Sexo sin barreras matrimoniales - IV

Cuando mi esposa, sonriendo, separó sus glúteos para que yo viese el enorme agujero que la gruesa polla de Pepe le había hecho al follarla tan salvajemente, y cómo desde ese cráter anal salía su espeso y abundante esperma, supe que ya nunca abandonaría su nueva vida sexual. Nuestro matrimonio ya no era de dos.

Hola, soy Amparo de nuevo y sigo contándoos nuestras experiencias sexuales desde mi punto de vista. Ya sabéis, Toni escribe los capítulos impares y yo los pares y así tenéis los dos distintos puntos de vista de situaciones compartidas y de otras que, o bien las ha pasado él sin mí, o al revés, las he disfrutado yo sin él.

Al llegar a casa de mis padres con quienes vivía, quise hacer partícipe de esa primera tarde de sexo premeditado con Toni, a mi mejor amiga, Pilar, la llamé y quedé con ella para la tarde siguiente. Nos vimos en el lugar acordado y le expliqué a mi amiga lo sucedido, lo que la calentó un huevo y se alegró por ver si así yo me hacía, de una puta vez, una golfa como lo eran mis tres amigas especiales, y así participábamos de sus orgias e intercambios. Le dije que necesitaba unas pequeñas lecciones "particulares" para poder entregarme mejor a Toni y hacer que los dos disfrutáramos del sexo a tope.

Pero al mismo tiempo necesitaba ropa interior y de la otra, y como a Toni le habían gustado los zapatos de tacones de aguja altos, pues eso, necesitaba zapatos y como las tiendas de las que yo me suministraba no eran muy completas en todo eso, pues necesitaba de ella, de sus consejos y de sus contactos, al fin y al cabo, Pilar, Amparín y Felisa son de clase media-alta y con posibilidades de compras más modernas y más caras, es decir, conocían comercios de los que yo no tenía ni idea. El resto de mi otra pandilla de amigas, las que lo eran desde mis inicios en el cole, mucho más “decentes”, las estaba dejando precisamente por eso, por “decentes”.

No hace falta que os diga, sobre todo a las mujeres que nos leéis, que si le cuentas a tus amigas tus experiencias sexuales y encima les pides consejos y sobre todo para ir de compras, tienes amigas dispuestas no solo a ayudarte a pervertirte, sino también a ayudarte a vaciar tu cartera, ya que hace 30 años de Visas nada de nada. Me llevó a una tienda de una amiga de su madre especializada en ropa interior, camisones, batines y todo eso y después de más de dos horas, salimos cargadas de bolsas y con el billetero exhausto. Me fui al pisito y lo dejé todo allí y aproveché para limpiar un poco toda la cama guarreada de los polvos de ayer.

Estuve un rato mirándola y pensando en lo del día anterior y sonreí, tenía razón Toni, el sexo me gustaba y en el fondo, un deseo muy íntimo me hacía querer ser esa mujer especial que él quería, es decir, su puta privada. Lavé todo aquello, puse ropa nueva y una funda impermeable para el colchón. Al irme, todo parecía normal en esa casa que sería nuestro lupanar y nuestro primer hogar.

Al día siguiente, a Pilar se le añadió Felisa y las tres nos fuimos de compras, ¡cosa que como comprenderéis, no nos gusta nada a las mujeres! Primero fueron los zapatos y me compré 4 pares, 2 de 7 cm para la calle y 2 de 10, zapatos y zapatillas para ir por casa y acostumbrarme a los tacones altos (meses más tarde ya me atreví con los de 12 cm y nunca me he comprado plataforma, ya soy bastante alta) con sus correspondientes bolsos de calle. Nuevamente el billetero se quedó con telarañas.

Quería más cosas, pero estaba sin una peseta, así que Pilar me llevó a una tienda donde sus padres tenían crédito abierto, habló con la encargada y me abrieron un crédito a mí. Con todo ello llevaba una cantidad importante de paquetes que el taxista se rió al vérnoslos y Felisa vino para ayudarme. Llegamos al pisito casi una hora antes que Toni, así que nos dio tiempo para guardar algunas cosas y el resto dejarlo empaquetado en el armario. Cómo ya se acercaba la hora de venir Toni, Felisa me dijo que se iba y cuando llegó a mi altura, en lugar de darme los correspondientes besitos en las mejillas, me agarró por la cintura, acercó lentamente su rostro al mío y aplastó sus labios contra los míos. Al ver que yo no me retiraba, me dio un profundo y pasional beso... y yo, de manera inconsciente, se lo devolví. Con su mano derecha acarició mis pechos mientras me decía:

  • Envidio a Toni que puede poseer ese cuerpo y yo no. Pero espero poder follármelo pronto, muy pronto y para siempre.

