Sexo sin barreras matrimoniales – XII.A

Cuando mi esposa, sonriendo, separó sus glúteos para que yo viese el enorme agujero que la gruesa polla de Pepe le había hecho al follarla tan salvajemente, y cómo desde ese cráter anal salía su espeso y abundante esperma, supe que ya nunca abandonaría su nueva vida sexual. Nuestro matrimonio ya no era de dos.

Pues bien mis queridos amigos y amigas, soy Amparo y ya estoy de nuevo con todos para proseguir el relato de mi iniciación y de conversión a la mujer sexualmente viciosa que hoy soy, y para contar mis sensaciones personales; la historia completa ya la ha contado Toni en el relato número XI. Os invito a que leáis este relato de Toni ya que yo paso del mismo, porque como estaba borracha y casi desmayada, no recuerdo todo esa parte y Toni, que la estuvo viendo y disfrutando, si.

Primero una cosa. Yo había pactado con Silvia ser “algo” especial en el sexo. Al plantearle a ella que yo quería complacer los deseos de mi marido y los míos, Silvia me habló de su vida con su esposo Ramón y de cómo ella, desde muy joven y a pesar de vivir en la época nacionalcatólica franquista, se había convertido en mucho más que puta (para escándalo de su familia y amigos) y que solo me ayudaría si yo quería ser tan pervertida como ella, y no ser solo una mujer que folla con otros y ya está. Las explicaciones que me fue dando Silvia sobre cómo ser una pervertida sexual sin fronteras, me calentaron “como una burra” y deseé ser como ella y llegar hasta donde ella quisiera. Ese era el acuerdo entre Silvia y yo, y por eso, pasé por todo lo que ella fue indicando esa noche… y el resto de mi vida.

Cuando terminó mi noche iniciática, se marcharon mis folladores y Rosa, Toni me cogió en sus brazos y me llevó a una bañera que Silvia había preparado con agua caliente, sales y todo eso. Me bañaron bien bañada, que realmente me hacía falta y entre Silvia y Ramón, me curaron el culo y me pusieron una dosis de crema para rebajar la inflamación y curar las grietas que se me habían abierto. Me secaron bien y me llevaron a una de las grandes camas de las que habían en la casa. Toni se acostó a mi lado y pasamos la noche allí. Al despertar al día siguiente me encontré tumbada boca arriba, con las piernas abiertas y sola en la cama, tardé un poco en despertarme “casi” del todo y al juntar las piernas lancé un pequeño grito de dolor que nadie oyó ¡joder como me dolía el culo y el coño!, pero fue peor separarlas porque el dolor se acrecentó. No hace falta a los/las que habéis pasado por esto de salvajes penetraciones anales que os lo cuente, ya lo sabéis bien.

Olí a café bien cargado y unas conversaciones, así que me levanté como pude, no vi mi ropa ni siquiera un batín, me puse mis zapatos de altísimo tacón, y a cada paso que daba mi culo me gritaba, y con solo los zapatos salí a la terraza de la cocina donde estaban los tres, Toni, Silvia y Ramón. Se levantaron, me ayudaron a sentarme y otro gritito salió de mi garganta ¡apoyar mi culo y mi coño doloridos en una silla metálica fue tremendo! Toni me puso un almohadón y una buena taza de café cargado, unas tostadas con mantequilla y un poco de queso con un magnífico vaso de naranja exprimida y bien fresquita, luego encendí un cigarrillo de un paquete que allí había y me dijeron que, entre Toni y Ramón, iban a hacer una paella para los cuatro, lo que me pareció muy bien como buena valenciana. Cómo al desayunar me encontré mejor y más despejada, me fui al baño a darme una buena ducha y luego entró Silvia para darme una crema dental específica y un desinfectante para bocas sucias (recordad lo que me hicieron beber y comer durante la noche), me limpié bien la boca y Silvia me curó de nuevo el culo, diciéndome que había rebajado mucho la inflamación y las grietas estaban totalmente cerradas.

