Sexo pre concierto

¿Los músicos follan tanto como dicen?

Siempre me preguntan si es cierto que siendo músico se folla más, y la respuesta es sí. A continuación os contaré alguna experiencia y si os gusta más adelante contaré más.

Es curioso cómo antes de subirte a un escenario nadie te presta atención, pero una vez estás arriba todas las miradas se centran en ti. Siempre me resulta curioso cómo paso de ser invisible en la pista mientras toca otra banda, para una vez me bajo del escenario varias se han fijado en mi. Antes estaba ahí, ¿sabéis?

Tuvimos un concierto fuera de nuestra ciudad, a 2 horas en coche, por lo que dormiríamos en hotel. Y teníamos cada uno una habitación. Por la tarde la organización nos invitó a comer una rica carne asada a todos los músicos que actuábamos esa noche en el festival. Allí pude charlar y conocer al resto de músicos y tener nuestras conversaciones frikys. Pero también estaban invitados las parejas o familiares nuestros. Y allí estaba una chica bajita, con un cuerpo delicioso, un vestido entallado que le marcaba todo el contorno y un escote que dejaba ver dos enormes pechos. Parecía mentira que con lo pequeñita que era pudiese tener tantas tetas. La comida fue normal, muy amena y con muchas risas. Y al terminar, casi apunto de irnos ella se me acercó y me preguntó si era músico o familiar de alguno. Le dije que sí, que tocaba en la banda que cerraba el festival, así que esa noche nos veríamos. Ella era amiga de la banda que abría, por lo que estaría allí desde bien pronto.

Llegada la apertura del festival fuimos a la plaza de toros, que es donde se haría el festival, y la primera sorpresa es que no había muchas habitaciones dentro, por lo que el camerino era comunitario. Allí nos volvimos a encontrar todos, en una habitación no más grande que el salón de una vivienda, eso sí, con bastante comida para todos y aún mayor cantidad de bebidas, por supuesto, mucho alcohol. Así que empezamos a cenar mientras la primera banda salía a tocar. Pronto la gente dio paso al alcohol y aquello empezó a desmadrar.

Os podéis imaginar. La gente poco a poco se fue animando a salir a ver los conciertos y seguir la fiesta hasta que les tocase salir a escena. Y allí me quedé, descansando ya que al cerrar el festival, actuábamos muy tarde y me quedaban muchas horasnpor delante. Y la chica de esta tarde también se encontraba en la habitación, así que esta vez fui yo quien dio el primer paso y me acerqué a saludar. Nos sentamos en el sofá y estuvimos charlando de música, de si me gustaba el pueblo donde actuábamos y cosas así intrascendentes. Más o menos pasada media hora nos percatamos de que nos habíamos quedado completamente solos en aquella habitación. No sé si por el morbo de vernos solos, si por el alcohol, o la suma de todo un poco, la conversación se fue poniendo más morbosa.