Me quedé sola, nerviosa ¿qué me había pasado? Prácticamente había aceptado una relación lésbica. Solo eran unos besos y unas caricias ¡pero las había aceptado y respondido! Y estaba muy caliente. Fui al dormitorio y me desnudé totalmente mirándome en el espejo. Verdaderamente estaba flaquita, pero así se notaban más mis 98 cm de pecho, fuertes y poderosas tetas que gustaban mirar los hombres por la calle y por las que se volvía loco mi novio. Y que también Felisa deseaba ¿me desearían también Amparín y Pilar? ¿Me entregaría sexualmente a ellas? Esos pensamientos me produjeron tanto placer, que tuve una corrida sensacional.

Tenía una gran mata de pelo en mi entrepierna ya mojada por el deseo y con un poco de prisa me maquillé un poco y me puse un batín azul claro traslúcido sin nada más debajo y me lo anudé en la cintura, y las zapatillas con tacón de 10 cm para ir por la casa y al irme hacia el salón, sonó el timbre ¡y yo estaba prácticamente desnuda! Me acerqué taconeando hacía la puerta (no sabía aún hacerlo sin taconear con esa altura) y al mirar por la mirilla vi a Toni y con el corazón a más revoluciones que un motor de F1, le abrí la puerta y desde dentro de casa asistí a la cara de sorpresa de mi novio al verme así vestida (o desnuda) y con esos tacones.

Cuando entró en casa y cerré la puerta, me puse ante él y haciendo una pequeña genuflexión de rodillas al mismo tiempo que me separaba un poco la parte inferior del batín, le dije:

-¡Saludo a mi hombre!, qué pasa cariño ¿no te gusta lo que ves?

-¡Joder Amparo, nunca me imaginé verte así!, bueno, imaginarme si lo imaginé muchas veces y me he hecho muchas pajas por culpa de ello, pero no ahora, bueno, ya sabes…

Me acerqué hasta él, le empujé un poco hasta que su espalda tocó la pared y empecé a acariciarle, besarle, meterle la mano bajo su camisa acariciando su pecho, rozando con mi rodilla su entrepierna ya muy abultada y él quiso abrazarme y sobarme a lo bestia. Un nuevo empujón mío y una orden mía, lo pararon. Ese momento era mío y lo quería disfrutar, además yo ya había tenido mi primera corrida y deseaba tener muchas más. Le fui despasando lentamente su camisa y tal y como iba a apareciendo su pecho, se lo iba besando y acariciando y pasando mi lengua. Yo estaba totalmente mojada, salida, pero Toni estaba con los ojos en blanco y le oí decir en voz baja:

-Joder que bien lo estás haciendo, me voy a correr.

Y de eso nada de nada. Le dejé de besar y me despasé el batín, acerqué mis tetas a su pecho con los pezones bien duros y me estuve rozando un rato con él mientras mi mano derecha le despasaba la bragueta, me arrodillé ante él y lo pensé mejor. Lo que hice fue quitarle todo el pantalón y los calzoncillos hasta el suelo y coger bien su gran polla. Esa polla que solo dos días antes yo le tenía miedo, ahora la deseaba locamente, acerqué mi boca a ella y me la fui metiendo cada vez más adentro (por consejo de mis amigas, había practicado en casa con una preciosa zanahoria bien lavada) y si no me la metía yo, me la metía Toni, ya que el muy cabrón cogía con sus manos mi cabeza para que no la quitase como si fuese mi culo, y metía su polla en mi boca como si fuese mi coño.

Y aunque todavía yo era bastante torpe, con mis labios y mi lengua le fui haciendo una creo que bastante buena mamada, hasta que de repente, una cosa pastosa, caliente, que se pegaba al paladar y mis dientes, salió de dentro de la misma, a chorro, a presión… y a traición. No sé cómo no me ahogué con esa dichosa leche, tenía la boca llena (no os imagináis el chorro que suelta Toni) de leche, de saliva y de la propia polla ¿qué hacía ahora? Cómo mi novio se dio cuenta de que me había quedado parada, una vez se le pasó el efecto de la corrida, me miró, se rió de mí y me dijo:

-¿Qué estás haciendo Amparo con la boca llena de semen?

