Sexo real en un cybercafè (2)

Ingris comienza a satisfacer todos sus deseos reprimidos.

SEXO REAL EN UN CYBERCAFÉ (II)

Por: JUAN LAVER GALINDA

"nene, dime que esto es verdad, que tu verga está en mi culo, que me estás desvirgando el chiquito….pensar que durante mi matrimonio ni soñaba con esto porque el hijueputa del Jaime siempre andaba por ahí de putañero…si estuvieras aquí, Jaime, para que me vieras como me tienen clavada hasta los entresijos, si pudieras ver cómo otro está haciendo lo que no fuiste capaz de hacer por inútil, por maricón, por andar con tus amigotes bebiendo y puteando esto si es vida, ¡QUE VIVA LA VERGAAAA!! Dale, dale, más duro.

Después de nuestra faena inesperada e impensada de sexo en el cybercafé, Ingris y yo nos pusimos de acuerdo para ir a un motel el sábado por la tarde, tres días después. Lo que no pensé es que al día siguiente encontré un mensaje en mi correo diciéndome que "no puedo esperar tanto tiempo, tiene que ser hoy o si no me vuelvo loca masturbándome. Tengo la pepita floreada de tanto darme dedo pensando en ti, en lo que hicimos y en lo que haremos. Dime que sí, mi amor, que me complacerás hoy. Además, te tengo una sorpresa, es un regalito chiquitico pero muy especial. ¿No te imaginas qué es?"

Ese día no fui al cybercafé donde ella trabaja, pero le respondí enseguida por mail diciéndole que la recogería a las tres p.m. en la esquina más cercana. No se cómo consiguió el numero de mi celular y a la media hora me llamó para confirmarme todo. En su voz se notaba la ansiedad y el deseo.

Tomé un taxi y a la hora exacta la recogí. Partimos rumbo a "Tentación", una taberna con matadero _léase culeadero_ incluido, que tiene unas suites bellísimas con jacuzzi y un aparato que llaman potro, para hacer peripecias culeativas.

Casi no alcanzamos a entrar en la suite cuando se me abalanzó de una manera frenética y se atornilló a mi boca, al tiempo que me desabotonaba la camisa y me lanzaba sobre la gran cama king size, que mas que cama parece un tinglado sexual.

Yo trataba de calmarla pero era en vano. " Qué calma ni qué calma…yo lo que quiero es verga, picha, mondáááááááá´. Y eso es lo que tú me vas a dar hasta que yo diga, hasta que te seque los huevos. OK?"

Ante esta situación no había nada más que hacer. Da que te vienen dando, decimos aquí en el caribe. En menos de 30 segundos ya estábamos en cueros y le propuse algo exótico para ponerle una nota diferente al asunto. Le dije: ¿a que no te atreves a salir desnuda conmigo al pasillo para entrarte cargada a la habitación, como hacen los recién casados? "Qué te hace pensar que no? Y de una se fue levantando y caminando hacia la puerta. La seguí y salimos en pelotas al pasillo. No se imaginan la cara de una camarera que pasaba por el pasillo y una parejita que iba hacia otra habitación.

La tomé en mis brazos, la alcé y le di una patada a la puerta, entré y volví a cerrar de otra patada. Me fui directo al jacuzzi y nos sumergimos en la tibia y espumosa agua. De inmediato se lanzo hacia mi aparato y lo devoró con lujuria. Había que verla con la cara llena de espuma y los cachetes inflados con los labios y la lengua pegados a mis pelotas. Era de morirse esa manera de chuparme la verga. La sacaba por breves instantes, tomaba aire y suuuaaas, adentro, hasta la campanilla. Me enterraba las uñas en mis nalgas y levantaba me miraba con ojos de chivo degollado. Siguió por varios minutos hasta que yo la detuve porque estaba a punto de explotar. Así se lo dije y entonces se detuvo para decirme: "Ni se te ocurra derramarte todavía, esa leche la quiero en un lugar especial, pero todavía no".

Fue cuando le recordé lo del "regalito" y enseguida se incorporó y puso su cuca a la altura de mi cara. Viendo que seguía intrigado, me pregunto: ¿Todavía no sabes qué es? Ante mi fingida negativa, _por supuesto que yo sabía, ni bruto que fuera_ se volteó y al tiempo abrió los cachetes de su hermoso culo, poniéndomelos ante mis ojos. Les juro que nunca había visto una "Estrella del sur" tan deliciosamente provocativa.