Ella me preguntaba lo típico, que si ligamos mucho cuando salimos de gira y cosas así. Yo le era sincero y le decía que a veces sí y otras no, que no era aquello Sodoma y Gomorra y que aparte yo por mi físico, bastante normalito y delgado no solía tener mucho éxito, pero que sí, que alguna que otra de vez en cuando caía. Ella me miró y me dijo que a ella le gustaba, que era mono. No necesité mucho más para besarla. Ahí estábamos los dos en el sofá besándonos calientemente, jugando con nuestras lenguas y acariciandonos poco a poco. Las caricias empezaron a ir a más, la agarraba del culo, pequeño y bien firme, y ella se frotaba con mi pene, bien duro intentando salir a empujones del pantalón. Según fui acercándome a su coñito se separó. Tenía deseo en la mirada pero a la vez estaba asustada. Era el camerino comunitario, en cualquier momento podía venir otro músico a por su instrumento, a cambiarse de ropa o a por bebida. Pero yo estaba ya demasiado caliente como para parar ahí, así que me levanté, salí de la habitación y me puse a investigar las salas de al lado. Había una pequeña con unas sillas apiladas y una mesita de camping. Pero me fijé que tenía cerrojo. Volví al camerino a buscarla, la miré sonriendo, la cogí de la cintura y tan solo le dije "sígueme". Imagino que por mi sonrisa ella entendió que algo tramaba así que no opuso resistencia, se dejó guiar por mi. Llegamos al cuartito, encendí la luz y cerré la puerta con cerrojo tras nosotros. Allí nos quedamos los dos mirándonos, por poco tiempo, yo quería seguir donde nos habíamos quedado así que me pegué bien a ella, la llevé contra la pared y empecé a besarla con más lujuria si cabe que en el sofá. Quizá el estar de pie no era lo más cómodo pero sí es cierto que te da más libertad de movimiento. Así que directamente nos metimos mano por todo el cuerpo, sin dejar de besarnos. Tenía unas tetas increíbles, mucho más grandes de lo que me parecieron esta tarde por el escote. La piel era muy suave, algo normal teniendo en cuenta que ella tenía 25 años. Y el coñito era una delicia, completamente rasurado y bien mojado.

No sé cuál de los dos estaba más excitado. Yo empecé a masturbarla y ella no paraba de gritar. Tanto que tuve que meterla la lengua lo más profundo que pude en su boca para intentar que nadie la oyera. Ahí seguí un buen rato, alternando jugar con su clítoris y meterle dos dedos. La notaba super caliente,  su coño se abría y se cerraba alrededor de mis dedos, y su cuerpo se estremecía cada vez que le rozaba el clítoris. Curvó su cuerpo y se dejó caer ligeramente contra la pared, dándome un mejor acceso a su sexo, que aproveché para masturbar fuertemente con los dedos la entrada de su vagina.  Y en esa posición ayudé a su placer llevándome un pecho a la boca. Era imposible intentar abarcar semejante mama con la boca, pero lo interesante es centrarse en el pezón, que en ese momento estaba más duro que el cemento. Lo chupaba, succionaba, jugaba con él con mi lengua, se los retorcía ligeramente con la mano que no estaba masturbando. Ella gemía cada vez más fuerte y más rápido. Se notaba que no andaba lejos del orgasmo por lo que sin avisar me puse de rodillas y metí la lengua en su coño empapado lo más profundo que pude. Se estremeció más aún  y apenas tuvo fuerzas para decir en un susurro "sigue". Mi lengua empezó a moverse desde el ano al clítoris, tragando todo el jugo que encontraba,  y al llegar al clítoris se lo succionaba y mordía levemente. Fui repitiendo estos pasos un minuto, lo que tardó en correrse en mi cara. Y menos mal que fue ahí, porque si no hubiera puesto todo perdido. Pocas veces había visto eyacular tanto a una mujer. Riendo pícaramente y relamiendo todo su líquido que aún me quedaba cerca de la boca le dije que iba al baño a limpiarme.

Al regresar ella ya estaba más calmada, aún le faltaba un poco de aire pero aprovechó mi ausencia para recuperar fuerzas. Cuando me vio entrar de nuevo en la habitación me dirigió una mirada lasciva que me indicaba que aquello no había terminado en su orgasmo. Lentamente cual gatita juguetona se acercó hasta a mi, posó sus manos en mi pecho y acercándose a mi oído me dijo "¿tienes preservativo?"