Yo le solté su polla, pero la boca la seguía teniendo llena de semen y saliva, así que no podía hablar. Debí mirarle como una idiota, porque riéndose me dijo:

-Cariño, ayer ya probaste mi semen, así que tienes dos soluciones, o te vas al baño y lo escupes, o simplemente te lo tragas todo y te acostumbras. Esto último es lo que yo prefiero, que cada vez que me corra en tu boca, tú te lo tragues todo de forma automática.

Y eso es lo que hice, poco a poco y con un poco de asco. Pero me di cuenta de que no era un sabor despreciable, aunque sí un líquido pastoso, pegajoso y salado, así que me prometí que poco a poco me iría acostumbrando a su sabor ya que le gustaba a Toni y por mis amigas sabía que sus novios (y sus amantes) eran como el mío, deseosos de recibir una buena manada y de que sus chicas se traguen hasta la última gota de su lechita. Una vez recuperada un poco de esa experiencia, me levanté del suelo y me fui hacía el salón, un poco mareada y moviéndome como una borracha encima de aquellos altísimos tacones a los que no estaba acostumbrada y con mi batín colgando, ya que Toni me lo había bajado.

Me senté en el sofá prácticamente desnuda y a mi lado lo hizo Toni que se había quitado totalmente los pantalones y los había echado al suelo. Una vez sentados, me apoyé en su hombro y estuvimos hablando. Toni quería saber cómo había sido el cambio de anteayer a hoy. Cómo hasta hace dos días me daba casi vergüenza que jugara con mis tetas y ahora estaba desnuda a su lado… fueron momentos de intimidad y de aclaración de ideas. Yo casi no recuerdo esa conversación, así que quien más o menos la quiera saber que lea Sexo sin barreras matrimoniales III, donde Toni la cuenta, ya que su memoria es prodigiosa.

Pero poco a poco y mientras avanzaba dicha conversación y explicaba detalles, yo me iba calentando de nuevo, mis pezones estaban duros y la polla de mi novio pedía guerra, así que le abracé, le besé intensamente y empecé a jugar con su polla. Toni se levantó, me cogió con sus brazos (yo pesaba a pesar de mi altura 50-51 kilos) y me llevó a la cama, donde el muy bestia me dejó caer, me quitó el batín del todo y él su camisa y se quedó mirándome desnudo, mirando mi también desnudo cuerpo allí tumbado para ser follado y sacrificado. Mirándole a él, su cara de deseo y su magnífica polla bien dura y preparada para clavarse dentro de mí, me puse tan caliente que me corrí de nuevo, eso le puso más deseoso de lo que ya estaba, se fue a la mesita, cogió la caja de condones, se puso uno y se vino frente a mí. Me miró, se tumbó encima y sin pensárselo dos veces, me la clavó de un solo golpe haciéndome daño.

Pero eso me calentó aún más y no dejé que él llevara la iniciativa, le agarré de sus glúteos (consejo de mis experimentadas amigas) y dejando que me la clavara hasta el fondo, empecé a mover mis caderas lateralmente, en rotación y delante-atrás y tuve una nueva corrida a lo bestia ¡aquello me estaba gustando cada vez más!, y Toni aceleró su mete-saca para venirse él que aún no se había estrenado, lo que consiguió en pocos segundos y se quedó tumbado encima de mí. Cuando nuestra respiración se normalizó un poco, mi novio se quiso quitar y poner a un lado, pero yo ahora estaba hambrienta de sexo,  con tantos años sin probar sus maravillosos placeres y le detuve, necesitaba más y más y más… Toni me dijo:

-Amparo, deja al menos que me cambie el condón, ya sabes que tiro mucha leche y encima los has comprado muy justos para mi polla, si me vuelvo a correr se saldrá mi leche y te puedes quedar preñada.

-¡Que te den! No te preocupes si me quedo preñada, ese será mi problema, pero ahora deseo follar sin espacios en blanco, así que empieza a follarme de nuevo y hasta que reventemos.

-Te estás haciendo una puta y eso me gusta ¿Quieres follar?, pues follemos.

