Sexo sin barreras matrimoniales - VII

Cuando mi esposa, sonriendo, separó sus glúteos para que yo viese el enorme agujero que la gruesa polla de Pepe le había hecho al follarla tan salvajemente, y cómo desde ese cráter anal salía su espeso y abundante esperma, supe que ya nunca abandonaría su nueva vida sexual. Nuestro matrimonio ya no era de dos.

Hola de nuevo. Como recordareis de mi relato anterior (Sexo sin barreras matrimoniales-V), al hablar con Amparín y decirle que mi novia no tendría inconveniente en tener relaciones sexuales con sus tres amigas del alma, abrí la veda para que ellas tres (Amparin, Pilar y Felisa) se lanzaran al ataque de mi virginal novia en el arte lésbico. Esa misma noche se llamaron las tres amigas y a quien le tocó el primer lugar del ataque sexual fue a Pilar, que curiosamente, fue la única con la que Amparo tuvo una media relación bisexual.

Al día siguiente, Pilar llamó a Amparo a su trabajo y le dijo que quería hablar con ella y enseñarle “unas cositas”, como los padres de Pilar estaban en la playa de Cullera, podían verse en su piso tranquilamente. Pese a lo desenfadado de la pequeña conversación, mi novia se imaginó por donde quería ir su amiga y que estaría enterada de lo que pasó en la tienda con Ana y Amparín, lo que no sabía, es que yo estaba por el medio para que la iniciasen sus amigas y entre todos convertirla en un putón como ellas.

Así que quedaron para la tarde, Amparo se puso sexi para gustarle más y que no tuviese que imaginar mucho Pilar. De todas maneras y aunque Amparo se resistía, en realidad y como ya os he contado, hacía tiempo que lo deseaba, aunque muy en el fondo. A la hora acordada estaba allí y Pilar le abrió la puerta casi desnuda, un cortito camisón rosa pálido y una braguita pequeña. La hizo entrar y mi novia le preguntó:

  • Vaya ¿realmente hace mucho calor y no solo en la calle, o es que te has arruinado y no tienes ni para ropa?

  • Calla cielo, es que anoche me contó Amparín lo de la tienda con ella y Ana, y me he pasado la noche y el día masturbándome por vuestra culpa.

  • ¿No me digas que esta noche y sola en tu casa, no has follado con Jaime? (su novio)

  • Bueno sí, vale, pero             que conste que hoy si me he hecho unos deditos pensando en ti. Y por cierto ¿qué sentiste cuando Amparín te masturbaba mientras se besaba con Ana?

  • Placer cariño, el mismo placer que cuando tu y yo borrachas en tu cama, nos masturbamos mutuamente y nos besamos como locas. Mira Pilar, se que lo que queréis las tres es follarme y convertirme en un putón como vosotras, así que deja de charlas y follemos. Sé desde hace años que sois bisexuales y yo en eso soy novata, así que tendrás que dirigir tu todo este asunto.

  • Joder Amparo, yendo tan directo al grano, estás enfriando nuestro encuentro, en lugar de calentarlo.

NOTA: Yo aquí tengo que hacer un inciso, en "Sexo sin barreras matrimoniales VIII", Amparo os contará todo lo que pasó con Pilar, al día siguiente con Felisa, y al otro día siguiente con Amparín, y yo tocándome las narices sin poder follarme a mi novia, porque estaba follando con sus amigas, pero sí os contaré lo que pasó tres días después. Los otros días, Amparo me llamó para que no fuese al pisito, ya que pasaría las tardes, cada una con una amiga y no acudiría a nuestro picadero, pero este día no me llamó y yo, feliz y contento por poder follarme por fin a mi novia y al mismo tiempo, oír sus devaneos sexuales y sus primeros cuernos consentidos por mi y en parte facilitados, me presenté en el pisito al terminar mi trabajo y nada más entrar, oí unas voces y risas hacia nuestro dormitorio, me fui hacia allí y me encontré el mejor cuadro posible.

