Sexo estudiantil
Otra historia de profesoras y alumnos.
Estaba cansada, aquello la agotaba, tener que explicar todo una y otra vez, por suerte el timbre sonó y los alumnos salieron de clase, ella se quedó en la clase unos minutos, recuperando el resuello, se sentó detrás de la cátedra y esbozó una sonrisa al aula vacía, se pasó el dorse de la mano por la frente, aunque no había sudor, era una costumbre que tenía, se quitó sus gafas y con el dedo índice y pulgar se apretó el tabique nasal cerca de los ojos, aquel muchacho le tenía loca, un chaval de 18 años, de espalda ancha, alto, ojos verdes, cabello castaño ondulado que respondía al nombre de Ángel, juraría que aquella mañana, al levantarse de su pupitre unos minutos atrás había notado como se le marcaba su pene en el pantalón, pero había quitado la vista de inmediato, aquello podía costarle el historial. Tocaron a la puerta y se sobresaltó, volvió a ponerse las gafas mientras le ordenaba al alumno que pasara
-¿Profesora Esther?-anunció el muchacho, él era, Ángel
-¿Sí, Ángel?-respondió ella
-No he comprendido muy bien lo que ha querido decir antes-respondió él, la profesora miró su entrepierna, que aún estaba dura
-Si no me equivoco tus compañeros se van al campo de excursión, ¿no?-preguntó Esther, era una tradicción que en su colegio cada año se fueran al campo a finales de curso unos días
-Sí, pero yo no voy este año-respondió Ángel
-Entonces cuando tus compañeros se vayan podré explicarte el temario, tengo hora libre-respondió ella levantándose
-¿Y por qué no ahora?-preguntó el alumno
-Porque ahora tengo que desayunar, espérate 15 minutos-respondió ella saliendo del aula.
Dejó los libros en el aula de profesores y se dirigió al baño a lavarse las manos, el espejo le devolvió al imagen de una mujer cincuentona, de pechos pequeños, cabello moreno, ojos pardos enmarcados detrás de unas gafas, estuvo pensando en la polla de aquel muchacho en su interior, tocando sus pechitos, secó sus manos y llevó una a su pantalón, acarició la parte de su entrepierna y emitió un gemido mientras se mordía el labio, volvió a tocarse, esta vez se metió la mano por el pantalón y acarició sus bragas por encima, estaban húmedas, se metió el dedo por la vagina, aún opr encima de las bragas y disfrutó de la humedad. Abrió los ojos y se miró al espejo, ¿qué estaba haciendo? ella era una mujer felizmente casada, aunque su marido no le daba lo suyo, ella intuía que se iba con jovencitas, ya que nunca quería follar con ella, pero aún así estaba casada, no podía echar 7 años de matrimonio a la basura por la polla bien formada de un muchacho de 18 años que ni siquiera follaría con ella, solo habían quedado para hacer deberes, él no tenía niguna doble intención para con ella. Con esos pensamientos en la cabeza salió del baño y bajó a la cafetería a desayunar, para entonces ya no quedaban donuts de chocolate blanco, sus preferidos, joder, ni tampoco donuts de azúcar, ni napolitanas de chocolate, vamos, todo lo que le gustaba nada, 0, únicamente ensaimadas recubiertas de azúcar glasé y bocadillos, nada de chocolate, se resignó a un bocata de jamón york y queso y un café
-¿Hoy no te vas a pedir tus 40 donuts diarios?-se burló la cocinera (obviamente 40 no, es una exageración)
-No, estoy a dieta-dijo Esther, aunque no necesitaba la dieta, con toda la bollería que comía no engordaba, era lo que le gustaba de su cuerpo
El timbre que anunció el fin del recreo anunció también la salida para que los niños pudieran salir al campo acompañados del buen señor Roland, un viejo profesor aficcionado a las mariposas, era el profesor favorito de todos, pacífico, dormilón, distraído, la nota más baja que ponía era un 6 y siempre hablaba de la colección de mariposas que tenía en su casa.
