Sexo en la oficina (3)

...Mi jefe ya se había sacado su tremenda vergota mientras me había visto modelar en liguero, así que mientras él a dos manos me acariciaba las nalgas y la velluda panocha yo le frotaba su hermosura sexual, acto seguido se sentó en el sillón y me empinó en el escritorio para besuquearme las nalgas y mi culito en tanto me introducía dos de sus dedos en la vagina dedeandome de lo mas rico, sin quitar su cara de entre mis nalgotas me quitó por completo las pantaletitas...

SEXO EN LA OFICINA

Capitulo III

El resto del día solo estuve pensando en aquella descomunal y sabrosa vergota que tenia mi jefe poniéndome cachonda solo de recordarla metida en mi boca y eyaculando entre mis labios. Mi esposo me comunicó que por la mañana saldría a trabajar a la ciudad de Puebla pero que volvería ese mismo día en las primeras horas de la tarde por lo que no pasaría por mí al trabajo, tan solo de escuchar eso me puso caliente, tendría la tarde libre par poder coger con mi jefe si me lo pidiera, deseaba sentir ese delicioso "monstruo de placer" dentro de mi candente cuerpo, quería saber si ese descomunal vergón me cabría por mi diminuto culito y cuanto de esa ricura podría entrar a mi intestino.

A la mañana siguiente mi esposo se fue temprano, yo llena de excitación elegí la ropa que llevaría para agradar a mi jefe, en principio pense en una super minifalda, pero la idea era llevar liguero y medias por lo que debería llevar un vestido no tan corto y un tanto amplio para que no se evidenciara tanto el liguero, así que me puse un coordinado de brassiere, pantaletitas tipo tanga y liguero todo transparente en color rojo, encima un vestido blanco que me llegaba unos centímetros arriba de la rodilla y zapatillas de color blanco de altísimos tacones, desde que me estaba vistiendo ya me sentía cachonda pensando en el gran vergón de mi jefe, durante el trayecto de mi casa al trabajo ya tenia las pantaletitas húmedas imaginando ese dulce "monstruo sexual" del licenciado y esperaba cuando menos tenerlo entre mis labios y si se podía ambicionaba sentirla en mis adentros ya fuera en mi vagina o en mi colita.

Llegué al trabajo y una hora después llegó mi jefe, en cuanto lo vi me puse aun más cachonda de lo que ya estaba, al levantarme a abrirle la puerta me dijo que pasara a su oficina, en cuanto se cerró la puerta de su despacho me abrazó por la cintura y nuestros labios se unieron en un largo y apasionado beso en el que compartíamos nuestras lenguas y la saliva que chupábamos uno al otro, sus manos fueron de inmediato a mis nalgas acariciándolas con dulzura, sin preámbulo mi mano se apodero de su "terrible animal de placer", pronto sus manos ya habían levantado mi vestido para acariciar mis muslos y nalgas en directo, me felicito por haber cumplido con la promesa de llevar liguero y medias y me pidió que me levantara el vestido y modelara mi cuerpo para que él pudiera admirarme en liguero, así lo hice por algunos minutos y sin esperar nada mas se acercó a mí y empezó a bajarme las pantaletitas ante mi complacencia dejándomelas hasta las rodillas.

Mi jefe ya se había sacado su tremenda vergota mientras me veía modelar en liguero, así que mientras él a dos manos me acariciaba las nalgas y la velluda panocha yo le frotaba su hermosura sexual, acto seguido se sentó en el sillón y me empinó en el escritorio para besuquearme las nalgas y mi culito en tanto me introducía dos de sus dedos en la vagina dedeandome de lo mas rico, sin quitar su cara de entre mis nalgotas me quitó por completo las pantaletitas, no supe donde las puso, de momento era lo que menos me interesaba, llegó mi turno y poniéndome en cuclillas tomé su enorme pito con ambas manos y sin mas le empecé a chupar la cabeza metiendo lo mas que podía de su tronco en mi boca, descansaba un poco lengüeteando la verga a todo lo largo y en forma especial sus formidables güevotes para nuevamente meterla entre mis labios mamándosela al tiempo que con una mano le frotaba el tronco de su tolete y con la otra le acariciaba esos deliciosos güevotes de toro en brama, en lo mas sabroso de la cachondeaba fuimos interrumpidos por una llamada telefónica de su superior inmediato que le requería en su despacho, quedamos en reanudar la escena mas tarde, le pedí mis tanguitas y el sonriente me dijo que permaneciera sin pantaletas hasta que él volviera ya que le parecía muy cachondo que yo estuviera esperándolo sin pantaletas.

