Sexo entre una hermana y dos hermanos 2

Me rompió aún más la camiseta quedando casi todo mi torax al descubierto. Quiso romperme el sujetador, a cada tirón, me atraía hacia él con fuerza levantando mi espalda del colchón

Quedé desnuda tumbada en cama, mientras miraba como Juan se levantaba, el mástil que antes era duro y tieso colgaba flácida apoyada en sus testículos. El olor a sexo inundaba toda la habitación, se vistió- joder hermanita menudo polvo echamos, yo le sonreí y me dio dos besos en cada pezón sujetándome las tetas, me encantó- joder que buena estás, eres preciosa, volvió a decir, y salio de la habitación. Me dolía algo el coño, lo toqué y estaba muy pringoso, los dedos se me pegaban en una forma pastosa.

Vaya, que sola se queda una después de que le echan un polvo, me dije a mi misma, quizás esperaba algo más de romanticismo, una vez que mi hermano descargo varias veces, me folló a fondo y se quedó conforme. A mí me hubiese gustado que estuviese un poco a mi lado, me abrazara, me susurrara cosas y me besara con cariño, al fin y al cabo, le había entregado mi cuerpo y mi virginidad.

Tengo que decir que me enfadé algo con él, ya sé que es una tontería y aunque disfruté como una loca, esperaba algo más de él.

Nuestro hermano mayor se había enterado de todo ¿y como no? Del ruido que metimos y mis jadeos más altos de lo normal llamaba la atención a cualquiera. Y aunque a mí no me dijo nada, a Juan el pequeño si le dijo. - ¿Sabes, Isa? que nuestro hermano nos escuchó cuando estábamos follando, y me dijo que yo era un degenerado por haberte follado, y que no sabía como tu me lo consentiste, sabiendo que si quieres te sobran los tíos con quien acostarte, tengo que decir que eso me puso cachonda- tu no le hagas caso que él también me echa unas buenas miradas, seguro que estaría encantado de hacerlo conmigo- no creo. ¿ no crees? Le contesté, ¿te juegas algo, a que me lo follo? - venga ya, le sonreí y me soltó – mira que seras putona. Tenía poca experiencia, pero sabía perfectamente el cuerpo que tenía y las armas que poseía, y lo que deseaban los tíos de una hembra, y mi hermano no iba a ser una excepción.

Voy a pasar a contar cuando fuimos a casa de unos familiares, antes de seguir con mis hermanos, Manuel el mayor no vino, llevaba una faldita roja corta. Mientras íbamos en el coche Juan ya me iba metiendo mano, recorriendo mis piernas y yo se las abría y le acariciaba su mano mientras me tocaba el sexo. Había metido los dedos por un lado para apartar la braguita y poder entrar mejor. Lo hacía despacio con suavidad, jugando con los pelillos de mi pubis y acariciando mis paredes vaginales y dejando resbalar sus dedos por mi raja, de vez en cuando me tocaba en el clítoris, ese botoncito que tenemos las tías y que nos hace sentir tanto placer.

Llegamos antes de lo deseado ya que estaba tan absorta que ni me enteré del viaje. Nada más salir del coche me dijo, casi al oído – vete y quitate las bragas, hice un gestó de negación con la cabeza, Por esa temporada andaba muy salida y el sexo era como algo muy necesario y lo desdaba con toda mi alma. Yo me senté detrás de la mesa pegada a la pared, y mi hermano corrió enseguida a sentarse a mi lado, sabía perfectamente el porque, los demás buscaron acomodo en los sofás, Juan empezó a tocarme el muslo por debajo de la mesa, yo que estaba ya caliente me puso aún más, y sin decir nada me fuí al baño, cuando me toqué el coño lo tenía completamente empapado. Estuve dudando por unos instantes, si hacer lo que mi hemanito me pidió, estaba tan caliente que al final me decidí a quitarme las bragas y meterlas en el bolso, tengo que decir que me encanta estar sin ellas, me hace sentir muy sexy.

Al rato de sentarme , Juan estaba ya con la mano por debajo de mi faldita y yendo hacia arriba en busca de mi sexo, acariciando con sus dedos mis muslos, estaba muy nerviosa, no por los demás que estebaban también ahí, si no por el calentón que tenía y las ganas de follar que en esa situación me producia .

