Sexo sin barreras matrimoniales - III

Cuando mi esposa, sonriendo, separó sus glúteos para que yo viese el enorme agujero que la gruesa polla de Pepe le había hecho al follarla tan salvajemente, y cómo desde ese cráter anal salía su espeso y abundante esperma, supe que ya nunca abandonaría su nueva vida sexual. Nuestro matrimonio ya no era de dos.

Pues ahora, nuevamente me toca a mí, Toni, contar lo que sucedió en adelante y como fui moldeando a mi novia y hoy esposa, Amparo, muy ayudado por sus deseos sexuales sin límites y tantos años reprimidos, para que fuese la mujer puta, liberal, morbosa y viciosa que hoy es y desde hace muchos años. Os recomiendo leer Sexo sin barreras matrimoniales I y II , para enteraros de todo desde el principio.

Como os decía en mi primer relato, dejé a Amparo en casa de sus padres y yo lógicamente me fui a la de los míos, con los que vivíamos. Dos días más tarde, tal y como habíamos acordado, me presenté en su pisito al terminar el trabajo y al tocar el timbre en la puerta del mismo, me abrió la dicha puerta una Amparo casi desconocida. Llevaba un ligero batín transparente de color azul claro anudado en la cintura y nada más debajo, y unos desconocidos zapatos de 10 cm de tacón de aguja que la ponía casi a mi altura. No sé que abrí más, si los ojos o la boca ,y lógicamente, al cerrar la puerta tras de mí, ella se rió y abriéndose la parte baja del batín, me preguntó:

  • Qué te pasa cariño, ¿ves fantasmas o no te gusta lo que ves?

  • Joder Amparo y perdona mi expresión, pero pareces una puta de lujo.

  • Por supuesto cariño, ya te dije anteayer que habías despertado en mi unos instintos sexuales desconocidos y que abren grandes posibilidades para los dos, pero si con el tiempo me haces realmente una puta, tú serás mi único cliente y no te creas que te saldré barata, pienso sacarte toda clase de regalos. Ya sabes, a las novias y a las esposa nos gustan los “detalles”, no solo en las fechas de siempre (cumpleaños, aniversarios…) sino en cualquier día del año. Por cierto, o te tranquilizas un poco, o vas a reventar la cremallera de tu bragueta.

Y efectivamente, mi polla estaba dura como una roca y rígida como el mástil de un velero. Amparo se acercó a mí, se pegó a mí y cuando iba a abrazarla, se zafó y me dijo:

  • Las manos quietas. No te muevas.

Y sin abrazarme en ningún momento, empezó a rozarse contra mí y a pegar su cuerpo al mío. Me besaba en la boca, en la nariz, en los ojos, en la frente, en las mejillas, en el cuello… yo estaba que me moría, pero ella no me dejaba tocarla ni besarla, empezó a despasarme los botones de la camisa y empezó también a acariciarme con sus manos mi pecho que ella iba desnudando. Su respiración ya había cambiado y cada vez era más rápida y agitada, cuando terminó de desabrocharme la camisa, me la quitó y la tiró al suelo, del interior de su garganta empezó a oírse un sonido gutural y que expresaba todo su deseo. Se abrió el batín y pegó sus pechos desnudos contra mi pecho y como seguía moviéndose, mi pecho y el suyo se rozaban constantemente y Amparo tuvo un orgasmo merecidísimo, pero yo tuve que decirle que ahora me tocaba a mi, ya que yo también era un ser humano y estaba al borde del orgasmo.

Amparo se rió y me dijo:

  • Cariño, tranquilo que creo sé lo que quieres.

Y arrodillándose delante de mí, me desabrochó el cinturón del pantalón, la cremallera, y de un tirón me bajó el pantalón y los calzoncillos, quedando mi polla delante de sus narices, la cogió entre sus dos manos y me dijo:

  • Ya no le tengo miedo, ni a tu polla ni a ti. Sé que me tratarás con cariño y seremos felices los dos, y en cuanto a tu polla, ya empieza a gustarme su grosor y su tamaño. Espero te guste esta mamada, aunque es la primera vez que lo hago.

