Sexo morboso entre dos machos casados

Dos machos casados quedan para darse placer... y se lo dan el uno al otro de muchas formas!!

Siguen gustándome las pollas. Estoy casado pero me pone mucho el morbo con otro macho casado como yo.

Hace años probé lo que era chupársela a otro hombre y me gustó mucho, así que he seguido, por rachas, quedando con hombres, normalmente casados como yo, a los que les que les gusta desahogarse con sexo homo.

En los últimos meses he estado bastante activo en chats gays, haciendo contactos por mi zona e intentando quedar sin demasiado éxito en general.

Mi suerte cambió hace unos días  cuando, uno de los contactos que hice resulta que coincidió bien.

Estaba yo en el trabajo aburrido, a media mañana y a la vuelta de tomar un café, y conecté el skype para ver si había alguno de mis contactos conectado y podía chatear un rato.

Me encontré a uno de ellos, Jorge, conectado. Según me conecté me saludó:

  • Hola, cómo estás?, cuando tiempo sin vernos no?
  • Sí, hace días que no me conecto. Respondí yo.
  • ¿cómo te va?, ¿has tenido suerte y pillado cacho?, me preguntó.
  • No, sigo sin llevarme un buen rabo a la boca, y tengo muchas ganas. Le contesté.
  • Jeje, lo mismo me pasa a mi, estoy muy salido, con lo huevos llenos de leche, y no tengo a nadie que me ordeñe!. Me contestó él.

En este momento ya empezaba a sentir movimiento en mis partes nobles, me pone mucho hablar de guarrear con otro tío.

  • ¿buscas para ahora?. Me preguntó.
  • Estoy trabajando, dije. Pensé un momento, no tengo demasiado curro hoy y a lo mejor me puedo escapar con cualquier excusa…¿por qué no?. Pero tal vez me pueda escapar. ¿ahora podrías quedar?.
  • Sí, tío, estoy en mi casa trabajando hoy, mi mujer está de viaje fuera de Madrid, y me molaría sexo guarro con un tíarrón. ¿te apuntas?.
  • ¿ahora mismo?, pregunté. Se me estaba empezando a poner morcillona pensando en que hoy podía pillar cacho.
  • Sí, yo puedo. La verdad es que estoy trabajando poco y viendo porno por internet y haciéndome una paja… pero si vienes, me la haces tú!
  • Jeje, una paja?, yo mejor te hago una mamada y te saco la leche.
  • Ven tío y te doy toda mi lefa.
  • Buff, tío, me estoy poniendo como una moto. ¿qué te molaría hacer?. Le pregunté yo mientras pensaba en cómo escaparme.
  • Me molaría que, como comentamos alguna vez, te vinieses a mi casa, con ropa interior de tu mujer puesta y que te comportases como una zorrita conmigo.
  • No puedo ir a por ropa de mi mujer ahora, ni tampoco la llevo puesta J
  • Lo entiendo, pero te puedo dejar algo de mi mujer, y te paseas meneando el culo por mi salón antes de chupármela!
  • Joder tío, ya la tengo dura. Por mi ok. Como quedamos?

Me dio su dirección aproximada de su casa (me quedaba a unos 15 minutos de la oficina), y quedé en llamarle cuando aparcase. Salí de la oficina diciendo que me tenía que ver con un proveedor y que volvería después de comer, con la mente ya puesta en comerme una polla.

Llegué a su casa, llamé por teléfono y me dio el piso y la puerta, y entré. Cuando llegué a su puerta, llamé, y me abrió un hombre, de más o menos mi edad, estatura y complexión.

Yo iba de traje, ya que venía de la oficina, y Jorge estaba con un pantalón corto, que mostraba un bulto bastante grande, y una camiseta.

Nos saludamos y dimos la mano, y entré. Cuando llegamos al salón vi que tenía el ordenador en una mesa con papeles, que es desde donde debía estar “trabajando”, y unas bragas negras encima también. Jeje.