Mi novia y sus tres amigas estaban sentadas encima de la cama, fumando y en pelotas. Era la primera vez que veía a las cuatro desnudas del todo fuera de la piscina del chalet, y aunque quedé un poco sorprendido, ellas tan tranquilas y sonrientes. Mi novia se levantó, vino hacia mí, me dio un beso y me dijo que habían estado follando las cuatro. Los otros días follaron cada una con mi novia, pero hoy habían decidido hacer una fiesta especial para mí, querían que las viese follar a las cuatro y que no me tuviese que imaginar nada. Así que me invitaron a que cogiese una silla y me sentase ¡la función iba a empezar!

Fui a la cocina, cogí una silla y cuando entré de nuevo en la habitación, la fiesta ya había empezado. Mi novia estaba tumbada cara al techo, Pilar le lamia el coño, Felisa estaba sentada en la almohada besándose con Amparín y jugando ambas con sus tetas, mientras esta le ofrecía su coño a mi novia para que se lo chupase. La escena era surrealista y muy atractiva y como es lógico, yo estaba empalmado del todo y con unas ganas enormes de follarme a cualquiera de todas, pero me tuve que contener, ni siquiera me saqué la polla del pantalón para masturbarme, ya que tampoco sabía cómo lo podían coger tanto Amparo como sus tres amigas. Sobre todo, le tenía más miedo a la reacción de mi novia Amparo.

Pronto esta tuvo su primera corrida gracias a la experta lengua de Pilar y a continuación la tuvo esta ya que se estaba masturbando mientras chupaba a mi novia, las otras dos dijeron que eso no valía y se tumbaron junto a Amparo, la abrazaron, le cogieron sus pechos y se los apretaban casi tanto como yo mientras la besaban por turnos y le introducían sus lenguas, mientras al mismo tiempo se iban masturbando mutuamente. Pilar tampoco se estuvo quieta y empezó a masturbar por detrás a Amparín y con la otra mano, le metía dedos unas veces en el culo y otras en el coño de mi novia.

De repente un grito de Felisa nos hizo ver que esta se había corrido, luego otro de mi novia, que se corrió y cogió a Amparin entre las piernas, frotándose ambas sus coños y clítoris mientras de pié, Pilar se estaba masturbando frenéticamente. Casi a la vez, mi novia, Amparín y Pilar se vinieron ante las risas de Felisa. Se tumbaron todas juntas y mientras una de ellas cogía el clásico paquete de tabaco y lo distribuía, Felisa me dijo:

  • ¿Qué te ha parecido cabrón?, porque desde esta semana ya eres un nuevo cabrón consentido.

  • Y puedes estar seguro de que aún lo serás mucho más (dijo Pilar). Esto de esta semana y de ahora mismo, es solo el principio de la nueva vida de la puta de tu novia.

  • ¿Pero os habéis fijado en lo empalmado que está? (dijo Amparín), vamos elije ¿a quién de todas te quieres follar ahora?, solo tienes que sacar la polla de tu bragueta y meterla en el coño que más te guste… menos en el tu novia.

Mi novia dijo algo así como “no lo asustéis”, pero se la veía feliz y me miraba con unos ojos brillantes, llenos de amor y de agradecimiento que me gustaron sobre manera.

Me ofrecieron un cigarrillo que rechacé (solo fumo puros, o sea cigarros como se llaman en otros sitios) y me invitaron a sentarme en la cama junto a ellas, pero que me quitase los pantalones para no pringarme con todo lo que había de jugos en la sábana. Mi novia me recordó que solo los pantalones, los calzoncillos en el sitio, pero claro, con los calzoncillos que gastaba y el tamaño de mi polla, prácticamente estaba con el ariete al aire. Y Felisa no se inmutó, simplemente por encima de la ropa me lo cogió, dijo que el calibre era de narices y ella lo quería en su coño y preguntó a mi novia cuando se lo prestaría para ella, mientras me masajeaba sin parar.

  • Vale, vale, quien sabe Felisa, dale tiempo al tiempo.

  • ¿Quiere decir esto que vais a venir por fin a nuestras orgías?

