Sexo entre una hermana y dos hermanos
Con el tiempo el nivel de placer fue en ascenso, y la forma de tocarme más elaborada a medida que me iba haciendo más mayor, hasta que empecé a tener los primeros orgasmos.
Decir como sucedió desde el principio puede resultar bastante largo de contar. Empecemos diciendo que somos tres hermanos, yo soy la del medio. La parte más excitante como os puedo decir..., fue en la adolescencia. Y por ir ya al grano os comento que había visto a mis hermanos desnudos en más de una ocasión y sin darme cuenta eso me llamó la atención, ver unas vergas doradas, colgando en vivo y en directo. Ya me masturbaba desde pequeña, no sabía porqué pero al andar por mi conchita me daba placer y aprovechaba cualquier momento para tocarme, creo que desde pequeña ya era un poco salidilla, je,je.
Cuando estábamos en verano y no teníamos cole, tomabamos un poco la siesta y yo terminaba metiendo la mano por debajo de mis braguitas y me tocaba, hasta que me daba el sueño, incluso estando mis hermanos conmigo. Llegaron también ellos a tocarme y a mi me encantaba, se quedaban dormidos con sus manos manoseándome abajo y yo sintiendo placer, dejándome meter mano.
Yo también se las tocaba a ellos y notaba como crecían en mis manos. A medida que fuimos creciendo me hice más reservaba y ya no les dejaba tocar, les apartaba las manos, aunque ellos insistían una y otra vez en tocarme, alguna vez por tanta insistencía lo conseguían y les dejaba un poco, pero cada vez menos, y también querían que les tocará. Al final los amenazaba con contarlo a nuestros padres. Hasta que poco a poco los tres lo dejamos pero yo seguía tocándome pero ya a solas.
Con el tiempo el nivel de placer fue en ascenso, y la forma de tocarme más elaborada a medida que me iba haciendo más mayor, hasta que empecé a tener los primeros orgasmos. Cuando encontré el clítoris, fue mi gran descubrimiento, sentía como una especie de corriente, que me iba desde abajo hasta arriba, dándome mucho placer .
Me gustó tanto, y era tal el placer que termine masturbándome casi a diario y donde podía, aprovechaba cualquier momento para tocarme, incluso en el baño del colegio. No me preguntéis tampoco el porqué, ni cuando empecé a masturbarme pensando en los penes de mis hermanos. Cuando mis manos iban a mi sexo para masturbarme, me venían a la mente las imágenes de ellos con su pene al aíre y sus testículos, y me tocaba pensando en todo eso, hasta que tenía un buen orgasmo y quedaba ya tranquila por un tiempo, pero tampoco se me borraba de la cabeza cuando nos tocábamos los tres de pequeños.
¿Cuando se los vi de mayores?, fue en la playa un verano que fuimos toda la familia, ellos no tuvieron ningún inconveniente en desnudarse delante de mí y de nuestro padres. Nuestra madre les llamó la atención, - ¿ pero como os desnudáis así delante de vuestra hermana? y aunque disimule que no prestaba atención, esa imagen me quedó grabada, y me masturbe nada más llegar a casa pensando en las herramientas de mis dos hermanos, imaginando como serían empalmados.
Al principio me daba hasta vergüenza de mi misma y me hacia sentir una depravada, pero al final ya no me importaba, y buscaba por internet paginas de incesto entre hermanos, que eran los que más me satisfacían, y me hacían llegar mejor y con más intensidad a mis orgasmos, que cada vez eran más habituales y placenteros.
Algunas pelis parecían tan reales que yo me convencía a mi misma que eran verdad, y ver como un hermano se folla a su hermana de arriba abajo, y ella le come si miembro y dejá correrse dentro de su boca, y como él también le come el coño. Uf me corría sola de gusto y soñaba que era yo a quien poseían, unas veces el mayor y otras el pequeño. Por lo que no es de extrañar que me fuese poniendo más sexy y que mis hermanos lo notaran. Sobre todo al principio me interesaba más el mayor, soñaba con él, que me poseía y me desvirgaba mientras el otro miraba y se pajeaba para luego echar el semen en mi cara, eso me hacia correr como una zorrita, una y otra vez.