Y eso sí, me dijo que por fin mi culo empezaba a parecerse a un gran culo de puta, pero que aún me quedaba mucho y me enseñó el suyo, separando bien sus glúteos para que pudiese ver bien ese enorme agujero en todo su esplendor ¡la madre de todos los dioses… menudo agujero!, y claro, ella me dijo que no me preocupase que cuando tuviese mi agujero así, ya no me dolería me metiesen lo que me metiesen por él, pero yo pensé en lo mucho que me dolería hasta que fuese así de grande y así fue, he pasado momentos dolorosísimos pero ha valido la pena. Silvia me dijo que mi esposo estaba preocupado por todo lo pasado esa noche por no saber el por qué pasaba por eso, y que debía ser yo quien se lo contase y cuanto antes mejor, ya que además, Toni pensaba convencerme para que dejase de intentar ser la puta pervertida que yo quería ser.

Nos comimos esa paella, nos servimos unas buenas tazas de café, unos buenos coñacs, y Ramón sacó sus especiales cigarros nº 1 que están de muerte, y así con esos cigarros, con el placer de una digestión que se estaba haciendo muy bien y con esos coñacs que te desatan la lengua, tuvimos más o menos esta conversación:

  • (Yo) Toni, quiero darte las gracias por los deseos que durante años has impulsado en mi para hacerme una mujer sexualmente abierta, y quiero daros las gracias también a vosotros, Ramón y Silvia por vuestra ayuda y por el tiempo que me habéis dedicado, y sobre todo, por el que me vais a dedicar para hacerme esa puta que mi esposo desea que sea. Espero que esta noche haya estado al nivel que me exigiste Silvia y que seáis mis maestros.

  • (Silvia) Puedes estar segura que has estado muy bien, tienes aguante, tienes vicio dentro de ti, y vamos a hacer de ti una puta muy especial. También Rosa ha dado su visto bueno para ayudarnos a pervertirte. Está segura que serás extraordinariamente viciosa y prácticamente sin limitaciones morales en cuanto al sexo.

  • (Yo) Pues no se hable más de esto y adelante, decidme qué tengo que hacer y lo haré.

  • (Toni) ¡Un momento!, yo también creo que pinto algo aquí, ya que se trata de mi esposa y de mis cuernos, y sigo sin entender lo de esta noche, aunque debo deciros que ha sido fantástica y que no me imaginaba a mi mujer tan puta, y en eso debo felicitaros, sobre todo a ella que estuvo inmensa.

  • (Silvia) Mira Toni, te lo explico yo. Tu mujer ha pasado en el último año por unas experiencias horribles y ha tenido tiempo de pensar en su vida contigo, sin ti, y en su vida sexual. Todo esto ha hecho que se replantee su vida radicalmente. Habló conmigo largo y tendido de su vida sexual y de la mía, de la vida que tenemos sin límites Ramón y yo, y de la que podéis tener Amparo y tú. Le gustó lo que le expliqué y aceptó llevarlo a cabo sin problemas.

  • (Toni) Pero ¿qué cojones es esa vida y por qué no puedo entrar yo en ese plan?

  • (Silvia) Se trata simplemente de convertir a tu mujer en una depredadora sexual sin limitación alguna del deseo, de cualquier deseo sexual por muy pervertido que sea. Tu mujer va a aprender no solo a follar con otros y otras, sino en complacerles en todo lo que deseen. Va a ser enseñada a no poner barreras en su mente, para hacer lo que le pidan y esta noche ha sido una pequeña muestra. La vamos a convertir en una bisexual completa, no tendrá inconveniente en estar con los dos sexos y al revés, haremos que sea ella quien los busque y los complazca, aprenderá a follar con animales y a mamársela sea el animal que sea, la haremos sumisa y la convertiremos en un cuerpo que siente y transmite placer, pero que no piensa otra cosa que no sea el complacer a los demás. Ella se complacerá, complaciendo los deseos de sus amantes sean del sexo que sean.

  • (Toni) Bueno, me parece algo exagerado pero si ella lo quiere, por mi mejor. Así me lo pasaré de puta madre con ella. Pero lo que no entiendo, es el por qué yo no puedo intervenir en esta fase.

