Sexo en República Dominicana (3)
Abel era implacable, hizo conmigo lo que quiso.
Abel era un mulato, de 28 años, tenia el pelo muy rizo y largo, llevaba siempre una bandana y unas gafas de sol, que no se quitaba jamás pero, que dejaban ver sus ojos pequeños y oscuros. Llevaba en las cejas con dos rayas afeitadas, muchos pendientes y anillos de oro, su aspecto era un poco de malo maloso.
Era uno de los animadores que me coquetearon el primer día, había intentado seducirme diciendo que los dominicanos estaban horas y horas haciendo el amor a sus parejas, que les gustaba mucho satisfacerlas, que eran los reyes del sexo y que no estaba mas de 2 días sin acostarse con una mujer, desde luego era el más chulo.
La noche siguiente a la fiesta en la playa se me acercó en la discoteca del hotel, me preguntó si había estado con algún chico, yo le dije que con Jesús. Le dió la risa un tiempo y nos sentamos a charlar. Mis hermanos me miraban con muy mala cara, no les gustaba nada que hablase con él.
Ahí me contó que Jesús tenía esposa e hijos, (yo no le había preguntado porque con 23 años no pensé que esa fuese su situación). Abel era serio y tenía una voz dulce pero muy grabe, no hablaba mucho, solo me miraba intimidándome.
Sonaba una bachata cuando me invito a bailar, me explicaba como se bailaba. Le dije que ya sabia; la verdad es que para ser bailador en el hotel lo hacia bastante mal sin ningún sentimiento. Al poco sonó una salsa de las cañeras quise bailarla con el pero no congeniamos, al lado había un chico de Miami bailando solo, bailaba salsa en línea, como yo, así que empezamos a bailar con mucho cachondeo y coquetería. Cuando acabó volví a sentarme con Abel, estaba enfadado y me dijo que saliésemos de allí.
Les dije a mis hermanos que iba a dormir y al poco tiempo salió Abel y me acompañó hasta mi hotel, fuimos caminando y charlando hasta que llegamos al anfiteatro y nos sentamos, no había nadie.
Yo llevaba puesto un conjunto de top y minifalda con volantes y sandalias de tacón altísimas, con ellas alcanzo el metro ochenta así que Abel me quedaba poco más arriba del hombro.
Mientras hablábamos puso su mano por encima de mi rodilla me pregunto si me importaba, yo le respondí que no, que por poner ahí la mano no sentía nada, comenzó a subir su mano muy lentamente por la cara interna de mis muslos yo le dije" si sigues así si que voy a empezar a sentir" él sonrió y siguió un poquito más. Me hacía cosquillas, siguió subiendo, tenía su mano ya bajo mi falda cuando levantó un dedo y lo pasó suavemente siguiendo el recorrido de mi rajita sobre mi tanga y quitó su mano.
Me preguntó cosas sobre mi vida sexual, si me había acostado con más mulatos, si me habían penetrado por detras... muchas cosas por lo que no le dí importancia. Me comentó que le gustaban las chicas pijas y me propuso que el día siguiente me pusiese mi mejor vestido y que fuésemos juntos a areito, una discoteca.
Nos despedimos hasta el día siguiente sin que sucediese nada más entre nosotros.
La noche siguiente me puse un vestido muy corto y muy entallado de Victorio y Lucchino y unas sandalias de 9 cm de tacón. Le esperé en la puerta de la discoteca todos los chicos me hablaban y me invitaban a tomar algo cuando aparece él, muy arreglado y perfumado, me coge de la mano y entramos en la discoteca.
Pedí unos whiskyes y empezamos a bailar reggeatón, guayando y bajando hasta abajo. En los momentos más intensos él se separaba, apenas hablamos, sólo nos mirábamos sonrientes y con deseo, se acercaba y se separaba provocándome continuamente. Cuando pusieron una canción que le gustaba subimos a la parte de arriba donde había unos sofás y no había nadie. Empezó a bailar muy pegado a mí, yo me di la vuelta y con mi culo le rozaba su paquete, el tío estaba empalmadísimo tenía un bulto tan tan grande que pensé que llevaba cosas en el bolsillo.