Y como eso le calentó y aún la tenía dentro ya que yo no la dejé salir, noté como le iba creciendo y como se iba calentando y no solo él, yo estaba salida y con ganas de ser follada durante horas. Así que empecé de nuevo con los movimientos de caderas, agarrando sus nalgas con ambas manos y haciendo que su polla chocase contra el fondo de mi vagina y empecé de nuevo a correrme, Toni cogió un calentón terrible y me agarraba de las tetas con sus manos como si fueran garfios, con mis tetas así agarradas, iba moviendo mi cuerpo, levantándolo y dejándolo caer, el dolor que yo sentía, era inversamente proporcional al placer que me daba y aunque no lo sabía, estaba empezando a sacar mi vena masoca… sin saber qué era eso, pero empecé a experimentar placer a través del dolor y volví a correrme una y otra vez.

Toni estaba salido, me estaba follando con todas sus fuerzas, sin miramientos, como si mi coño hubiese sido usado durante años y no solo desde 48 horas antes. Mis paredes vaginales se estaban dilatando una barbaridad proporcionándome placeres y dolores indescriptibles. Su roce era muy fuerte y sentía como entraba y salía constantemente. Al mismo tiempo, mis tetas me dolían terriblemente, pero cada vez que levantaba mi cuerpo o lo arrastraba cogiéndome de las mismas, mi placer aumentaba con el dolor. Finalmente, con un fuerte grito se corrió a su vez, produciéndome un efecto de lujuria sin límites. También yo grité de placer mientras nos besábamos con intensidad. Fue un polvo salvaje, uno de los mejores polvos que tuve en semanas.

Ahora si necesitábamos un descanso, yo estaba tan agotada que no me importó que el semen de Toni estuviese todo el tiempo dentro de mi vagina al salirse del condón, no podía levantarme de lo agotada que estaba y estaba muy feliz de sentir tantas cosas agradables nunca experimentadas. Toni era un buen semental y además era mío. Y lo único que yo tenía que hacer era complacerle, y como complacerle me daba placer, pues eso… a pasarlo bien los dos.

Pero poco a poco, no solo me fui relajando, sino que mis caricias a Toni, mis besos y el estar casi encima de él, hicieron que su polla empezase de nuevo a crecer. Y yo me sentí muy feliz de ser la provocadora de esa erección tan inocente, y aunque aún me dolía el culo de su penetración anal, quise devolverle ese placer y empezar a entregarme al sexo sin limitaciones. Me puse encima de él, giré mi cuerpo, le enseñé mi culo y separando los glúteos, le enseñé mi aún inflamado anillo anal y le dije:

  • ¿Ya no te gusta mi culo cariño, ahora que ya está usado? Sé que lo tengo algo inflamado a pesar de mis pomadas pero ¿por qué no lo penetras de nuevo? Solo usándolo una y otra vez, se podrá dilatar lo suficiente para que me folles sin problemas, pero ahora, seré yo quien me masturbe mientras tú me penetras ¿no eres tú quien me pincha para que aprenda todos los secretos de una vida sexual y sea puta?

Y la leche que organicé. Toni se puso como loco y demostrándome que mi culo sí le importaba y a pesar de la inflamación, me agarró del cuello, me tumbó hacia atrás, me dio la vuelta y sin pensárselo dos veces, de un solo empujón me clavo casi media polla. Y mientras me follaba el culo, con sus manos empezó a hacerme cosquillas y yo estaba, por una parte, con un dolor brutal en el culo, y por la otra, riéndome sin saber el por qué de ese juego. Poco a poco, su polla se fue metiendo y cuando ya estaba dentro de mí hasta sus huevos, dejó de hacerme cosquillas, me agarró por las caderas con sus dos manos y empezó a follarme de verdad. Mis músculos estaban enormemente dilatados, tanto en el anillo anal como mis intestinos.

Pero el roce de su polla con mi ano era tan grande, que más de una vez creí que esos músculos se romperían. Pero mi novio me amaba y mientras perforaba mi cuerpo, sus labios lo besaban e incluso su lengua me lamía. Tenía dolor y placer al mismo tiempo, y poco a poco, el placer fue sustituyendo al dolor y al recibir mi mente ese placer, yo misma intenté ayudarle. Levanté un poco mis caderas para ajustarlas con su polla y dejar un hueco donde meter mi mano para masturbarme al mismo tiempo. Pero el muy cabrón, al notar como mi culo dejaba entrar mejor a su polla, no se lo pensó dos veces y empezó a follarme salvajemente.