  • (Ramón) Porque tú y yo molestamos. Cuando convertí a mi mujer en el putón que es, me pasó lo mismo que a ti, y luego me he dado cuenta que los maridos estorbamos. Si tú confías en nosotros, confíanos a tu esposa y ya verás como nunca te arrepentirás de ello. Se trata que nuestras mujeres nos olviden a nosotros para que puedan entregarse totalmente a otros. Luego, una vez “educadas”, ya no tendrán problemas de entregarse totalmente a quien sea delante de quien sea, pero en estos momentos, la perjudicas.

  • (Toni) De acuerdo, es vuestra… si ella lo quiere y aunque no termine de gustarme.

  • (Yo) Lo quiero Toni. Y ahora Silvia, ya podéis decirme qué tengo que hacer.

  • (Silvia) Pues está claro, serás nuestra los martes y jueves tardes. Tú trabajas por las mañanas y por las tardes solo los lunes y miércoles. Vendrás esos dos días cada semana a nuestro piso de Valencia a las 18 horas. Estarás allí hasta la hora de ir al trabajo el día siguiente. Así que tráete ropa para ir al trabajo desde nuestra casa, ya que esas dos tardes-noches las pasarás con nosotros follando.

  • (Yo) ¿Follando con vosotros dos?

  • (Silvia) No cariño, con nosotros dos y con quien nosotros te digamos. Estarás con nosotros durante 24 días, y tendrás 3 etapas de formación, cada una de las etapas de 8 días. Tendrás que hacer todo lo que te digamos, recuerda, TODO, y si no lo haces, te enviamos a los brazos de tu maridito con más rapidez de la que crees. Y no olvides una cosa, siempre puedes decir no y volverte a casa. Si terminas bien los 24 días de tu aprendizaje, te aseguro que nunca dirás no a nada que sea referente al sexo, sea como sea el tipo de relación sexual. Tu misma querrás más… nos ha pasado a todas las que hemos aprendido a desprendernos de prejuicios.

Nos quedamos en silencio, fumando y saboreando el brandy, y cada uno de nosotros tenía su cabeza en cualquier sitio. De repente vi como Silvia se levantaba, andaba sonriendo hacia Toni, se puso de rodillas entre sus piernas y le dijo:

  • No sé qué cojones estarás pensando ahora, pero yo no me pierdo una polla como la tuya en este momento.

Le abrió la bragueta y salió disparada y bien dura su maravillosa polla, Silvia se la mamó unos instantes, se levantó, se puso de espaldas, se sentó entre las piernas de Toni y se la clavó hasta el fondo. Toni la cogió de las tetas y pretendió moverla para follársela, pero Silvia le dijo:

  • No te muevas ni me muevas, vas a saber lo que es un control de los músculos vaginales. Para follar no hace falta moverse, solo hace falta que la polla se excite para que se corra y te la voy a excitar a tope.

La cara de Toni cambió en unos pocos segundos, de la sonrisa inicial pasó poco a poco a un estado de éxtasis, mientras yo miraba y Ramón sonreía abiertamente. Silvia apenas se movía y en menos de un minuto tuvo una corrida que se notó en su gritito y en su rostro sonriente. Mi marido lo estaba pasando muy bien y a mí eso me sentó fatal, así que me levanté, me fui a por Ramón, me arrodillé frente a él, le saqué su magnífica verga y me puse a mamarla como loca, mientras notaba como crecía y como poco a poco se hacía enormemente gruesa y casi no me cabía ¡menuda colección de pollas me estaban ofreciendo!

Silvia tuvo otra corrida y yo empecé también a frotarme el coño, oí cómo Toni se corrió con un buen grito, también yo me corrí, y poco después todo el semen de Ramón me llenaba la boca, la garganta y casi me sale por la nariz. Recordad lo que os conté, en relatos anteriores, sobre el tamaño de su polla y su grosor, tener aquello dentro de la boca te dilataba la misma tanto que era imposible casi respirar, y encima, con la cantidad de semen que expulsaba… Nos arreglamos y nos fuimos a casa.