Cuando estaba muy caliente andaba sin bragas por casa, eso me excitaba mucho, notaba como se me mojaban los muslos por debajo de la falda me hacía sentir una guarra, y eso me encantaba. Era una sensación muy placentera, yo sola me ponía a cien, mientras estaba al lado de ellos, sabiendo que debajo de mi falda tenía el coño al aire y mojado, deseando que lo penetraran. Lo hacia para luego ir a mi cuarto cuando no aguantaba más, para masturbarme mientras si en ese momento podía disponer del pc, ver películas y relatos de incesto entre hermanos, aunque de padres e hijas también me gustaban .
Empecé a fijarme en sus entrepiernas pero con descaro, sin apartar la vista, buscando juego con ellos y tratando de notar sus bultos por debajo del pantalón, me preguntaba a ver quien la tenía más grande o a ver a quien se le notaba más y si yo era capaz de empalmarlos solo con mirar.
Miraban para abajo seguramente pensando que tenía la bragueta abierta o algo parecido, y yo sonreía lo más picaramente que sabía, no os daís cuenta que os quiero ver puesto miembro, me decía a mi misma.
Mis juegos eran variados. Y llenos de carga sexual, que aveces yo sola lo sabía sin hacerlos participe,sobre todo cuando andaba sin bragas y con el coño mojado, resbalando mis jugos por mis muslos. También me desabrochaba algún botón de la blusa, haciendo la distraída y ellos se fijaban en mis pechos, porqué cuando lo hacía me quitaba el sujetador,, al tener los pechos firmes levantaban la prenda y se notaban los pezones me reía para dentro porque aunque trataban de evitarlo, no podían dejar de mirar, y la vista se les iba una y otra vez, pero sobre todo cuando ponia alguna camisa de mi padre que ya no se ponía, me inclinaba hacia delante y al quedar holgada se me vería todo y ellos miraban como dos salidos, mis pechos son tirando a grandes pero duros y los pezones apuntando hacia arriba. Los dejaba disfrutar hasta que fingía darme cuenta y uy que tonta decía, mientras me abotonaba.
Eso no solo pasaba con mis hermanos, si no que cuando estaba mi padre y lo hacía me di cuenta que también él se quedaba mirando con disimulo, parecía notar como su vista traspasase la prenda miando con ojos golosos, y es que se notaba perfectamente mis pechos desnudos debajo, y su sutil movimiento con el roce de la camisa en mis pezones ,se ponían duros como dos almendras y resaltaban aún más. Se que a mi padre le costaba apartar su vista de mis pechos y luchaba por ello, pero cada vez fui notando más su mirada y llegó un momento que apenas la apartaba aunque yo lo mirase. Nuestra madre a veces me decía que no anduviese así, que tenia los pechos grandes y me iban a terminar por caer.
Otras veces me rascaba la pierna sin sentir picor, solo para levantar la falda o el vestido y que me viesen las piernas, cuando llevaba bragas las enseñaba un poco, como si no estuviese ninguno de ellos mirando.
Al principio fui yo la que empezó todo. Un día le escuche decir al mayor, - joder viste como está Laura, está muy buena, y menudas tetas tiene nuestra hermanita- no seas bestia, le dijo el mayor, que es nuestra hermana, soltó una carcajada, ¿y que más da, está buena o no?- ¿como que más da?, pero tu te estás escuchando, mira bien lo que dices? Que es tu hermana, no una tía cualquiera, joder.- no digo que me la tiraría ni muchísimo menos, solo que está muy buena, eso no es nada malo, todo lo contrarío. Estuvieron así durante un buen rato, hasta que el mayor dijo que no le contara nada más, que no estaba bien de la cabeza.