Disimuladamente me separé un poco para ver lo que hacía con su mano en mi piel, llevé la vista hacia abajo y tenía la falda completamente recogida y mis muslos estaban al aíre, mientras su mano estaba en medio tocándome.

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Contaba con que nadie se diese cuenta, ya que nos tapaba la mesa, sus dedos entraban en mi raja, notaba calor en mi chocho y como sus dedos se escurrían y apretaban mi coño con enorme suavidad debido a mi lubricación. No sé como, miré hacía nuestro padre y me fijé que estaba mirando de reojo hacia nosotros, la vista la tenía como perdida, al principio no le di la mayor importancia. Pero enseguida caí que el sofá era más bajo y que la mesa, y donde estaba podía ver perfectamente lo que estaba pasando.

Era el único que nos podía mirar, los demás estaban casi en paralelo a nosotros, pero por delante. De repente un enorme calor me inundo el cuerpo, la boca se me secó, y hasta me olvide de la mano de mi hermano que me estaba tocando, quedé en blanco del susto y vergüenza que tenía, vaya dejarme meter mano por mi hermano resulta fuerte y más si alguien como tu padre se entera.

Una vez que la sangre me vino al cerebro, pensé en quitarle la mano a mi hermano y cerrar mis muslos. Pero sin embargo no hice tal, ya me había visto y algo en mi interior me lo prohibía, me acordé como mi padre me miraba para mis tetas y sobre todo cuando enseñaba algo más de la cuenta. Alguna vez se había puesto a mi lado mientras estaba sentada y me veía mi escote dese arriba, fijándose hacia abajo, hacia mis pechos. Eso sucedía desde que me hice una mujercita, creo que se empezó a fijar sobre cuando tenía yo unos 16 años. Ahora era una mujer de cerca de18 años y bien constituida, mi cuerpo cambió de una forma más voluptuosa, con unos buenos pechos creo que algo mayores incluso que mi madre y bien duros, unas piernas bien formadas, sin vientre, y unas caderas aunque no exageradas, eran marcadas.

Como dije después de la impresión, quedé quieta, dejando que mi hermano me metiese mano, sin saber que hacer, mientras nuestro padre miraba con disimulo . Me puse aún más cachonda, saber que me estaba observando y vería perfectamente como mi hermano menor, me sobaba el coño, que fuese mi hermano menor el que lo hacía y el que veía era mi padre, uf eso fue una carga sexual que es muy difícil explicar, como fue en ese momento.

Su mano hurgaba entre mis piernas, la vista de mi padre la dejaba clavada de rato en rato abajo hacia mis muslos entreabiertos, y creo que pude notar una erección que ocultó enseguida, cruzando las piernas y poniendo su mano encima. Me sonreí y esperé a que volviese a mirar, cuando vi su mirada dirigida a donde estaban mis muslos, abrí más mis piernas, al mismo tiempo que mi mano subía la falda que ya estaba casi levantada y tiré de ella hacia arriba, sin dejar de sujetarla para mostrarle todo, pude darme cuenta que sus ojos brillaron y se abrieron, aunque trataba de ocultarlo noté su nerviosismo.

Mi hermano seguía metiéndome mano, y yo trataba de no gemir, me mordía los labios. De vez en cuando, llevaba mi mano también abajo y abría mis labios vaginales con los dedos hacía los lados que trataban de cerrarse, al resbalar la mano de tan mojada que la tenía. Nuestro padre le costaba seguir la conversación de los demás, estaba más atento a mi entrepierna que a nada. Llegó un momento que no aguanté tanta excitación, tenía ganas de un orgasmo y el corazón me latía con fuerza de la excitación, y tuve que levantarme e ir al baño para aliviarme, mientras caminaba notaba como me bajaban mis jugos entre mis muslos humedeciéndolos, allí me masturbé.