  • ¿qué tal tío?, estoy super caliente, ¿tu?
  • Yo también, le dije. Pero tengo que tener cuidado con la ropa, es la del trabajo!
  • Ok, no hay problema, si quieres nos desnudamos los dos, la pones en una silla y así no te manchas.
  • Ok, le dije, en pelotas mejor.

Y nos desnudamos los dos. Él no tardó nada, se quitó la camiseta primera y el pantalón corto después, dejando su cuerpo desnudo y velludo a mi vista. Llevaba puestas un tanga de mujer, negro, que apenas le sostenía la polla, ya muy dura. Tenía también unas buenas piernas, fuertes, cosa que me pone mucho.

Yo me desnudé lo más calmadamente que podía, estaba muy excitado y nervioso, así que no quería meter la pata o romperme un botón de la camisa. Mientras yo me quitaba mi ropa, él me decía guarradas:

  • Mira como tengo la polla, muy dura, necesita que la trates bien.
  • Y mis huevos, míralos (y se los agarraba), llenos de leche para ti.
  • ¿te gusta mis bragas?, ¿a qué me dan pinta de zorra?.

Cuando me quité la camisa Jorge se me acercó y me empezó a tocar el pecho, a jugar con mis pelos, yo le empecé a coger la polla por encima de la bragas, la tenía muy dura.

Me seguí quitando la ropa como pude, ya con prisa.

  • Menuda polla tienes, le dije. Te la voy a comer entera.
  • Toda para ti.
  • ¿te vas a poner las bragas de mi mujer?, me pondría muy loco!
  • Jeje, veamos si me caben… no vaya a ser q las rompa con mi polla.

Me quité el pantalón y el calzoncillo, liberando mi polla. La tenía casi dura ya.

Me acerqué a la mesa a coger las bragas (un tanga más bien) y mientras me acercaba Jorge me sobaba el culo, me lo agarraba… joder, me estaba poniendo como una moto.

Cogí el tanga y me lo comencé a poner. Me lo subí por la piernas, un poco apretado pero bien, me puse el hilo en el culo pero no me cabía la polla. El tanga me quedaba apretado en el culo, lo q me ponía mucho ya que cada vez q me movía me rozaba el ojete, muy rico. La parte de delante del tanga la tenía por debajo de los huevos, lo que me levantaba la polla hacia arriba y me la ponía más dura!

Me acerqué a Jorge con la polla tiesa, y nos la agarramos mutuamente. Nos la acariciamos lentamente el uno al otro, disfrutando de la sensación de tener una polla dura en la mano y de la situación de dos tíos casados, machos y velludos, con tangas de mujer tocándose las pollas para prepararse a una sesión de sexo homo intenso.

Nos empezamos a tocar el pecho y pezones el uno al otro, yo me acerqué a meterle mano al culo y las piernas. Qué sensación el estar sobando unas piernas y culo musculosos, velludos, me encanta.

Jorge me miraba con deseo y una media sonrisa, estaba muy salido, como yo. Se acercó a mi y me metió la lengua en la boca hasta el fondo. No me suele gustar el morreo con un tío pero me dejé hacer, y me gustó mucho. Le daba un punto extra de morbo, el comerse la boca con un macho, de locura.

Yo seguía sobándole el culo y dándole azotes, tenía ganas de tratarle como a una perra, y que él hiciese lo mismo conmigo.

Estaba claro que quería lo mismo, se dio un poco la vuelta y sacó el culo, y me dijó:

  • ¿me vas a tratar como a una zorra?
  • Sí, veo que eres muy guarra, dame tu culo.

Me puse a su lado y empecé a agarrarle el culo, sobarle, darle cachetes… como gemía! Todo ello con comentarios guarros, llamándole zorrita, putita… aproveché para pasarle el dedo por la raja del culo, despacio, con cuidado para ver la reacción y… le gustó. Seguí trabajándole el culo un rato, le moví un poco el tanga y le acaricié el ojete con calma, suavemente. Para darle más morbo, con la otra mano le cogí la polla y le empecé a masturbar… jeje, que manera de gemir.