Que mi hermano, me considerase una buena hembra, y que según lo escuchado lo tenía muy salido por mi culpa, me dio un subidón bien grande, eramos adolescentes, y eso me hacía sentir como una diosa, llena de poder. Y yo empecé a jugar más con él, somo si fuese un tío más, tratando de seducirlo una y otra vez y ponerlo como una moto. Quería que se pajease a mi cuenta y que me deseara, aunque al decirlo así fríamente parece una aberración, pero me gustaba ese poder que era nuevo, el que se masturbara por mi culpa, porque yo quería eso, sabía el efecto que le causaba a los chicos y no solo a ellos, si no que a mi padre parecía que se había dado cuenta ver su hija lo buena que estaba.
Pero para mí era algo más que un juego, me hacía sentir cosas que nunca había sentido de esa forma. Que me permitía adentrarme en el mundo del morbo y la seducción, algo nuevo que había descubierto sin quererlo y que cada vez me atraía más hasta limites insospechados hasta el momento. Me gustaba tanto que no podía dejar de sentir esa calentura en mi coño aunque lo intentaba, cuando me daba cuenta ya me estaba mojando las braguitas. Asi que al final dejó de importarme si está bien o mal, el sentimiento de culpa y vergüenza que sentía por mi misma, dejó paso a algo aún mayor, a la excitación, al placer dado por mis dedos, y finalmente al clímax, que alcanzaba, con mis orgasmos, mientras en mi cabeza soñaba con el amor sexual que me pudiesen dar mis hermanos. Era mayor todo ese placer que cualquier sentimiento de culpa que quedaba en segunda posición .
Noté un cambio, cuando miraba a su entrepierna, notaba un bulto mayor, que el trataba de mostrar, era un bulto largo y grueso que se veía por debajo del pantalón. Yo me quedaba mirando con el mismo descaro de siempre, y empujaba sus caderas hacia delante, para darle más realce y mostrar mas su empalme. Un día cuando salí de mi habitación lo encontré en el pasillo, en calzoncillo y empezó a hablarme, noté enseguida su mástil completamente erecto luchar por salir.
Hablaba con él al mismo tiempo que miraba su bulto, burlona pero sensualmente. Con un movimiento seguramente ya ensayado, se le salio su pene hacia afuera y pude verlo como nunca lo había visto hasta la fecha. Una cabeza gorda, un mástil dorado surcado de venas azules y grueso apuntando hacia el techo y para mi bastante larga, noté como mi coño se mojó al instante, quedé ensimismada viendo su tremenda herramienta, sin apartar la vista durante unos segundos, tratando de gravar en mi retina hasta el más mínimo detalle, a ninguno de los dos nos salieron las palabras, estábamos uno frente al otro y yo observando su pene apuntando hacia el cielo mostrándolo, sin movernos ni comentar nada, me costó salir de ese trance y dejarlo. Solo se me ocurrio decirle – vaya hermanito como estás, menuda po... y me calle sin terminar la palabra. Me fui a la ducha corriendo y me masturbe como una cerda, mientras le llamaba por su nombre y decía.- si, ooh, si, hermanito follame toda, ooh que gusto, mi amor.
A partir de ese día las cosas cambiaron, pasé de ser yo la única acosadora a imitarme también él. Son tantos los destalles y tan llenos de morbosidad en los que nos vimos metidos ambos, que tan solo puedo reseñar algunos, para no hacer tan extenso el relato.
Yo entraba en su habitación cuando estaba con el pc y me ponía a su lado, iba arrimando el pubis hasta que le tocaba el codo que lo tenía en el apoya brazos. Cuando él lo notaba empujaba también hacia mi, clavándolo con fuerza literalmente hablando en mi sexo.
Le ponía una mano encima del hombro mientras hablábamos de cualquier cosa, y notaba como su codo se movía de arriba abajo, de izquierda a derecha, entre mis muslos acariciando e incrustadolo con fuerza en mi entrepierna, mientras yo su hermanita, también me movía muy sutilmente para notarlo mejor, que decir tiene, que iba sin bragas.
A veces cuando estábamos en la mesa notaba su pierna contra la mía, con el tiempo, llegó a poner su mano en mi muslo y acariciarlo, sin que nadie se enterase, mientras comíamos y yo como muy guarra tiraba de la falda hacia arriba para notar su mano acariciarme mejor.
