Sexo en la discoteca con dos amigos

Explotando mi sexualidad y conociendo las delicias del sexo en un trío con dos amigos en una discoteca

Les platicaba en otro relato que en Diciembre al tener 23 añitos había estado con un hombre en mi casa y en mi cama lo cual hasta ese momento había sido super excitante y emocionante porque por primera vez había sentido lo que las mujeres sienten cuando se arreglan, salen y se divierten. Digamos que fue el regalo de Navidad perfecto ese año y sé que fui el mejor regalo de él también, la palabra felicidad tomó un significado diferente para mí gracias a ello.

Al año siguiente (o sea cuando tenía 24 añitos) el estrés comenzó a aumentar en el trabajo porque al trabajar de noche y dormir de día mi cuerpo comenzó a sentir un balanceo negativo que me hizo ganar peso como nunca antes, no podía tener una vida "normal" ya que de día dormía (y muy mal por cierto) evitando que descansara adecuadamente. Mientras mis amistades dormían yo trabajaba y visceversa por lo que mi vida social era nula.

Sexualmente estaba muy confundida porque mi mente todo el tiempo quería estar como niña pero mi cuerpo, al haber estado ganando peso, me decía lo contrario y me sentía horrible lo que me hizo caer en una depresión que mi familia comenzó a notar. Recuerdo perfecto que en mi clóset tenía un gabinete con 3 cajones donde en el de hasta abajo estaban todos mis brasieres (blanco, negro, piel, rojo, rosa, azul, morado, gris) junto con mis corset, medias y ligueros; en el de en medio tenía una colección de tangas entre 35 y 50 (sin mentir) combinada con algunos cacheteros y bikinis (muy pocos la verdad); y finalmente en el primer cajón estaban las mini faldas, blusas y vestidos. Todos ellos estaban "disfrazados" con mi ropa de niño por encima de todo eso porque estaba segura de que mis padres no revisarían, o eso pensaba, y era por si acaso.

Como decía estaba muy deprimida y en Abril de ese año mi madre un día me buscó, harta de mi depresión y apatía, para ayudarme a reaccionar y disfrutar mi vida. Ella no sabía lo que me tenía así y creo que debí de habérselo dicho en ese momento porque una de las cosas que me dijo fue:

  • No sé qué te pase en verdad, me preocupa mucho. Encontré en tus cajones muchísima ropa de mujer y no sé si eres gay o no, lo eres? -dijo preocupada-
  • No tenías por qué revisarlo? Estoy así porque una novia me fue infiel y me hizo sentir mal, esas cosas son de ella. -dije furiosa, llorosa y miedosa porque era una mentirota que no era creíble-
  • Está bien! Si es eso entonces haz algo para que dejes de estar así y sonrías. -dijo mientras me extendió un papel con el numero y datos de una psicóloga que le habían recomendado-

Pasaron los días y no tenía nada que perder así que fui con la psicóloga en el World Trade Center en la Colonia del Valle. Hice una cita un sábado lo más temprano posible y al llegar pensé que estaba en un error porque parecía una clínica de nutrición. Me recibieron y efectivamente era ahí, la Dra. era Piscóloga y experta en nutrición.

Me recibió una Dra. muy agradable, delgada, en sus 35-40 años, guapa, cabello rizado largo rubio, muy cálida y sociable diciéndome:

  • Hola! Me da mucho gusto que hayas venido, estoy a tu servicios para lo que necesites. Mi nombre es Raquel y mi especialidad es la Psicología pero estoy en ésta clínica de Nutrición porque también lo estudié y quiero ayudarte más a allá de perder peso. Y dime, a qué has venido o cómo llegaste aquí? -dijo sonriendo-
  • Bueno pues he estado ganando un poco de peso, duermo pésimo y principalmente venía porque pensaba que era un consultorio de Psicología y no de Nutrición pero ya que estamos aquí pues podríaos combinar ambos. La situación de subir de peso + el estres laboral me ha deprimido.
  • No te preocupes que yo te voy a ayudar.

Hizo estudios ahí mismo, hablamos un poco de temas que me agobiaban y me generó una dieta con base en mi estilo de vida al momento. Aún no estaba lista para decirle lo que realmente me tenía deprimida porque no sabía si era amiga de una amiga de mi madre o si me juzgaría o qué. Acordamos reunirnos mes a mes y si tenía algo en el inter me podría atender el teléfono.

