Sexo en las aulas
Hola me llamo Noelia, tengo 19 años y os voy a contar lo que me pasó un día mientras estaba en clase del instituto.
SEXO EN LAS AULAS
Hola me llamo Noelia, tengo 19 años y os voy a contar lo que me pasó un día mientras estaba en clase del instituto. Soy una chica de 19 años, soy guapilla de cara, morena, pelo largo y rizado, 1,70, delgadita, culito redondito, 90 de pecho, y a decir verdad la mayoría de los chicos de clase habían intentado algo conmigo. Os voy a contar como iba vestida ya que juega un papel importante en mi relato, ese día llevaba unos pantalones rojos de licra muy ajustados, un tanguita rojo a juego, un top ajustado de color blanco que dejaba mis hombros al descubierto y marcaba mis pechos y un sujetador azul celeste muy sexy. Todo comenzó un día igual de aburrido que todos, estando yo en el instituto y a punto de comenzar la clase, y como acostumbro me senté en la última fila donde normalmente nos sentamos el grupo de amigos, pero ese día todos mis amigos y amigas por diversas circunstancias, no asistieron a clase. Me puse al final de la fila de mesas, pero a mi lado se sentó un compañero de clase, Marcos, con el que no tenía mucha relación, y que es el típico graciosillo de clase, la verdad es que me atraía de una forma especial, ya que era uno de los chicos que no me habían propuesto nada, y que además tenia novia, lo que le hacia mas atractivo a mis ojos La clase transcurría normalmente hasta que este chico me escribió en la mesa un mensaje, en el que me preguntaba que si me apetecía jugar con él, yo en un principio no sabia a que se refería, pero no se porque razón le conteste que s,í ya que la clase estaba siendo tan aburrida como de costumbre. A continuación me empezó a escribir cosas algo subidas de tono, como por ejemplo que tenía ganas de tocarme los pechitos, que quería meterme su poya por mi chochete, o que iba a hacer que me corriese de placer. Yo decidí seguirle el juego, pensando que estaba de broma, y le contesté que por que no empezaba allí mismo, entonces me preguntó que si me podía poner la mano en mi pierna, yo pensando que no iba a hacerme nada le conteste que sí, e inmediatamente colocó su mano sobre mi rodilla. En un principio me sorprendió un poco, pero poco a poco empecé a descubrir su juego. Tras un rato con la mano sobre mi rodilla empezó a acariciarme lentamente la pierna, en un principio no me excitaba, y le pregunté que si era así como iba a hacer que me corriese además debió de notar que me aburría un poco, entonces empezó a acariciar mis muslos de forma más intensa, iba acercándose poco a poco a mi entrepierna, y según se iba acercando mi excitación aumentaba, estaba empezando a humedecerse mi vagina, lo que me preocupaba un poco, ya que de seguir así la humedad llegaría hasta mi pantalón. Mientras tanto la clase continuaba Acariciaba ya de forma intensa el interior de mis muslos con sus grandes manos, entonces decidí actuar, y viendo que su paquete iba aumentando de tamaño coloqué mi mano sobre su poya, a lo que me respondió con una sonrisa picaruela, a continuación puso su mano sobre mi rajita por encima del pantalón, presionaba con sus dedos y los meneaba rítmicamente sobre mi vagina caliente, ya estaba a 1000 pero todavía quedaba lo mejor. Estaba tan excitada que se me había olvidado donde estaba, madre mía, no me creía lo que me estaba pasando, él seguía tocándome mi xoxete y yo sobándole su poya por encima del pantalón, hasta que pasados unos segundos paró, yo pensé que se había cansado, al mirarle pude ver que lo que le había detenido era mi tanguita rojo que se dejaba ver, notaba como se estaba excitando, lo que se reflejaba en el tamaño de su poya. Pero la sorpresa me la llevé yo cuando noté como su mano volvía a aproximarse a mi rajita y seguidamente comenzó a desabrocharme los botones de mi pantalón, me desabrochó hasta el último botón, lo suficiente para que se quedara al descubierto mi tanguita rojo, puso su mano sobre mi tanga palpando hasta que encontró mi rajita, pude notar en su gesto una sonrisa al descubrir la mancha húmeda de mi tanga, entonces lo apartó con su mano, se chupó el dedo y empezó a acariciarme el clítoris, pronto se me empezó a humedecer, todavía mas de lo que estaba, mi xoxo, lo que hizo que él me introdujera sus dedos, empezó con un ritmo suave y transcurrido un tiempo intensificó el ritmo, estaba ya tan excitada y caliente que no pude evitar que se me escapara un pequeño gemido alertando a toda la clase y al profesor, lo que hizo que este me preguntara que si me encontraba bien, Marcos le dijo al profesor que me encontraba mal, y este me dio permiso para salir de clase lo que él aprovechó para acompañarme fuera. Ya fuera decidimos ir al baño, allí me quito los pantalones y el tanga, me sentó encima del lavabo, me abrió de piernas y empezó a darme lametazos en mi xoxo, nunca me habian chupado mi rajita, y menos de aquella forma, podia sentir como su suave lengua recorría mi vagina, especialmente centrándose en mi clítoris, el cual estaba muy hinchado continuó hasta que alcancé mi primer orgasmo, el cual llegó acompañado de unos flujos que el saboreaba como si fuera el mas rico manjar.
A continuación me desnudó completamente, y me empezó a acariciarme las tetas y a chupar con delicadeza mis pezones pequeños y rosaditos que estaban bien duritos, entonces decidí pasar a la acción, le bajé los pantalones y empecé a mamarsela en agradecimiento por haberme hecho mas amena la clase, me llevé una agradable sorpresa al ver su enorme poya, se la mamaba con placer, entre mamada y mamada metía su poya entre mis tetas, su poya estaba hinchadísima, por lo que su corrida era inminente, finalmente se corrió en mi boca, jamás había visto una corrida así, mi boca no era capaz de abarcar tanto semen, pero conseguí tragármelo todo como una buena chica, me levanté con la intención de terminar esta experiencia, pero todavía no estaba satisfecho, me tumbó en el suelo, abrió mis piernas y comenzó a penetrarme, al principio me dolió un poco, ya que su poya era enorme, pero luego disfruté como nunca antes lo había hecho, era increíble tenia un aguante espectacular, antes de correrse me levanto, me arrinconó contra la pared y me la metió por mi culete, la primera embestida fue un dolor intenso, pero poco a poco el dolor derivó en mi segundo orgasmo en apenas 15 minutos, él antes de correrse saco su poya de mi culo y se corrió sobre mis tetas, posteriormente me las chupó para limpiarlas.
Cuando terminamos nos pusimos la ropa, y me comentó que si me aburría en otra clase que me pusiera a su lado, pero hasta hoy no he tenido otra oportunidad de repetir esta experiencia realmente satisfactoria.