El día que pasó algo más importante, fue cuando busque el ordenador y aproveché que no lo usaba nadie y me lo llevé a mi habitación, no se como pero mi hermanito parecía olerme, enseguida apareció, mientras estaba viendo paginas de sexo, yo ponía muchas veces una camisa larga para andar por casa, que se la había cogido a nuestro padre ya que no la usaba. Me quedaba bastante grande y la llevaba siempre por fuera, solo tenia puestas las bragas y el sujetador en esa ocasión y estaba a punto de quitármelas y luego seguir con la camisa para terminar completamente desnuda frente al ordenador, Y para masturbarme como hacia siempre, cuando entró en mi habitación. Normalmente cerraba siempre la puerta por dentro, pero ese día no me dí cuenta.
Quedé muy sorprendida y torpemente cerré la pagina que estaba viendo, pero tan tarde que mi hermano ya la había visto.
Me puse muy nerviosa y noté como los colores me vinieron a la cara- ¿Pero que coño haces aquí? , es que no sabes llamar o que te pasa, le dije en tono muy enfadada. Me fue tranquilizando poco a poco mientras me pedía perdón y me juraba que no lo había echo a propósito, etc, etc.
Enseguida me volvió el sentimiento de superioridad y luego se convirtió en excitación, yo sola con la camisa y el sujetador y las bragas sin nada más. - Bueno dejalo no pasa nada, le dije y empezamos hablar y poco a poco, noté como su mano bajaba de mi hombro hacía abajo, lo hacía muy despacio, centímetro a centímetro, metiéndose por debajo de la camisa, yo seguía como si no me enterase y enseguida la noté ya encima de mi pecho, tocando el sujetador.
Pude retirarle la mano pero no lo hice, le dejé seguir, sus dedos acariciaban mi piel, y yo tenía el coño a cien y no era capaz de evitarlo, bajó más y los metió por debajo de mi sujetador.
Llegó un momento que me hizo daño al pellizcarme sin querer, ya que al tener un sujetador apretado quedaba poco espacio para maniobrar, me quejé y paró, pidiéndome nuevamente perdón,Por un momento pensé que iba a retirar la mano, entonces le dije- ten cuidado, me vas hacer daño, quería dejar claro que podía seguir, pero con delicadeza y dejó su mano. Deseaba con todas mis ganas que me tocase y mi cabeza ya no regia, había estado tanto tiempo pensando y fantaseando con todo eso, que lo notaba como algo ya normal, y además me había enseñado su polla y me había acariciado mis muslos y más cosas que sucedieron entre ambos.
Y no pensaba en nada más, parecía que toda la sangre de mi cerebro se fuese a mi clítoris, ja, ja. Su afán de llegar más abajo me dio varios pellizcos, y entonces ya no aguante más, tenía que tomar una decisión o me iba a poner los pechos marcados, lo pensé por unos instantes, si retirarle su mano o darle más facilidades y fue lo ultimo.
Al siguiente pellizco le dije: -eh, me estas haciendo daño, bruto, - perdona, perdona, me dijo y retiró la mano a toda prisa. Le sonreí, y mientras le dije, -bueno te dejo pero no te pases eh, mientas llevaba la mano hacía atrás, y sin dejar de mirarle, desabroche el sujetador sin quitar la camisa, quedando liberadas mis tetas, pero no quedó ahí la cosa, si no que me deshice del sujetador, también sacándolo por una manga, sin quitar la camisa. Me eché hacía atrás mientras mi hermano me sujetaba mi pecho ya libre de toda prenda.
Empezó a tocármelos, como un loco, me los apretaba, los acariciaba, me pellizcaba los pezones que estaban duros como piedras. Yo estaba muy salida, ya no era una fantasía más, era muy real, mi hermano estaba disfrutando de mis pechos y notaba un place tremendo en ello. Desabroché la camisa y quedé con mis pechos al aire- joder hermanita menudas tetas tienes, son tremendas. - ¿quieres chuparlas? Le dije con un pequeño hilo de voz, ya no era yo, estaba salida como una puta viciosa y ya llevaba tiempo preparándome para ello- si claro, me contestó.