Al tercer mes (Junio) las cosas iban mejor para mí, mi regimen alimenticio mejoró por lo que fui recuperando un cuerpo más femenino (o menos masculino), me promovieron en el trabajo y éste lo llevaba a cabo durante el día así que me daba tiempo de retomar el ejercicio y poco a poco fui recuperando balance en mi vida. Raquel me daba mucha confianza porque, a pesar de ser una Señora, era muy jovial y transmitía mucho positivismo así que durante mi tercer sesión, mientras hablábamos de los resultados que ella estaba viendo me djo:

  • Sabes? Han pasado 3 meses y has perdido peso, tu alimentación mejoró, retomaste el ejercicio, tu trabajo mejoró, y veo que te sientes mejor con todo lo que hemos hablado pero aún siento que hay algo que no te deja. Qué opinas?
  • Bueno! Probablemente es mi relación con mi padre que se ha complicado y me preocupa. -mentira porque no era eso-
  • No lo sé, estás seguro? -dijo mirándome fíjamente-
  • Tienes razón, no es eso. Verás, hace un par de años descubrí que me gusta vestirme de mujer (me sonrojé muchísimo) y recordé que lo hacía desde niña (ya me refería a mí en femenino). Tuve novia y un día me transformé por completo generando miedo y curiosidad, lo cual que llevó a estar con 2 hombres y me gustó. Mi depresión, en parte era por lo que te conté y en parte, era porque no sé si quiero ser mujer o si soy gay o qué me pasa. Por ejemplo, ahora pienso que tus jeans y blusa son divinos y me gustaría verme así. -dije para relajar el ambiente-
  • Punto #1: no debes de tener miedo en decirme. Punto #2 cuando quieras te presto mis jeans pero no te van a quedar y necesitas ropa de tu talla. Punto #3 tienes que experimentar lo que te haga feliz sin miedo y plantearte si muy a futuro te ves como una abuelita o abuelito porque vas a envejecer y ahora podrás verte muy bella pero piensa si es lo que quieres de por vida. -dijo sonriendo y tomándome la mano-
  • No soy experta en temas de sexualidad pero te puedo recomendar con alguien, llámale y seguro que te ayudará. Conmigo si quieres llegar usando vestidos, uñas pintadas, labios pintados, etc. me da exactamente igual porque lo que vale eres tú. Y bueno, cómo quieres que te llame? -preguntó muy cálidamente-
  • Daniela! -dije sonriendo-
  • Bueno Daniela! Tienes una tarea para nuestra siguiente visita. Sal a divertirte como Daniela, ok pequeña? Disfrútalo, la gente te va a juzgar por todo así que vívelo. Sólo que me contarás por qué te animaste a hacerl y qué te hizo sentir diferente de las otras ocasiones.
  • Si Raquel! -dije toda emocionada-

Nos despedimos con un abrazo y fui a casa pensando todo el camino qué podría hacer. Como les decía, con menos peso y una figura más femenina me sentía más segura de subirme a los tacones y enseñar pierna, dejar que Daniela se apoderara de mi y conquistar el mundo. Debido a la plática con mi madre tuve que deshacerme de toda la ropa que tenía, me dolió pero no veía otra salida por lo que si quería subirme a los tacones tenía que comprar todo de nuevo.

Era verano y mis padres se ausentarían nuevamente durante el fin de semana así que era mi oportunidad de explotar mi feminidad. Durante la semana fui a Zara de Parque Lindavista (me quedaba cerca del trabajo) y compré una puti falda negra muy corta y una puti blusa color negro de tirantitos con escote, ya sabía mis tallas por lo que no me fue difícil elegir. En FB encontré a una chica que vendía calzado y ropa interior, me puse de acuerdo con ella y le compré unos zapatos abiertos color negro, los primeros de mi talla.