Ella se quedó en el colegio medio vacío, sólo quedaban los alumnos de la primaria, los docentes, Ángel y ella. Respiró, se armó de valor y avanzó a la clase donde le esperaba el muchacho, en efecto allí estaba el alumno, sentado en una silla cerca de la cátedra donde ella se sentaba
-Bien, vamos a empezar-dijo ella colocándose un mechón de su cabello detrás de la oreja
El primer cuarto de hora fue bien, , pero cuando dieron y 20' empezó a echar miradas furtivas a la entrepierna del muchacho, que descansaba bajo el pantalón del uniforme reglamentario, así a ojo le debía medir 15 cm, apartó los ojos de la polla del chaval y siguió explicando el tema
-Profesora-dijo Ángel
-¿Sí?-preguntó Esther
-¿Pueden dos cuerpos que se atraen juntarse en uno mismo o se repelerían?-preguntó Ángel
-¿Qué preguntas me haces? Obviamente se juntarían-respondió ella
-¿Entonces porqué tú y yo no nos juntamos?-preguntó Ángel
-¿Qué?-preguntó ella
-He visto como llevas toda la mañana mirando mi pene, ¿porqué no me pides que me la saque?-preguntó Ángel
-No sé de dónde sacas eso-respondió ella
-Venga, no se haga de rogar, si lo eestá pidiendo a gritos-respondió Ángel levantándose
Se desabrochó el pantalón y se lo bajó, su polla saltó como si un resorte tirase de ella, no medía 15 cm, medía 18.
-Tómela, no se avergüenze-dijo el muchacho
Ella se cubría la cara con las manos, estaba roja, el muchacho tomó una de sus manos y la separó de su cara llevándola a la polla, aunque ella ejercía resistencia
-Profesora, ha de saber, que aunque haya fuerza de rozamiento, si la fuerza que tira del objeto es mayor, la fuerza de rozamiento será nula-explicó Ángel tirando con fuerza de la mano
La mano tocó la polla, caliente, palpitante, se movió de arriba a abajo, Ángel soltó la mano y ella no soltó la polla, había sucumbido a los encantos de aquel muchacho, estaba a su control
-De rodillas por favor, me la vas a mamar-ordenó el alumno
-No me des órdenes-dijo ella
-Oh sí, eres mi sumisa, a partir de ahora me obedecerás en todo-dijo Ángel
-¿Por qué piensas eso?-preguntó Esther
-Por que no puedes resistirte a mi polla ni a mis ojos-respondió él
Aquello era cierto, sin poder resistirse se arrodilló ante el muchacho y abrió la boca, el chaval le metió la polla hasta la campanilla, le recogió el pelo moreno en una mano y se lo sostuvo por encima de la cabeza mientras ella se la mamaba, hilos de babas y semen caían por la barbilla de la profesora pero ninguno de los dos hacía nada por limpiarlos, la profesora abrió los ojos de repente, el alumno se había corrido, ella no pudo aguantarlo mucho más y abrió la boca, por suerte no quedaba mucho, la mayoría cayó dentro de la boca
-Esa fue buena-dijo Ángel
-¿Quieres algo más?-preguntó ella, aún de rodillas
-Sí, cuando te dirijas a mí lo harás de maestro-dijo Ángel
-Sí maestro-dijo Esther
-Quiero que te desnudes y cierres la puerta-ordenó él
La profesora se levantó para coger las llaves, pero el alumno se lo impidió
-Quiero que te desnudes y cierres la puerta-repitió de nuevo
-Podrían verme-dijo ella
Ángel se encogió de hombros y ella empezó quitándose la bata, debajo llevaba una camiseta y unos pantalones, se quitó la camiseta revelando un sostén que apenas sostenía algo y unas bragas mojadas
-Vaya, veo que has estado pensando en mí-dijo Ángel
Le dio las llaves a la profesora para cerrar la puerta y él mientras se sentó en el sillón del profesor
Ella cerró la puerta y cuando se volvió Ángel le pidió que se quitara todo, dejó a la vista sus pechos pequeños, que el muchacho tomó con sus manos, y su vagina mojada y depilada, Ángel veía varias estrias por ahí además de arrugas en su cara y manos
-¿Cuántos años tienes?-preguntó
-Una mujer nunca dice su edad-respondió ella
-Cuántos-dijo él con voz autoritaria, no convenía desobedecerle
-50-respondió ella
-50 tacos-repitió él mirando el cuerpo de aquella señora
Se levantó del pupitre y se dirigió a ella, la tomó por la mandíbula y le plantó un beso
-¿Por qué ha hecho eso maestro?-preguntó ella