Me acorraló contra la pared mientras me susurraba al oído la canción la letra de la canción que muy subidita de tono, después de ese contacto me propuso irnos a una discoteca más pequeña el rincón de la salsa, salimos y cogimos un motoconcho, íbamos tres en la moto delante el señor que conduce yo en el medio y el atrás, mi vestido era tan corto que no podía cubrirme y mi tanga iba en contacto con el culo del conductor que de vez en cuando me miraba sonriente. Era una sensación excitante.
Bajamos pedí mas wisky y hay si que nos cogimos una buena borrachera, nos fuimos para un rincón empezamos a mirarnos y me susurró "Esta noche seras mi manjar" mientras se acercaba a mi cuello. Introdujo su lengua en mi oreja y comenzó a comerme el cuello, yo después de tanto precalentamiento estaba tremendamente cachonda. Se abalanzó sobre mí y me besó en la boca recorriéndola entera con su lengua, me recliné hacia atrás, me besaba el cuello con más intensidad mientras bajaba hacia mi pecho. Su mano estaba ya bajo mi vestido y su dedo recorría mi rajita presionando suavemente mi clítoris sobre el tanga, estaba empapada y el pronto lo notó.
Metió su mano en mi escote y me acarició el pecho, sacó uno y comenzó a succionar y a recorrer el pezón con su lengua, había más gente en ese sitio pero yo estaba tan borracha y tan cachonda que nada me importaba, metí mi mano bajo su pantalón y casi muero, no sé cuanto le media pero era descomunal estuve a punto de parar todo e irme al hotel. Él sonrió viendo mi asombro, se levantó y volvió con las llaves de un todo terreno con las lunas tintadas.
Acepté sin saber lo que me esperaba, subí yo primero inclinándome hacia delante, tenía una pierna en el suelo y otra en el coche cuando me paró, me levantó el vestido y mirándome el culo me dice "mami tu ere mi Jennifel Lope" eso me jodió, no me gustan las comparaciones. Pero aquel no era momento de charlas
Me dió un fuerte cachete y subió detrás de mí.
Empezó a desnudarme violentamente, ese vestido es muy difícil de sacar y casi me lo rompe así que me enfade un poco y le paré para que tuviese mas cuidado, me pregunto:
_"¿De que marca son tus bragas?" _Menuda preguntita_ Yo le dije "son de Cacharel pero es un tanga", la tenía justo delante de su cara que estaba bajo el vestido y me dice "¿de qué color son?" Yo no sé si me puteaba o era daltónico, pero le respondí "es negra de encaje". Ya no me preguntó nada más y adoptó una actitud muy fría y dominante, le notaba muy distante.
Siguió quitándome el vestido y me dejó solo en tanga y sandalias, me recostó y se fue para los asientos de delante, estaba mirándome enterita viéndolo todo me dijo "negra menudo cuelpo pal pecao" "te voy azotal bien duro para que no tengas ganas de hombre en un tiempo".
Me dijo secamente "abre las piernas y enséñame tu punani", abrí mis piernas todo lo que pude hacía los lados el coche no me dejaba abrirlas más, formaban casi un ángulo de 180º me retiré un poco el tanga y me acaricié el conejito mirándole a los ojos con cara de excitación .
El se arrodilló en el asiento delantero y me dijo "mira que tiene el negro para tí" y sacó su verga. No estaba empalmada del todo pero pedazo poya que tenía el hombre, la verdad es que me daba miedo semejante cañón. Siguió mirándome y me dijo ¿y eso? Viendo los chupones por mis pechos y mi vientre del día anterior, yo sonreí y me dijo "este papi te va a dejar aun más marcada" y se vino para el asiento de atrás conmigo.