Acordamos vernos en Parque Lindavista afuera de una tienda que se llama Women's Secrets, mientras la esperaba vi que había rebajas y entré únicamente a ver porque la ropa interior la quería comprar con aquella señora que ya era mi cómplice y vivía cerca de mi casa, sin embargo al entrar me enamoré de un conjunto divino que era una tanga negra con encaje y moñito detrás (tengo fotos), además de un corset y un baby doll negro que imaginaba usar para algún hombre que lograse conquistarme. Mientras miraba una chica me tomó por sorpresa y me dijo:

  • Daniela? -mientras me tomaba del brazo y me quedaba helada-
  • Si? -dije temblorosa-
  • Soy Lizbeth! Te vi entrar y no te quise gritar porque como me dijiste que eras de clóset pues mejor corrí pero creo que te asusté más. -dijo mientras sonreía-
  • Mira, aquí están los zapatos, pruébatelos y dime si te quedan o te los cambio. -dijo muy amablente-
  • Hmm aquí? Es que hay mucha gente (había como 3 personas) y me da pena.
  • Cierto! Hmm cómo hacemos? Vas a comprar algo?
  • Pues estaba mirando nada más, pero no creo. Por qué?
  • Ay es que si compraras algo te lo puedes pasar a probar pero es lo mismo verdad? Tendrías que decir que es para ti y pues no saben que eres niña.

En ese momento recordé las palabras de Raquel de "sal a divertirte de Daniela" y vi pasar a una chica que trabajaba en la tienda, le llamé y le dije:

  • Hola! Oye, me puedes ayudar please? Busco un brasier que tienen push-up y una tanga que le combine. Otra cosa, ese corset se puede probar? -dije sonrojándome y con Lizbeth a un lado-
  • Claro que te ayudo pero a los probadores sólo puede pasar ella porque los novios no pueden pasar.
  • Es para mí y antes de llevármelo quiero saber si es de mi agrado o de mi talla, puedo? -dije toda sonrojada pero segura de mí y Liz con cara de wow-
  • Hmm! Claro que si. Mira vente y te ayudo.

Me pasó al probador, me tomó la medida del brassiere lo cuál fue maravillos y me dijo:

  • Pruébate el 36B o el 36C y dime con cuál te sientes más cómoda.
  • Vale! -dije contentísima-

Despojarme de la ropa de niño en el probador de una tienda de lencería me tenía con una sonrisa de oreja a oreja, por primera vez en mi vida estaba viviendo eso que desde niña mi adolescencia había imaginado y veía inalcanzable, por no decir imposible. Tomé el gancho (percha) que tenía la tanga negra con encaje y moñito rosa, me advirtieron que eso no se podía probar pero sabía que lo llevaría así que, me la probé y no paraba de sonrerír y voltear de un lado a otro disfrutando cómo se me veía. Esa sensación de tener la tanga entre mis nalgas me tenía muy excitada y feliz, niñas en serio inténtelo en un probador!

Posteriormente me coloqué el brasier y me sentía la mujer más feliz del mundo, acomodarme las tetas para ver si era el brasier adecuado, girarme una y otra vez fue maravilloso. Por fin me coloqué el corset y vino a mi mente la imagen de esas actríces porno antes de entrar en acción, quería verme como ellas y me sentía así con ese corset, definitivamente me lo llevé.

Mientras me los probaba aproveché para probarme las zapatillas y me quedaban increíbles,  el corset podría usarse por fuera o por dentro por lo que era buena opción. Con una tristeza enorme tuve que colocarme la ropa de chico otra vez pero estaba feliz de haber vivido esa experiencia, al salir la chica de la tienda me dijo:

  • Cómo te quedó amiguita? -me emociona tanto que se refieran a mí como mujer-
  • Divino! Me llevo todo menos el baby doll y el brasier me lo llevo en 36C. -dije con una mega sonrisa-
  • Te vas a ver bien bonita, vas a ver!

Sonríe y segura de ti misma.

-dijo Liz sonriendo también- * Mil gracias Liz, ya te enseñaré fotos! Por cierto, los zapatos me quedaron increíbles, gracias por traerlos. * Ay Daniela! Por nada, me enseñas tus fotos.

Me acerqué a la caja a pagar toda feliz y me despedí de Liz junto con mi "amiguita" que trabajaba ahí.

Llegó el Sábado y mis padres se habían marchado, había estado como loca buscando un lugar donde pudieran maquillarme y me recomendaron a un maquillista en un lugar que se llama TV Glam. Vi algunos trabajos que habían realizado, me gustaron e hice una cita a las 7 de la tarde. Durante la mañana me dediqué a tomar agua únicamente y comer pepinos para poder entrar en la ropa (obsesión de niñas).