Me levanté me quité por completo la camisa, en ese momento estaba ya decidida a todo, ya no aguantaba más necesitaba sexo y tenía a mi hermano que me lo iba a dar y nadie se iba a enterar. Joder pensaba mientras, algún día tenía que suceder y porque no ahora, me decía ami misma - cierra la puerta le dije, mientras me tumbaba en la cama como una vulgar putilla . Se abalanzo hacia mi, mientras su boca se hundía en mis pechos, me los estuvo lamiendo y chupando, escuchaba como me los succionaba, mientras me los mojaba con sus babas, mordisqueaba mis pezones y sentía un ligero dolor y placer al mismo tiempo- ahh, aaah gemía del placer que me estaba dando mi hermanito.- así cielito, come mis tetitas así, le decía, cerraba los ojos los abría, mientras disfrutaba del momento- que duras tienes las tetas hermanita, me decía, yo le sujetaba la cabeza contra ellas y apretaba su cara - ? Te gustan hermanito? - joder me encantan son preciosas, eso me ponía cada vez más a cien.- pues son tuyas mi amooor, comelas oooh. Iba a sacar todo el repertorio aprendido en los relatos leídos y en las pelis. Sus manos bajaron y se metieron por debajo de mis bragas,- ooooh, mi amor, dije cuando noté sus dedos en mi coño húmedo.
Enseguida me las quitó y se bajó al pilón para comerme el coño, su lengua se movía de arriba abajo, sus labios me besaba mi vagina una y otra vez. Yo mientras subía mis piernas lo más que podía para luego bajarlas y ayudar con mis caderas a pegarse contra su boca.
Tengo que reconocer que soy una mujer muy fogosa y enseguida me enciendo y también es fácil que llegué al orgasmo, tuve un orgasmo descomunal mientras me comía el coño- aaay, aaay, aaaay mi vidaaaaa, sigue, sigue mi amoooor, me corroooo uuf, uuf, uuf, jodeeer que gustooo.
No me importaba decir cosas guarras ni que mi hermano se enterase de lo cerda que soy, cuando follo solo pienso en una cosa, en sentir el mayor placer posible, sin importarme nada más, y con el tiempo me di cuenta que eso le encanta también a los tíos.
Ven mi amor,le dije cuando me corrí como una cerda, quería comerle también el rabo, me lo metí en la boca hasta la campanilla y empecé a chuparselo, al principio muy despacio, lo sacaba y con la lengua recorría su mastil desde los testículos hasta su cabezón, y una vez que llegaba con la lengua arriba, me la metía en la boca hasta el fondo, dejando que mis dientes se clavaran un poco en su dura carne.
Joder hermanita, como me estás poniendo, me encanta. Ooh. Oooh, gemía de placer y decía – no sabía que lo hicieses tan bien, seguro que se lo tienes hecho a otros. Retiré la boca de su pene, - de eso nada, ¿ es que piensas eso de mí? - no, no, es que lo haces de maravilla,- pues es la primera que la como, le dije mientras volvía a meterla en la boca – oooh, como me encanta que sea yo el primero hermanita. Me sonreí, parecía que todas las pelis y todos los relatos habían hecho algo en mí, estaba recordando todo y se lo estaba haciendo a mi hermano, por primera vez.
Me sujetó con fuerza la cabeza y me atrajo más hacía su pene y empezó a moverse como si me estuviese follando la boca, yo solo tenía que tenerla abierta mientras su cabezón entraba golpeando unas veces mi cara, mis labios y mis dientes, para entrar con fuerza, como su fuese una maza, cada vez que salia se escuchaba el chop, chop al apretar hasta el último momento mis labios al rededor de su pene.
