá donde los mensajes comenzaron a subir de temperatura y fui por algo más: extraño tu pijaaaaa. La respuesta fue: y yo tu conchaaaaaa. A todo esto estaba desnuda en nuestra cama, viendo una porno por el canal codificado y veía como una mujer era penetrada por 2 hombres (mi gran fantasía que espero cumplir pronto) y comencé a tocarme. Fue ahí que agarre el teléfono y lo llame:

E - Donde estas?

F- en la casa

E- Estas solo?

F- si, mama fue a llevar a nuestra hija y a una sobrina a la plaza

E- o sea que tenemos unos minutos para nosotros

F- si

E- a que no sabes que estoy haciendo?

F- ni idea

E- estoy desnuda, en nuestra cama, viendo una porno y me estoy tocando

F- No podes hacerme esto!!!!! Ya me tomo un colectivo y me voy para allá!!!!!!!

E- Ni loco!!! Quedate ahí que voy mañana

F- la tengo dura amor

E- tocate para mí mientras te hablo

F- lo estoy haciendo, vos también tocate

E-estoy viendo como 2 tipos se cogen a una mina y me puse re caliente y mientras hablo me estoy tocando

F-mi amor, esto no lo hicimos nunca

E- ya se pero tenia que escucharte y pensar que te tengo adentro para poder gozar al máximo

F- entonces me imagino que me la estas chupando como solo vos sabes hacerlo

Así siguió nuestra conversación por 10 minutos más hasta que me dijo que no daba más y que estaba por explotar. Comenzamos a gemir los dos por teléfono cuando siento que dice: me vengooooo!!!!!!!!! Y como si estuviéramos juntos yo también explote en ese mismo instante.

F- amor me encanto esto, no sabes como me hiciste acabar

E- a mi me paso lo mismo, mejor así mañana estas mas tranquilo y podemos amarnos cuando llegue a la noche

F- no sabes como voy a estar esperándote.

Al día siguiente, cumplí con la entrega de mi trabajo, prepare mi bolso y me fui a las sierras. El beso que nos dimos cuando llegue fue uno de los mejores besos que me dio desde que somos pareja, el cual fue interrumpido por nuestra hija que al escuchar mi voz vino corriendo a abrazarme y a reclamar el regalo que debía llevarle por haberme ido a trabajar. Desde que llegue a la tardecita, como a las 20 hs. Nuestras miradas eran unas maquinas de enviar disparos amorosos y mensajes calientes como solo las parejas se entienden en esos momentos y tuvimos que esperar hasta pasada la medianoche para poder estar solos.

Mientras tanto, buscábamos la manera de hacer rozar nuestros cuerpos, hacernos alguna caricia (mas de una vez pase al lado de Fran y le agarraba la pija), lo que provocaba la reacción inmediata de perseguirme para tocarme una teta o directamente meterme una mano en el culo, cosa que nos fue excitando a tal punto que en un momento nos encontramos solos en la parte trasera de la casa y con la oscuridad como cómplice le di una mamada de pija descomunal haciendo salir varios chorros de su semen caliente, el cual bebí a mitad para que nonos ensuciáramos y poder volver a retomar la cordura que por ese momento la habíamos perdido completamente.

Después de cenar en familia y dejugar un rato a las cartas para tranquilizarnos y lograr que el resto se fuera a dormir ahí si dimos rienda suelta nuestros deseos de poseernos en cuanta posición se nos ocurrió esa noche. Hicimos un 69, me penetro la concha, me penetro el culo, perdí la cuenta de cuantas veces se la chupe y hasta las veces que llegamos y cuando vimos que los primeros rayos de sol comenzaban a entrar por la ventana nos dimos un ultimo beso y un hermoso "hasta mañana, que descanses"