Durante el camino (conducía Toni) yo iba pensando en todo lo que había pasado esa noche y lo que a partir del martes próximo (solo dos días después), podía pasarme y si a eso añadimos el dolor de mis agujeros “entrepiernas”, y el placer que ese dolor me estaba produciendo, no os extrañará que llegara a mi casa extraordinariamente caliente y con unas ganas locas de follar a lo salvaje, así que no me corté y nada más entrar en nuestro porno-piso, le dije a mi esposo:

  • Toni, fóllame como una puta de mierda, estoy que me salgo y necesito que me folles hasta reventar. Soy tu esclava sexual y desde hoy complaceré todos tus deseos sean los que sean. Fóllame sin cariño, sin amor, sexo y solo sexo, y ya viste como me trataron anoche, así que no te cortes y golpéame, úsame y haz conmigo lo que desees.

Y mientras le decía todo eso, me iba desnudando nerviosamente. Toni se calentó de una manera brutal y me ayudó a quitarme la ropa que casi rompimos, me tumbó sobre la cama y sin más preámbulos me la metió en el coño de un solo golpe, solo esa penetración dolorosa fue suficiente para correrme, lo que nos excitó más a los dos y Toni no se cortó, me la metía y la sacaba sin piedad ni cariño, deseo de satisfacerse y deseo sexual animal era lo que se veía en su cara, y una y otra vez sus manos golpeaban mis pechos hasta ponérmelos de un granate muy intenso, con unos pezones durísimos.

Lo siento por aquellos que no les gusta este tipo de sexo, pero jamás gocé tanto hasta ese momento, quería más, mucho más, y le jaleaba y le insultaba por “flojo”, lo que le excitaba más y me golpeaba con más fuerza. Al final se vino él, y yo no sé cuantas veces me corrí, pero estaba tan caliente que no se le bajó la polla, que estaba dura y bien dura, así que me dio la vuelta, puso mi culo en posición y de un solo golpe la metió entera. Me dolió más de lo que imagináis, pero me hizo muy feliz ese dolor. Mis tetas se quedaron sin golpes y las fuertes manos de Toni cayeron una y otra vez sobre mis glúteos y mis muslos y a cada golpe, con ese dolor aumentaba mi placer.

Me estaba convirtiendo en una sumisa a marchas forzadas y era inmensamente feliz de ello. Toni se vino definitivamente y se derrumbó sobre mi ¡habíamos estado más de una hora follando sin parar! y los dos estábamos agotados. Descansamos unos minutos y cuando me iba a levantar para irme a la ducha, mi esposo me cogió del brazo y me dijo:

  • Puta, ya que eres mi esclava vas a hacer lo que te diga y aún no hemos terminado. Mama mi polla, déjala bien limpia y dura que aún te queda bastante para ir a la ducha.

Al ver su cara de neandertal y oír su voz ronca, comprendí que estaba en estado sexual máximo y sonreí ¡mi pobre marido comprendía por fin lo que tenía por esposa! Le hice una mamada lenta y profunda y se la puse bien dura. Me cogió con sus fuertes brazos y me abrió de piernas, a los pies de la cama, me la clavó en el coño de un solo golpe y cogiéndome de mis doloridas y enrojecidas tetas, me movió en todas direcciones. Imaginaos mi cuerpo clavado por su verga, levantado y agitado por todas partes, cogido solo por mis pechos con sus manazas ¡qué dolor tan excelso y qué placer tan sublime!

Y no puede aguantarme más, una nueva corrida me sacudió desde mis cimientos y un grito salvaje, gutural y de éxtasis salió de mi boca. Yo misma intenté moverme para clavarme aún más esa polla divina pero él no quería eso, quería mucho más de mi, y sacándola me volteó y eligió mi agujero anal. Nuevamente la clavó al primer intento… y así estuvimos largo rato. No sé cuantas veces nos corrimos, fue un polvo animal de deseo y sexo, de placer y de lujuria, de posesión y poseída.

Nos derrumbamos cansados, agotados y totalmente satisfechos. Nos abrazamos, nos acariciamos y esta vez sí con amor, nos besamos tiernamente y yo cerré los brazos para dormirme. Habían sido casi 24 horas seguidas sin parar de follar y ya no aguantaba más. Pero Toni me cogió, me llevó a la ducha y nos dimos una buena ducha los dos, me secó con todo su cariño mientras seguíamos besándonos con amor, y luego curó mi casi destrozado culo y también me puso crema en los labios vaginales y un poco más adentro ¡la necesitaba y su frescor me aliviaba el dolor!, luego me cogió entre sus brazos, me llevó a la cama, me tapó… y me dormí.