  • Pues no, esto lo he hecho con vosotras y solo lo haré con vosotras, pero tampoco todos los días ni todas las semanas. Solo cuando el momento y el lugar requiera darnos el lote.

  • Pero Amparo, nosotras habíamos creído que después de lo de esta semana, y lo de hoy frente a tu novio, ya estarías abierta para hacer orgias, intercambios y follar con quien quieras, incluso por dinero ¿tú tienes algún inconveniente Toni?

  • Yo no tengo ningún inconveniente en follar con vosotras, ni que vuestros novios follen con Amparo, ni que en las orgías hayan otras personas, ó que Amparo folle con quien le guste, hombre o mujer, gratis o cobrando. Quien tiene miedo es Amparo, no yo.

Amparo se quedó mirándome, aplastó el cigarrillo en el cenicero y dijo:

  • Lo más fácil del mundo es obtener placer, pero si yo quiero follar con Toni y hacer todo lo que él quiera conmigo, sea lo que sea, es por amor y no simplemente por follar, así que dime una cosa Toni, ¿realmente te gustaría verme follar con otros delante de ti en una orgía? ¿o incluso que quede con alguien simplemente para follar, o que trabaje en una casa de putas y ya está? ¿quieres de verdad que sea una zorra sedienta de sexo?

  • Ya sabes mi respuesta, si tu lo deseas y solo cuando lo desees. Por mi no solo no hay inconveniente, sino que te animo a que lo hagas, en el fondo tienes un hambre brutal de sexo que tú misma lo reconoces ¿por qué entonces no te sacias follando sin parar?

  • De acuerdo Toni, chicas ¿Cuándo nos organizáis una orgía memorable? Con vuestros novios y con las parejas que queráis llevar.  No diré que no a nada ni a nadie.

Estas palabras nos llenaron de alegría a todos. Sus amigas estaban contentísimas y yo lógicamente, muy satisfecho. Una cosa que a mí me producía placer, era la posibilidad de ver a mi novia follando con otros/otras, corriéndose como una puta y luego viniendo a mí para darme las gracias por esa libertad y follando conmigo, como la perra más guarra del universo. Si yo quisiera follar con otras, las tenía en mi propio trabajo y en otros muchos sitios. Lo curioso de mí, es que cuando conocí a Amparo, dejé a todas las demás amigas y me dediqué solo a ella.

Después de la afirmación de Amparo, se fueron todas a la ducha incluyendo a mi novia y al pasar por mi lado la cogí del brazo y le dije que nos quedásemos los dos un rato, que yo la tenía dura y necesitaba su coño, pero ella me dijo que me pajease si la quería rebajar, pero que ella se iba a su casa y la llevaría una amiga, no hacía falta que lo hiciese yo. Así me mostraba su enfado por esa “derrota sexual” suya.

Se llamaron durante unos días preparando esa orgía y quedaron para vernos dos sábados más tarde, a las 23 horas en un chalet de una urbanización cercana a Valencia. Como nosotros dos no sabíamos dónde estaba ese chalet, quedamos que recogeríamos nosotros a Felisa y dado que ella era una habitual de estas fiestas, nos conduciría sin problemas. Llegada la noche y después de cenar, recogimos a Felisa en su casa y nos llevó sin problemas hasta ese chalet. Bajó del coche, tocó un timbre en la puerta de peatones del muro, se abrió la puerta para coches y entramos, nos hicieron unas señas y aparcamos junto a otros coches en un lateral de la casa preparado para ello. Salió a abrirnos Amparín que estaba en pelotas sobre unos taconazos impresionantes, y entramos en el interior del chalet que se veía grande.

Al entrar había un recibidor bastante grande, y al traspasar su puerta, entrabas a un salón muy amplio con varios sofás grandes de piel, que luego supimos que eran de un plástico especial que no dejábamos manchas y de fácil limpieza, es decir, muy adecuados para correrse y luego poder limpiarse bien. Allí estaban las tres amigas de Amparo, Felisa, Amparín y Pilar con sus respectivos novios (todos ellos sacaban al menos 10 años de diferencia de edad con cada amiga), Ana la dueña de la tienda y su marido, y otro  matrimonio (Ramón y Silvia), de unos 50 años, muy bien físicamente, que eran los dueños y quien sin saberlo nosotros en ese momento, serían quienes convertirían a mi mujer en la puta que hoy es. Pero esto es adelantarse y lo dejo para otro relato.