  • Veo que estás hecha una buena zorra, le dije.
  • Ufff, si, sigue! Me contestó con los ojos cerrados, disfrutando de mis caricias. Soy una guarra, dame más!

Yo me pegué más a él, quería sentir su cuerpo excitado contra el mío. Mi polla se apretaba contra su cadera y la mojaba de líquido preseminal que yo ya estaba soltando de lo cachondo que estaba.

Jorge giró la cabeza y nos morreamos, lujuriosos. Nos comimos la boca con frenesí, nos lamimos las lenguas, compartimos saliva… joder que vicio!!

Me puse detrás de él y apoyé mi polla entre sus nalgas, dura como la tenía, y me acerqué a él despacio. No habíamos hablado nada de follar, pero yo ya estaba pensando en que nos lo íbamos a montar y, con un poco más que yo hiciese, a este me lo tiraba.

Según sintió mi polla dura entre sus nalgas, empezó a restregarse contra ella, frotando su ojete contra mi tronco. Yo empecé a bombear como si me lo estuviese follando, despacio, disfrutando.

  • Uhmmmm, q gusto. Dijo Jorge.
  • Tienes un culo muy apetecible -le dije yo, está para cometer un delito…
  • Siii, me encanta ser tu zorrita.
  • Date la vuelta y chúpamela un rato, lo estás deseando a que sí?, le dije.

Jorge se dio la vuelta, se puso de rodillas y se metió mi polla en la boca. Yo la tenía super dura, soltando precum y, si le dejaba hacer, me correría rápidamente.

Después de una primera tragada completa, se la sacó y saboreó mi capullo y el líquido que tenía, deleitándose.

  • Veo que estás muy excitado tio, me dijo. Mientras jugaba con el líquido en su lengua y se lo tragaba. Tú polla está deliciosa!
  • Joder tío, como me pones. Eres un macho muy guarro. Le dije.

Me la estuvo chupando un rato, no mucho porque no le dejé, tenía miedo de correrme. Le quité la polla de la boca y le puse mis huevos para que me los comiese, cosa que hizo enseguida. Me agarró el culo con las dos manos y se metió mis huevos en la boca, jugando con ellos, lamiéndolos, oliéndolos… que guarra!

Se levantó y me volvió a morrear, estaba claro que le gustaba el tema, y a mi, este día, también.

Nos frotamos los cuerpos desnudos, las pollas juntas y muy duras. La mía muy mojada de su saliva y la suya soltando precum. Su boca sabía a mi polla y mi precum, que bueno.

  • Joder como me tienes cabrón, me dijo. Eres todo un macho.
  • Bufff, yo estoy como una moto, me encanta este rollo contigo. Le contesté.
  • Ahora me toca a mi un poco, te voy a zorrear.
  • Sí, ahora a mi, quiero ser una putita también. Le dije.

Estaba muy excitado y con ganas de que me tratase como a una perra. A ver qué me hacía ya que, tal y como estaba, haría lo que fuese!

Me empujó con suavidad hacia donde estaba él apoyado antes y me puso en su misma posición, dándole la espalda y sacando el culo. Me dio un par de azotes.

  • Dime perrita, ¿te gusta que te azoten?, yo diría que sí, con este culo que tienes lo estás pidiendo a gritos…
  • Sí, me gusta que me azoten, porque he sido mala. Le dije.
  • Sí, has sido muy mala, te voy a castigar bien. Me dijo mientras me agarraba el culo y me lo magreaba.
  • Eres una zorrita y te voy a tratar como tal… ponte a 4 patas me dijo.

Yo obedecí.

  • Ahora quiero que vayas gateando hasta el sofá, y menea el culo, quiero verte como lo haces.