Ya había llegado el orgasmo y cuando abrí los ojos, estaba la puerta entreabierta y me dí cuenta de que mi padre me estaba observando, desde fuera, tenía la polla entre sus manos y se estaba pajeando a toda velocidad sin importarle nada, imprimiendo un ritmo frenético a su cipote, estaba tan ensimismado y tan metido en faena que ni se percató que yo me había dado cuenta, ni tampoco le importaría. Volví a cerrar de nuevo los ojos para no asustarlo, creí que lo mejor era dejar que se corriese el pobre, Me recline sobre la tapa del váter, levanté por completo mi faldita y me seguí tocando procurando abrir mi vagina para que la viese por completo.

Esperé un poco ,no quería dejarlo a medias, enseguida se corrió como un cerdo, unos potentes chorretones de semen salieron despedidos hacia el interior del baño quedando incrustados también en el marco de la puerta. Antes de marcharse sacó un pañuelo del bolsillo y se seco los restos pringosos de su pene, mientras nos mirábamos sin decirnos nada.

Tengo que decir que hasta le tuve pena, y yo me sentía culpable de poner a mi padre tan cachondo y tener que hacerse una paja por mi culpa. Cogí un poco papel y limpié los restos de semen que parecían resbalar por la madera y unas gotas en en suelo. Cuando entré de nuevo en la sala de estar me senté en el apoya brazos donde estaba mi padre. Noté que se ponía más contento y me rodeo con su brazo, lo tomé con un gesto de cariño, me acariciaba y para mí no era nada sexual, era como un padre acaricia a su hija.

Cuento esto porque creo que fue el detonante de lo que sucedió después. A todas horas tenia clavada la vista de mi padre en mí, notaba como mi padre me miraba de arriba abajo, se fijaba en todos mis movimientos y con su mirada recorría mi cuerpo, casi no me sacaba ojo. Un día coincidió que estábamos los dos solos en casa, yo estaba en mi cuarto con el ordenador y al cabo de un rato se abrió la puerta – hola hija, yo le dije hola también, me pregunto que estaba viendo y yo le dije que nada de importancia, cuando me dí cuenta estaba a mi lado y me había puesto la palma izquierda de su mano en mi hombro izquierdo por lo que quedaba algo girado hacía mí.

Después de unos minutos de decirme tonterías, me dijo que el otro día, mi hermano me estaba metiendo mano y porque se lo consentía y si es que habíamos llegado a más, yo le dije que no sabía de que hablaba. Ese día que estaba tan caliente y sucedió lo que dije antes se que me pasé, estaba demasiado caliente y en tales circunstancias me cuesta controlar. Cuando me pongo cachonda llegá un momento que pierdo todo pudor y vergüenza y solo quiero gozar del sexo y no soy yo.

Hasta ahora no lo había mirado, estaba con los ojos en la pantalla, de reojo me fijé que estaba a mi lado, tenía una camisa por fuera y se notaba por debajo un bultazo tremendo que salia disparado. En seguida me di cuenta que tenía la polla por fuera y la ocultaba su camisa, y su erección levantaba la tela. Empezó a decir que entendía a mi hermano, que yo era una mujer muy guapa y que atraía mucho a los hombres y con ese cuerpo de mujer era normal que mi hermano quisiera algo de mí. Yo no sabía que decir, estaba callada y mi cabeza no podía procesar lo que estaba escuchando, se arrimó más a mi, hasta que me tocó un brazo con ese bulto que tenia debajo del pantalón.

Seguía hablando, me preguntaba si tenía novio y si había tenido alguna relación con algún hombre, yo no sabía que decir, estaba cortada, el otro día me había puesto muy cachonda pero ahora era todo lo contrario, me encontraba muy incomoda con su presencia y sus estúpidas e incomodas preguntas, estaba deseando que se fuera y me dejara tranquila, me estaba arrepintiendo de lo que había hecho pero ya era tarde ¿ no dirás que solo te masturbas, seguro que haces algo más? Me pregunto – yo también me masturbo de vez en cuando, seguía hablando- por favor papa, no me cuentes eso- pero si es lo más normal del mundo chiqulla.