Se la introdujo glotonamente en su boca y empezó a acariciarla con su lengua, a meterla y sacarla jugando con sus labios, a acariciarme la base de los testículos mientras me masturbaba en su base. No me lo podía creer, ¡menuda diferencia con la vez anterior hace solo dos días! No me pude aguantar y cogí su cabeza por la nuca y como si le cogiese por sus glúteos para follármela, empecé a mover su cabeza para que mi polla entrase y saliese de su boca, más que en una mamada, en una follada real. Noté que intentó vomitar dos o tres veces y lo dejé estar, no quería estropear ese momento y casi al dejarla en paz, me vine con todas mis fuerzas y deseos.

Entonces sí le cogí la cabeza para que mi polla derramase toda mi leche en su boca. Le costó una barbaridad el no vomitar pero yo conseguí lo que quería y es que supiese toda la cantidad de leche que puede contener su boca y que empezase a conocer al mamar una polla, que en ese momento de gloria, la mujer debe mantener la polla en su boca, más toda la espesa leche y aguantando la presión de la misma al salir, mientras te la tragas y naturalmente, tienes que respirar. Más de una vez, a Amparo y a otras mujeres, les viene tan de repente la corrida del hombre en su boca, que hasta por la nariz sale el semen al no esperarlo todavía.

Siguió un momento más arrodillada ante mí, con la polla ya entre sus manos y con la boca cerrada, levantó su cabeza y me miró a los ojos y seguía con la boca cerrada en la que una pequeña cantidad de semen estaba en sus labios ¡y me di cuenta que toda mi leche estaba en el interior de su boca y no sabía qué hacer con ella!, así que le dije:

  • Me parece que tienes algo que ha sido mío en tu boca ¿no es así?

Con su cabeza asintió y la miré con una profunda ternura, ¡no sabía ella qué hacer!, si tirarlo o tragárselo, así que le dije:

  • Anteayer ya probaste el sabor del semen y has sobrevivido. Si te gustó te lo tragas, y si no, lo puedes tirar en el baño. A mí me gustaría que siempre te lo tragaras.

Así que dicho y hecho, empezó a tragarse mi semen poco a poco hasta la última gota (y os aseguro que es bastante semen). Cuando terminó de tragarse todo aquello y de poner mil caras mientras lo hacía, se levantó, me dio un suave beso en los labios, se fue hacia el salón aguantando el equilibrio sobre sus altos y nuevos tacones y se sentó en el sofá. Yo me levanté los pantalones y sujetándolos con las manos, me fui andando, casi a saltitos, detrás de ella mientras a través de la transparencia del batín la veía totalmente desnuda. Al sentarse, el batín quedó a los lados y su cuerpo desnudo frente a mí, así que me quité los pantalones y calzoncillo y también desnudo me senté a su lado, y tuvimos más o menos esta conversación.

  • (Amparo) ¡Menuda mierda de sabor tiene vuestra leche!, parece leche condensada pero salada y se pega en toda la boca, aún la tengo por los dientes y por cualquier sitio.

  • Pues cariño, a las mujeres os vuelve locas el tragársela

  • Sí, ya me lo ha dicho Pilar, a ella le encanta.

  • ¿Y qué pinta Pilar en todo esto?

Amparo se quedó callada, como si la hubiese cogido en falta y eso me puso un poco nervioso, porque sabía que Pilar y Amparin eran unas salidas a pesar de estar hablando de hace 30 años. Para los que no habéis leído el Relato I, deciros que en la casa de Pilar y gracias a una mini orgía, fue como logré llevar a mi novia al altar del placer. Pilar, Amparín y Felisa, son y han sido, las mejores amigas y confidentes de Amparo, y sus primeras amantes del mismo sexo, aunque esto ya lo informaré. Y me contó lo pasado.