Dos días más tarde, martes, fue mi primer gran día de mi nueva vida. A las 5 de la tarde me presenté en el piso de Silvia y Ramón, exultante de belleza, escote y deseos, pero nada más verme Silvia, me dijo:

  • Pareces una mujer moderna vestida y maquillada así, pero tú eres una puta y debes vestirte, maquillarte, calzarte, hablar y comportarte como una puta, así que nos vamos de compras a la tienda de Rosa y luego a la de una amiga especial mía.

Y eso hicimos. Fue Silvia quien eligió mis vestidos, tops, faldas, chalecos… y nada de ropa interior ya que no me quería ver con ella. En la tienda de su amiga, lo mismo, solo que como su amiga era bisex, le ofreció mi cuerpo a cambio de la ropa comprada. Técnicamente ya era puta, ya que tuve relaciones sexuales con Mónica, a cambio de la ropa comprada mientras Silvia nos contemplaba. Quedaron para verse después de cenar en su casa.

Cuando salí de allí ya no era la misma. Mi ropa anterior estaba en las bolsas y ahora, mi cuerpo estaba solo mínimamente cubierto por un vestidito desabrochado desde la cintura al cuello y muy maquillada por esas dos mujeres. A pesar de las bolsas que llevábamos, nos fuimos a pié a casa de Silvia, y sinceramente, las dos parecíamos unos putones, de lujo eso sí, pero putones a la busca de dinero por joder. Al llegar a casa ya estaba allí Ramón y lo primero que me ordenaron fue desnudarme; en esa casa y durante los 8 primeros días (4 semanas), debía ir siempre desnuda, y como ya estaba acostumbrada a tacones de 10 cm, debía ir con tacones de 12 cm que prácticamente también dominaba. No les gustó mi pelo, así que quedamos que el sábado por la mañana iríamos a la peluquería de una amiga de Silvia que ¡cómo no!, también era bisexual.

Pero no perdimos tiempo en más habladurías, allí mismo en el salón, Ramón me puso sobre el brazo del sillón y me penetró por el coño. Fue un polvo así en frio y no disfruté en absoluto. Al terminar con él (solo me corrí una vez) Silvia me cogió de la mano y me llevó al dormitorio para mantener relaciones con ella y apenas empezamos, oí el timbre de la puerta. Cuando empezaba yo a calentarme por el sexo que teníamos, vi entrar en el dormitorio a Pepe, ya totalmente desnudo y al vernos así, no tardó en empalmarse, dioses del Olympo ¡menuda polla!, ahora sí la veía en todo su esplendor y su grosor acojonaba, lo que me puso más caliente aún al saber que después de Silvia, me tocaba follar con él. Nos calentamos de verdad las dos, y cuando nos habíamos corrido varias veces, Silvia le dijo a Pepe:

  • Esta puta ya es tuya, haz lo que quieras con ella.

Se dirigió a mí y como yo me temía, quería mi culo. Así que me volteó, separó mis glúteos y se rió de cómo estaba aún mi agujero anal. Cogió el bote de crema que le dio Silvia, untó bien mi culo y su polla e intentó meterla a la primera ¡y una mierda!, aquello no cabía por mucho que empujase a pesar de cómo tenía ya de abierto el ano, así que puso un poco de crema en su mano derecha y me fue metiendo los dedos en mi culo, primero dos, luego tres y luego los cinco dedos juntos, dándome un extraordinario y dilatante masaje, volvió a coger su polla, apuntó en la puerta del agujero, empujó… y el grito que lancé se hubiese oído en Sebarstopol si no fuera porque Silvia estaba al quite y me tapó la boca.

Cómo sabéis, mi culo estaba destrozado desde hacía dos días, y aunque mucho más dilatado que antes, pollas como las de Pepe o Ramón, eran extraordinariamente gruesas (y la de Ramón de 24-25 cm de longitud, por unos 20-22 la de Pepe), por lo que el dolor era algo insufrible cuando lo metió, y ya no os digo cuando empezó a moverlo dentro de mi intestino. Una simple mirada de Silvia me hizo callar y me quitó la mano de la boca mientras Pepe se calentaba más de lo que yo hubiese deseado. Mientras su polla entraba y salía sin parar, sus fuertes manos golpeaban mis glúteos y mis muslos… y como Silvia se aburría, sus manos empezaron a golpear mis tetas.