Su mano se fue deslizando hacia abajo, al principio no me atrevía a decir ni hacer nada, hasta que la noté por debajo de mi holgada camiseta llegando a mis pechos, notaba una mano pesada, como pringosa, más que una mano la noté como una babosa arrastrándose, sinuosa, asquerosa por mi piel. Moví el cuerpo para sacudirla, no quería ni tan siquiera tocarla, pero fue otra la reacción, con mi movimiento dejó caer aun más su zarpa entre mis pechos, miré hacia ellos, y volví la vista hacia mi padre, creo que se pudo dar cuenta de mi mirada de desprecio, solo se que no le importó lo más mínimo, era más el deseo libidinoso hacía mí que nada.

Le retiré la mano que ya estaba tocando ya mis mis pechos con toda la palma por encima del sujetador y sus dedos moviéndose encima de la tela, - ¿ que pasa, no es nada malo que te acaricie? Me dijo el muy salido, su mano me sujetó un pecho y apretó con cierta presión, pero sin hacerme daño y sin importarle nada. Lo tenia sujeto como quien va a coger algo que le pertenece, noté su presión y como me lo apalpaba como quien examina la dureza de la fruta madura para comerla- Estate quieto por favor papa le dije,- no seas tonta, que no es para tanto, me dijo, solo quiero acariciarme un poco, nada más ¿ no le vas a dejar a tu padre tocarte un poquito, cielo?, menudos pechos tienes cariño. Parecía que el bulto de su camisa se hacia mayor, era como una tienda de campaña muy estirada, terminada en punta y que parecía que iba a romper la tela de un momento a otro.

Su cara era de un hombre salido, sus labios estaban mojados, y sus ojos parecían quererse salir de sus orbitas con un brillo que daba miedo. Volví de nuevo a retirarle la mano de mi pecho, pero está vez me hizo falta reunir casi todas mis fuerzas.- no te quiero hacer daño, cielo, me dijo. Dejame tocarte un poco solamente, la cosa no es para tanto, solo quiero saber como las tienes nada más, y enseguida dijo, - enseñame las tetas cielo, al mismo tiempo que desabrochaba un par de botones de su camisa, dejando al descubierto su ariete apuntando hacía mí.

Me levanté a toda prisa, mi intención era salir de casa o meterme en al baño y encerrarme hasta que viniese alguien, pero no me dio tiempo, me sujetó por un brazo antes de que pudiese llegar ni tan siquiera a la puerta, al moverse también se movía su polla hinchada con su cabezón roja en forma de flecha que acababa chata en su punta moviéndose de un lado para otro, como de un badajo de campana se tratase y golpeando en mí.

  • Estate quieta, no tengas miedo, mira como estoy por tu culpa, sujetándose la polla con la otra mano libre- hazme algo anda, no seas mala, se que a tu hermano se lo haces, hazme correr cariño

  • ¿ no querrás que se lo cuenta a nadie, eh? Forcejee retiró su mano de su polla para asirme de la cintura me atrajo con fuerza hacía el, podía escuchar su respiración agitada. Cuando nuestros cuerpos se juntaron trató de besarme en los labios y giré la cara- por favor dejame le suplicaba, al mismo tiempo que ponía mis manos delante de nuestros cuerpos y empujaba para distanciarme. Estaba como loco, solo quería poseerme, notaba su pene contra mi cuerpo- ven aquí cariño, me dijo mientras me arrastraba hacia la cama. Me zafé de sus tentáculos y corrí de nuevo hacía la puerta. Noté un fuerte tirón de mi camiseta y escuche como se desgarraba por completo . -Me tienes loco mi niña, me decía mientras me salpicaba de saliva, - dejame una vez, solo una vez cielo. Me levantó en peso y me tiró en la cama de golpe,, no tuve tiempo de reaccionar se echo encima de mí como un depredador sobre su presa, noté todo su peso aplastándome.

Me rompió aún más la camiseta quedando casi todo mi torax al descubierto. Quiso romperme el sujetador, a cada tirón, me atraía hacia él con fuerza levantando mi espalda del colchón, al no poder romperlo, me lo levantó hacía arriba ,dejando mis pechos al aire y el sujetador encima – joder que buena estas chiquilla, me dijo, menudas tetas tienes, hundió sus cabeza en ellas, notaba como su lengua los recorría y su boca succionaba mis pezones. Cada vez que hundía su boca en ellos trataba de tragármelos cada vez más desesperación como un glotón, tenía miedo que llegase incluso a meter sus dientes en ellos y mordermelos y que me hiciese daño. Hacía fuerza con mis manos en su pecho empujando, pero no podía con su peso, era como tratar de levantar una tonelada y además me abrazaba con sus brazos fuertemente. Le decía una y otra vez que por favor me dejara, . Pero mi padre estaba como loco, con su mente en una sola cosa y no me escuchaba, solo quería satisfacción sexual con su propia hija.