No solo Amparín estaba desnuda, sino también Ana, Silvia estaba en top-les, y dos de los novios también desnudos. Se realizaron las correspondientes presentaciones y ya de entrada, Silvia quitó el top a mi novia y le dijo que no le gustaba abrazar a una mujer vestida. Se abrazó a Amparo, le cogió las tetas y viendo que estaba un poco quieta, le cogió las manos y se las puso en las suyas. Empezó a besarla lentamente en los labios y mi novia empezó a jugar con sus pechos y su respiración empezó a cambiar. Todos estábamos mirando y los hombres ya la teníamos dura, lo que se notaba más en Miguel y Paco que estaban desnudos.

Silvia tenía una enorme práctica y sus besos, lengüetazos y sus sabias manos, estaban volviendo loca a Amparo, la mano derecha dejó libre el pecho con el que jugaba y levantando un poco la falda de mi novia que era más bien cortita, le metió la mano en la entrepierna, bajo su braguita y al notarla Amparo, ella misma se apretó más a Silvia, esos besos y esas manos la estaban volviendo loca de placer y no tardó nada en correrse con su grito especial gutural, alegre y salvaje. Silvia sacó su mano de la entrepierna y totalmente mojada se le dio a chupar a Amparo, ella se la fue metiendo en la boca y chupando cada uno de sus dedos y luego la palma de la mano de Silvia. Saboreó sus propios jugos y luego dijo:

  • Me habían hablado muy bien de ti y hace tiempo que quería conocerte. Me han dicho que eres una puta de cuidado, pero miedosa de soltar todo lo que llevas dentro. Te aseguro que aquí y con nosotras, soltarás todo lo de dentro y más aún. Mira que polla más hermosa tiene Paco, túmbate sobre el brazo de ese sofá y deja que él juegue contigo y así podremos contemplar tu ánimo.

La polla de Paco era casi como la mía de gruesa, pero parecía un poco más larga. Su novia le dio un beso y le acarició el rabito totalmente duro. Amparo se quitó la minifalda y las braguitas que las tenía casi en la rodilla. Se fue hacia el sofá indicado y poniendo una mano en el respaldo y la otra en el apoyabrazos, nos ofreció a todos su precioso y goloso culo. El espectáculo era caliente a más no poder y la visión totalmente sensual y sexual. Ana y las demás amigas que estaban desnudas también, se metían las manos en la entrepierna propia, a excepción de Ana y Felisa, que se estaban masturbando mutuamente.

El resto estábamos en los sofás sentados o tumbados, con ganas de que empezase el espectáculo. Llegó Paco hasta donde estaba mi novia, le dio unos besos a cada glúteo y con los pulgares se los apartó, apareciendo el culo y el coño de mi novia totalmente mojado, miró el tamaño de su agujero anal y la dejó para irse a una mesita donde habían varios botes, cogió uno y se lo llevó hasta Amparo, lo abrió, sacó una crema, embadurnó su ano y luego embadurnó también su polla. Y todo esto sucedía en un impresionante silencio, nadie hablaba, solo se oía una suave música inconfundible de Cliff Richard, y los sonidos de las chicas masturbándose.

