Sexo maduro durante el confinamiento
Un maduro casado se lo pasa en grande durante el confinamiento
Voy a contaros algo que me ocurrió estando confinado. Empezaré diciendo que soy maduro de 48 años. Mi aspecto es tipo oso, grande, peludo y barbudo y la verdad es lo que me pone en un tío, pero siempre hay excepciones...
Todo empezó una mañana con la avería de un grifo en mi casa. Llamo al seguro y quedan en mandar a un fontanero de urgencia. Sobre las 12 suena el timbre.
Debo decir, que estoy teletrabajando y que suelo estar por casa con ropa cómoda y escasa, así que sin tiempo a cambiarme, respondo al telefonillo.
-!Fontanero, me abre? Suena atronador al otro lado, una voz recia y masculina. Abro casi asustado. - Joder, qué ímpetu, pensé.
Me pongo la mascarilla y al abrir la puerta veo salir del ascensor al fontanero.... y JODER con "el fontanero", casi no entraba en el ascensor, moreno, con barba, de unos 35 años. Con un cuerpo musculado dentro de un mono azul ceñido. Con su mascarilla y todo.
Iba muy cargado con varias bolsas de piezas, así, que le ofrecí ayuda.
-¿Te cojo algo?
-Ok, gracias..., dijo sorprendido, - llevo la "casa encima", las urgencias son jodidas!!.
Uff... que bien sonaba la palabra "joder" en boca de un macho con él.
-Si, respondí. - Yo tengo suerte con el teletrabajo. Puedo estar cómodo. -dije y señalando a mis pantalones y camiseta de estar por casa.
- Ya te veo. Está muy bien. Para algo estás en tu casa. Como si te apetece ir en bolas !! . Dijo, sonriendo bajo su mascarilla y guiñando levemente un ojo.
"Joder, que majo es este tío", recuerdo que pensé.
Así, que le ayudé a pasar a casa, encantado de dar con un tío simpático que me iba a solucionar un problema.
Lo cierto es que en mi casa hace bastante calor, y con estas temperaturas de verano, no me ha dado tiempo a refrigerar, así que la cocina parecía toda ella un horno.
-Oye, ponte cómodo tú también. Esta cocina es un horno, dije, excusándome.
-Sí, sí hace calor. Te va a tocar instalar aire acondicionado. Pues si no te importa, el mono este en muy grueso. Me lo quito en un momento.
-Claro. no hay problema, le dije. - Mientras se quitaba las herramientas de trabajo, me fijé en su enorme silueta. Casi 2 metros de alto, ancho como un armario y barbudo.Un Grizzly en toda regla. Para empezar a quitarse el mono, empezó por las enormes botas de trabajo, para seguir con la parte de arriba. Llevaba una camiseta de un grupo Heavy Metal.. negra, ajustada a su pecho y a su barriga plana... dura. JODEEER, pensé.
Yo seguía paralizado en la cocina, junto a mi fontanero, que me estaba regalando un "streptease" improvisado. Cuando empezó con los pantalones, salió a descubierto un boxer color azul oscuro, con cinturilla de color y con una bandera... una bandera arcoiris. ¡Ostia, ya empezaban a encajar las piezas en mi cabeza. Una bandera arcoiris.. este tío "entiende". Una ligera sonrisa se dibujó en mi cara.
-Todo bien?. No te molesta que trabaje así ?, -me preguntó? -Desde luego, tu cocina es un horno !!. dijo sonriendo otra vez bajo su mascarilla.
-¡Claro, no te preocupes, como si estuvieras en tu casa! le dije mientras le cogía el mono y le miraba de arriba a abajo, disfrutando de mi precioso y enorme fontanero en camiseta y gayumbos. La fortuna me sonreía y no estaba dispuesto a dejarla pasar.
-Gracias. me pongo y te digo el pronóstico en unos minutos!. me dijo mientras se giraba y se agachaba en dirección al fregadero.
Al hacerlo... el boxer se bajó unos centímetros, lo que dejó al descubierto la raja de su culo. Ufff. Un culo redondo y peludo. Muy peludo. con pelo negro saliendo desde la raja y extendiéndose por ambos cachetes. No se veía entero, pero sólo lo que se intuía hacía que las pulsaciones se aceleraran. Mi corzcçon empezó a bombear sangre con rapidez y con fuerza hacia mi cabeza y hacia mi polla. De repente, sin darme cuenta, tenía una erección en toda regla bajo mi pequeño pantalón de trabajo.
Un poco nervioso sí estaba, allí, con un osazo en mi cocina, empalmado y con una calentón de mil demonios de casi 2 meses de confinamiento.
- Ya está... ésto se arregla cambiando un codo que está dañado!, me dijo el fontanero, sacándome abruptamente de mis sueños lúbricos.