Pasaron cerca de dos horas para que regresara, para entonces ya había algunas gentes esperándolo para ser recibidos en audiencia, cuando llegó me vi obligada a entrar para pasarle las tarjetas de audiencia, pero lo primero que hizo fue meter su mano bajo mi vestido para acariciarme las nalgas y la vellosidad de mi panocha mostrándome la dureza de su enormidad viril, me instruyó para que fueran entrando los solicitantes, antes de salir me pidió que le dejara besar mi culo, lo que acepté gustosa pero le pedí como compensación que me dejara darle unos chupetes en su vergota sabrosa y así lo hicimos. A cada persona que salía de audiencia yo entraba para entregarle la tarjeta con los datos del individuo siguiente y en cada ocasión repetíamos la "operación cachondeo" besuqueándonos mutuamente las partes intimas, constantemente tenia que limpiar mi vulva que no cesaba de producir y expulsar los jugos de mi lujuria.

Ya eran casi las 2 de la tarde cuando salió el último de los solicitantes, a los diez minutos sonó mi extensión telefónica y era el licenciado quien me pedía que fuera a su despacho haciéndome la candente advertencia de que no saldría hasta terminar nuestro "trabajo", entré sumamente excitada y dispuesta a "todo", él ya me esperaba de pie con su hermosa vergota y sus suculentos güevos fuera del pantalón, me abrazó y nos besamos con pasión desmedida, esperaba sentir sus manos en mis nalgas pero grande fue mi sorpresa cuando posó sus manos en mi espalda y empezó a bajarme el cierre del vestido, pensé en evitarlo pero estaba tan cachonda que no dije ni hice nada permitiendo que me despojara del vestido dejandome solo con el brassiere y el liguero con las medias, por supuesto con las zapatillas puestas, sus manos recorrían todo mi cuerpo, yo encantada le frotaba su enorme lindura erecta, con gran habilidad con una sola mano me soltó el brassiere dejándolo caer a la alfombra y dedicándole suculentas mamadas a mis chichitas, me recostó en el escritorio y empezó a besar y chupar todo mi ardiente cuerpecito por momentos por el frente y en otros por detrás, al tiempo que cuando la póse lo permitía me metía su vergón en la boca para que se la mamara tomando con mi lengua las grandes gotas del cristalino y espeso lubricante natural que le brotaba de la punta de su glande o bien le lamiera sus encantadores güevotes.

Aun recostada se colocó frente a mí separándome por completo las piernas, se bajo el pantalón hasta las rodillas, con su impresionante macana de placer golpeaba levemente mi vulva y la frotaba contra mi abundante vello pubico como anunciándome que me iba a penetrar, levante lentamente las piernas invitándolo a que me cogiera, enseguida colocó su "monstruosa delicia" entre los labios de mi vagina y poco a poquito fue empujando su colosal tranca, sería la mas grande que me hubiera penetrado, aunque la gran cantidad de mis flujos íntimos ayudaban como lubricante sentía que aquel descomunal vergón me partiría en dos, fui sintiendo como me iba entrando la formidable cabeza de su tremendo tolete, por fin entró en los labios interiores de mi raja sexual, yo movía mi cadera para aminorar el agradable dolor que me producía y facilitar la entrada del tronco que a cada centímetro me dolía un poco mas ya que a medida que iba entrando se hacia mas gruesa su gigantesca vergota.

