Sexo lesbico y bondage

El sexo entre chicas es excitante, más aún cuando el cuerpo de una esta a merced de la otra.

Ya se han ido todos los empleados de la oficina, solo quedamos tu y yo, entro a tu despacho y ahí estas tu sentada detrás del escritorio, hablando por teléfono, al parecer es una llamada importante. Me acerco y me pongo entre tu y el escritorio, me siento en la orilla, pongo a un lado mi bolso que traigo conmigo, te observo y con una seña me dices que espere, yo afirmo con la cabeza. Me siento completamente en el escritorio y mis pies quedan volando, me quito las zapatillas, tu te mueves en la silla giratoria haciendo semi círculos, frecuentemente cruzas las piernas, las separas y las vuelves a cruzar, sigues concentrada en la llamada. En un momento en que separas las piernas, pongo mi pie entre tus muslos, detienes el juego con la silla. Mi pie se interna un poco mas entre tu minifalda, hasta que mis dedos rozan tu intimidad, no traes pantaletas.

Con mi pie empiezo a masturbar tu vagina, lentamente sientes mis deditos en tus labios vaginales, después de un momento tu respiración comienza a ser entrecortara, agitada; apenas y puedes hablar, deseas que acabe la conversación telefónica, pero no es así, y mi pie sigue jugando en tu coñito que se ha mojado para esos momentos; al mismo tiempo me comienzo a quitar la ropa. Primero el saco, después desabrocho uno a uno los botones de mi blusa, la abro y me despojo de ella; comienzo a acariciar mis tetas sobre mi sujetador, acto seguido acaricio mis muslos y voy subiendo la minifalda, la subo hasta mi cintura y te percatas que tampoco traigo pantaletas.

Mientras te masturbo con mi pie yo hago lo mismo con mi mano, ya no aguantas más y súbitamente cortas la llamada, nos vemos las dos fijamente con lujuria, entonces tomo mi bolso y saco de él un dildo y unas esposas, te las muestro. Tu sonríes.

Súbitamente me bajo del escritorio y me dirijo hacia tu espalda, pongo mis manos sobre tus hombros y beso tu cuello, tu desabrochas tu blusa y te la quitas, entonces yo tomo tus muñecas, las paso detrás del respaldo y las esposo, amarro tus tobillos con una pañoleta a la base de la silla giratoria. Te ves preciosa indefensa. Me coloco enfrente y me siento sobre ti con las piernas abiertas y beso tu boca, nuestras tetas se juntan y se aprietan entre si. Tu aún traes puesto tu sujetador, pero eso cambia cuando lo desabrocho por atrás y bajo los tirantes y las copas.

Te vuelvo a besar y acariciar tus tetas con esos preciosos pezones oscuros que tienes y que me enloquecen, paso mi lengua por tus aureolas prietas y lamo tus pezones erectos. Me paro para hincarme enfrente de ti, separo un poco mas tus piernas y hundo mi cabeza en tu intimidad, chupo tu clítoris y beso tus labios mayores, con dos dedos abro tu vagina y lamo el interior tus labios menores, tu coño esta mojadisimo y me encanta tu sabor. Tu te estremeces de gusto y tratas de zafarte pero no es posible. Tu respiración se hace aún mas agitada, dejo de jugar con tu vagina y lamo tu entrepierna.

Después me paro y te desamarro los tobillos y te desesposo las muñecas. Te paras y nos besamos apasionadamente, te voy dirigiendo hacia el sofá de la oficina y nos recostamos en él, aprovechamos para tocarnos ambas nuestros cuerpos, después de un tiempo vuelvo a colocarte las esposas pero esta vez aseguradas a tu muñeca izquierda y a tu tobillo izquierdo, lo mismo ato con la pañoleta tu muñeca derecha con tu tobillo derecho, tus piernas al quedar sujetados quedan encogidos y las plantas de los pies puestos en el asiento del sofá.