Recordé la erección e hice amago de taparme rápidamente... -Sí, perdona, decías!?...
-Digo , que no te preocupes, que yo estoy igual...
Evidentemente, mi erección no había pasado desapercibida y ahora, mi fontanero estaba de pie, girado hacia mi y con su boxer ocultando una erección salvaje!- Así, mientras el apuntaba a su rabo tieso, miraba el mio. Era evidente que estábamos los dos como salidos como perros... y que la situación nos había disparado las hormonas.
No me lo pensé ni un momento y me bajé los pantalones, dejando al descubierto mi rabo erecto como un poste, estaba empezando a lubricar y el capullo empezaba a salir, mientras daba "saltos" de alegría.
-Uhmm.. Me gusta, me dijo, mientras él imitaba mi ofrecimiento, bajando sus gayumbos hasta las rodillas y dejando libre la polla más grande que he podido ver en mis 48 años!!!. JODER. Una belleza, descapullada, babeante y con unos huevos colgando que me "llamaban por mi nombre", como las sirenas y Ulises !!
Lo más extraño fue que no nos habíamos quitado las mascarillas... y ahí estábamos, dos osazos con las vergas empalmadas, uno frente al otro.
No lo dudé. di un par de pasos y me puse a escasos centímetros de él. Me arrodillé y empecé a oler su enorme rabo, que no paraba de brincar. Ya le había salido el precum y olía a macho sudado que me volvía loco. Todas nuestras feromonas estaban activas. Su olor a hombre salía de su huevos, de su lega y de su enorme mata de pelo negro y rizado que tenía sobre su verga.
Me bajo la mascarilla y empiezo a lamer su tronco, de arriba a abajo. Su erección ya es plena, su rabo está inhiesto. largo, recto y duro como pocos, con un capullo rosáceo que pide guerra a gritos. Llego al capullo y mi hombre empieza a gemir. Se arranca la mascarilla y empieza a bufar. Parece que le gusta !
Así, empiezo a succionar su capullo y a lamer el surco con la lengua... eso hace que él me agarre la cabeza y empiece a moverla arriba y abajo. Me está follando la boca y yo lo disfruto como un cerdo.. Que placer... de hecho, estoy tan empalmado que empiezo a soltar precum . Tengo la polla a 100 y no me la han tocado todavía
-Me voy a correr tío, llevo un mes sin sexo... me dice... Sí, sí, córrete.. se saca la polla y empieza a correrse en mi cara... UFFFF.. dios mío, está caliente, muy caliente y sale a chorro.. uno, dos, tres lefadas como nunca había recibido antes... empiezan las sacudidas 4, 5, 6.. no pasa de salir lefa su enorme rabo.. y de pronto ... Ahhh.. me empiezo a correr yo también, ahhhh, ahh.. síi, dios, que placer... me estoy corriendo sin que me toque el rabo, pero la excitación ha sido tanta que sigo corriéndome...
-Dame.. que quiero probar... me levanta rápidamente y pone su manaza bajo mi polla, empieza a rebañar mi capullo, ya completamente lubricado, me moja bien de semen la mano y se la lleva a la nariz y a la boca.. UFFF:. -¡Cómo me pone el olor a macho... - me dice... sólo puedo asentir, y sonreír. Estoy exhausto y sorprendido por la calentura tan grande que llevaba encima. Casi no me tienen las piernas,, me estoy agarrado a mi macho, a su rabo, todavía largo y grande, en su normal flacidez.
-Gracias tío (joder, no sé ni su nombre)... Soy Jose. Un placer.
-Yo Raúl. Igualmente, tío, ha sido una corrida cojonuda!!!.
Estamos así agarrados unos minutos, hasta que nos damos cuenta que debemos limpiar el "estropicio".
Me separo, y le doy papel de cocina, que empieza a hacer su función mientras los limpiamos la ropa, los calzones. Estaba todo fino...
-Jajaja- Estaba todavía temblando.
Y ahora ¿qué?... nos vestimos más o menos rápido y de pronto, Raúl, todavía en calzoncillos, me dice:
-Igual podemos terminar de arreglar la tubería mañana. Podemos hacer un parte de reparación incompleta. Vendría yo a dejarlo todo listo mañana...
-Sí, me parece bien. Firmo para posponer la reparación.
Mientras sonreímos, pensamos en nuevas visitas con la excusa de la reparación...
-Ok, llama de nuevo al seguro para que te hagan un parte nuevo...
Raúl se pone la mascarilla , ya lleva el mono, coge su herramientas y sale hacia la puerta.
-Nos vemos, me dice
-Nos vemos. Ciao.
Bajo mi mascarilla tengo una sonrisa de oreja a oreja. ...(¿Queréis que continúe....?)
PD: AVISO. Todo el relato es ficción. En tiempos de Pandemia: !Quédate en casa!