  • Mira Toni, tu sabes que yo era hasta anteayer virgen, y sinceramente, mi familia no es tan liberal como las de mis mejores amigas universitarias, y mi grupo habitual de amigas de siempre, no son tan liberales como ellas ni de coña. Por lo tanto y en charlas entre amigas, tengo que confiar en estas tres locas, porque son más putas y liberales que mis amigas de infancia.

  • Pues aunque no me guste decírtelo por si te incomoda, si realmente deseas ser más liberal, tendrás que cambiar de pandilla de amigas. Me gustan más como amigas Pilar, Amparin y Felisa con sus novios y amigos, porque son más liberales y divertidos.

  • No te preocupes, ya estuve ayer hablando con Pilar y a partir de ahora saldremos con ellos, ya está todo acordado. Pero además de hablar sobre el sexo, me hizo varias sugerencias y me acompañó a comprarme algo de ropa interior, exterior y calzado, como habrás podido darte cuenta hoy. Y me dijo que para empezar a mamarla bien, podría hacer como hizo ella, meterme un plátano o una zanahoria en la boca, y así aprender a tener la boca bien abierta, tragarla hasta el fondo, mover los labios y la lengua y respirar por la nariz ¿verdad que no la he mamado hoy tan mal como anteayer?

Y mientras me lo decía, giró su cabeza sonriendo. ¡Dios que guapa era, es y será! La cogí del cuello, la acerqué a mí y la besé intensamente. Ella volvió a agitarse, su respiración se volvió más rápida, volvía a estar en celo y no quería yo perder más tiempo con esa extraordinaria mujer totalmente desnuda a mi lado. Así que la cogí en brazos (doy gracias al cielo por su delgadez y poco peso) y la llevé al dormitorio, la tendí sobre las sábanas, le quité el batín y durante unos segundos la contemplé, allí, encima de las sábanas de color azul, totalmente desnuda, con una enorme mata de pelo en su entrepierna ya mojada. Sin poder estarse quieta me miraba a los ojos y su cuerpo se movía lentamente sobre las sábanas, sus manos se cogían a ellas, la punta de su lengua se movía sobre los labios… ¡estaba preparada para ser sacrificada!, y no lo dudé.

Fui al cajón de la mesita de noche y saqué la caja de condones que dejé encima poniéndome uno, y con él puesto me acerqué a Amparo, me tendí a su lado y empecé a acariciar su vientre, su entrepierna, sus muslos, y ella empezó a agitarse más y a agarrarse con más fuerzas en las sábanas. Un ronco sonido empezó a salir de sus labios y ya no aguanté más, me puse encima de ella, le separé las piernas y de un solo golpe se la metí toda y es como si lo hubiese estado esperando, porque un sonido ronco, gutural, animal, lleno de placer y deseo salió de su garganta llenando mis oídos, y al mismo tiempo, todo su cuerpo se estremeció en una gran corrida. Así que no perdí yo más el tiempo, mi novia había tenido ya varias corridas y yo ninguna.

La cogí de sus preciosos pechos, se los apreté como si fuesen dos puntos de apoyo, y sobre ellos tendí mi cuerpo mientras mi polla entraba y salía de su coño. Amparo se movía como la puta que es, llena de deseo y de placer, ayudándome con sus movimientos a que mi polla entrase más y más profundamente en ella, y nuevamente ese grito gutural de una nueva corrida, lleno la habitación y mis oídos, y también yo, sin soltarla de sus pechos, exploté dentro de ella llenando el condón de mi leche.

Pero Amparo no tenía suficiente, quería más y se movía como una posesa, yo le pedí un poco de calma para cambiarme de condón (encima me venían muy justos) no fuese que me derramase dentro de ella y se quedase preñada, pero a ella no le importó nada, así que empezó a volverme de nuevo loco de placer, me tendí sobre ella totalmente y empezamos a besarnos en la boca como dos locos llenos de deseos inagotables.