Yo lo hice, empecé a gatear hacia el sofá (estaba a unos metros) despacio, poniendo énfasis en mover el culo para que resultase sexy. La situación era muy muy morbosa, me sentía muy guarro, como una zorra, notando que Jorge me estaba mirando el culo con ganas de trabajármelo.

  • Así se mueve un culo, joder, como me pones. Dijo Jorge.

Yo sonreí, me estaba gustando mucho esto. Una vez llegué al sofá, me apoyé en él y, con el culo en pompa le dije:

  • Hombretón, me vas a trabajar el culo o no?

Jorge ni se lo pensó, se acercó a donde yo estaba, se arrodilló a mi lado y me metió la mano entre las nalgas, acariciándome el ojete.

Yo estaba muy excitado y empecé a gemir de placer, era una pasada lo que me hacía y lo cachondo que yo estaba. En aquel momento, si me toco la polla me corro sin más, lo notaba, mi capullo no dejaba de soltar precum.

Esto último lo vio Jorge y, cogiéndolo con los dedos, se acercó a mi cara, puso sus dedos llenos de liquido cerca de mi boca y me dijo.

  • Quiero ver cómo te comes tu propio semen, toma.

Yo no me lo pensé y me puse a lamerle el dedo y coger mi líquido. Él acercó su lengua a la mía y nos intercambiamos fluidos, nos comimos la boca… como las actrices porno cuando intercambian la corrida, un morbazo.

Cuando terminamos volvió a mi culo. En la posición que estaba le veía su polla, muy dura y grande, se veía que estaba muy excitado, y también soltaba liquidillo. Fui a cogérsela y me dijo que no, que ahora mandaba él.

Yo me quedé como estaba, con el culo expuesto a sus deseos, y, deseando que me hiciese lo que le diese la gana.

Siguió trabajándome el ojete con el dedo y, echándose hacia adelante, metió su lengua en mi culo y empezó a lamérmelo con ganas.

Joder, qué placer!

Hacía mucho tiempo que no me comían el culo, yo gemía como una puta, con los ojos cerrados, disfrutando mucho.

Me llenó el culo de saliva, jugó con su lengua y me la metió un poco para abrírmelo. Si quería follarme no me iba a negar en absoluto! O incluso se lo pediría yo! Que calentón!

Cuando se cansó de comerme el culo, se sentó en el sofá, abrió las piernas enseñándome la polla en todo su esplendor y me dijo.

  • Quiero que me la chupes. Demuéstrame que un maricón como tú la chupa mejor que cualquier mujer.

Yo me relamí de gusto y sonreí. Él también sonrió y se abrió bien para dejármelo todo para mí. Colocó sus brazo en los respaldos, relajados, preparándose para lo que venía.

Lo primero que hice fue lamerle el precum que le salía por la polla, lo cogí todo en mi boca y me acerqué a la suya para compartirlo como él había hecho antes. Abrió la boca y lo dejé caer en su lengua… que pasada de morbo! Yo me sentía como una actriz porno, muy guarra, muy sucia y muy excitada. Cuando termino de caer le morreé bien. Nos separamos y volví a su polla.

Me puse de rodillas entre sus piernas, apoyé mis brazos en sus piernas y me metí la polla entera en la boca, hasta el fondo, despacito.

Jorge notó mis labios alrededor de su polla y empezó a jadear de placer, le fui comiendo el rabo poco a poco, hasta que me lo metí entero en la boca. Era grande, bastante, y grueso. Tenía que abrir mi boca casi completamente para que me entrase bien. Cuando llegué al fondo tenía la boca llena de carne, la notaba dura y palpitante, como a mi me gusta. Y tenía mi nariz pegada a los pelos de sus huevos, como olía a macho!

Empecé a chuparle despacio, arriba y abajo, sin prisa. En algún momento me la sacaba entera de la boca, chupaba su capullo como si fuese un polo, incidiendo con mi lengua en su frenillo y volvía a meterla en la boca.

