Sexo Post Concierto

Durante la actuación no podía dejar de mirarla, deseando terminar para acercarme a hablar con ella

Este relato sucedió hará unos 7 años. Ya habíamos montado todo y estábamos cenando cuando entraron dos chicas. La primera era rubia y bajita, muy mona, y la segunda era más alta, pelo castaño y un culo de escándalo. Ese culo me nubló la mente, me daba igual que la cena se me quedara fría, me había quedado perplejo. Tan solo el comentario de mi guitarrista "espabila, que en 15 minutos salimos a tocar" me sacó de mis pensamientos.

Rápidamente terminé mi cena y me fui a lavar las manos para empezar el concierto. Cuando salí del baño y camino del escenario vi que ya no estaba. Así que me subí al escenario un poco desganado pero lo primero es lo primero, y ahora tocaba trabajar. Empezamos el concierto y poco a poco la gente se fue animando y levantándose de las mesas para bailar con nosotros. Me gusta ver cómo la gente disfruta con nuestra música, es una sensación indescriptible.

Otra pareja se levanta para bailar, los miro en agradecimiento, y de repente, detrás de ellos, en la última mesa, las veo sentadas y charlando tranquilamente mientras degustan su cena. No pude dejar de mirarla durante todo el concierto. No sé en qué momento ella se dio cuenta, y me devolvía la mirada junto a risitas y comentarios a su amiga. Eso me puso más aún, que me siguiera el juego. Las canciones iban pasando y nuestro juego de miradas y sonrisas iba más. Pero entonces veo que se levantan de la mesa, recogen sus cosas y salen en dirección a la puerta. Parece ser que se acaba de nuevo la fiesta para mi. Voy siguiendo su marcha desde el escenario, el cual se encuentra junto a la puerta principal, y al llegar al final de la barra se paran, charlan brevemente, se dan dos besos y la amiga bajita se marcha sola. Ella me mira, sonríe, y se sienta en la barra en primera fila, bien cerquita mía. Qué ojazos tiene, ya no solo es el culo lo que me tiene loco. Queda como media hora de concierto cuando llega el solo de batería, momento que aprovecho para acercarme a la barra para pedir algo de beber y así disimuladamente estar cerca de ella. Doy un trago y le pregunto "¿te está gustando el concierto?". Me dice que sí, que se lo está pasando muy bien y que es la primera vez que nos ve. El solo de batería llega a su fin y vuelvo al escenario a terminar la actuación junto al resto de la banda  pero ya es imposible estar tocando sin prestarla atención. Ya ninguno de los dos disimulamos nuestras ganas de coger al otro y besarlo con brutalidad y desenfreno, nuestras miradas son lascivas y recorren el cuerpo del otro centímetro a centímetro. Creo que fue la primera vez que deseé que terminara ya un concierto para poder ir con ella.

Y por fin terminó. Aguantar 5 minutos los agradecimientos de la gente, que si unas fotos... Ella y yo nos mirábamos cómplices, como pidiendo a todo el mundo que nos dejara ese tiempo y espacio que llevábamos bastante rato deseando, pero tocaba aguantar un poco más. Por fin termino con mis asuntos extra musicales y me acerco a ella.

-¿Qué tal, te has divertido?

-Sí, como te dije antes es la primera vez que os veo y sonáis muy bien. Vengo mucho a este sitio porque conozco al camarero y nunca os había visto.

-Es la primera vez que tocamos aquí, y viendo cómo se lo ha pasado la gente, espero podamos repetir.

Esto se lo decía mirándole a los ojos mostrándole que lo que esperaba poder repetir era lo que estaba deseando poder hacer. Debió captar el mensaje porque me sonrió de forma pícara.

-Por cierto, me llamo Natalia. El tuyo ya lo sé porque lo escuché cuando te presentaron tus compañeros al público.

-Pues un placer, señorita, y siento que te hayas quedado sola durante el concierto.

-Tranquilo, es lo que quería. Nos teníamos que ir, pero le dije a mi amiga que si no le importaba marcharse sola yo me quedaba a terminar de ver el concierto.

-¿Vives cerca?

-No, a unos 20km en coche, así que me tocará coger un taxi.

-No te preocupes, si quieres te acerco, es lo menos por quedarte a apollarnos.

