Sexo en un servicio
Fantasía sexual que he escrito para alguien muy especial que he conocido a raíz de mis relatos aquí.
Aunque llevaba poco tiempo trabajando contigo, desde el primer día me había fijado en tí. Tus ojos oscuros y tu cara me hicieron desearte desde el primer día. Tu culito y, porque no decirlo, el paquete que marcabas en tus pantalones me ponían a cien. Muchas veces te observaba sin que te dieras cuenta y me ponía tan caliente que tenía que ir al baño. Allí, encerrada y en silencio, me masturbaba pensando en tu polla y tu cuerpo.
Un día no podía más y decidí ir a por tí de una vez por todas. Me vestí con un traje de chaqueta azul marino. Minifalda por el muslo, en el límite de enseñar demasiado, una chaqueta con una blusa abierta, con buen canalillo para que vieras mis tetas redondas y el borde de mi sujetador. Pensé en ponerme un tanga, pero luego decidí que no iba a llevar bragas.
Ya en la oficina, paso a la acción y te envío un email. De forma anónima te comento lo bueno que estás, las ganas que te tengo, como me masturbo pensando en ti. Mientras lo hago, mis pezones se disparan y mi coñito empieza a mojarse. Me respondes con emails cada vez más subidos de tono, hasta que me invitas a pasar por tu sitio, para averiguar quien soy.
Me voy para tu sitio, con las piernas temblándome. Por fín voy a ser tuya, me voy a dejar poseer por ti, voy a notarte dentro de mi. Al llegar me miras a los ojos sonriendo. Me siento en tu mesa como para comentarte algo, con sólo una pierna arriba, de modo que te dejo ver mi coñito, depilado totalmente. Tu mano duda un instante hasta que toca mi rodilla. Recorres mi muslo por dentro, acariciandólos, subiendo hasta llegar a mi rajita. Allí la descubres mojada, húmeda y abierta esperándote. No puedes más y con un gesto me indicas que te siga.
Entras en el baño y tras asegurarme de que nadie nos ha visto, yo voy detrás tuyo. Entramos en uno de los servicios y cerramos por dentro. Sin hablarnos nos besamos. Tu lengua entra en mi boca y yo me rindo ante tí. Las piernas me flojean cuando tus manos recorren mi espalda, mis pechos, me estrujan el culo y, por fín, levantan mi falda y me sobas el coño, con toda la mano. Mientras mi mano izquierda agarra tu duro culo y lo aprieta fuerte, sintiendo tus piernas de hombre, fuertes, robustas. Mi mano derecha soba tu polla por encima del pantalón, agarrándola y masturbándola. Me quitas la chaqueta y la blusa, dejándome los pechos al aire, los estrujas y me lames los pezones, bien duritos. Yo no puedo más, casi estoy corriéndome de sentir tu boca recorriéndome. Me arrodillo delante tuyo y mirándote a los ojos con cara de deseo te abro la cremallera y saco tu miembro, ya bien duro. Lamo la punta haciendo círculos con mi lengua, lo recorro desde la base hasta el capullo, lamiendo. Se me escapan ruidos de gusto cuando lamo tus huevos. Tu éstas en el séptimo cielo, con los ojos entreabiertos, mirándo como lamo. Me agarras la cabeza con ambas manos y apuntas mi boca a tu punta y así, sin miramientos, me metes la polla en la boca, hasta la garganta, obligando a tragar. Sin contemplaciones me empiezas a follar la boca. Una de mis manos baja hasta mi coño y comienzo a hacerme círculos sobre mi clítoris, mi otra mano va a tu culo, para hacerte más presión y que me metas más polla en mi boca. Tu culeas, sacando tu polla hasta el borde de mis labios para volver a metérmela hasta que mi nariz roza tu vientre.
Los gemidos escapan de tu boca y temo que nos descubran, pero no puedo dejar de mamar tu polla, la quiero entera dentro de mi. Soy tuya, mi boca te pertenece y quiero que la utilices para darte gusto, sin preocuparte de mí. Por fín eres tú el que paras, tú, mi macho, mi amo. Yo te miro con la lengua fuera, pidiéndote con la mirada que me des más, tú me respondes escupiendo sobre mi cara. Yo veo caer tu saliva y abro la boca para recibirla, tragándomela toda. Me pones de pie y me obligas a sentarme en la taza del water, te arrodillas delante mío y pones mis piernas sobre tus hombros. Me abres bien el coñito con los dedos y lo recorres con tu lengua. Me retuerzo de gusto cuando noto mi lengua en mi clítoris. Con mi coño abierto, espatarrada, todo a la vista y a tu voluntad, soy tuya y te pertenezco. Mi primer orgasmo llega cunado tu decides jugar con mi clítoris, lamiéndolo, mordiéndolo ligeramente y con dos dedos extendidos me los metes por el culo y por el coño, moviéndolos dentro de mí, sacándolos y metiendómelos.