  • Joder como la chupas tío! Estás hecho un verdadero mamón. Mejor que mi mujer!

Esto lo repetí 3 ó 4 veces hasta que ví que se me ponía demasiado cachondo, no paraba de gemir y notaba como su polla se empezaba a hinchar más, así que dejé de chupar y me fui a por sus huevos.

Los olí… olían a macho en celo. Me encanta ese olor que mezcla limpio (se acaba de duchar antes que yo llegase) y el olor a sexo. Empecé a lamerlos, a jugar con sus pelos, me los metí en la boca, chupé… mi macho estaba flipando de placer.

  • Eso es, cómeme lo huevos bien, qué puta estás hecho.
  • Me encantan tus huevos, están llenos de semen ¿no?, le dije.
  • Joder, te lo voy a dar todo, para ti.

En la posición en la que estaba él, tenía todas sus partes bajas a mi disposición, así que seguí bajando mi boca y le empecé a comer la parte entre los huevos y el culo…qué gemidos!

Me llené la boca de él, lamí, chupé… qué rico estaba. Y no dejaba de crecerla la polla!, cada vez la tenía más grande creo, así que también me la metí en la boca un par de veces.

Decidí seguir a por todas,  así que le cogí las piernas y las empujé hacia arriba, él lo entendió en seguida y se recostó en el sofá, subiendo las piernas contra su pecho y me dejó todo su culo a mi disposición. Se lo iba a comer bien.

Me ti mi lengua en su ojete, primero lamiendo un poco y luego a fondo y entró muy fácil, su culo quería marcha!

  • Joder Víctor, qué cabrón! Como lo comes!
  • ¿te gusta ser mi zorrita?, le dije
  • Siiiii, me dijo gimiendo mientras yo le seguía comiendo y follando con la lengua su ojete.

Alternaba lengua y dedos, llenándole de saliva el culo para luego meter 1 ó 2 dedos, despacio para que fuese abriendo bien y disfrutase de ello.

  • Tío, fóllame, necesito que me la metas. Me pidió, estaba fuera de sí ya.
  • Esto no es lo que hablamos antes, le dije haciéndome el estrecho.
  • Lo sé, pero me has puesto a tope, necesito que me folles ya!.
  • Vale, solo bromeaba, yo tb quiero darte por el culo. ¿tienes condones y lubricante?.

Sí, un momento, me dijo. Se levantó y salió de la habitación. Me moló ver cómo meneaba el trasero al irse, muy metido en su papel de zorrita. También me gustó ver cómo se le movía la polla…

Volvió enseguida con una caja de condones y un bote de lubricante anal. Me dio la caja de condones y el bote, y se sentó en el sofá a comerme la polla un poco. La seguía teniendo muy dura pero parece que quería que lo estuviese más.

Me dejé hacer con calma, para que durase la segunda mamada. Una vez tenía el condón ya en la mano, le aparté para ponérmelo. Mientras me lo ponía se volvió a poner en la posición de piernas levantadas para ofrecerme su culo.

Yo cogí el lubricante y, cogiendo un poco, empecé a echárselo en el ojete, metiéndole un dedo para lubricar la entrada lo más posible. Le embadurné bien el culo y luego pringué mi polla también.

Pegué mi capullo a su culo y jugué un poco en la entrada.

  • Bufff, tío, qué gusto. Me dijo.
  • Te voy a meter mi polla en el culo, para que disfrutes de cómo folla un macho.
  • Sí, tío, hazlo ya, métemela despacio, pero métemela ya.

Empecé a meterle la polla poco a poco, yo no la tengo muy gorda pero con todo el rollo de esa tarde la tenía inmensa, creo que nunca he tenido la polla tan grande en mi vida.

Le metí un par de centímetros de puntita y la retiré despacio, así varias veces. Después un poco más, poco a poco, despacito viendo cómo reaccionaba.