Sabia que de ahí a que me violase no había mucho, entonces se me ocurrió decirle – esta bien papi, te dejo que me comas las tetas y correte en ellas si eso quieres, mientras mis lagrimas recorrían ya mis mejillas, y retiré las manos para que viese mi buena voluntad.

Ya no hacia falta que me sujetara las manos ni hacer fuerza, con ellas libres empezó a tocarme y a sobarmelas, las apretaba y acariciaba una y otra vez, mientras un pequeño reguero de saliva salía de su boca y las juntaba para a hundir de nuevo su cara en medio de ellas. - joder chiquilla que buena estas, me encantas cielo, quitate esto, me dijo mientras me sujetaba la camiseta echa jirones y tiraba hacia arriba, yo me levanté un poco y tiré de ella, estaba completamente rota – y el sujetador cielo, quitate también el sujetador, mi niña. Me llevé la mano hacia atrás y lo desabroché, apenas las abría desabrochado cuando me lo arrancó de las manos y lo echó con fuerza al suelo- eres preciosa mi amor ¿quieres hacer feliz a tu padre, mi vida? Me decía, yo por miedo le dije que si- ya sabía mi niña que querías también.

Sin dejar de besarme los pechos, metió su mano entre mis muslos, - ¿quieres follar, mi vida?- no, eso no, le dije, no me la metas por favor, suplicaba- yo se que quieres mi a mor, papa te va a follar, te la va a meter hasta el fondo y le va a dar mucho gusto a su niña, con esta pollaza que tengo abajo, noté como su dedo entraba en mi vagina con dolor, - venga cielo que no eres virgen, seguro que te desvirgó el cabrón de tu hermano, o igual fueron los dos.

Empezó a desnudarse nerviosamente sin casi levantarse, en un momento quedó en pelotas con su polla tiesa como un palo

notaba la dureza en mi cuerpo

  • a ver mi niña, desnudate, al ver que no hacia el menor movimiento para quitarme yo misma la ropa, empezó a tirar de la falda,. No precisar como me la quitó, al igual que mis bragas. Noté su velludo cuerpo en mi piel, como me aplastaba con todo su peso encima de mí, como si me cayese una losa encima, mientras hurgaba abajo en mi coño, esta vez no lo tenía mojado ni abierto, estaba seco y contraído, tenía un ligero dolor y notaba esa incomoda sequedad cuando me tocaba en ella . Al andarme ahí, notaba algo de dolor y aspereza, yo estaba agotada, ya no hacia nada, tenía los brazos muertos a lo largo de mi cuerpo y la cabeza girada hacía un lado, esperando ya lo inevitable, me decía la culpa había sido toda mía.

Puso su polla en la entrada de mi vagina, noté algo caliente en la entrada de mi cueva, y sin decir nada empujo con fuerza. Entró su cabeza abriéndose paso hacia mi interior, me llegó dolor desde abajo y podía notar como su miembro se metía centímetro centímetro en mi coño hasta el final- AY, AY, me duele, grité.

Parecía no escucharme, empezó a moverse, en principio lo hacia muy despacio, como disfrutando del momento y con su mirada clavada en mi cara para ver mi reacción, yo la tenía girada, no quería ni verlo. Notaba como su miembro entraba y salia una y otra vez en mi cuerpo, como se deslizaba en mi chocho, siempre hasta el mismo fondo. La notaba por completo entre mis paredes vaginales, la sensación era de llenarme el hueco por completo y de rozamiento.