Paco acarició a mi novia, la fue llenando de besos en la espalda y en los glúteos, se tumbaba sobre ella y le cogía fuerte de las tetas apretándoselas, le acariciaba los brazos y la parte baja del vientre, su dura polla siempre apretada entre los glúteos, en fin, la iba calentando y eso se notaba en su respiración, estaba impaciente esperando que Paco la empalara y este se tomaba su tiempo, hasta que de repente, cogió su polla y por detrás, la fue metiendo dentro de su coño, poco a poco, lentamente, la metía y la sacaba, solo unos centímetros, Amparo se puso a mil, eso de jugar con ella ya lo he hecho yo y ella se pone caliente como una burra, ya que lo que más desea en el mundo es tenerla clavada bien adentro moviéndose sin parar, así que antes de que nos diésemos cuenta, tuvo su primera corrida, su grito de guerra, gutural, sordo, ronco y lleno de alegría y pasión salió de sus labios y del fondo de su garganta, y Paco no esperó más, se la clavó de un solo golpe hasta el fondo, y como ella no lo esperaba, otro grito de sorpresa y algo de dolor salió de ella, que le dijo a Paco:

  • ¡Clávala cabrón, clávala bien adentro y rómpeme si quieres! Demuestra al cornudo de mi novio que eres un macho de verdad.

  • Tienes la garantía de que te voy a romper y sí, es verdad, aquí el único cabrón es tu novio que está mirando cómo se follan a su novia y encima le gusta.

  • ¡Si Paco, sí, haz cabrón a mi novio y demuéstrale que no es el único hombre que poseerá mi cuerpo! ¡Ni tampoco el único que me preñará en el futuro!

  • De acuerdo cariño, ahí voy, a romperte tal y como es tu deseo y el nuestro.

Felisa también se corrió en ese momento y las demás, una detrás de otra. Los hombres con la polla en la mano pajeándonos cada uno a su ritmo, incluyéndome a mí. Los únicos que no parecían afectados por el espectáculo eran Ramón y Silvia. Esta seguía con los pechos desnudos pero con su minifalda puesta y él, totalmente vestido y sin bulto en el pantalón.

Paco se estaba follando a mi novia con fuerza y deseo, a la vez que le daba con las manos abiertas en las nalgas y los muslos, y eso era la primera vez que se lo hacían y Amparo aguantaba los fuertes golpes. Ese mete y saca de Paco con sus palmadas, estaba volviendo loca a mi novia y volvió a tener otro orgasmo, así que Paco le dijo:

  • Ya veo que eres una puta que le gusta la follen y la golpeen, hasta ahora has disfrutado, vamos a ver si sigues disfrutando con más dolor.

Y le quitó la polla del coño, le abrió su culo, apuntó a su agujero anal y de un solo golpe, a lo bestia, se la introdujo totalmente. A pesar de que yo ya se lo había abierto desde hacía tiempo y de la crema que le puso Paco anteriormente, Amparo sacó un alarido brutal de dolor, las piernas se le doblaron y sus brazos fallaron en el sofá, casi se cae de bruces, Paco la cogió de las caderas y con tanto movimiento se le salió la polla del ano, Amparo, como una mujer orgullosa cogida en falta ó en debilidad, se volvió a poner como antes, y Paco, de una sola embestida, se la volvió a meter hasta los huevos.

La estaba follando no como a una amiga, sino como a una puta especial a quien le has pagado para hacerlo y te importa muy poco lo que le pase. Volvió a pegarle con las manos en el culo y los muslos, pero bastante más fuerte que antes, y empezó una nueva forma de follarla, se la sacaba del culo y la introducía en el coño, se la sacaba del coño y de vuelta al ano. Hasta Silvia se excitó y empezó a masturbarse. De repente quien gritó fue Paco y pegándole una fuerte nalgada con su mano derecha, se corrió dentro de sus intestinos, se abrazó a mi novia durante unos segundos y se levantó sudado, feliz, sonriente y con la polla pringosa colgando.

Su novia fue hacía él y le cubrió de besos. Amparo mientras, aguantaba en la misma posición, sin moverse, su respiración era muy agitada, el semen empezó a caerle del ano a los muslos, nunca la había visto así, como tampoco le había visto nunca en esa situación, ya que nunca le pegué, con sus glúteos y sus muslos totalmente rojos por las palmadas de Paco. Realmente le había pegado fuerte. No sé cuantas veces se corrió ella, pero conocía sus reacciones y sabía que, sexualmente estaba no solo muy satisfecha, sino satisfechísima y feliz, a pesar del castigo.