Me corro en tu cara, sujéntandote de la nuca y atrayéndote hacia mí, para que entres más y más y nada nos separe.
Te pones de pie disupesto a follarme. Por fín tu polla va a entrar dentro de mi. Sin ningún miramiento me la metes hasta el fondo. Mis rodillas quedan a la altura de mis hombros, lo que hace que esté bien abierta de piernas y tu polla entre bien adentro. Me matas de gusto cuando empiezas a meter y a sacar tu polla de mi. El coño me arde con tu pollón bombeando en mí. No tardo mucho en correrme y te lo digo al odio, susurrándote "me corro, me corro, Dios que polla tieneeeeeeeeees". Mi pubis va en busca de tu rabo para que me entre aún mas adentro. Tu bombeas como una bestia, para hacerme daño aposta. Me partes el coño con tu polla, me duele pero me mata de gusto, no puedo más, abrazada a tí me corro por tercera vez, mordiendo tu cuello para no gritar de gusto. Me recorre el orgasmo todo el cuerpo y me deja como muerta. Muerta de gusto, claro.
Tu has notado mi tercer orgasmo y te separas de mi, sacando tu polla chorreando mis jugos. Me ordenas que te la limpie y nuevamente la chupo, lamo y me la como para limpiarla de mis corridas. Entonces vuelves a levantar mis piernas, esta vez aún más arriba. Me susurras al oído "voy a follarte el culo, puta". Un escalofrío de gusto me recorre el cuerpo. Me gusta que me llames puta, porque lo soy. Soy tu puta.
Diriges tu polla a mi culo y sin avisarme, sin preámbulos, me la metes. Mi culo cede. Me destrozas el culo, el ano me duele y me arde, pero aún así te pido que sigas. Quiero tu polla dentro, quiero que me duela y me mates de gusto. Mi ano poco a poco va recibiendo tu polla, hasta que tus cojones rozan contra mi culo. Tengo toda tu polla dentro, abriéndome el culo, bien abierta de piernas. Empiezas a moverme mientras me besas en la boca, tu lengua bien dentro de mi. Me follas el culo y me pellizacas los pezones, me muerdes el cuello para dejarme chupetones. Me follas sin compasión, para reventarme el culo. Me matas de gusto y te pido "más, más deprisa, folláme el culo cabrón, partémelo". Noto que me corro otra vez, sin tocarme. Tu polla en mi culo es suficiente para matarme de gusto. Mis escalofríos de gusto hacen que aprete más el culo y noté aún mas tu polla.
Estoy reventada de gusto, jamás había tenido tantos y tan buenos orgasmos. Pero tú aún no has acabado. Sacas tu polla de mi culo y comienzas a masturbarte delante mío, mirándome como estoy abierta de piernas, despeinada, con los pechos al aire. Mi mano no puede evitar bajar de nuevo a mi coño, al verte asi, masturbándote delante mío. Mi dedo comienza a moverse mientras noto que tu respiración se acelera. Te pido que te corras encima mío. Quiero tu semen por mi cuerpo. Tus gemidos se vuelven más roncos y noto que mi orgasmo también llega. Mientras me corro, tus chorros de semen caen en mi cuerpo. Algunos en mis pechos, otros en mi vientre, por mis piernas, en mi cara, en mis ojos y mi boca. Me corro siendo bañada por tu semen y la mano que no empleo para masturbarme la utilizo para untarme el cuerpo de tu corrida y llevármela a la boca para lamer tu semen de entre mis dedos.
Cuando te recuperas un poco de tu corrida, me arrodillo de nuevo y limpio tu polla, comiéndome alguna de las gotas de semen que aún cuelgan de ella. Cuando está bien limpia, te la guardo y subo tu cremallera. Me agarras del pelo por la nuca, tirándo fuerte de él, haciéndome daño, pero lo justo, y te inclinas para decirme al oido "eres una puta barata. Quiero que vengas esta noche a mi casa para que te follen todos mis amigos y sepan la zorra con la que estoy". Yo asiento con la cabeza. Haré todo lo que tu me pidas porque lo soy, soy una zorra, tu zorra.
Te vas del baño y allí me dejas, tirada y desnuda. Pero yo, soy feliz.