Entre apagados sollozos y gemidos de placer y un poco de sabroso dolor sentí por fin que la cabezota de su sensacional pitote tocaba la pared interna de mi matriz, la tenia hasta el fondo de mi cabidad intima y aun le quedaban fuera algunos centímetros de su "dulce monstruosidad", el bombeo empezó a tomar velocidad y a cada embestida la cabeza de su hermosura chocaba con el fondo de mi matriz y sus preciosos güevos se columpiaban golpeando mis nalgas, en unos cuantos minutos mi primer orgasmo llegó facilitando aun más la cogida ya que mis flujos vaginales lubricaban mejor mi raja ayudando a su rico vergón a entrar y salir de mi sexo, ahora lo sacaba en su totalidad para encajármelo nuevamente de un solo golpe dándome una sabrosa "verguisa", los ayes de placer de ambos se combinaban de manera apagada para evitar que nos fueran a oír del exterior del despacho y con voz muy baja le repetía que me cogiera mas, que me diera mas de su divina vergota, muy pronto para mi costumbre me llegó el segundo orgasmo, su suculenta macana estaba totalmente bañada con el néctar de mi sexo.

Ante el temor de que fuera a llenar de leche mi vagina, en una de las veces que me sacaba su deliciosa tranca subí un poco mas las piernas y con ambas manos me abrí las nalgas a la altura de mi "chiquito" haciéndole una muda invitación a que me penetrara por mi culito, él dudo un poco de esa velada invitación tal vez pensando que seria imposible que su monstruosa lindura cupiera en mi apretado culo, con voz muy baja murmure "Enculeme licenciado", no sé si escucho pero llevó la terrible cabeza de su enormidad hacia mi colita chocándola con mi ano, introdujo dos de sus dedos en mi vagina mojándolos de mi fluido para después introducirlos en mi culo tratando de lubricar mi ano y recto, me dedeo un rato el culo distensando el músculo anal y cuando creyó conveniente metió su vergón por última vez en mi vagina para mojarla y enseguida lo dirigió a mi culito haciendo contacto con él, empezó a hacer una leve presión intentando meterme su cosota en mi "chiquito", luego de algunos intentos su glande se fue introduciendo poco a poquito en mi ano ante un fuerte pero excitante dolor, sentía como cada milímetro de su hermosa monstruosidad iba penetrando mi linda colita, por fin rebaso mi ano y fue llenando mi recto con su impresionante vergón, rebaso mi recto y fue alojándose en mi intestino, yo ya sentía su hermosura hasta el estomago, pero mi mano me indicaba que apenas tenia dentro la mitad de su vergota, movía mi cadera para distraer el dolor y facilitar la penetración, él me daba un pequeño respiro quedándose por momentos inmóvil, para reiniciar el enculamiento.

Tal vez creyó que eso sería todo lo que me entraría de su formidable verga en mi culito y empezó lentamente el clásico movimiento de mete y saca, pero a cada embestida me entraba un poquito mas de verga y a medida que aceleraba el movimiento y yo movía mas mi cadera mas verga comía mi culito, yo le animaba con frases cachondas relativas a que me la metiera toda, que me sentía feliz de estar enculada por una verga tan hermosa e inmensa, mi jefe sin dejar de moverse de atrás hacia delante se inclinó y mientras me enculaba me chupaba mis chichitas una y otra alternadamente, sus embestidas era cada vez mas profundas y rápidas de tal manera que en un momento sus güevotes ya chocaban con mis nalgas, tenia dentro de mí toda su enorme y hermosa vergota, como comenté antes no era la primera vez que estaba desnuda entre esas cuatro paredes, ni mi cuerpo desnudo sobre aquel escritorio, ni tampoco enculada, ya que con anterioridad, durante mi soltería, había tenido sexo con algunos de mis jefes en esa misma oficina, tan solo era la verga más grande que ha entrado en mi culito y la primera vez estando ya casada.