  • Ahhh, ahhh, cabrón, qué gusto. Gemía como una tía, estaba en la gloria.
  • Aún no te he metido casi nada, ahora verás cómo disfruta de verdad una maricona como tú. Le dije.

Al cabo de un rato tenía casi toda mi polla metida dentro de su culo, y repitiendo la misma operación, metida, retirada, poco a poco, hasta que llegué al final y me paré para acomodarnos.

Y empecé a bombear, despacio, despacio, para no hacerle daño, y él gemía como una tía cuando se la metes a fondo y se deja llevar.

Aumenté el ritmo un poco al cabo de unos minutos, no mucho, y seguí dándole caña. Su polla estaba esplendorosa delante de mí, moviéndose a cada embestida, soltando líquido transparente. Se la cogí una vez pero me dijo que no, que si le tocaba se corría y quería que durase más. Así que seguimos.

Unos minutos después me salí y le dije que se pusiese a 4 patas. Se apoyó en el sofá como yo había hecho antes, yo me puse de rodillas detrás de él y, con su culo en pompa, se la metí despacio de nuevo hasta el fondo de la primera embestida. Se tragó mi polla entera sin problemas.

Estuvimos así un rato, sin hablarnos, solo gimiendo, los dos. Él como una tía y yo jadeando como un macho en celo.

Llegó un momento que yo empecé a sentir que me iba a correr, si seguía follándome ese culo no aguantaría más, así que paré y me salí.

  • Tío, si sigo follándote me corro, no aguanto más.
  • Joder Víctor, que placer tío, nunca me habían follado así de bien.
  • Gracias, hago lo que puedo, dije.
  • Ahora me toca a mi follarte, ¿me dejas metértela a ti también?.
  • Claro, quiero disfrutar como tú! Dije, yo estaba tan salido que haría lo que fuese
  • Un momento, me dijo, ahora vuelvo.

Volvió a salir y regresó en nada con una especie de consolador con asas.

  • Quiero seguir sintiendo mi culo lleno mientras te follo, como si hiciésemos un trenecito.

Y dicho esto, se lo metió en el culo, hasta el fondo, mientras yo le chupaba un rato la polla. La tenía muy dura, pero me apetecía comerle el rabo un poco más.

Se puso el condón, yo me puse a 4 patas directamente y él se vino a por mí culo. Me lamió el ojete un poco y luego echó el lubricante en él. Por lo que noté debía de ser una buena cantidad. Empezó a meterme un dedo en el culo mientras esparcía el gel.

  • Qué culo tienes tío, te lo voy a follar.
  • Uhmmm, sí, dame tu polla. Le dije yo con voz de putita en celo.
  • Joder!, qué maricón estás hecho!

Me trabajó un poco el culo con un dedo y rápidamente me metió el segundo, mi culo estaba receptivo!

  • Uhmmm, uhmmm. Yo jadeé como una perra. Me estaba encantando el trabajo.
  • Joder, joder!. No paraba de decir Juan, qué culo tienes.
  • Venga, métemela, despacito pero hazlo ya!

Se puso detrás de mí y puso su capullo en la puerta de mi culo, asomando, tanteando mi ojete. Yo estaba muy muy caliente, hacía mucho tiempo que no me sentía así, y estaba deseando que me poseyera por detrás.

Empezó a meterla suavemente, repitiendo lo que yo había hecho antes con él, un poco hacia dentro, un poco hacia afuera, mete, saca. Yo me movía lentamente, disfrutando de su rabo en mi culo y gimiendo.

  • Joder Victor, como traga tu culo, eres una guarra!
  • Uhmm, sigue Jorge, hazme tuya, soy tu putita!, le decía yo para provocarle.

Llegó un momento que ya me la había metido hasta el fondo, entera. Yo notaba sus huevos contra los míos, rozándose. Comenzó a bombear despacito, la sacaba casi entera y la volvía a meter, una y otra vez. Yo me dejé llevar ya, nada de remilgos. Gemía como una puta, sin cortarme ni bajar la voz. El no dejaba de bufar y gemir, y de darme cachetes en el culo mientras me la metía, qué situación!!