Me levanto y quedo delante de ti, me desnudo y disfruto de u hermoso cuerpo negro, que esta a mi disposición, indefensa, caliente, toda para mí. Me deshago totalmente de tu falda; tu vagina queda expuesta a mi completo gusto, veo con detenimiento tu coño depilado brillante a causa de lo mojada que estás. Me acerco y meto mi cara entre tus piernas y comienzo a lamer ese sexo exquisito que tienes.

Mi lengua viaja a lo largo de tus labios, de vez en cuando saboreo tu esencia que me excita mas y más, con la punta de mi lengua toco levemente y apenas tu clítoris, tu respondes con un leve gemido, vuelvo hacia tus labios, con mis dedos me ayudo y los abro para tener ahora el gusto de pasar mi lengua por tu labios menores y tratar de introducir en tu interior, te follo unos segundos con mi lengua. Me salgo y vuelvo con mi labor en tus labios mayores, ahora los beso... besitos cortos y tiernos, luego pienso que es tiempo de besar tu botoncito, le doy un rápido beso, pienso que es mejor dejarlo por el momento y hacerte sufrir, empiezo a subir con lametones y besos hacia arriba, por tu monte de venus, tu estomago plano, tu perfecto ombligo, hasta llegar a tus preciosas tetas negras, paraditas y esos pezones prietos que me matan.

Con mis dedos me apodero de tu teta derecha y con mi boca de la izquierda, pellizco y mano tus ricos pezones que están paraditos de la excitación, paso mi lengua por tu aureola, tu respiración es muy agitada y sé que quieres que te coja ya, pero en estos momentos eres mía y te voy a hacer sufrir, voy a hacer que me ruegues para que te folle, se que me lo pedirás!.

Nuevamente, inicio mi viaje hacia abajo, dejando tus tetas llenas de mi saliva, lentamente disfruto centímetro a centímetro tu exquisito cuerpo, tardo más de 5 minutos llegar a tu monte de venus, me detengo y me incorporo unos segundo para ver tu cara, tus ojos están cerrados y tienes una hermosa sonrisa dibujada en tu rostro, tratas de soportar tu excitación, y no pedirme que lo haga ya. Tomo el dildo y lo acerco a tu boca, lo sientes en tus labios y abres esos preciosos ojos. Te lo ofrezco y lo lames.

Cuando lo dejas completamente mojado, lo acerco a tu vagina completamente mojada y paso la punta por tus labios vaginales, a todo lo largo, presiono un poco y tus labios se abren, pero no introduzco ni medio centímetro, hago que sientas la verga por el exterior de tu vagina, y luego la paso por tu ano, también hago una ligera presión pero tampoco lo meto. Vuelvo a acercar mi boca y me apodero de tu clítoris, lo beso y lamo, tu cuerpo se tensa y arqueas tu espalda. Tu respiración se hace aún más agitada.

Mi lengua se vuelve loca por tu sabor y los movimientos cada vez son más rápidos, tu clítoris se mueve de arriba a abajo y comienzas a jadear, sigo paseando el dildo por tu vagina y entre tus nalgas sin introducirlo, tus gemidos me calientan aún más, pero reacciono y detengo mi mamada. Quito la verga de hule de tu vagina y me pongo de pie, me miras desconcertada tus ojos me preguntan por qué no continuo. Sé que disfrutabas el sexo oral que te estaba dando, pero recuerdas, te quiero hacer sufrir.

Me acerco a tu boca y después de un largo rato nuestras bocas se vuelven a reunir, nuestras lenguas se entrelazan en un húmedo y cachondo beso, largo, muy largo, vuelven mis manos hacia tus tetas y pasean y reconocen esos perfectos senos tuyos. Te digo al oído "¡Pídemelo!", solo sonríes y besas mi mejilla, vuelvo a besar tus labios y bajo por tu barbilla, tu cuello tus hombros tus tetas, me subo arriba de ti y mis dedos juegan con tus múltiples trenzas negras mientras mamo de tus pezones prietos.