Nuestros labios y nuestros dientes chocaban entre ellos y nuestras lenguas se enlazaban, y nuevamente mi polla totalmente dura, dilató con fuerza sus músculos vaginales, y comencé un nuevo mete-saca pero de forma salvaje, no pensé que hasta solo hacía dos días Amparo era virgen, ya que el cuerpo que tenia debajo de mi estaba sediento de sexo y yo le daba sexo. Un rato después nos vinimos los dos casi al mismo tiempo, y entonces si la saqué de su coño, ya que mi semen se salía por todas partes. Me quité el saturado condón y lo tiré al suelo.

Como en esa época no fumábamos ninguno de los dos, nos quedamos el uno junto al otro mirando el techo e intentando calmarnos, Amparo se giró sobre ella pegada a mí y su pierna izquierda la puso encima de las mías. Un rato después, cuando nos calmamos un poco, Amparo se puso encima mío pero de espaldas y enseñándome su culo me dijo:

  • ¿Ya no te gusta cariño? ¿Por qué no me lo abres de nuevo? Me dolió mucho anteayer, pero el placer que recibí cuando me penetrabas y masturbabas al mismo tiempo, era enorme. Hoy me masturbaré yo misma ¡tengo que aprender todos los secretos del sexo!

Joder ¡claro que me gustaba su culo!, pero estaba aún ligeramente inflamado, y dado el interés de Amparo que me lo follase ¿quién se puede negar a ello? La agarré de los hombros y la tiré hacía atrás, encima de mí y empecé a hacerle cosquillas para hacerla reír y que se relajase un poco. La ladeé y pasé mi lengua varias veces por su ano, incluso la penetré dos veces y lo llené de saliva. Mi polla estaba otra vez con ganas de dilatar sus músculos anales y de un simple empujón, toda mi cabezota entró dentro de ella.

Yo la acariciaba constantemente, besaba su cuerpo y lentamente iba empujando mi polla hacia el interior de sus intestinos. Notaba la gran dilatación que le estaba produciendo y al mismo tiempo, me asombraba, una vez más, del carácter indomable y fuerte de mi amor. No se quejó en ningún momento. Enterré mi polla hasta los mismísimos huevos, la dejé descansar unos instantes y noté cómo mi novia elevaba un poco sus caderas y ponía su mano derecha en su entrepierna ¡Amparo se preparaba para masturbarse a sí misma y participar conjuntamente conmigo, en ese placer del enculamiento! Pero su maniobra al levantar sus caderas, me permitió penetrarla y follarla más fácilmente.

Sabía que le estaba haciendo daño, ya que su anillo anal aún estaba ligeramente inflamado, era estrecho y mi polla bastante gruesa, pero no solo no se quejaba, sino que su mano derecha recorría su coño en varias formas y direcciones, tal y como yo veía el movimiento de su brazo. Mi polla salía y entraba con relativa facilidad, y los primeros gruñidos de placer empezaban a salir de la garganta de Amparo. Yo disfrutaba con ese cuerpo y la sensibilidad de mi amor, pero yo, cuando follo con ganas, lo hago a lo bestia para disfrutar yo y hacer disfrutar a mi esposa o mis amantes. Así que la seguía follando, penetrando y dilatando su culo sin compasión alguna. Movía su cuerpo como quería y me olvidé un poco de su inexperiencia para darme yo un placer total.

Empecé a notar como el cuerpo de Amparo comenzaba a pesar, señal de su agotamiento y cómo empezaba a estremecerse, hasta que instantes después y con un rugido de satisfacción, explotó en un inmenso orgasmo y todavía se estaba estremeciendo, cuando yo me derramé de nuevo dentro de su culo llenándoselo de semen. Sujeté el cuerpo unos instantes contra el mío y cuando la noté relajada la dejé sobre la cama. Estuvimos unos instantes quietos los dos, estrechamente abrazados su espalda contra mi pecho mientras la llenaba de besos. Un ratito después, se giró sobre mí y mirándome a mis ojos sonriendo, me dijo:

  • ¡Que bestia eres Toni, me haces polvo los pechos con tanto apretarlos! Y tal y como me has dejado el culo, ya veremos cómo me siento cuando cene con mis padres.

