Sexo en un hotel con un desconocido
Nunca me he considerado una niña normal, desde que recuerdo siempre anhelaba tener los senos grandes y decía que de grande seria prostituta, bien o mal mi vida se convirtió en eso aunque no lo hubiera deseado después..
Hola mi nombre es Leslye, un nombre muy poco común u ordinario no lo sé, desde muy pequeña he sufrido de burlas por parte de mis compañeros porque siempre he sido mas inteligente que ellos, que al fin y acabo no los tomaba en cuenta, hasta en ese entonces me consideraba normal, recuerdo que con mi prima nos encerrábamos en un cuarto y con el afán de que nos crecieran nuestros senos nos pellizcábamos mutuamente los pezones, asi según nosotras crecerían mas rápido..
- Ja! juegos estúpidos de niñas.
El tiempo paso muy rápido, pase de la primaria a la secundaria, ahí tuve a mi primer novio y pareciera que el deseo sexual estuviera presente en mi vida, soy de buen ver, soy alta, pelirroja y con el cabello hasta la cintura siempre bien cuidado, tez blanca, delgada y con la cintura muy bien formada a pesar de mi corta edad.
Mi novio era de mi misma estatura, moreno, cabello quebrado y muy negro, una sonrisa que cautiva, siempre me esperaba en la salida y nos quedábamos mucho tiempo platicando, recuerdo claramente mi primer beso con él, estábamos abrazados, en un lugar retirado de toda la sociedad, el tomo mi carita y se acerco lentamente a mí, mi corazón palpitaba muy rápido, mi respiración estaba muy agitada, cuando empecé a sentir sus labios sobre los míos, esa linda sensación de ser tu primer novio, tu primer beso, todo era mágico, mi vida era perfecta en ese entonces ya que también en la escuela llevaba excelentes calificaciones.
Es lo más tierno que recuerdo de esa etapa, de ahí en adelante mi vida tuvo un cambio muy drástico, empecé a conocer a mas chicos, mi cuerpo se desarrollo aun mucho más de lo que estaba, el coqueteo a diario, las discotecas, el cigarro, el alcohol, el sexo indudablemente no podía faltar y los riesgos que este provocaba.
No sé cómo empezó el juego, ni como conocí a esta persona, pero ahí estaba presente en mi vida y nuevamente el deseo en mi cuerpo, esa ansiedad de seguir experimentando, esta persona decía llamarse dracula, me platicaba de sus fantasías y así mismo le contaba de las mías, me mandaba fotografías de su miembro, así mismo con chicas con el que el había tenido relaciones y que por algún motivo las convencía para que se dejaran fotografiar en posiciones desagradables para mi, y así mismo como el las convenció también me estaba convenciendo de tener un encuentro casual.
Así empezó mi historia con dracula, quedamos de vernos en un centro comercial cercano a mi departamento, era muy riesgoso, yo lo sabía pero también sabía que no podía perder esa oportunidad, al fin y acabo solo seria sexo y ya, que más podría pasar. Quedamos de vernos a las ocho en punto fuera del centro comercial, le describí como iría vestida:
- Voy vestida con unos jeans ajustados, una blusa color rosa fuerte y una bufanda de muchos colores, con mis botas negras, le comente.
Y muy puntual el caballero llego a las 8 cuando recibí su mensaje, estaba muy nerviosa, me asome por la ventana de mi departamento pero no lograba verlo, decidí entonces salir al centro comercial al fin y acabo me hacia tan solo 2 minutos para llegar, emprendí la caminata hacia el lugar, no sé si temblaba de miedo o de frio, miraba fijamente a cada uno de los hombres que sentía que se acercaban sin resultado alguno, me quede parada un par de segundos en la entrada cuando de repente alguien bajo de un automóvil negro, muy lujoso, y vi claramente como se dirigió hacia mí.
- Hola. ¿Como estas? – Me dijo.
Me quede mirándolo fijamente, era un tipo muy elegante, era de estatura muy baja, yo lo superaba considerablemente, cabello negro y chino, portaba ropa de vestir y un abrigo negro largo, su perfume empezó a invadir el espacio.
- Muy bien gracias ¿ y tú? Conteste finalmente.
- Eres muy hermosa, sinceramente no pensé que vendrías, gustas sentarte un momento, comento.
Temerosamente gire a ver las mesas que están alrededor del centro comercial, por mi mente ya pasaban muchas cosas, no coincidía el comportamiento de las fotografías con la persona que tenia frente a mí, ya con miedo y dudando de seguir con esto, accedí a su petición.
Recuerdo que sentía bastante frio, si era frio lo que sentía, frio acompañado de miedo, como llegue hasta este punto, hasta qué grado nos arriesgamos por un poco de placer, por llenar un vacío en tu corazón.