Se quedó quieto noté como sus dedos se apretaban en mi cabeza- oooh. Oooh. Ooooh, mi corro, ya me corro, y una oleada de calor y liquido pastoso me inundo la boca, no pude retirar la boca ni para respirar, me la sujetaba con fuerza mientras se corría dentro de ella. Así que me atraganté, al llenarme la boca de tanto semen, esperaba un sabor desagradable pero no fue así. Al no poder tragarlo todo, tosí y también salio por las fosas nasales unos chorretones de golpe, llenándome toda la cara de su esperma desde la nariz hasta la barbilla. Noté el olor característico de su leche embriagadora en mis fosas nasales, no entiendo porque algunas tías no la tragan, no sabe tan mal, ami me encanta. Cuando se las como y se corren en mi boca, estoy tragando su esencia y no dejo ni una gota, la lamo tanto que en más de una ocasión volví a poner de nuevo en erección su miembro sin dejarlo descansar . Pero esa era la primera vez que probaba el semen de hombre y su olor, que lleno toda la habitación.
Se tumbó a mi lado mientras me acariciaba los pechos y me metía mano en mi coño completamente mojado, me volví hacia la mesilla y extraje varios pañuelos de papel para limpiar mi cara, mientras mi hermanito no dejaba de sobarme y disfrutar de mi cuerpo, Mientras me limpiaba no dejaba de verme y me decía que estaba muy buena, que tenía un polvazo tremendo y que tenia suerte de tener una hermana que estuviese tan tremenda, que por el me estaría follando sin parar todos los días.
Yo seguía caliente como una perra, y al decime eso me ponía casi histérica de ganas, así que le dije – ¿quieres hacerlo?, - ya lo estamos haciendo ¿no?- no me refiero a que nos hagamos correr el uno al otro, si no a follar, a que me la metas, vamos a desvirgarme. -¿ eres virgen? - si lo soy, no me escuchas o que, te digo que nadie me follo aún ¿tu quieres, hermanita? - si no lo quisiera no te lo preguntaría, tengo muchas ganas de hacerlo - joder hermanita eres un encanto, te quiero, yo voy a ser el primero, es el mejor regalo que me puedes dar. Me decía mientras arrimaba sus labios a los míos y me comía la boca como un loco, yo también le respondía con mis besos y abría mi boca para recibir su lengua dentro de mi boca aún con algunos restos de su semen dentro, no había pensado que mi virgo podía ser un regalo hasta que me lo dijo, y se lo iba a dar a mi hermano. -a ver como te portas, le dije.
Se puso encima de mí, yo lo recibí abriendo las piernas y mi brillante y sonrosado sexo, intentó entrar dos veces, y dos veces su pene se escurrió hacia arriba, golpeándome el clítoris de lo mojado que tenía el coño, me gustó pero no era lo que quería. Antes en otra ocasión me hubiese servido y habría disfrutado como una loca, que me rozase su polla en mi sexo. Pero ahora quería sentirla dentro de mí, que me rompiese el coño de una vez. A la tercera le sujeté su duro miembro,- caray hermanito, que dura es tu polla, le dije, mientras la apretaba con fuerza,- ¿son todas así, tan duras?, no me contestó, la puse en la entrada de mi vagina, - empuja ahora mi amor, le dije, sin retirar la mano- aaay grite de dolor cuando note su cabezón hacer presión en la vagina y enseguida noté ya un desgarro, el himen estaba cediendo y se rompía gracias a la polla de mi hermano. El pene entró hacia el fondo, yo lo podía notar abajo, como se abría hacia mis entrañas por primera vez y como me agrandaba mi coño con su ariete, me moví un poco, era la primera vez que me penetraban y aunque lo esperaba, me cogió un poco, no se si decir despistada – cariño, me dijo. ¿ te hago daño?- no, no cielo, sigue. solo fue al principio cuando me lo rompiste, ya no me duele, - ¿ te está gustando¿ - si mi amor, no te preocupes, tu follame y disfruta cielo, le dije.
Empezó a moverse como tantas veces había visto en las pelis su pene se movía por mi vagina ya desvirgada, dándome placer de fuera a dentro, rítmicamente sin parar, con cada entrada de su pene dentro mi, el placer aumentaba por momentos.