Joder, siempre igual de gilipollas. Pues no, por qué iba a tener allí, se supone que iba a cenar y más tarde a actuar. Los tenía en el hotel por si alguna caía tras el concierto.  Me dio un poco de bajón tener que decirle que no, que lo sentía mucho pero me los había dejado en el hotel. Ella en vez de entristecerse como yo va y se echa a reír. Ojiplático me quedo mirándola sin entender qué le pasa por la cabeza en ese momento, cuando me mira, me sonríe y me dice "no te preocupes que tú de aquí no te vas sin que disfrutes como lo he hecho yo". Y me lleva hastabla mesita y me ordena que me siente en el borde. Comienza a besarme, me muerde el labio. Introduce sus manos por debajo de mi camiseta y arañándome de arriba a abajo llega hasta la cinturilla de mi vaquero. Sus dedos empiezan  jugar con el botón del pantalón, tardando más de la cuenta. Noto que está disfrutando de la situación de ser ella ahora la que tiene el control de la situación y quiere jugar un poco conmigo antes de darme placer. Lo ella no sabía es que esa situación de jugueteo era lo que más me excitaba así que estaba disfrutando cada segundo. Ya por fin libera el botón, me baja la cremallera y le ayudo a dejar que mi pantalón caiga hasta el suelo. Pocas ganas le quedaban ya de jugar, porque el bóxer me lo bajó a continuación sin recrearse lo más mínimo. Y allí estaba mi polla completamente hinchada después de llevar tanto tiempo encerrada queriendo salir. Por cómo tenía vena se notaba que mi excitación era máxima. Ella me volvió a mirar, y sin apartarme la mirada se fue inclinando hasta llevarse la polla a la boca. Y así sin manos empezó a mamarla. Primero la lengua jugando con mi capuyo, luego subiendo y bajando por el tronco. Me estaba poniendo a mil. Quise echarle una mano a un pecho, pero me lo prohibió "antes he disfrutado yo, ahora te toca a ti". La agarró fuertemente con la mano y empezó a hacerme una paja. Por alta frecuencia con que la hacía notaba que ella también estaba muy excitada. Volvió a inclinarse pero esta vez para llevarse un testículo a la boca mientras con la mano seguía pajeándome fuertemente. La otra mano me agarró un cachete del culo y empezó a acariciarme por la zona, cada vez se iba menguando el área de las caricias acercándose más al ano. No sabía si quería jugat, si estaba probando mi aguante o qué intenciones tenía, pero entre la pajada y la comida de huevos yo tenía claro que no iba a oponer resistencia de ningún tipo. La punta de uno de sus dedos llegó hasta la base de mi ano y allí se quedó acariciando en círculos pero sin introducirlo en ningún momento. Solo acariciaba, y yo disfrutaba de toda la situación. Y así dejó mis huevos para volver a centrarse en mi falo con boca y mano, sin dejar de acariciarme la entrada del ano. Su boca era una maravilla, se notaba que tenía experiencia en cuanto a felaciones se refiere. Su mano acompasada cada vez iba más rápido, como su cabeza adelante y atrás. Empezaba a notar la proximidad al orgamos así que la avisé para que se separara. Sorprendida dejó de mamar y mirándome seriamente a los ojos me dijo "si tú te has tragado lo mío yo no voy a ser menos". Se inclinó de nuevo y siguió mamando con más fuerza. Ya no pude aguantar más  y me corrí en su boca. Con cada chorro ella pasaba la lengua por mi glande sin sacarse la polla de su boca ni dejar de masturbarme. No sé cuántos chorros salieron, pero dado mi nivel de excitación en ese momento tras todo lo que había pasado, debieron ser varios. Cuando tragó todo y se aseguró de que mi pene estaba completamente limpio se incorporó, me besó y me dijo "cuando termine el concierto rematamos lo que nos hemos dejado en tu hotel". Se dio la vuelta y se dirigió a la puerta, la abrió y antes de cruzarla se giró parq decirme "descansa y coge fuerzas que luego tienes que actuar y quiero que lo des todo, como acabas de hacer hace un minuto". Se rió y salió cerrando la puerta tras de sí, dejándome allí solo con mi polla ya medio flácida al aire y pensando el pedazo de orgasmo que acaba de tener.

Así da gusto empezar un concierto.

Si os ha gustado agradecería vuestros comentarios. Muchas gracias y un saludo