"Este es el regalito chiquitito que te prometí, mi amor, es todo tuyo para que lo rompas, para que lo destroces. Es la única virginidad que me queda y es todita para ti. Lo único que ha entrado ahí son tus dedos el día de ayer." ¿Y tu marido nunca te chiquiteó? Le pregunte.

¡Qué va, ese malparido es un inútil! Ni siquiera un dedo me metió nunca, mucho menos la verga. Con el jamás supe lo que es eso. Es más, nunca me imagine que por ahí se pudiera sentir tanto placer hasta ayer que me metiste tus dedos, mi amor. Yo si veía en las películas porno que a las mujeres se la metían por el chiquito pero pensé que sólo lo hacían por dinero y no por placer, pero desde ayer no he parado de pensar lo que sería sentir tu rica picha en mi culito, papi."

A medida que ella hablaba yo pensaba como devorarme ese manjar que obsesiona a tantos hombres. Casi siempre que enculé a una mujer fue después de muchos ruegos y ahora esta prácticamente me suplicaba que le alisara la estría. Que cosa te da la vida.

La hice doblarse un poco hacia delante para que se mostrara más esa estrella con todos sus pliegues y aristas y comencé a pasar mi lengua en espiral desde el borde de sus duras pero tiernas nalgas hasta llegar al hoyito maravilloso. Hacía dos espirales y remataba con un toque con mi lengua en forma de cucurucho en todo el centro del objetivo. Hice esto por más de diez veces y la fui llevando poco a poco al borde del pozo del pacer, al punto que comenzó a frotarse la pepita al tiempo que gemía y me pedía más, más y más "aaaay, mi madre, yo por qué no había hecho esto antes, porque carajos no te había conocido…esto si es vida, esto si es sabrosura, méteme la lengua, papi, métela bien, no jodaaaaaaa. Ay papi, si así es con la lengua, cómo será cuando me entierres tu verga, nene. Sigue, sigue, sigueeeee, así, papi, aaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyy, mi madre, si supiera el pendejo de Jaime lo que estoy haciendo."

Mi lengua estaba logrando aflojarle las estrías del culo virgen y llegó el momento de repetirle la dosis de dedo del día anterior. Metí primero el índice, que entró suavemente y cuando ya navegaba a sus anchas le sumé el del corazón, el dedo cachón y con la otra mano me apoderé de su cuca que ya esta ardiendo. Ante esto, ella se dobló un poco más y asomó la cabeza entre sus piernas mientras tomaba mi verga con sus manos empezando a pajearla. Cómo hizo, no se, pero cuando me di cuenta, se había contorsionado de tal manera que se pudo meter mi aparato en su boca y empezó a chuparlo golosamente. Mientras tanto yo seguía dándole dedo en el culito y ayudándome con un salivazo de vez en cuando conseguí abrir la senda para que mi "dedo sin uña" pudiera entrar triunfalmente en su reino intestinal.

Como si adivinara, ella me dijo: "méteme esa verga ya, papito, métemela, por favor, que ya no aguanto más. Toma mi culito virgen, tómalo. Es la única virginidad que me queda. Ésta es mi recompensa por ese polvazo que me echaste ayer. Es virgencito, pero no tengas compasión, rómpelo, vuélvelo mierda si quieres, pero méteme la mondá ya, por favorooooorrrrr."

Tus deseos son órdenes, mamita, así que ahí te va, le dije y me acomodé para iniciar la estocada. Decidí hacerlo con cuidado, teniendo en cuenta que era virgen y en el primer envión sólo le metí la "porronga" para probar su reacción…y ¿qué creen que pasó? Esta bendita mujer, en su primera enculada, en el desvirgue de su chiquiflay, en vista de que me detuve para no maltratarla me dijo. "¿Por qué paraste? ¿Ya entró toda?... Nó, le dije. ¿y qué estás esperando? ¡CLÁVAME YA, POR FAVOR! Pero no me dejó hacerlo, porque fue ella la que embistió mi verga con su culo y auto ejecutó el desvirgue, siguiendo con un movimiento in crescendo, acompañado por una melodía gutural en la que a veces se entendía una que otra palabra coherente ...hummmjujuu….aaaahhhhh, que vaina tan sabrosa, no joda, que cosa tan rica, gummmmuuuu, dale, dale, sí, sííí´, ñummuamam, ay mi madre, ay, por qué la verga es tan sabrrrrooooosaaaa, Dios mío.