Los embates de su macana se hicieron inmisericordes y su enormidad entraba y salía de mi culo casi por completo, me horrorizaba imaginar como se me abriría el culo como nunca en mi vida sexual, un tercer orgasmo no se hizo esperar y me vine muy complacida, mi jefe me advirtió que estaba por eyacular, a petición mía lo haría dentro de mi intestino, un par de minutos después sus gemidos me indicaban su eyaculación, sentí claramente como su hermoso vergón inundaba mi intestino con aquel caudal de semen que arrojaba dentro de mí, una vez que había terminado de venirse me saco su ricura de mi colita y sentí el gran hueco en que se había convertido mi antes apretado culito y lo apreté tratando de que recuperara su forma, al ver su aun erecto plátano macho me incline para chupárselo y comer el semen que aun le goteaba y succionarle los residuos que se encontraban en los conductos interiores, saboreando golosa su emulsión.

Hasta ese momento nos dimos cuenta de la hora que era, ya había pasado la hora de salida, me apresuré a ponerme el brassiere mientras él se subía el pantalón, me arregle el liguero y las medias, le pedí mis pantaletitas que saco de la bolsa de su pantalón donde la había traído todo el tiempo, él mismo me las puso y me ayudo a ponerme el vestido, nos despedimos con un gran beso en la boca y salí de su oficina. Tomé mi bolso y me apresure a salir del edificio, me sentía un tanto sucia moralmente, era la primera vez que me cogían y enculaban después de casada y me daba "cruda moral" pensando en mi esposo.

Tomé el Metro, en el trayecto sentí como de mi culito me empezaba a gotear el esperma de mi jefe, pues como todos saben el semen puede ser muy espeso pero unos minutos después se licúa y se vuelve agua pegajosa, pues esa aguita pegajosa empezaba a salir de mi colita adolorida pero satisfecha, pronto mis calzoncitos estaban empapados y el esperma licuado empezaba a escurrir por mi entrepierna revuelto con mis propios jugos vaginales que no me limpié por salir lo mas pronto posible del edificio, el trayecto a mi casa se hizo eterno, ya sentía como los líquidos del placer mojaban el encaje en que remataban las medias que portaba y amenazaban con mojar la media y las gentes me podrían ver como escurría de esperma, por fin llegué a la estación donde bajaría, el flujo que salía de mi ano ya llegaba a mis rodillas, ya estaba a la vista de todos, mi miedo era que mi esposo ya estuviera en casa y no tendría que decirle, tal vez lo único y difícil de creer era que me había ganado "la pis", aun tenia que caminar tres cuadras para llegar a casa y el semen seguía bajando por entre mis piernas.

Por fin llegue a casa y al subir la escalera el esperma ya llegaba a mis zapatillas, abrí temerosa la puerta y comprobé que mi esposo aun no llegaba, lo que me devolvió el alma al cuerpo, bote mi bolso y velozmente me quite el vestido y el brassiere al igual que las zapatillas y el liguero y me metí a bañar con las pantaletas y las medias puestas para lavarlas, previamente expulse la totalidad del abundantisimo esperma de mi jefe y ahora amante.

Apenas había salido de la ducha cuando llegó mi esposo y me encontró solo envuelta en la toalla, misma que deje caer en cuanto le vi quedando desnudita ante él y pidiéndole que me cogiera en ese momento, era como descargar mi consciencia de lo que había hecho, mi marido como de costumbre me complació dándome una suculenta cogida por todos lados, y aun cuando me dolía el culo, le pedía que me enculara mas y mas como si fuera una penitencia por el "pecado" cometido.

Durante el resto del día estuve repitiéndome a mí misma que esa sería la última vez que le pondría el "cuerno" a mi marido, sin embargo llegando la noche nuevamente vino a mi mente la preciosa vergota de mi jefe y los hermosos güevotes que tiene lo que me excitó sobremanera e inconscientemente empecé a pensar durante la noche como me vestiría al día siguiente para agradar a mi jefe y amante.

CONTINUARÁ/p>