El hijoputa me estaba haciendo un daño terrible. Su polla era gruesa y mi anillo anal estaba aún irritado de la vez anterior que, fue además, la primera enculada de mi vida ¡imaginad el roce tan brutal que estaba teniendo yo! Así que intenté olvidar ese dolor masturbándome lo más intensamente posible para conseguir más placer. Por otra parte, notaba como su polla, que me penetraba sin lubrificante, entraba y salía con bastante facilidad. Y como todo llega en la vida y me masturbaba de forma tan apasionada, tuve un orgasmo salvaje acompañado de un grito más salvaje aún. Esto excitó más a Toni que me folló como nunca.

Me penetraba a una velocidad enorme y de forma tan violenta, que muchas veces sacaba totalmente su polla de mi culo y me volvía a penetrar. Una y otra vez. La entrada de mi culo me ardía del roce y mi cabeza empezaba a marearse un poco. Mi cuerpo se estremecía sin parar y de mi garganta salían gruñidos de placer y de dolor a la vez, y de repente, noté cómo Toni se detenía un poco, y sentí perfectamente la presión de las descargas de semen en mis intestinos, y como ya no podía más y mis fuerzas se habían agotado, me hundí sobre la cama.

Ya no podía más. El sexo es un verdadero placer, pero es enormemente agotador, sobre todo los primeros años ¿no? Mi culo se llenó de nuevo del semen amado. Todavía se estaba terminando de relajar Toni, cuando yo casi me quedé dormida de tantas corridas y de soportar el peso de su cuerpo y el mío. Toni me apretó contra su cuerpo mientras me acariciaba y llenaba de besos. Los dos estábamos estrechamente abrazados y poco a poco, muy poco a poco, fui volviendo a la realidad, me di la vuelta y mirándole a sus ojos, sonriendo a medias por agotamiento, le dije:

  • ¿Qué cabrón eres mi amor? Me has destrozado el culo y ya veremos qué les digo luego a mis padres cuando intente sentarme para cenar ¡menudo culo debes haberme dejado! Y con las tetas, si me las sigues apretando tanto, por una parte me las ves a arrancar y por otra parte, vas a conseguir que mis pezones se claven en el techo. Joder ¡qué animal eres! Tratándome así, en lugar de puta me vas a hacer martir.

Y el muy bruto se excusó diciéndome que a mí, me gustaba que me apretasen las tetas y jugasen con mis pezones porque me daba placer. Y claro que me gustaba que jugase con ellos, pero no para que me los arrancara. Y del culo me dijo que en un mes, más o menos, ya no me dolería. Joder, pero el dolor era mío y el placer mayor era suyo por follármelo. En fin, paciencia, un mes pasa pronto.

Estuvimos hablando unos minutos más mientras nos relajábamos, y ya que él estaba extrañado de la ropa y calzado que había comprado, se lo expliqué todo (lo podéis leer en el Relato III), bueno, todo no se lo conté, me callé lo de los besos y caricias con mi amiga. Y le dije que el batín que estaba junto a su mesita, era para él y como es lógico, también le dije que me había quedado arruinada. Yo era estudiante, de familia media-media, no trabajaba y mis pocos ahorros los había hecho volar. Mi novio se rió y me dijo que era algo así como un bolsillo roto pero que visto lo que vio, había valido la pena quedarse en quiebra técnica.

Nos besamos intensamente, nos fuimos corriendo a la ducha porque se había hecho tarde y cuando íbamos a abandonar la habitación, cogí del cajón de la mesita, un precioso llavero que le había comprado con las dos llaves de lo que se había convertido en nuestra cueva del amor, la llave de la entrada a la calle y la del piso.

Al ver Toni que yo me tomaba nuestra relación totalmente en serio con la entrega de esas llaves, hizo algo inesperado. Al día siguiente abrió una cuenta para los dos en un Banco cercano con 100.000 pesetas y así pude las semanas y meses siguientes, ir comprando más cosas y convertir ese piso en nuestro hogar de años. De vez en cuando iba metiendo dinero, más el poco que yo recibía de mis padres hasta que terminé mis estudios y pude trabajar. Todavía hoy compartimos esa cuenta y nos trae muchos y gratos recuerdos.

Y ahora un poco de paciencia y a esperar que Toni escriba la V parte de esta historia de sexo, amor y lujuria. Ya sabéis que él escribe los capítulos impares y yo los pares, así que por mi parte ¡hasta Sexo sin barreras matrimoniales VI!

Un beso muy fuerte donde más os guste. Y gracias por las cartas que nos escribís, son para nosotros muy especiales.

Amparo