Me sentó sobre su regazo de espaldas a él y me ordenó abrir otra vez las piernas como antes, con su boca succionaba mi cuello y mis labios con fuerza, mientras que una mano jugaba con mi conejito sobre el tanga y la otra me pellizcaba los pezones tirando con fuerza. Mis pezones no son muy grandes pero, de tanta presión estaban muy puntiagudos e hinchados. Agarró mi tanga por la parte delantera bajo el ombligo y tiró hacía arriba con fuerza para presionar mi coñito, hizo tanta fuerza que se introdujo por la rajita presionando fuertemente mis labios menores y mi clítoris.
Él estaba desnudo de cintura para abajo y olía a perfume, era un olor súper excitante, sentía su pene suave y cálido subir por la parte inferior de mi espalda. Cansado de darme tirones con el tanga me la quito, me soltó el pelo y me quede sólo con las sandalias, me arrodillé en el asiento a su lado, cara a él. Me miró con frialdad y me amarró por el pelo obligándome a bajar con la cabeza a la altura de su poya, tenía un olor fuerte y unas dimensiones que acojonaban. Comenzó a empujar mi cara contra ella de forma que la acariciaba y golpeaba con mi rostro. Me decía "te gusta la poya de tu papi, blanquita" Le miré y le dije con cara inocente y voz dulce "no, es muy grande me asusta" así que cogió, me hundió la boca en sus huevos y me dijo "chupa ahí perra".Yo les pasaba mi lengua y los absorbía metiéndolos enteros en mi boca sin problemas y los masajeaba con mis manos, no eran muy grandes, estaba totalmente rasurado.
Luego me dió un fuerte tirón del cabello y agarrando su poya con la mano me posó el glande sobre los labios, puse morritos y le dije que no moviendo la cabeza y mirándole a los ojos. Él se puso serio y me dió una bofetada, así que empecé a chupársela suavemente pasando mi legua de arriba abajo, empecé a meterla en mi boca cuando me agarró nuevamente por lo pelos y empujó mi cabeza con fuerza hacia abajo y hacia arriba. Cada vez llegaba más profundo pero estaba muy lejos de llegar al fondo, batía su punta contra mi garganta. Cuando pasaba su pene tras mi campanilla tenía una arcadas tremendas. Hace unos años cuando iba a ballet metía los dedos después de comer para vomitar, lo hice durante años así que ahora él más mínimo contacto con la garganta me da arcadas.
El lo notó, y parecía que se excitaba más aún con mis convulsiones, llegó un punto que subía su punta mucho más arriba de la campanilla, me bloqueaba el circuito respiratorio. Parecía como si quisiese llegarme al cerebro. Cuando paró, mi mandíbula estaba casi desencajada me dolía, estaba mareada y en la garganta sentía pinchazos.
Me tumbó y comenzó a besarme todo el cuerpo, me comió el coñito con sus preciosos labios carnosos, introdujo un dedo y comenzó a moverlo con fuerza. Yo gemía como loca mientras él me repetía "dámelo mami".Estaba muy excitada pero aún lejos del orgasmo, así que introdujo otro dedo en mi vagina... los movía muy rico, yo le gritaba "¡dale abel ,dale más duro a mi conejito, dale cabrón, dale!" .Siguió moviéndolos con mucha más fuerza y absorbiendo mi clítoris, no aguanté más y me corrí llenado toda su boca y su cara con mis flujos.
Sin dejar pasar ni un segundo comencé a chuparle la poya en agradecimiento por el orgasmo que me había dado, me la metí hasta el fondo todo lo que pude provocándome continuas arcadas que no paraban de excitarle, se iba a correr cuando me paró, se apretó la verga muy fuerte y me dijo "Voy a hacerte sufrir un poco mi bebe".
En la parte delantera del coche había dos cables de dos cargadores, cuando los cogió yo pensé que sería para atarme pero no... Uno en la punta tenía un enchufe y el otro más largo parecía el cargador de un móvil. Se vino hacia atrás conmigo y me tumbó sobre su regazo boca abajo, me obligó a poner el culo en pompa y comenzó a darme nalgaditas con la mano abierta. Al principio fue suave y me excitaba pero acabó golpándome con mucha fuerza mientras me gritaba "le estoy poniendo culito rojo al bebe "."Toma mami por brava" luego cogió los cables y comenzó a azotarme con ellos, el del enchufe me golpeaba con fuerza y me hacia daño, tenía las cachas ya muy irritadas le pedí por favor que parase.