-Por que me gustas, desde que entraste en el colegio me pones la polla dura, todos mis sueños están protagonizados por nosotros-respondió él
-¿Te gusto? Pero si te saco 30 años, me salen arrugas, tengo pechos pequeños, estrías, soy vieja-respondió ella
-Mejor, las maduras tienen más experiencia-dijo él
Continuó besando a la profesora, la tumbó sobre las mesas de la primera fila y se colocó encima, recorrió con sus manos los pechos, bajó por el vientre, hasta llegar al pubis, metió los dedos por la apertura de la vagina
-Sí-gimió ella
-Hagámoslo-propuso él
-Sí, tómame, haz con mi cuerpo lo que plazcas, amo, soy tu sumisa-dijo ella
-Siempre tuve la fantasía de someterte-dijo él
-Y yo la de ser sometida-dijo ella
Ángel dirigió su polla a la vagina de Esther y se la clavó hasta el fondo
-Sí-gritó ella
-No tan fuerte-dijo él agarrándose a sus pechos
Abrió la mano y le soltó un guantazo en la cara
-¿Te gusta?-preguntó él
-Sí, sigue pegándome, me pone-dijo ella
-Toma, toma y toma-dijo él soltándo guantazos a la cara de la profesora, acabó con las dos mejillas en carne viva
-Oh sí-dijo la profesora cogiendo los músculos del chico
-Profesora, está muy estrecha-dijo él
-Hace tiempo que no me follan-dijo ella
-¿Su marido no le da lo suyo?-preguntó él
-En efecto, siempre tiene trabajo y me quedo esperándolo hasta altas horas de la noche con la lencería puesta, aunque creo que me la pega con una más joven-respondió ella
-Cabrón, yo si tuviera a un pibón como usted esperando en casa no malgastaría ni un minuto-respondió él
-¿Estarías siempre ahí?-preguntó ella
-Trabajaría desde casa, para que me la pudieras comer por debajo de la mesa mientras me reuno por videoconferencia con los gilipollas del trabajo-respondió él
-Qué mono-dijo ella acariciando su mejilla imberbe
-Profesora, me vengo-anunció él
-Afuera-pidió ella
Se salió fuera y se la meneó sobre el cuerpo de la profesora. El semen cayó sobre el cuerpo dejándola perdida. Manchó su cara y sus pechos.
-Me has dejado perdida-dijo Esther
-Te jodes, cómetelo todo-dijo Ángel
La profesora se relamió los labios y las mejillas
-Toma, límpiate las tetas-dijo Ángel dándole sus bragas
-Me encanta limpiarme con mis bragas-dijo Esther
Se limpió las tetas con las bragas y se las volvió a tender a Ángel, que se las acercó a la nariz
-Huele mi corrida-dijo Ángel apretando las bragas contra la nariz de Esther.
Después le metió las bragas por el coño humeante, expulsaba aún chorros de semen, se las metió hasta el fondo hasta que queddaron fuera de la vista
-¿Algo más maestro?-preguntó Esther
-Sí, límpiame la polla con la boca-dijo Ángel
Tomó la boca de la profesora con brusquedad y la metió toda sin esperar respuesta. Cogió las gafas de la profesora de sus ojos, llenas de semen aún, sacó la polla y obligó a Esther a lamer los cristales
-No puedes desperdiciar nada, es muy valioso-dijo él
Acto seguido volvió a meter la polla en la boca de la profesora y se corrió en su garganta, de nuevo aquella corrida sorprendió a Esther, que se sobresaltó
-Coff, coff, avisa cabrón-dijo ella tosiendo
-No me insultes-dijo Ángel
Le dio una bofetada que le hicieron saltar las gafas y le salieron lágrimas de los ojos
-Sí amo-dijo ella cabizbaja
-Te castigaré-dijo Ángel
Le dio la vuelta y la puso bocabajo, levantando el culo
-Con delicadeza, no lo tengo muy acostumbrado-dijo ella
-Ya veremos-dijo él.
Cogió las dos nalgas y las separó, el culo apareció oculto tras un agujero pequeño, rodeado de los surcos anales, lo abrió, metió la lengua y ella se estremeció, fue a tocarse la vagina, pero él se lo impidió
-Te tocarás cuando yo te lo ordene-dijo
-Sí amo-dijo ella volviendo su mano hacia la mesa
El hombre dio un par de lametones más al culo y procedió a insertar la polla dentro
-Con cuidado-recordó ella
-Que sí-dijo él
Se la metió con cuidado, primero la punta y luego el resto del cuerpo, ella exhaló un gemido, estaba dentro de ella, en su culo, tenía sus bragas dentro de su coño empapadas de semen y para colmo no podía tocarse, pero eso era lo que él quería, él era su amo y ella tenía que obedecer.