Entrada la tarde comencé mi ritual: me coloqué crema para depilar mis piernas y axilas (recuerden que no tengo mucho vello pero sí sale), comencé a enjabonarme con mi gel de ducha olor a flores silvestres que compré en Women's Secret y al salir coloqué mi toalla en la cabeza como toda mujercita.

Comencé a secarme en la habitación y a colocarme crema en las piernas para humectarlas, que olieran rico, y estuvieran suaves en caso de que tuviera acción siguiendo con el resto del cuerpo hasta terminar.  Quité el precio a mi tanguita nueva negra de encaje con un moño detrás y, como siempre, daba vueltas frente al espejo para disfrutar cómo se me veía. Como era de día no podía salir vestida a la calle, no estaba lista para ello, así que me coloqué un pants, una playera blanca y la ropa de chica la llevaba en una mochila. Siempre que llevaba ropa de chica debajo de la de chico me gustaba que la gente lo supiera, me excitaba y emocionaba la sensación de poder ser descubierta no sé por qué, me saqué la tanga para que al bajar se me viera lo que traía puesto y vi la cara de morbo del taxista que no dijo algo pero se puso nervioso, jajajaja.

Llegué puntual a mi cita ( Hombres: soy super puntual y valoro mucho eso) y lo primero que me hicieron fue el pedicure con el manicure. Chicas si no lo han intentado háganlo que es maravilloso. Confieso que todo el proceso no lo había vivido y me hizo sentir tan femenina que me traía con el corazón palpitando de felicidad. Elegir el color para mis uñas, ver cómo las pintaban me hacía sentir tan mujer, divina, hermosa, y segura de mí misma que quería hacerlo diario.

Al cabo de 1.5h terminaron y comenzaron a maquillarme. Tenía el cabello largo y me sugirieron alaciarlo para peinarlo diferente (era la primera vez) a las fotos que tenía y que habían visto. Me pidieron que me colocara la ropa de chica para poder afinar los detalles del maquillaje ya que querían combinarlo con mis colores de ropa y me sugirieron no usar la blusa negra sino el corsét. Me despojé de mi ropa de chico para colocarme la puti falda negra, el brasiere y el corset junto con mis zapatillas que, aunado al francés que me hicieron en las uñas se veían divinas.

Uso lentes (ya lo saben) y sin ellos no veo absolutamente nada, así que cuando me maquillan no veo nada durante el proceso y realmente para mí es una sorpresa cuando terminan de hacerlo porque al colocarme los lentes y verme transformada es como despertar y ver tu sueño hecho realidad. Me iban diciendo que iba quedando linda y me iban dando tips porque iría a Hysteria (era el único lugar que conocía y ya había estado) hasta que por fin escuché las palabras mágicas:

  • Lista! Ponte los lentes y mírate porque quedaste hermosa.
  • Esa so yo? -dije toda emocionada-
  • Si Dani, te ves divina, vas a conquistar muchos hombres hoy.

Me sentía hermosa, divina, preciosa, y no dejaba de sonreír. Mi cabello alaciado se veía divino, mis labios rosas combinaban perfecto con el smokey eye que me hicieron y las pestañotas que resaltaban mis ojos. El corset hacía que se me vieran unas chichotas que de verdad deseaba tener toda la vida. Al levantarme y verme así sentí esa felicidad que no había experimentado desde la Navidad pasada, me di una vuelta frente al espejo y les dije gracias casi con lágrimas en los ojos.

Me pidieron un taxi de confianza, nos despedimos y al subirme al taxi le pedí que me llevara a un cajero porque necesitaba efectivo por si acaso:

  • Claro que sí señorita! Yo la cuido, usted no se preocupe. Se ve muy linda.
  • Graaaciaaas! -dije con la voz femenina que dicen que tengo y que po cierto quienes la han escuchado dicen que sí es así-

Llegamos al cajero en Avenida Tlalpan, avenida de la Ciudad de México conocida porque hay muchas Transexuales prostituyéndose, y me emocionaba poner un pie en esa avenida montada en mis tacones porque, tontamente, de algún modo me sentía así y tenía la fantasía de hacerlo (años después la cumplí). El chico se estacionó, colocó las intermitentes y bajó a abrirme la puerta:

  • La acompaño, aquí es inseguro y no quiero que nada le pase señorit.
  • Ay qué lindo, gracias! -dije toda emocionada mientras seguía sonriendo por tener mis lindas piernas en la calle-

Recuerdo perfecto que el cajero era Santander, había un chico sacando dinero así que me formé esperando que terminara. Se giró para retirarse y cuando me miró se le salían los ojos, me quería comer viva y eso me exitó demasiado. Cabe mencionar que el corsét + el brasie hacía que se me vieran unas chichotas y con la puti falda pues ya sabrán, estaba toda feliz de que me mirara de esa manera.