Por fin sentía un pene dentro de mi cuerpo, era mío, algo que tantas veces había soñado con ello, y me preguntaba porque había esperado tanto, si lo tenía tan fácil y tan cerca, ya no iba hacer falta darme placer a mi misma. No se porque me vino a la mente mi padre cuando miraba mis tetas, por un segundo hasta pensé que podía haber sido él quien me follase, pero enseguida retiré ese pensamiento de mi cabeza calenturienta. Y no había problema, nadie lo iba a saber, iba a ser un secreto entre los dos, o eso pensaba.
Los movimientos se fueron haciendo más rápidos y yo le acompañaba con mis caderas ayudando a penetrarme mejor – aaah. Aaah cielo, uff, mi amooor, follame, follame, follame, follame, repetía una y otra vez sin pensar en lo que decía, cada vez que empujaba su polla dentro de mí, se deslizaba con suavidad pero al mismo tiempo la notaba toda, como se habría paso y se rozaba contra las suaves paredes de mi húmeda vagina. Chas, chas, chas, se escuchaba, al chocar nuestros cuerpos, y nuestra respiración cada vez más agitada, la cama chirriaba, y tuve que llevar los brazos hacia arriba para parar el golpeteo incomodo del cabezal contra la cama.
Pun, pun, pun, miró mis tetas como quedaban expuestas – joder que buenas están, me encantan tus pechos, me dijo, y que coño - uuf, uuf, ooh, ooh, solo pude responderle con gemidos. Aunque pensaba, pues comelas mi amor y folla ese coño de puta.
No sabía si había llegado nuestro hermano o no, pero estoy segura que si estaba ahí nos estaba escuchando con tanto ruido de cama, pero no me importaba, estaba disfrutando de ello por primera vez y en ese instante solo existían dos personas para mí. Mi hermano el que me estaba follando y yo su hermana a la que follaba y le había abierto el coño por primera vez, ya no pensé en ello, que si estaba o no en casa.
Estaba disfrutando como nunca, mis muslos lo sujetaba, y empujaba también para darle ritmo a su penetración. Me pareció escuchar un ruido en la puerta, miré hacia ella mientras mi hermano me follaba como un animal, se movió el pomo, pero al estar con el cerrojo no se abrió.
Quise decirle algo, - espera un momen., pero con su boca me tapó mis palabras morreandome y metiendo la lengua dentro de mi boca, notaba sus babas entrando y juntándose con las mías, mientras me daba una fuerte sacudida con su cuerpo desnudo contra el mío, que hizo golpear de nuevo con fuerza el cabezal PUN, ya nada me importó, – OOOH, MI, AMOOOR, grite y gemí de placer, esta vez alzando la voz, cuando noté como su duro pene me penetraba hasta el fondo de nuevo, todo de golpe sin parar, estaba demasiada excitada, estaba en otro mundo. Visualizaba mi vagina abriéndose como de una glotona boca hambrienta, para dejar entrar al miembro de mi hermano y engullirlo todo dentro, desearía tener dientes abajo y morderla.
Al saber que nuestro hermano estaba fuera y que nos estaba escuchando, sin quererlo ni pensarlo me llevó al momento a un nivel mayor de excitación. De pronto deseaba que me escuchara gemir de placer, del placer que me estaba dando nuestro hermano, mientras me follaba como una zorra y que también podía a ver sido él mi desvirgador, pero el pequeño fue más espabilado y con su insistencia se llevó mi gato al agua. Maldije en ese momento el que hubiese puesto el cerrojo, me hubiese encantado que nos hubiese visto follar, y que se quedara viendo mientras la puta, la tía que está tan buena como les escuché decir de su hermana la follaba sin compasión su otro hermano.