-Sí-gimió ella
El alumno cogió su cabello y echó la cabeza hacia atrás haciendo que arqueara la espalda, comenzó a follar más fuerte mientras su huevos chocaban con la vagina, con la ptra mano sacó las bragas del coño, empapadas con ambos fluidos y se la apretó a Esther en la cara
-Huélelo, huele tus propios fluidos-dijo él
Apartó las bragas de la nariz de la profesora y se las llevó a su propias nariz, oliendo los restos de su corrida y la excitación de aquella perra sumisa que tenía a su control, completamente a su control, se le ocurrían tantas cosas
-Voy a correrme-dijo ella
-No lo hagas, te correrás cuando yo lo diga-ordenó él
-Sí mi amo-dijo ella apretando el esfínter
Él sacó la polla del culo y se la metió en el coño, ella no pudo más y se corrió encima de la polla del hombre
-Lo siento, lo siento, perdóname amo, he desobecido-dijo ella
-Ya tendrás tu reprimenda luego-dijo él bombeando con fuerza el coño de la mujer mientras ella gritaba a pleno pulmón
Por suerte no había nadie en el pasillo y la única profesora que había allí, aparte de ella que estaba siendo follada, estaba sorda como una tapia
-Voy a correrme, dentro-dijo Ángel
-Sí, lléname con tu semilla, embarazáme, quiero sentir tus fluidos dentro de mí-pidió ella
Él se contrajo durante un momento y enseguida empezó a expulsar chorros de semen en el interior del coño de la profesora, se corrió tanto que cuando la sacó, se escaparon, para evitar fugas volvió a meter las bragas dentro.
-Ahora, por desobedecerme tendrás tu merecido-dijo él
Sentó a la profesora en el suelo y se dirigió a su estuche, sacando sus tijeras, y no eran las tijeras esas mierdas de clase que no cortan una mierda, esas tijeras no. Eran tijeras de cortar buenas
-¿Qué vas a hacer?-preguntó ella asustada
-Sesión de peluquería-respondió él
Cogió un mechón del cabello de la profesora y lo cortó, el mechón quedó a la altura de la barbilla, ella dejó escapar una lágrima, pero el hombre no le hizo caso y siguió cortando a la misma altura hasta dejar el pelo cortísimo, casi como un chico
-Así lo llevarás de momento, y que esto te recuerde a quien debes obediencia, lealtad y sumisión-dijo Ángel
-¿Eso es todo amo?-preguntó ella
-No, voy a sacarte unas fotos con mi celular, así tendré recuerdos tuyos por las noches-dijo él
-¿Algo más?-preguntó ella
-Sí, vas a hacerme todos los examenes tú, al menos los de tu asignatura y me vas a pasar fotocopia de los examenes de otros profesores-respondió él
-No puedo hacer eso-respondió ella
-Sí que puedes sí. Además vas a venir todos los días de forma provocativa, con mucho escote, falda corta, medias de licra y tacones, con gafas, aunque poco van a durar, un plug anal y sin ropa interior-respondió él
-Sí amo-respondió ella
-Ahora vas a ir a tu casa, obviamente me das tu dirección por si quiero ir a hacerte una visita, y si tu esposo te quiere follar le dices que no, que ya no le quieres y que como mucho le dejarás comerte el coño, mi corrida-respondió él
-Sí amo-respondió ella
-Bien, pues ya está, a otra cosa mariposa, y ya sabes, en Junio me pones un 10-dijo él
Se vistió y salió del aula, ella se quedó allí pensativa en el aula, rodeada de su pelo moreno en el suelo, se levantó y se puso la camiseta y los pantalones, las bragas seguían dentro de ella, se puso la bata y cogió los libros, el pelo que lo recogieran las limpiadoras, ella se iba a su casa a hacer caso a su amo. Estaba feliz de haber encontrado un semental que lo colmase en vez de su marido, al que quería, pero no de la misma manera. Aquello se repetiría, lo sabía. Con una sonrisa en el rostro se metió en el coche con este último pensamiento en su cabeza.
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