  • Me dijiste que te gustaba sentir el dolor del apretón de tus tetas, que eso endurecía y sensibilizaba tus pezones y sacaba de dentro de ti un fuerte deseo.  Y lo de tu culo es normal, erres casi virgen aún.

  • Sí, ya, pero como me sigas apretando tan fuerte las tetas como antes, vas a hacer que mis pezones salgan disparados hasta el techo.

Nos reímos los dos, se apretó más sobre mí, estuvimos unos momentos en silencio y le pregunté:

  • ¿Y qué es eso de que has ido de compras de ropa, lencería y calzado con Pilar?

  • Pues muy fácil. Mis amigas tienen más dinero que yo y ellas frecuentan otra clase de tiendas y departamentos comerciales. Como a mí y a ti nos gusta como visten, pues eso, la llamé y de forma inmediata me acompañó. Conoce una tienda que casi todo es de importación y tienen catálogos, así que lo que no tienen hoy, lo piden y como mucho, en dos semanas lo tienes.

  • ¿Y esos zapatos con tanto tacón? Tu eres enemiga de llevar más de 5 o 6 cm y eso en fiestas y discotecas, nunca en la calle o en casa. A mí me encantan, pero parece que vayas a caerte desde esa altura, no guardas un buen equilibrio.

  • Eso es cierto, por eso voy a llevar siempre puestos en casa estos tacones de 10 cm para acostumbrarme, y por la calle los que ahora llevaba en fiestas, de 5 o 6 cm y poco a poco los iré aumentando hasta los 8 o 10 cm para diario, y ya verás como dentro de pocos meses, usaré normalmente de 10 y 12 y hasta 15 cm para fiestas y bailes. Y además, ya verás la ropa más sexi que me he comprado y las nuevas sábanas, toallas, batines para los dos… y muchos etcs. Esta es desde ahora nuestra casa y debemos ir arreglándola y vistiéndola. No me vas a conocer y sé que te gustaré más así.

Yo giré la cabeza y vi a mi novia hablando con una ilusión enorme, casi como si fuésemos a casarnos ya y me hablase de su ajuar personal y domestico.

  • Pero Amparo, tú aún estás en la universidad, no tienes dinero propio, y tus padres no son ricos, has arreglado y pintado el piso, y si encima saben para qué es ese dinero, no te lo habrán dado o se habrán enfadado.

  • Vuelves a estar en lo cierto. Me he gastado casi todos mis ahorros, pero ha valido la pena. Pero mis padres no saben nada porque todo lo comprado está aquí. Todo es para nosotros y solo para nosotros, y por cierto, tengo algo para ti.

Y girándose hacia la otra mesita de noche, abrió el primer cajón y sacó de él un llavero precioso con dos llaves.

  • Toma Toni, es para ti. La llave pequeña es de la puerta de la calle y la grande es de la puerta de esta vivienda. Ahora podrás venir cuando quieras, esté o no esté yo en el pisito. Este piso es nuestro nido de amor, nuestro escondite, nuestra casa. Te quiero Toni y todo lo que es mío es tuyo para siempre. Lamento no tener más dinero, porque pondría además un teléfono, ya que mis padres al morir mi abuela, dieron de baja la línea que había en esta casa.

Me callé, nos levantamos, la llevé en volandas hasta la ducha (aún lo sigo haciendo, solo pesa 59 quilos), nos duchamos rápido, la llevé a su casa y yo me fui a la mía. A la mañana siguiente, abrí en un banco una cuenta para los dos con 100.000 Pesetas. (de hace 30 años) y hablé con un vecino mío que trabajaba en Telefónica, y él se encargó de todo el papeleo y en solo 12 días, tuvimos línea y nuevos aparatos telefónicos, en el salón y en el dormitorio principal.

Y ya sabéis, el próximo capítulo estará escrito por Amparo que os contará sus sensaciones personales. Todo lo que pasó, pero bajo su punto de vista.

Toni