Sin pensarlo quería hacerlo participe de nuestro incesto y que también me deseara, que me follase, sabia que le gustaba este cuerpo, que aunque no lo reconocía, porque al igual que el pequeño me miraba para las tetas, las piernas o el culo, cuando pensaba que no lo veía, La diferencia era que nunca intento nada, no intentó tocarme, solo contemplaba mi cuerpo, nada más, al igual que nuestro padre. Tenía ganas de gritar, de llamarlo y que me follasen entre los dos, decirle ven cielo, ven tu también a follarme, tienes el mismo derecho y te deseo igual. Quería que me follase uno el culo mientras el otro me follaba la vagina, llenándome de sus lechitas ricas dentro de mi cuerpo.
Cerré los ojos, pensando en nuestro hermano mayor detrás de la puerta seguramente escuchándonos, dejé de sujetar el cabezal, abracé a mi hermano notando su sudoroso cuerpo y me prepare para un orgasmo, - follame cielo, le dije haciendo énfasis y subiendo el tono en la primera palabra, para que se me oyese bien- si mi amor, te la voy meter toda, me dijo.
La cama empezó a chirriar todavía más, el cabezal ya libre de mis manos, golpeaba con más fuerza y se escuchaba más alto el ruido PUN, PUN, PUN. Subí el tono de mi voz, acompañando a los ruidos producidos por nuestra cópula. AYYY, AAYY, oooh,oooh, mi amor, mi amor, follaaaamee, asi, asi, asi, follame, follame, follame, follame, que ricoooo, mi vidaaaa. Folla a tu hermanita, follame, follame, cabrón, rompeme el coño oooh, ooooh. Quería que me atravesara con su pene, notar dolor y placer al mismo tiempo. Recitaba las palabras que tantas veces había leído, pero esta vez las sentía como mías y las soltaba sin importar nada.
Escuché de nuevo tratando de entrar, y entonces gemí con más ganas, ya casi gritaba, quería que supiese que su hermanita estaba follando con su hermano y disfrutaba como una perra salida, el placer que estaba sintiendo, y que se pusiera loco de ganas. - damee, dame, dame, ya estaba casi a punto, no pares mi vida, dale más fuerte, yaaa, yaaa, más, más, ooooh, ooog, uuuf, mi amoooor. - joder hermana, que caliente eres, me encantas, eres mi putita, como te gusta follar cielo, me decía, mientras su cuerpo se movía cada vez más rapido y su pene entraba sin parar en mí.
Sus movimientos se hicieron más rápidos, yo no aguanté más, oooh, oooh mi amoooor, me corro, me corooo hermanito, aaaay, aaaay, mi amoooor, entra, entra, follame, se lo decía a mi hermano que estaba fuera, mientras me estaba corriendo como una cerda salida – y yo, también cielo. Oooh, me corro, dijo mi hermano, yo me había corrido pero seguía empujando hacía arriba ayudando a mi hermanito también a correrse – joder, le dije dándome cuenta enseguida de lo que estaba a punto de suceder, le grite, correté fuera cabrón, no lo hagas dentro, sácala fuera, quise retirarlo de encima de mí, empuje con mis manos haciendo fuerza en su pecho hacia arriba, pero no pude con su cuerpo.
El muy cabrón estaba tan excitado que en vez de eso empujo sus caderas hacia delante hasta meter la polla a fondo y correrse dentro. Me dí cuenta que no lo podía controlar, yo no tenía ya poder en él en ese momento y dudo que él tampoco. Noté su miembro hincharse y escupir varias veces seguidas dentro de mí.
Vino un calor suave dentro de mi coño y como un torrente que lo inundaba por dentro, la sensación fue tremendamente agradable, tanto que me excitó el sentirlo, pero por otro lado no tanto como para no darme cuenta de lo sucedido, yo tenía miedo- ¿que te dije gilipollas?, que no te corrieses dentro y vas y lo haces, ¿ y si me dejas preñada, que..., menuda gracia, la culpa es mía por follar con críos, le dije toda enfadada, - no lo pude evitar, dijo él disculpándose.
Se dejó caer encima de mí con todo el peso de su cuerpo y jadeando como un perrillo, - joder menudo polvo, dijo. ¿ te gustó? ¿ tu que crees? ¿Y por que será que según dicen, todos los tíos preguntáis lo mismo? Me llevé la mano al coño y estaba completamente mojada y pegajosa.