Cambio tu cabello por tu vagina y con mis dedos exploran tu coño que sigue mojadisimo, meto un dedo en tu interior y lo muevo, juega adentro de tus paredes, luego lo saco y meto a un ritmo lento, sientes toda la longitud de mi dedo medio, enloqueces y vuelves a retorcerte. Mi boca inicia otro viaje por tu cuerpo, esta vez hacia abajo, hacia tu vagina, el recorrido es lento, lamidas, y besitos llenan el camino.

Al llegar mi boca a su destino se aloja en tu clítoris, pero mi dedo abandona tu interior, ahora es solo mi lengua y tu clítoris, nuevamente me apodero del dildo y lo coloco n tu ano, aplico una leve presión que advierte una invasión en tu trasero, pero solo es eso una advertencia que te desilusiona. Ahora lamo y beso toda tu vagina, doy pequeñas mordiditas a tus labios vaginales, mamo tu clítoris y sigo con la amenaza de penetrarte el culo. Sientes que mi boca se retira de tu sexo y piensas que no estas dispuesta a soportarlo y dices algo que yo estaba esperando y que es verdadera música para mis oídos:

-Ya Amalia hazlo. Lo dices con voz muy baja, yo me hago la desentendida y te hago sufrir más.

-Hacer qué linda. Lo digo con voz inocente, como sin saber de que hablas.

Tu excitación no da para mas y sabes que no vale la pena prolongar mas el suplicio, quieres gozar y sabes que yo quiero darte placer.

-¡Ya Amalia cógeme, ya no aguanto más! lo dices con verdadera convicción y en tu voz verdadera lujuria.

Entonces vez como comienzo a lamer todo el dildo hasta dejarlo todo mojado con mi saliva, coloco mi boca en tu vagina y la chupo con verdadera lujuria, tu coño es mío y me bebo todos tus líquidos, mientras pongo el dildo en la entrada de tu culo y comienza a invadirte lentamente, muy lentamente, mueves tu cuerpo para ayudar a que entre rápido pero por tu condición de amarrada tus movimientos son inútiles, pero poco a poco disfrutas la exquisita invasión de tu ano, complementándose con mi trabajo en tu sexo, ya no te hago sufrir, solo te doy placer y me lo demuestras jadeando y gimiendo, dices mi nombre.

El dildo se aloja completamente en tu culo, pero no lo muevo dejo que sientas a tu querido invasor y te acostumbres a él. Minutos después lo comienzo a sacar y a meter, sacar y meter, gimes de placer y esos sonidos me calientan más, siento mis líquidos resbalare por mi entrepierna, entonces con mi otra mano juego con mi coño, yo misma provoco en mi un gemido de placer, mis movimientos en mi sexo se hacen rápidos e incluso meto dos dedos en mi interior, rozo mi clítoris. Continuo masturbándome y mamando tu vagina.

Tu culo en verdad disfruta de la verga y los movimientos son rápidos y profundos, ahora me enfoco solo en tu clítoris y mis dedos en mi concha se han vuelto frenéticos. Un minuto mas y explotas en un brutal orgasmo, tus gemidos son ruidosos y provocan en mi un maravilloso orgasmo que dura lo suficiente para hacerme perder el sentido por unos segundos.

Pasa un largo minuto, nuestras respiraciones vuelven poco a poco a normalizarse, en nuestras caras se pinta una sonrisa de oreja a oreja, me retiro de tu coño y pongo mis dedos que me masturbaban en tus labios, los lames y pruebas mi esencia, luego te beso y se mezcla mi saliva con tu corrida.

Me alejo de ti y te dejo amarrada con el dildo adentro, tu disfrutas de ese pedazo de plástico en tu culo, después de varios minutos regreso, te lo quito, nos besamos, nos vestimos y salimos de la oficina, las dos sabemos que hoy dormiremos juntas.

Dedicado a Carolina

Hola soy Sara Amalia tengo 20 años y soy de México, me gustaría conocer su opinión en torno a este relato, así que chicos y chicas escríbanme a: sara_amalia@terra.com.mx . También pueden checar otros relatos míos que se han publicado en este portal.