Me miró como dudando de mis segundas intenciones, o quizá dudando de sus segundas intenciones. Al final se puso en pie, muy cerca de mi cara, me miró a los ojos y me dijo "pues venga, te ayudo a recoger y si quieres nos vamos ya"

Dicho y hecho. En menos de 5 minutos había recogido todo, había ido a buscar al cantante para cobrar mi parte, y con la excusa de tener que madrugar al día siguiente marchaba sin dilación. Como no soy hombre de mucha fiesta, no les sorprendió que me fuera tan pronto. Así que cogimos todos los bártulos y nos encaminamos hacia el coche.

Una vez dentro y camino de su casa la charla fue bastante agradable, y pese a la excitación, el ambiente era bastante relajado. Parecía que nos conociésemos de toda la vida. Llegamos a su barrio y dejo el coche en doble fila. Tras unos segundos de nervios y silencio me dice:

-Mi compañera de piso está fuera, así que si quieres subir a tomar una, no hay problema. Aparca detrás que suele haber sitio y subimos.

Ya en su casa, vamos al salón, un sitio muy acogedor, minimalista, pero con cierto encanto. Me invita a tomar asiento en el sofá mientras se dirige a la cocina a por unas copas. No puedo dejar de mirar ese culo, que auténtica maravilla y qué ganas de darle un buen bocado. Trae dos vasos, desconozco el contenido, pero sinceramente me importa bastante poco. Tras dejar los dos vasos en la mesa, se sienta a mi lado, se gira para hablarme pero no puedo controlarme más y me lanzo a besarla. Un beso largo, apasionado, adornado por abrazos y cariciaa, pérdida del control del tiempo así como de la respiración acompasada. Aceleración del pulso, aceleración de nuestros cuerpos, de nuestros deseos, la mente corre rápido y se acumulan sentimientos. Una cosa lleva a la otra, estamos sin control, la tumbo en el sofá y sin dejar de besarla acaricio su cuerpo. Su piel está erizada por la excitación. Llego a su pantalón y me paro en su botón. Ella no hace ningún ademán de prohibirme nada, está aún más excitada que yo, así que desabrocho el botón y me ayudo de la otra mano para quitárselo. Me incorporo para contemplarla, tan vulnerable, tan excitante, tan provocativa. Un tanguita de lencería que me pone a mil. Me acerco lentamente a ella sin dejar de mirarla a los ojos, y cuando estoy cerca de nuevo de su cara, pongo mi mano en su coño para empezar a masturbarla. Sorpresa para ella, cierrq los ojos, se estira, abre la boca y exhala una ligera muestra de placer. La vuelvo a besar mientras acelero su masturbación. Ella empieza a acompasar mis movimientos de mano con movimientos de pelvis. Su respiración parece una locomotora fuera de control, incapaz de seguir besándome. Se va tensando, el orgasmo está cerca por lo que aumento la velocidad de mi masturbación sobre au clítoris y por fin estalla en un enorme grito de placer.

Qué manera de correrse. Me ha dejado la mano empapada y las uñas clavadas en mi antebrazo. Se va calmando, le lleva su tiempo, por fin vuelve a mirarme, pero esta vez hay una lujuria en su mirada que me pone a mil. Sonríe, y de un empujón me tira hacia atrás hasta quedar tumbado en el sofá. No pierde un segundo para desabrocharme el pantalón y bajarme la cremallera. No quiere perder tiempo en quitarme el pantalón, mete la mano por la abertura, me coge la polla, que estaba a estallar, y sin mediar palabra se la mete en la boca. Qué hambre de polla tenía. Arriba y abajo,frenéticamente, jugando con su lengua sobre mi glande mientras sus labio aprietan fuertemente el tronco. Succiona y se introduce todo lo que puede en la boca.

-Si sigues así en menos de dos minutos me corro.

-Pues vamos a la cama y seguimos.

Me lleva a su cuarto cogiéndome de la polla como si fuera otra extremidad de mi cuerpo. Me dejo guiar, me vuelve a tirar, esta vez sobre su cama, se quita la camiseta y el sujetador. Dos tetas tirando a pequeñas pero de una forma perfecta. Se da la vuelta y abre un cajón, momento que aprovecho para desvestirme yo también. Vuelve a girarse hacia mi con un preservativo en la mano

-¿Te lo pones tú o te lo pongo yo?

-Como quieras, me es indiferente, pero si tu intención es follarme y no ser follada, lo suyo sería que me lo pusieras tú.

-Qué bien sabes leer las mentes.