Me hizo caso y paró, me senté y él me abrió las piernas nuevamente. Se puso frente a mí y me dijo "quiero ver las piernas así de abiertas todo el tiempo, quiero ver tu coñito en todo momento, si las cierras lo más mínimo te arrepentirás" Yo no me imaginé lo que me haría hasta que lo vi coger de nuevo el cable del enchufe. Quería azotarme el coñito con él, le dije que no, que por favor no lo hiciese y me dijo "Eres mi perra y hare contigo lo que quiera".
Me acarició todo el cuerpo con el enchufe cuando lo levantó hacia atrás y me azotó con él en la cara, en el pecho y en el abdomen cuando me dice "ahora lo mejor mami, no te muevas" Levantó con fuerza el cable y me azotó duro sobre el conejito, mi clítoris estaba salido y me dolió muchísimo, chillé y me sobresalté del dolor, no pude evitar cerrar las piernas y acercar las manos. Se enfadó y me dió una bofetada. Me ató con un cable las manos y una pierna al cabezal del asiento delantero y la otra la sostuvo con su mano; mi coñito estaba así a su total disposición, totalmente abierto hacia el.
No tubo piedad me azotó el conejito con el cable y con el enchufe, al principio chillaba mucho y me retorcía a cada latigazo pero después ya no tenia ni voz, estaba totalemente rojo e hinchado tenia tanto dolor que apenas lo sentía. Cundo se relajó empezó a pasarle su lengua y a besarle que lejos de calmarme me provocaba aun más dolor, a pesar de todo yo estaba humedísima y muy caliente.
Fue en ese momento cuando me clavó su tremenda poya, me folló rico durante un tiempo, lo hicimos en mil posturas algunas me producían muchísimo dolor en la zona azotada, cuando finamente estando yo arriba empezó a gritar y se corrió dentro, yo seguí estaba muy excitada y muy dolorida. Su pene ya no estaba muy duro así que paramos me tumbé sobre su pecho y me pregunto": ¿Te gustó?".No le respondi solo le mire.
Mi vagina chorreaba estaba llena de semen, tras un tiempo de relajación empezó a acariciarme el conejito son suavidad extendiendo sus fluidos me introdujo un dedo y luego dos; estaba apunto de correrme y él lo notó pero no aumento la velocidad, siguió asi prolongando mi espera, cuando de repente con su otra mano empieza a intentar meter un dedo en mi culo, le dije "no por ahí no, no quiero" .Por ahí era virgen nadie lo había tocado, aun que alguna vez si habían pasado su lengua por él. La simple punta de su dedo ya me suponía presión porque las paredes se contraían mucho, cuando estaba ya más tranquila después de centrarse únicamente en mi coñito me arrodilló y me puso de espaldas a el, note como se masturbaba pero no imagine lo que estaba dispuesto a hacer.
Mordía mi espalda y mis nalgas mientras las masajeaba, decia "que dura estás" Agarró su pene con una mano me separo bien las piernas cuando de repente de un golpe seco me mete la punta de su poya por el culo, sin lubricarlo y sin dilatarlo previamente, yo emití un grito desgarrador que me salió de alma y me separé inmediatamente, mis ojos se llenaron de lágrimas del dolor, me agarró con fuerza me levanto y me la volvió a clavar. Yo no podía con ese dolor, bombeo dos veces pero me quite tan pronto como pude; notaba un gran roce, calor y dolor. Note humeda la zona y pase mi mano que quedo manchada de sangre, me había desgarrado totalmente, me tumbé sobre su pecho y él me acarició consolándome, estaba muy dolorida y enfadada pero por otro lado estaba tan satisfecha que no le guardé ningún rencor. Al día siguiente volvimos a quedar.