La plática fue muy amena, hasta que comento:
- Anda vamos te invito un café, mi amigo nos está esperando, está dentro del coche, vamos te lo presento.
¿Amigo? ¿Qué amigo? No me había percatado que el coche estaba otra persona, esto se estaba saliendo de control, me dio aun más miedo de lo que tenia, quería salir corriendo de ahí, pero estaba en shock y no sabía qué hacer, y mi única reacción fue decir si.
Estúpida reacción, porque dijiste si en vez de decir no.
Me abrió la puerta y subí al coche, salude a su amigo, no recuerdo que nombre me dijo, no recuerdo ni como era, solo recuerdo que dijo que era dentista y que trabajaba ahí cerca.
Emprendimos camino hacia un restaurante, tenía mucho miedo, el hablaba y hablaba pero por el miedo juro que no recuerdo nada, mi mente estaba en blanco y solo se enfocaba en las circunstancias en que me encuentro, en medio de dos tipos desconocidos, en un coche obscuro y polarizado, y su mano, su mano tocando mi pierna. Debo de reconocer que a pesar del miedo que tenia, me estaba poniendo a mil, era una buena experiencia, pensé y empecé a imaginar teniendo relaciones con dos hombres desconocidos y que jamás volvería a ver y que no me provocarían ningún tipo de problemas. Mi mente estaba vagando con tantas fantasías que no me percate cuando llegamos al restaurante.
Se estacionaron exactamente frente al restaurant, no era muy elegante, pero al menos ahí estaría segura en vez del coche, alcance a ver que había gente y respire muy profundo. Escuche que hablaban entre ellos y finalmente dracula me dijo vamos, y el otro tipo arranco el carro y se fue sin despedirse, bueno al menos me quede más tranquila.
Pedimos un café, pero cuando el chico nos lo llevo nos comento que únicamente estaría abierto el restaurante quince minutos, así que debíamos apresurarnos o pasarnos al bar, segunda mala opción, decidimos apresurarnos y salir pronto de ahí.
Yo solo sonreía con cada pregunta que hacía, era por los nervios, nunca había tenido una cita a ciegas con un desconocido mucho menos sabiendo a lo que esto podía terminar.
El tiempo se pasó muy rápido, así que tuvimos que salir porque estaban a punto de cerrar.
- ¿A dónde vamos? Me pregunto.
- No sé a donde tú quieras. Conteste a secas.
Le hizo la parada a un taxi y solo escuche que dijo: lléveme al hotel Plata, me subí sin decir palabra alguna, todo quedo en un silencio incomodo, el hotel quedaba muy cerca, así que cada quien imaginaba en su mente lo que estaba a punto de suceder. Por suerte el hotel estaba lleno, ¡Vaya! hoy es noche de pasión, pensé.
Nos dirigimos a otro hotel, había recibimiento desde la entrada donde te asignaban la habitación, así que el taxista al parecer ya experto se dirigió a nuestra habitación y nos dejo en la puerta. Subí muy temerosa, el comento que solo era para estar más tranquilos.
La habitación era muy grande, de entrada tenía su propio garaje y entrabamos internamente del garaje hacia la habitación, era una habitación con alfombra roja, la cama era matrimonial perfectamente tendida, el tocador era hermoso, a la izquierda estaba el sanitario y en seguida la regadera con sus paredes de vidrio cristalino que aunque cerraran todo se vería, así que opte por no entrar al sanitario, frente a la cama estaba la televisión que inmediatamente el encendió y se dirigió buscando un canal que hasta el momento desconocía, la luz era un color muy tenue que en conjunto era muy romántico, mire el techo y había espejos, me mire a través del ellos y estaba en medio de la habitación, cuando él me interrumpió.
- Anda vamos acompáñame, no haremos nada que tu no quieras, me dijo.
Al mismo tiempo que me percate que ya estaba muy instalado en la cama y haciéndome señas de que me acostara junto a él. Siguió con su programación hasta que llego a un canal con una escena de sexo, y me observo con una mirada un poco atrevida y al ver que no tuve objeción siguió buscando mas canales, encontró otra donde estaban haciendo un trió, dos rubias con un señor ya bastante grande y se oía claramente sus gemidos.
- ¿Cuál te gusta más? Esta o la que pasamos anteriormente.
- Esta. Conteste porque me excitaban sus gemidos.
Nos acomodamos dentro de la cama porque se sentía más frio y así estábamos mas cómodos para ver la película, más bien la película porno que estaba en el televisor, estuvimos un par de minutos viéndola y comentando al respecto, el se giro hacia mí y me dio un beso muy apasionado, sentí claramente como ya estaba húmeda por lo que estaba viendo por la televisión y por los gemidos que estos mismos hacían.
Sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, del frio que tenia empecé a sentir bastante calor tanto que yo misma empecé a quitarme lo que estaba de más, la temperatura aumentaba, y yo me excitaba más.