Estaba siendo follada de forma brutal y muy dolorosa y golpeada en tetas, culo y muslos y sin embargo, una calentura impensable me envolvía y me llenaba de un desconocido placer que no deseaba terminase. Me fui corriendo una y otra vez mientras Pepe decía:

  • ¡Mirad, mirad qué puta tan caliente tenemos para disfrutar!, -mientras Silvia y Ramón (que estaba de pié en la puerta) se reían-. Disfrutemos de ella a tope.

  • (Silvia) Rómpele el culo Pepe y así, los que se la follen esta noche que la terminen de romper por todas partes.

  • (Ramón) Y cuando termines me toca a mí, que antes no he disfrutado bastante.

Y cuando Pepe terminó corriéndose dentro de mí, Ramón le sustituyó. Cuando vi que me la quería meter otra vez por detrás, le dije que me pusiese crema y me dijo:

  • Ya no tendrás crema nunca más, solo después, para evitar infecciones y rebajarte la inflamación y solo durante 4 días. Tu culo dilatará solo o se romperá ¡so puta!

Y dicho y hecho me la clavó en el culo. Esa vez aguanté el dolor, me mordí los labios y la sangre brotó de ellos, pero no lancé ningún grito. Su polla, como he dicho antes, era casi tan gruesa como la de Pepe pero más larga, con lo que cuando entraba toda entera, mi paquete intestinal y mi estómago se revolvían. Silvia vio la cara que ponía yo y dijo:

  • ¿Qué te pasa puta, no te gusta cómo se mueve tu estómago? Pues vas a ver como disfrutas más, y tu Ramón, no te corras aún, la vamos a llenar.

Me trajeron una jarra de agua y me la hicieron beber entera, debería haber al menos un litro de agua, y luego, Pepe y Silvia orinaron dentro de ella (Ramón no lo podía hacer por tener su polla en mi culo), me lo dieron para beber y me lo bebí todo, y así, con el estómago lleno de líquidos, el sabor agrio y raro (no he descubierto aún su “esencia”) del orín de los dos, la polla de Ramón empezó a entrar y salir de mi culo cada vez con más intensidad. Cuando alcanzaba su máxima profundidad, los movimientos de mi estómago lleno de liquido que bailaba como quería, me hacían desear vomitar y me producían un desasosiego grande… pero ese mismo pensamiento de mis intestinos, de mi estómago y del sabor agrio, me quitaba de la cabeza el dolor de las penetraciones de Ramón.

Y esa fue la primera enseñanza de ese día, que si hay algo que te entretiene tu mente, el dolor de otras partes de tu cuerpo no lo notas porque estás absorbida, entretenida, con otros pensamientos. Esos días comprendí que el dolor físico no existe, solo existe el dolor mental y si eres capaz de dominar y controlar tu mente, ese dolor físico no cuenta. Puedes sufrir múltiples dolores, golpes, azotes, penetraciones salvajes, agujas, pinzas… y simplemente poniendo tu mente en algo que sea capaz de hacer que te concentres, tu cuerpo resiste más de lo que puede nadie comprender, a no ser que lo haya sufrido como yo y lo sepa por naturaleza.

Todos los sumisos/as y la mayoría de los auténticos Amos me entienden perfectamente. Por eso los Amos no actúan de forma ordenada, sino desordenada y descontrolada, precisamente para que no estés preparada para concentrar tu pensamiento y evadir el dolor, porque de lo contrario ¿para qué te van a hacer sufrir, si no eres capaz de sentir dolor cada segundo? Al final, la polla de Ramón se derramó dentro de mí con un gran placer de los dos.