Me acerqué a ella, me senté junto a su cara y vi que estaba llorando, muy poco, sin fuerzas, pero llorando. Le cogí el rostro, la besé mil veces y como vi que no se movía de cómo estaba, sus fuerzas la habían abandonado. Me levanté, la abracé, la levanté de la postura en que aún seguía y la senté a mi lado. Miré alrededor y vi que todos estaban follando, aquello se había animado y por supuesto, ninguna oveja con su pareja. La atraje hacía mí, la apoyé sobre mi cuerpo, le bese ojos, nariz, frente, mejillas y con mis manos la acariciaba mientras ella guardaba silencio. Así que le pregunté:

  • Bien cariño, no es exactamente como yo quería, pero ¿qué tal ha estado ese polvo?

  • Maravilloso. Tú nunca me has follado así. No sé que me ha pasado, pero las nalgadas de Paco me ponían a la vez furiosa y a la vez salvaje queriendo más. Cuando tú me follas y me aprietas fuerte las tetas, siento un gran dolor, pero el placer que me da es infinitamente superior al dolor; pues bien, estos golpes de Paco me han dolido, pero me han hecho correrme más de lo pensado y me ha gustado, ¡esto sí ha sido una follada salvaje!, así que ya sabes qué tienes que hacer conmigo, sacar de mi todo lo masoca que hay dentro y los dos disfrutaremos, y ahora hazme un favor, fóllame tu, pero con amor.

Y eso hice, follarme a mi novia como posiblemente nunca había hecho. Amparo me demostraba cada día que cuando más libre se hacía en el sexo, más se ampliaba su deseo y su margen de novedades que le diesen placer. Me tumbé en el sofá y ella se puso de rodillas encima de mí, clavándose mi polla en su coño y subiendo y bajando sus piernas, cogió mis manos y se las puso en sus tetas para que se las apretase, estaba salida y esa noche quería guerra. De repente se levantó un poco más, se la sacó del coño y se la metió en el culo y con sus manos, acariciando las mías, me indicaba que fuese yo quien agarrando sus tetas, levantase su cuerpo para cambiar de lugar mi polla de un agujero al otro. Se vino otras dos veces antes que yo y también mi semen, fuese a parar a su culo.

Vinieron a nosotros Pilar y Felisa, y mientras la primera empezaba a lamer el culo de Amparo y sorber el semen de los dos machos que lo habían depositado, Felisa empezó a hacerme una mamada gloriosa, y si yo creía que ya no era posible que la mamase nadie mejor que Amparo, me llevé una sorpresa, la mamada de Felisa era para pasar a la historia, era algo tan placentero que es imposible describirlo, solo decir que me la puso dura en unos segundos y que se la introducía sin problemas y entera hasta la garganta, cuando comprendió que yo estaba casi para correrme, se la sacó de la boca, se sentó encima mío y se la metió en el coño corriéndonos los dos casi simultáneamente.

Y así fue pasando la noche, Amparo fue follada por todos los hombres y mujeres (yo me las follé también incluida Silvia), menos Ramón y Silvia. Fueron sacando entremeses y pasteles, botellas de licor y de cava que todos comíamos y bebíamos y sobre las 5 de la madrugada, Silvia fue al tocadiscos y puso música de Nat “King” Cole y acercándose a Amparo, la invitó a bailar con ella. Su marido, Ramón, bajó la intensidad de la luz y todos nos pusimos a mirar, teniendo yo a mi lado a Ana, que empezó a pajearme. Mi novia se levantó y se acercó a Silvia que la estaba esperando con la mano izquierda extendida, mi novia le ofreció su mano derecha y en posición de baile, esos brazos estaban extendidos fuera de ellas y se abrazaban con los otros dos brazos, apoyados en la espalda de cada una, pero Silvia mantenía una cierta distancia entre las dos, no estaban estrechamente abrazadas y me di cuenta que a esa distancia se estaban frotando los pezones al bailar ese bolero.