Empezó a besarme en el cuello, mientras sus manos hacían un recorrido exhausto en mi cuerpo. Poco a poco nos desprendimos de nuestra ropa y de repente todo empezó a cambiar, de lo romántico a un sexo salvaje y agresivo.
- Así te gusta putita, me decía, eres mi putita y así lo serás siempre, escuchaste.
Ya lo tenía encima de mí, ya no había vuelta atrás, mis pezones estaban muy erectos, el los estaba mordiendo, y eso me dolía. Hubo un punto en que quise detener todo pero la circunstancia no me dejo.
- Te gusta puta, ehhh contéstame.
- Eres una zorra. Y te gusta que te estén cogiendo.
Me mordía, me dolía bastante, jamás me habían mordido, pero a la vez era excitante, me empezó a besar las piernas y de un jalón las separo, anda putita se que te gustara, su lengua empezó a recorrer mi vagina, sentí claramente cómo empezó a introducir sus dedos, primero uno, metía y sacaba muy fuerte, después dos y finalmente tres, me tenía muy excitada, muy lubricada a estas alturas, entonces tuve mi primer orgasmo, hice arco en mi espalda y el murmuro.
- Así putita, eso es, las putas también sienten placer, y ahora sentirás mucho mas.
Me hacia como quería, me alzo las piernas, se coloco el condón, y empezó a penetrarme lentamente, sentí como se iba introduciendo dentro de mí, cuando de un solo golpe lo metió todo, di un gemido, y al instante empezó su juego de mete y saca, la verdad eso me excitaba bastante y mas con las groserías que me decía, al principio me incomodaba pero después me encanto, nadie me había dicho puta, y recordé en ese instante mi infancia donde decía que quería ser prostituta y finalmente lo era.
Tenía una gran fuerza, me introducía salvajemente, pero aun no terminaba ahí, me empezó a dar de nalgadas fuertemente que hacían que gritara.
- Anda puta, eso te gusta, eso querías, eres mi puta, mi putita y harás lo que yo quiera, repetía una y mil veces.
- Putita súbete arriba de mi, quiero que me montes, quiero sentir tu cuerpo.
Me gire hacia él, sentía las piernas que me temblaban, ya no querían reaccionar, me subí y con mi mano dirigí su pene en mi vagina hasta que entro hasta el fondo, con sus manos subía y bajaba mi cadera, al mismo tiempo seguía pegándome, me dolía, pero ya no me importaba, ya solo quería que terminara.
- Que rico te mueves putita, que puta me saliste, anda ponte de perrito. Quiero metértelo por tu ollito.
- Ahí no exclame.
- Claro que si putita, yo te enseñare a sentir placer, no te preocupes no te lastimare.
De un solo empujón me tiro a la cama y me acomodo. Empezó poniéndome saliva, con sus manos me abría las nalgas, sentí el esfuerzo que hacia su dedo por introducirse, hasta que lo logro, sentí que me destrozaba por dentro, me dolía, pero el insistía en continuar, después fue introduciendo mas dedos hasta que finalmente se acomodo para penetrarme, primero lentamente, me dolía a pesar de que me había dilatado, se quedo unos instantes así mientras me acostumbraba, después a la mitad y se quedo otro poco así, hasta que de un empujón sentí como me partía el alma, gritaba pero estaba sin poder moverme, con todo su cuerpo encima de mí, empezó a moverse y a empujarlo más, sus manos había tomado mi cabello y me estaba jalando la cabeza, yo gritaba pero empezaba a sentir placer, finalmente me estaba gustando.
- Anda putita disfrútalo. Muéveteeee putita, que rica estas, me decía mientras me jalaba del cabello y me penetraba.
Finalmente escuchaba que estaba más acelerado, supuse que eyacularía, se saco el condón y termino en mis nalguitas, gemía muy fuerte, con sus manos me estaba nalgueando y regando su semen en el resto de mi cuerpo. Al fin estaba tranquila ya estaba satisfecho, quede inmóvil en la cama, escuche como se metió a bañar. Andaaaa putita báñate que ahorita viene mi amigo y soltó una carcajada.
¿Amigo? Su amigo, había olvidado a su amigo por completo, me metí a bañar en ese sanitario de vidrios que había dicho que no lo haría, sentí el agua tan rica al estar limpiando mi cuerpo, por suerte solo era una broma, salimos del hotel, tomamos un taxi y fue a dejarme, no sin antes recordándome de que le había encantado y que íbamos a repetirlo pero ahora con su amigo. A la fecha no sé nada de él pero si me dan ganas de buscar a su amigo a ver que tan buen amante es.
Como todos aqui en esta pagina, este es mi primer relato, de antemano gracias por leerlo, espero sus comentarios o sugerencias.
Leslye ....