Esa misma noche fui penetrada varias veces por otros dos hombres, y tuve el placer de poder tener relaciones sexuales con otras dos mujeres, entre ellas Mónica, la dueña de la tienda que se lamentó, no de mi estado, sino de no poderme ver ese día con los trapitos que me había regalado. Eso sí, en el terreno sexual me dijo que era bastante más puta de lo que parecía, y que otro día vendría con su marido, que esa noche no pudo venir.

Fueron pasando los días, y yo todos los martes y jueves a partir de las 17 horas, estaba en casa de Silvia y Ramón. Como Toni ya os ha contado en Sexo sin barreras matrimoniales-XI, empecé a vestir provocativa (quiero decir que más que antes) y poco a poco fui empezando a ser una ligona. Cuando iba a bailar con Toni, me acercaba a los hombres que me gustaban para bailar con ellos y calentarlos. Si me gustaba una mujer, dejaba a Toni en la mesa y me iba a por ella aunque me despreciara. Con lo que fui adquiriendo fama de “Chica fácil”, “puta”, “buscona”, “ninfómana”, “lesbiana”… y muchas otras cosas nada agradables para una mujer decente, pero como yo no lo era ni lo quiero ser, muy gratas para mis oídos.

Y conseguimos lo que queríamos, que cuando íbamos Toni y yo a bailar a las dos mismas salas, incluso los camareros nos decían que “alguien” o “alguna pareja” les habían dejado sus teléfonos para que les llamásemos, y así empezamos a crear unos nuevos grupos de amigos, al margen de los de siempre, con los que follar, tríos, intercambios, orgías y también hombres y mujeres para mi sola, con los que quedaba en las pocas horas que tenía libres durante la semana. Por supuesto, todos los camareros eran magníficamente recompensados por mí.

La puta que quería Toni, se estaba convirtiendo en mucho más que puta, y fueron unas semanas extraordinariamente divertidas para mí, y de las que he aprendido mucho más de lo que se puede explicar, porque ya sabéis de sobra que expresar los sentimientos verdaderamente íntimos, no es tan fácil. Durante esas 8 tardes-noches de aprendizaje, muchos hombres y mujeres follaron conmigo en la casa de mis maestros, me pasaba las horas chorreando semen y flujos, que a su vez era lamidos por mis amantes femeninas.

Ni sé ni recuerdo, la cantidad de personas que me poseyeron, solo sé que fueron muchas y que les estoy muy agradecida por lo que hicieron de mi, era como estar yo en una casa de putas pero gratis total. En la madrugada del octavo día y después de haber follado a esas horas con Silvia y Ramón (en realidad estuve follando sin parar desde las 17,15 más o menos), me dijo Silvia:

  • Ya has terminado Amparo las 8 sesiones preparativas que acordamos ¿deseas seguir con las otras 8? Ten en cuenta, que en las próximas semanas tu ya no follarás aquí. Vendrás aquí, y este será tu cuartel general, pero follarás fuera de esta casa, tendrás que ir a hoteles y a las casas de quienes te enviemos, conocidos o no, familiares tuyos o no.

A lo que yo contesté que SI, que quería seguir y terminar así mi formación. Y esta otra parte os la escribiré también yo en el relato siguiente, ya que este es el XII-A y el otro será el XII-B, por lo que no será Toni quien escriba el siguiente. Toni seguirá con los impares, es decir, el nº XIII, y con ese u otro más, os habremos explicado con detalle cómo fue mi transformación sexual.

Y una cosa que quiero señalar. Algunas de las personas que nos escriben (sobre todo mujeres “feministas”) tachan a Toni de machista y proxeneta. Si habéis leído bien nuestros relatos (y leer bien es comprender), lo que hizo el pobre Toni fue sacar de mi todo el animal sexual que llevo dentro, y en varios relatos habréis leído, que él se oponía a mis deseos e incluso los quería finalizar ¿es eso machismo? Y en cuanto a proxeneta ¿ha visto alguien en los relatos que él quiera cobrar de lo que yo gano y he ganado, o que me lleve todos los días a los márgenes de alguna carretera perdida para explotarme? De todas maneras, cada uno puede coger el relato como quiera. Nosotros hemos intentado explicar nuestra vida, NO convenceros que nuestra forma de vida es la mejor para todos, y con la que todos estemos de acuerdo.

Besos y hasta muy pronto

Amparo