Saqué el dinero, el taxista amablemente me abrió la puerta para subirme en la parte de atrás y nos fuimos. Cuando paso por ese cajero aún recuerdo esa noche.

Llegando a Hysteria como las 11 de la noche noté había poca gente y por un momento me sentía desilusionada porque pensé que no la pasaría bien (estaba equivocada). Dejé mi mochila en el guardaropa, saqué una bolsa de mujer que tenía mi hermana y entré directo a la barra por un Gin tónic para entrar en ambiente dirigiéndome posteriormente a la pista a bailar donde conocí a Dana: una chica transexual muy joven (19 años) que se puso a charlar y bailar conmigo muy amablente. En casa me volvía una zorra bailando frente a la cámara con la música que fuera, en la pista estaba un poco tímida, el alcohol aún no hacía efecto y copiaba un poco los pasos de Dana.

Cuando inició el show a la media noche me invitó a la mesa con sus amigas, estuvimos viendo el show, pedí 2 o 3 Gin tónic más y al término de ello ya traía fuego debajo de la puti falda. Necesitaba un hombre! Terminó el show, salimos a bailar pero parecía que la noche y la pista solo la llenaríamos las mujeres, entonces Dana dijo:

  • Venta mana (supongo de hermana)! Vamos a dar la puti-vuelta que con esas piernotas y esas chichotas seguro que agarras algo. -mientras me tomó de la mano-
  • Ay si vamos! -dije mientras me movía puti sexy-

Puti caminamos por la parte de abajo sin mucho éxito. Subimos las escaleras y yo quería que alguien viniera detrás para que me viera la tanga que llevaba debajo pero nada. Llegamos a la parte de arriba y estaba todo oscuro, prácticamente vacío. Dana me dijo que estaba aburrida y mejor se iba en un rato pero que podía quedarme con sus amigas si quería. No había hecho mucha química con ellas por lo que le dije:

  • No te preocupes, ya me cansé de los tacones (lo cual era cierto) así que voy a sentarme un rato y luego me voy. Qué linda por ayudarme!
  • Ay de nada manita, hay que ayudarnos entre nosotras.

Nos dimos un beso en la mejilla y se bajó. Me senté en un sillón que daba hacia la pista, estaba mirando qué pasaba en ella pero no había nada interesante, de pronto un mesero me entrega una cerveza y yo cara de mamona dije:

  • Perdona pero yo no la pedí.
  • No se preocupe señorita, se la envía el chico del fondo. -dijo señalando a una persona sentada que no se veía porque estaba muy oscuro-
  • Mil gracias!

Cogí la cerveza y me levanté hacia donde estaba él para decirle gracias y ver qué tal estaba aunque en mi mente pensaba que sería alguien poco agraciado. Cuando llegué mi sorpresa fue que estaba joven, guapo y se veía chico fresa, usaba lentes y barba, guapo de verdad. Me acerqué y le dije: * Oye muchas gracias por la cerveza pero no me gusta mucho. * Qué te invito? -dijo sin levantarse- * Un Gin tónic please. * Te quieres sentar? Es que no puedo levantarme porque traigo un yeso en el pie y me duele. -dijo muy masculino lo cual me encendió- * Claro! -dije mientras me sentaba y le cruzaba las piernas a modo que se me vieran las piermas un poco más- * Y qué haces aquí si estás lastimado? -dije toda coqueta- * Ah pues mira! Mi amigo -señalando otro chico alto a lo lejos- quería venir y lo acompañé, a mí no me gusta éste lugar ni el ambiente gay pero lo respeto porque a él le gustan las trans. -dijo todo machote- * Ay bueno! Qué lindo amigo eres y qué padre que seas tan abierto. -dije toda coqueta nuevamente-

Estuvimos charlando de cosas triviales que no recuerdo pero noté que no dejaba de mirarme las piernas y las chichis (gracias corsét y brasier de doble push-up) por lo que le dije:

  • A ver! No te gusta el ambiente gay, tampoco el lugar ni las trans, entonces por qué me invitaste un trago y llevamos ya un rato platicando?
  • Porque me pareces muy bonita y porque tienes unas pinches piernotas, además te ves elegante con ese corsét y no te ves vulgar. En verdad pareces mujer y no trans. -dijo mirándome morbosamente y me calentó demasiado esa honestidad-
  • Bueno pues si tanto te gustan mis piernas, por qué no las tocas? -dije mientras me acercaba a él y comenzó a colocar su mano en mis piernas-
  • Estás bien buena Daniela, bien buena! -dijo y me erizó la piel, me excitó-
  • Ah si? -dije acercándome a él y nos comenzamos a besar apasionadamente, él no dejaba de acariciarme las piernas y yo estaba muy excitada tocando su cara como toda mujercita-
  • Uy mamacita, besas bien rico. Qué tal lo mamarás?
  • Quieres saber? -dije tocándole la verga por encima del pantalón y viéndolo fíjamente-
  • Claro que quiero saber pero me da miedo eso de las enfermedades y que nos vean.
  • Tranquilo, soy sana y nadie nos verá.

Me acomodé el cabello detrás de la oreja, mordí mi labio incitándolo a que me besara y comencé a abrir su cierre. Para mi linda y calenturienta sorpresa la tenía de buen tamaño, depilada y bien paradita. Tomó mi cabeza y me acercó a su verga por lo que me la metí en la boca cual niña metiéndose un caramelo, había una mesa que tapaba lo que hacíamos así que me sentía segura.

  • Uy mamacita! Besas bien rico y mamas aún más rico, esa boquita pintada de rosa está deliciosa -decía mientras mi lengua recorría su glande y mis labios apretaban su verga, comencé a sentir las gotitas de semén y me encantaba-
  • No pares, por favor no pares, estás hermosa. -continuaba diciendo mientras me metía mano debajo de la falda hasta llegar a mi tanga-
  • Ay mamacita! Con ganas de quitarte la tanguita y cogerte mi amor. -comencé a chupárselo más rápido porque el sex talking me prende muchísimo-
  • Por qué te detienes Daniela? -dijo todo espantado jajaja-
  • Pues porque dijiste que no te gusta el ambiente gay ni las chicas como yo, aunque tu verga dice todo lo contrario eh! -dije sonriendo un poco sarcástica y pasándome el dedo por los labios limpiándome un poco del semén que ya había salido-
  • Ven para aquí mamacita y tú síguele! -dijo tomándome de la cabeza y acercándome nuevamente a su verga, obvio seguí-

Comencé a hacérselo lentamente, quería disfrutarlo como nunca. Anteriormente eran tantas mis ganas que quería acabármelo rápido para sentir el placer de su semen estallar dentro de mi boca pero ésta vez no sería así, y él lo agradecía porque dijo:

  • Ay mamacita, así me gusta, despacito. Hace rato casi me haces venir de tan rico y rápido que lo mamabas putita.
  • Es que me gusta disfrutar una buena verga de un hombre guapo! -dije mientras le acariciaba los testículos y metía-sacaba su verga de la boca-
  • Espérate, espérate! -dijo todo nervioso y quitándome la cabeza-
  • Ay por qué? No te gusta? -dije toda sensual-
  • Si pero ahí viene mi amigo.

El amigo estaba casi frente a nosotros y oh sorpresa! Era alto (ya lo había dicho) pero estaba más guapo que el primero: piel blanca, barba corta, cabello corto, bien peinado, perfumadito, delgado pero atlético. Yo estaba sentada agarrando mi bebida dándole un trago, con las piernas cruzadas y un poco despeinada, me miró pero no me hizo caso y le dijo a su amigo (con el que yo estaba):