Estuvimos unos minutos hasta que Jorge no puedo más, y la sacó:

  • Tío me voy a correr, no puedo más! Quiero lefarte el culo!
  • Vale, ponme el culo todo blanco cabronazo, le dije, mientras cerraba las piernas, ponía mi culo en pompa. Quiero que me lo eches por fuera y luego lo lamas como un maricón.

Jorge ya es había quitado el condón, puso su polla en la raja de mi culo y, juntando las dos nalgas, se empezó a masturbar… qué sensación!, como una cubana pero con el culo!

No estuvo ni medio minuto cuando noté que su polla se endurecía algo más y empezó a soltar semen por mi espalda, varios chorros noté, uno casi llegó a mi cabeza! Y él no paraba de gemir:

  • Ah, ah, ah, toma mi leche zorra, gemía.
  • Sí, dámela toda mariconazo, quiero tu semen!

Cuando terminó de correrse (y estuvo un rato), se acercó a mi culo y espalda y empezó a lamer su propia leche, cogiéndola con la lengua y metiéndosela en la boca.

  • Date la vuelta Victor.

Yo me dí la vuelta y me senté en el suelo. Él tenía la boca llena de su lefa, me la enseñó y se la tragó toda, relamiéndose.

  • Qué guarro eres le dije.
  • Sí, me encanta el sabor del semen. Ahora te toca a ti correrte, quiero que me lo eches en la cara.
  • Vale, ahora mismo le dije.

Yo me levanté y él se puso de rodillas. Le metí la polla en la boca. La tenía muy dura, chorreante de líquidos y a punto de explotar. Se la metí y saqué unas pocas veces, después le golpeé con ella en las mejillas y labios un poco mientras me pajeaba:

  • Como la chupas maricón, te voy a llenar la cara de semen.
  • Sí, dámelo, soy una guarra.
  • Sí, eres una guarra y te mereces mi leche.

Seguí dándome con la polla hasta que no pude más, él abrió la boca sacando mucho la lengua y yo me corrí. Le lancé lefazos por la lengua, cara, algo en el pelo, me corrí como nunca, lanzando varios chorros. No soy muy lechero pero este día, con toda la excitación que tenía saqué semen del fondo de mis huevos.

Cuando terminé me agaché y le lamí la cara cogiendo mi leche y tragándomela toda. Bufff, que sabor más bueno!

Una vez terminamos nos sentamos los dos en el suelo, sudando y jadeando. Ambos sonreíamos y estábamos contentos de la sesión. Le pedí si me podía dar una ducha rápida, no podía salir a la calle con el culo lleno de gel y semén por encima.

Me acercó a una ducha y me trajo una toalla. Fui con mi ropa hasta el baño y él, desnudo todavía y con la polla empalmada (yo tb seguía empalmado), se metío en la ducha conmigo:

  • Veo que tienes la herramienta dura, ¿no ha sido suficiente para ti?, me preguntó. Si quieres, te hago una paja.
  • Joder Jorge, eres un vicioso. Le dije, pero me encantaba la idea. Yo ya estaba enjabonándome y limpiándome el culo.

Se agachó y se metió mi polla de nuevo en la boca y empezó a chupármela otra vez. Un dedo suyo jugaba con mi culo… no tardé en ponerme durísimo de nuevo.

  • Venga victor, correte en mi boca, me dijo.

Y no tardé en correrme de nuevo, un par de minutos a lo sumo, con un dedo suyo metido en el culo hasta el fondo, su boca chupando mi capullo y su otra mano pajeándome.

Cuando terminé de correrme, se levanto y, con la leche en la boca, me dio un morreo largo en el que nos pasamos semen, saliva… una delicia.

Cuando terminó salió de la ducha, me acercó la toalla y yo, después de secarme me vestí y nos despedimos.

No sin antes comentar el volver a quedar para más adelante.