Se acerca a mi cara, y dejándome el culo a la vista, se agacha despacio para coger mi pene y colocar lentamente el condón. Aprovecho su regalo y no quito ojo de ese majestuoso y redondo culo, y ese coñito jugoso y húmedo que asoma entre ambas nalgas. Según termina de colocar el preservativo me da un ligero mordisco en la polla, a lo que respondo dándole el mordisco en el culo que llevaba desde el concierto deseando darle.

Eso sí que ha sido el detonante. Con fuerza se coloca encima de mi polla, se la introduce con gran facilidad y empieza a follarme duramente. Me cabalga rápido, sin parar, ritmo constante. Se deja caer ligeramente hacia mi, me besa y me dice "no sabes la que te espera", apoya sus manos en mi pecho y retoma la penetración. Me está costando no correrme, pero quiero disfrutar de cada segundo, me está encantando sentirme su juguete sexual y quiero que se corra conmigo tantas veces como desee y de las formas que le plazcan. Se levanta y esta vez echándose hacia atrás apoya sus manos en mis tobillos y sigue follando, cada vez más salvajemente. Esta nueva posición me da unas vistas increíbles de como su coño debora mi polla en su interior dejando en cada sacada, un reguero de flujo que empapa ya mis huevos. Me clava las uñas en las piernas, acelera el ritmo, empieza a gemir, viene otro orgamos. La animo "vamos, córrete". Abre los ojos incrédula al oírme pero explota en un orgasmo aún mayor que el anterior. Car desplomada sobre mis piernas. Disfruto de verla rendida de placer, esa sonrisa inevitable en su rostro sudado. Me dice "cabrón, cómo me ha puesto eso que has dicho, ha sido como apretar el botón para correrme"

Decido que la fiesta no puede parar ahí, y viendo que no le quedan muchas fuerzas, me levanto y me pongo a su lado.

-Ponte a 4 que quiero disfrutar de ese culazo que tienes.

-Por culo no, eeee

-Tranquila, que solo se harán cosas que desees, pero las vistas de ese culo mietras te follo no puedo perdérmelas.

Me hace caso y me regala su culo. Acerco mi polla a su coño, ya bien abierto, y de un golpe la meto toda. Se le escapa un grito de placer, la cojo del pelo y la levanto hacia mi. La muerdo el cuello y le digo:

-ahora es mi turno y no voy a parar de follarte hasta correrme.

-Vale, pero quiero que te corras en mis tetas, quiero mirarte a los ojos cuando te corras, y ver tu semen recorrer mi cuerpo.

-Tranquila entonces que te aviso.

Y así, agarrada del pelo y pegada a mi la empiezo a follar duro. Sus gemidos son ahora más intensos, está claro que esta posición le ayuda a sentir mi polla en cada rincón de su interior, aumentando el placer. Después de 5 minutos, la suelto para seguir follándola pero disfrutando de ese culo. Qué vistas. Ese momento quiero dejarlo bien grabado en mi mente. Mi polla taladrando ese coño entre su escultural culo, esa espalda perfecta que termina en un cuello largo y esa melena castaña que cae sobre el colchón. Con estas vistas poco más voy a durar. Acelero mis embestidas, el ruido de mi cuerpo contra su culo no consigue callar sus gritos de placer, ahora más intensos. Sigo acelerando, me queda poco. La cojo del pelo, la echo hacia mi, se la saco y la tiro sobre la cama, y mirándola a los ojos tal y como me pidió me corro sobre sus preciosas y pequeñas tetas. Creo que ha sido la vez que más semen he expulsado. Caigo exhausto como lo había hecho ella anteriormente. Se levanta y se va al baño a limpiarse. Yo no puedo ni hablar. No me queda ni un ápice de fuerza en todo mi cuerpo. Vuelve a la habitación, me mira y me dice "te has ganado el quedarte a dormir, ya mañana nos despediremos". Se tumbó junto a mi, me besó, apagó la luz y nos dormimos en un sueño muy placentero.

Por la mañana, bajamos a un bar a desayunar. No hablamos de lo sucedido. Al terminar nos despedimos, sin intercambiar teléfonos. Había sido tan perfecto que difícilmente una segunda vez podría siquiera igualar lo ocurrido anoche. Mejor dejarlo como fue, perfectamente salvaje, inesperado e improvisados. Muchas veces las cosas salen mejor si no están preparadas.