Ya este era un viaje sin regreso y decidí probar hasta donde aguantaría mi verga en su culito hasta unos instantes antes, virgen. Como pude, me senté en el borde del jacuzzi y me la traje enganchada a mi garrote, pensando que no resistiría una "choferiada" por el chiquito, como decimos aquí cuando la mujer se monta y maneja o "choferea" el polvo.

Qué equivocado estaba. Esta mujer no conocía límites. Su larga abstinencia la hacía actuar con desesperación, con ansias, como deseando desquitarse de la vida por tantos polvos que no había echado durante su matrimonio. Enseguida confirmé que estaba consumando una especie de venganza contra su ex marido por no haberla valorado sexualmente "esto si es vida, ¡QUE VIVA LA VERGAAAA!! Dale, dale, más duro." Ya no gemía, bufaba, bramaba, relinchaba, como yegua salvaje. Las consecuencias las estaban sufriendo mi pobre picha con sus embestidas y mis nalgas por el maltrato del borde del jacuzzi, pero valía la pena "papito, dime que esto es verdad, que tu verga está en mi culo, que me estás desvirgando el chiquito….pensar que durante mi matrimonio ni soñaba con esto porque el hijueputa del Jaime siempre andaba por ahí de putañero…si estuvieras aquí, Jaime, para que me vieras como me tienen clavada hasta los entresijos, si pudieras ver cómo otro está haciendo lo que no fuiste capaz de hacer por inútil, por maricón, por andar con tus amigotes bebiendo y puteando….

Se estaba acercando el momento en que "los monos" se lanzan al vacío en paracaídas y le dije: mamita, ya estoy casi listo. Para qué fue eso…" anda papi, dale, dale, culéame como se lo merece esta sufrida mujer hambrienta de picha, rómpeme… que no se me olvide que fuiste tú quien rompió mi culito a los 26 años… sí, sí, sí, ya voy a llegar yo también, lléname el culo con tu lechota, pero deja un poquito para mi boca, que eso tampoco lo he probado hasta hoy"

Intenté incorporarme con ella engarzada en mi mondá para cerrar la faena con mi clásico paseillo pero fue imposible ya que mi leche venía saliendo a chorros y las piernas me temblaban, así que cuando Ingris sintió el primer quemón en su culito, ahora bien abierto, se desenganchó y haciendo un malabar pego su boca a mi verga y se sorbió todo el resto de mis jugos, cumpliendo su deseo de tragar leche por primera vez.

Con mi verga en su mano derecha y la izquierda pepiteándose, se olvidó que yo existía. Sólo tenía ojos, manos y boca para mi picha y para su chucha. Me dejó la herramienta limpia con su lengua y de ñapa me dio unos cuantos lengüetazos por los cojones que, si no es porque la detuve recordándole que yo estaba ahí, me la hubiera parado otra vez.

"Papito, ¿te gustó mi regalito? Me pasé toda la noche pensando cómo lo tomarías…que no fueras a pensar que soy una cualquiera…lo que pasa es que la vida había sido injusta conmigo. No es posible que hasta ahora, a mis 26 años, yo no hubiera echado un polvo así de delicioso. Menos mal que a veces nos da el desquite y se emparejan las cosa, ¿verdad, mi amor? Pensar que hay tantas mujeres en la misma situación, entre ellas mi hermanita menor, que se caso a los 17 con un hermano de Jaime….

Yo solo tenía fuerzas para asentir con la cabeza mientras le acariciaba las mejillas y jugaba con sus gotas de sudor. ¿Qué más podía decir después de que Ingris se me entregó su culito virgen de esa manera? Desde entonces, Ingris ilumina el camino de mi vida sexual con la brillante luz de su "Estrella del Sur"

Si me escriben a juanlave@hotmail.com dándome su opinión sobre esta historia, les prometo contarles otras buenas y arrechizantes historias, todas verídicas, con las cuales quiero contribuir a que la gente sea más feliz, con menos tabúes y cortapisas mentales. ¡Que viva el sexo, abajo la guerra! Cordialmente: JUAN LAVER GALINDA