Era un espectáculo impactante, la música sonando suavemente, un silencio sepulcral de los presentes y dos maravillosas mujeres de dos generaciones distintas, desnudas sobre sus altos tacones de aguja y mirándose a los ojos. Muy pronto empezaron a calentarse las dos, esos roces entre sus tetas estaban haciendo efecto. De repente, Silvia estrechó sobre si a Amparo, los dos cuerpos estaban totalmente pegados y la pierna derecha de Silvia penetró entre las dos de Amparo y mientras bailaban iban frotándose sus coños… pero de repente tuve que parar de mirar porque las sabias manos de Ana que me estaban pajeando desde el principio, habían conseguido su efecto y me había corrido yo.

Al darse cuenta, Ana se agachó y empezó a sorber toda la leche que pudo porque había salido disparada y por todas partes. Pero también Silvia y Amparo se corrieron, y apretándose la una contra la otra, se besaron intensamente pero no pararon de bailar. La mano derecha de Amparo se introdujo en el coño de Silvia totalmente mojado y empezó a pajearla con fuerza, cosa que Silvia le devolvió con la misma intensidad. Las dos se besaban apasionadamente y se masturbaban de forma intensa y una corrida tras otra, les vino a cada una de ellas. Cuando las dos se quedaron agotadas, se cogieron de las manos y se sentaron juntas.

Silvia cogió de una caja al lado de donde estaba sentada, un cigarro (un puro), lo cortó, lo encendió lentamente con cerillas de madera (era fumadora de puros) y se abrazó a mi novia que se apoyó sobre su hombro, las dos estaban agotadas, sudadas, jadeantes, y de vez en cuando se besaban en los labios dulcemente, en un momento dado, mi novia le cogió el puro y empezó a fumarlo y se lo pasaban de la una a la otra hasta que lo terminaron. Entonces Silvia, dando un beso a mi novia dijo:

  • Ramón, es tu turno y tú, puta, vas a saber ahora lo que es una follada.

Ramón, el marido de Silvia, se levantó con la polla casi fláccida, se plantó delante de Amparo y se la ofreció. Esta se la cogió adelantando su cuerpo y empezó a mamarla hasta que se puso casi dura y tuvo que sacarla de la boca porque no le cabía, pero Ramón se la volvió a introducir, así que con una cara de no poder tener la boca tan abierta, casi desencajada la mandíbula, Amparo se la puso totalmente dura. Ramón la empujó hacia atrás hasta que la espalda tocó el respaldo del sofá y cogiéndola de las piernas, se las puso por encima de los hombros y sin más, se la clavó hasta los huevos.

No gritó Amparo, pero con sus movimientos denotaba que aquel enorme pedazo de carne, la estaba matando. Ramón iba a lo suyo, un mete-saca, mete-saca muy violento, y Amparo no tuvo más remedio que correrse una vez más con esa polla que dilataba su coño brutalmente, y fue entonces, cuando empezó su verdadera follada. Ramón empezó primero con cuidado y luego, cada vez con más fuerza, a darle “bofetadas” con las manos abiertas a los pechos de mi novia que rugía de dolor y de placer. Mano derecha-pecho izquierdo y mano izquierda-pecho derecho.

Empezó a correrse y Ramón cambió de estrategia, se la quitó del coño y también sin contemplaciones, se la metió en el culo, ahí sí que grito Amparo, el dolor era enorme y las manos de Ramón dejaron de pegarle en las tetas para darle fuerte en los glúteos y los muslos, y de repente, Silvia se levantó y se puso de rodillas sobre el cuerpo de Amparo ofreciéndole su coño, cuando Amparo abrió su boca para chupar, Silvia empezó a orinarse y cogiéndole la cara, no le dejaba apartarse de ella ni cerrar la boca.

  • ¡Traga puta, traga, aprende el sabor de mis meados porque desde hoy serás mi váter (W.C.) móvil! Y de los otros si te lo piden.