N

otaba sus movimientos y escuchaba el chasquido de su cuerpo contra el mío, una y otra vez, su respiración era entrecortada y sus manos se apretaban a mi cuerpo con fuerza, la cama se movía, fui cogiendo ritmo y empecé a seguir sus movimientos que mi padre imprimía al follarme. Solo se escuchaba el sonido de mi cama, el chocar de su cuerpo contra el mío, su respiración alocada y mis quejas de dolor y desaprobación fueron cambiando a otros distintos, llenos de placer sin querer, los dos estábamos callados, mientras me follaba sin compasión.

Al cabo de un rato ya no sentía dolor, ni la aspereza de su miembro en mi coño, esa fricción incomoda y dolorosa fue dando lugar a algo más placentero, aunque no lo quisiera así, no podía dejar de sentir un pene en mi coño . Noté como mi coño empezaba a lubricarse y por lo tanto a humedecerse y como su polla se deslizaba mucho mejor, dando placer– uf hija, tienes un coño muy rico y muy apretado, da mucho gusto mi amor, que calentito, fue sus primeras palabras, después de que me violase.

Cuando me dí cuenta estaba acompañando los movimientos de mi padre mientras me follaba, cuando empujaba yo también lo hacía, Enseguida empezamos los dos a movernos al mismo ritmo y mis gemidos de queja fueron dando lugar a otros de placer sin darme ni cuenta de ello. - oooh, oooh, - a si, mi vida, a si mi amor, mira que gusto te esta dando tu padre, mi amor, oooh, oooh, si papi me está gustando, a si a si, fóllame. Lo abracé, subí las piernas hasta encima de sus caderas mientras lo rodeaba con ellas fuertemente y apretaba hacía mí. Noté su cuerpo totalmente encima del mio y era ya muy placentero.

Ya no tenía la cabeza girada, estábamos los dos viéndonos de frente y disfrutando, siguiéndonos con las miradas mientras nos dábamos placer.

Bese sus labios y su lengua entró en mi boca, estuvimos un tiempo comiéndonos como locos y moviendo nuestras lenguas dentro de nuestras bocas, - ooh, oooh, mi vida decía mi padre, retirando unos centímetros su boca de la mía. Le acariciaba su fuerte espalda y apretaba mis muslos con fuerza alrededor del para notar más su cuerpo. -jodeeeer mi niña eres una preciosidad y como follas, me decía una y otra vez, me encanta follarte toda, nunca me follé a nadie como tu, eres una preciosidad. Eso me hacia poner muy salida y me excitaba muchísimo, atrás se había quedado ya la violación, ahora lo que quería era disfrutar de mi padre y del sexo nada más.

Me dio la vuelta y me puso a cuatro patas, yo le sujeté la polla, la note gorda, grande la puse en la entrada de mi vagina, - empuja ya papi, y de golpe la metió hasta el fondo- oooh mi amor, le dije, jodeeer que gusto, sin pensar que era mi padre ni en nada. Mis tetas empezaron amoverse en todas direcciones, mientras me sujetaba con fuerza por mis caderas y me daba con fuerza desde atrás - así , así, asiii, dale, dale, papi, dale, dale, le gritaba una y otra vez, mientras me hundía su miembro sin compasión.

Con sus palmas empezó a darme unos cachetes en el culo, que se escucha en toda la habitación, chas, chas, chas. Tengo que decir que me encantó, - si, si, dame más fuerte, le decía y cada vez me golpeaba con más fuerza, y cada vez que lo hacía, notaba dolor acompañada con la penetración

era

un placer indescriptible – eres una putilla cielo. - si, si papi, lo soy, - y una zorra, aaaag, aaag, dime más cosas papa, insultame, violame toda, le dije, hazme sentir placer. Esto era algo totalmente diferente a mi hermano, sentía placer y dolor la golpearme al mismo tiempo y sus palabras insultándome me hacia sentir una guarra y eso me ponía muy cachonda.

  • ven a qui putón te voy a follar como te mereces, me dijo mientras me obligaba a acostarme de lado sin ninguna delicadeza, rudamente – oooh, ¿que me vas hacer, ahora?, le hablaba con fingido miedo y dándole un tono de lo más sensual,- te voy a reventar el coño, mi amor, -ooooh,oooh, eres malo papi, seguro que me lo vas a romper todo, a ver si eres capaz, le dije, me levantó la pierna hasta apoyarla en su hombro, quedando yo con el sexo completamente abierto hacia él de costado. Se movió hacia delante y levantándome un poco me la metió de lado, mientras me sujetaba la pierna y me la besaba.