Me asusté un poco por cómo se estaban poniendo las cosas, me levanté para poner fin a todo eso porque parecía que se estaba ahogando con todo ese meado a presión, y para mi sorpresa, mi novia me vio y me hizo una señal con la mano para que me sentara. Estábamos todos muy calientes, pajeándonos e incluso Ana follando con Paco, Pilar se puso a mamar mi polla mientras se masturbaba, y de repente, Amparo gritó de nuevo, Silvia había terminado de orinar y se había sentado totalmente sobre sus pechos aplastándoselos, y una vez más, Silvia y Amparo se corrieron de nuevo. Instantes después, Ramón, dando un empujón brutal para clavar su polla hasta el fondo del culo de mi novia, se corrió también inundando sus intestinos con su semen.

No sabía quién limpiaría todo aquello, pero el suelo y los sofás estaban hechos una mierda y nosotros también. Me acerqué hasta Amparo que estaba totalmente rota, derrumbada sobre el sofá, sin fuerzas, llena de orín, semen y líquidos de las corridas de ella, los hombres y las demás mujeres. Me abracé a ella y la levanté para sentarla normalmente y ella se apoyó en mi y así estuvimos abrazados un tiempo. Hubo una nueva ronda de pasteles y bebidas y nos trajeron algunas cosas en unos platos, Amparo aceptó un trozo de pastel para quitarse el sabor de su boca recién meada, y yo una copa de brandy que me hacía falta. Y después de un rato de descanso, Ramón dijo:

  • Ya es hora de que nos duchemos, nos vistamos y nos vayamos a dormir ¿no os parece?

Todos dijimos que sí, pero ante la sorpresa de todos, Amparo dijo que quería decirnos una cosa antes de irnos. La miré extrañado igual que los demás, se puso en medio del salón y nos dio esta noticia:

  • Quiero daros las gracias a todos por esta noche extraordinaria. Jamás pensé que se pudiera pasar tan bien follando. Las gracias primero a mi novio, por haber sacado de mi todo este demonio sexual que llevaba dentro sin saberlo, luego a mis amigas que me han hecho bisexual total y a sus novios, que me han follado como han querido, y finalmente a Silvia y Ramón, que me han demostrado que follan con más mala leche que Satanás, mean litros de orín que sabe a rayos, golpean con las manos que me han dejado llena de placer y con más cardenales que el Vaticano, pero que saben lo que hacen. Pero esta ha sido mi primera noche de orgias ¡y la última!

Muchas voces se alzaron con sorpresa, yo también la miré con la misma sorpresa y no entendía como había hecho lo que había hecho, y gustándole tanto, lo dejaba. Pero ella lo explicó muy claro:

-He hecho esto por saber yo hasta dónde puedo llegar y veo que no tengo prácticamente límite, y también, para complacer el deseo de mi novio, pero yo estoy enamorada de Toni y quiero solo ser suya. Cualquier mujer puede follar con quien quiera y cuando quiera, follar y más si se hace con gente que disfruta y te hace disfrutar, es un placer de dioses, pero yo solo soy humana. Ya ves Toni, puedes hacerme lo que quieras desde hoy, pero solo tú. Si me dejas, de vez en cuando o cuando salgamos de juerga, haré el sexo solo con mis tres amigas, Ana y Silvia lo siento, deseo ser vuestra amiga pero no sexual, pero de hombres, Toni y solo Toni. Lo siento cariño (lo dijo mirándome a mi) pero con esta decisión te corto las orgías. No obstante y dado que me he reservado hacerlo con unas pocas mujeres, te doy libertad a ti para que folles con quien quieras sin yo saberlo, y si me entero, nunca te recriminaré, pero no vendremos ni iremos a más orgías.

Y así fue como terminó esa noche. Recogimos todo, nos duchamos, nos vestimos, cogimos nuestros coches y nos volvimos a casa. Al entrar en el coche, Amparo me dio un beso y simplemente me dijo:

-¡Te quiero Toni y gracias por esta y por tantas noches de sexo!

Y ahora le toca el turno a Amparo de contaros su versión de estos sucesos en "Sexo sin barreras matrimoniales - VIII". Y muchas gracias por vuestras cartas, Amparo está desbordada.

Toni