Sus testículos y sus piernas rozaban mi otro muslo cada vez que se movía y me la metía. Yo gemía de placer, -oooh, oooh, que gusto mi amoooor, le decía. Eres mi puta, y te voy a follar como una puta, OOOh, OOOH, si, si, lo soy, soy una puta, papi, soy tu puta. Sus manos me sujetaban el muslo al mismo tiempo me lo acariciaba. Y yo mientras le tocaba sus testículos apretándoselos ligeramente, otras no tanto a veces me decía, eeeh, mi vida, no tan fuerte cielo, también dejaba mi mano en la entrada de mi coño y con los dedos tocaba su polla para notar también con el tacto como me la metía una y otra vez, hundiendo mi dedo también entre su polla y mi coño.

A si como estábamos me empezó a tocar el clítoris sin dejar de follarme y empecé a volverme loca de placer -¿te gusta, eh mi putilla? - si, si, papi, me estas volviendo loca, aaay aaaay papi, aaaaay papi, me vino el orgasmo tan de golpe, que me pareció una explosión como una ola de placer tremenda me golpeaba mi cuerpo, igual que un mazado. uf. Uf, uf,uf, dale, dale, dale, asi, asi, no pares cabrón, no pares, dame placer, jodeeer, joder, que gustoooo, ooh, oooh, oooh, me movía sin control mientras me corría como una cerda y a mi padre le costaba tenerla dentro - Joder mi niña como estás, mi amor, me decía, eres un volcán. -ahora hazlo tu mi niña, masturbate mientras yo te sigo follando ese coño de puta sin parar. Me había corrido pero aún notaba el coño palpitando y con ganas de más

Quedó su mano libre para llevarla a mis tetas y empezó apretarlas y a pellizcarme los pezones.

Me puso un dedo en mi boca, con ei propio sabor de mi coño en él y yo empecé a chuparlo, como si lo hubiese hecho desde siempre. Se llevó un dedo a la boca y termino por ponerlo en la entrada de mi culo, fue empujando poco a poco, hasta que noté como entraba.

Sin sacar la polla ni el dedo, me bajó la pierna yo las encogí s se pudo a mi lado por detrás me levanto las caderas y me la metió otra vez, su cuerpo estaba pegado al mío, lo podía notar todo por detrás, una mano entro por debajo de mi costado hasta alcanzar un pecho, y la otra por encima para sujetarme también mi otra teta, - que ganas tenía de follarte mi amor, me decía, me estás volviendo loco, decía mientras me follaba y me apretaba las tetas. Me voy a correr dentro de ti, mi amor, te voy a llenar de lechita caliente - no, no lo hagas papi, por favor, no tomo nada, en esos días aún no había empezado a tomar nada para evitarlo, con mi hermano lo hacia con preservativo o bien marcha atrás.

Sacó enseguida su polla, me dio la vuelta al mismo tiempo que se ponía a horcajadas encima de mi y casi aplastándome los pechos, -abre la boquita cielo, yo le obedecí, y metió su mástil dentro – chupa, cariño chupa, que casi esta, empecé a chupar mientras el se movía follándome la boca. Enseguida se vino, un montón de semen me inundo la boca y empecé a tragar así como venia, - oooh, oooh cielo veo que te gusta el semen, mi amor, pues bebelo todo cielo, asi, asi mi amor, chupa, chupa, mi niña bonita, mira que rico es, este semen es para mi niña.

Al terminar de correrse se tumbó panza arriba, estaba agotado, pero aún así seguía sobándome, su mano recorría todo mi cuerpo de arriba abajo. Escuchamos alguien entrar y nuestros sentidos se agudizaron. Estuvimos callados escuchando hasta que volvimos a a oír como alguien cerraba una puerta, creo que era la del baño. Se levantó como si tuviese un resorte en el cuerpo, recogió a toda prisa su ropa y así como estaba en pelotas abrió la puerta, miro hacia la izquierda y luego a la derecha y como una fleta salio de mi habitación.