  • Quién es tu amiga cabrón?
  • Se llama Daniela! -dijo todo nervioso y con la verga medio salida porque no se alcanzó a cerrar el cierre-
  • Hola Daniela! -ahora si me habló-
  • Hooolaaa! -dije toda zorra jajaja-
  • Oye pues no que no te gusta el ambiente y la chingada? Ya estás hasta con la verga de fuera cabrón? -comencé a reírme-
  • Hmm eeee pueees -el otro estaba apenadísimo-
  • No te preocupes que todos caen solo que unos lo aceptan y lo dicen más abierto, como yo, que otros. Así que como no te gustan las chicas hermosas como Daniela yo me la voy a llevar a bailar, vienes princesa?
  • Ay claro, vamos que muero por bailar! -dije mientras abría las piernas para levantarme y pararme pero en eso el primer chico siento cuando me toma del brazo para no dejarme ir-
  • No me puedes dejar así mamacita, todo caliente e irte con éste cabrón. -dijo nervioso pero indignado-
  • Ay bueno pues tu amigo tiene razón eh! A él sí le gustan las chicas como yo y podría terminar mejor la noche, no crees? -dije coquetamente-

En eso el amigo que estaba parado me toma de la cintura, me arrima su verga y me dice:

  • O podría terminar bien para los 3 mi amor? -acercando su cara a la mía-
  • Ah si? -dije mientras ya lo estaba besando colocando mi mano derecha sobre su rostro porque su amigo y su amigo no me soltaba la otra mano-
  • Claro que si mi amor, cómo tú quieras! -ya la mano pasó de mi cintura a mis nalgas pero no sólo la de él sino también la del otro. Ya tenía las manos de ambos en mis nalgas por debajo de la puti falda mientras uno me estaba besando-
  • Bueno chicos y a qué hotel iremos? O a su casa? O cómo hacemos? -dije ya toda valiente-
  • No mi amor, ya aquí porque se nos va a bajar la calentura y capaz que te arrepientes. -dijo el que estaba parado-
  • Hmm bueno pero y qué proponen? -mientras lo seguía besando porque besaba mucho más rico que el otro-
  • Tú dinos mi amor!

Por instinto y/o calentura comencé a masajearle la verga por encima del pantalón, quería saber quién la tenía más grande y cuál me iba a doler menos pero cuando se la saqué ésta la tenía más cabezona y ancha por lo que dije:

  • Bueno pues a tu amigo, que no se puede parar, ya lo consentí un buen rato por lo que lo justo sería que te consienta a ti no crees? -él que estaba parado peló lo ojos-
  • Mi verga es tuya Danielita! -dijo mientras sacaba un condón y su amigo sentado no dejaba de acariciarme las nalgas-

Le quité la mano al que estaba sentado, tomé el condón del chico que estaba parado, abrí el empaque y al sacar el condón sin quitarle la mirada al chico que estaba parado y sin dejarle de acariciar la verga, me volteo con su amigo que estaba sentado y le puse el condón. Al voltearme obviamente me agaché un poco de más para sentir la verga del amigo que estaba parado y él otro entendió porque me puso ambas manos en la cintura y me arrimó la verga aunque me dijo:

  • Oye, el condón era para mí! Tú dijiste que tocaba que me consintieras.
  • Si! -dije mientras le acariciaba la verga al otro- Pero tu amigo no se puede levantar y es justo que le enseñe lo buenas que somos las chicas travestis, no crees?

Y, colocándome un poco de lubricante entre las nalgas y en la verga del amigo con condón, tomé su verga y comencé a ponérmela entre las nalgas bailando al ritmo de la música mientras él comenzó a bajarme la tanga dejándola a la altura de las rodillas. Sin pensarlo comencé a meterme su verga poco a poco (si lo hacen de un solo golpe duele mucho chicas) hasta que por fin la tenía toda adentro. Agarré al amigo que estaba de pie de la verga y lo acerqué a mi, tenía una verga dentro de mis nalgas y otra dentro de mi boca, por fin estaba cumpliendo esa fantasía de las películas porno donde yo era la protagonista.

El amigo que estaba sentado con ambas manos cogió mi cintura y yo me movía lentamente de manera circular, luego de adelante hacia atrás combinando movimientos:

  • Uff! Te mueves bien rico, más rico que mi novia . y aprietas delicioso Daniela-dijo acercándose a mi oído-

Yo no podía hablar mucho porque ya mis labios estaban ocupados, tenía la verga de su amigo frente a mí dándole besitos a la cabeza del glande y metiéndomelo una y otra vez alternándolo con pequeños golpes de su verga en mi cara como en las películas porno. Al fondo la música que sonaba era electrónica y eso hacía que me moviera más y más tanto de atrás como por delante. Me sentía tan deseada, tan mujer, tan excitada, tan feliz que al escribir esto y recordarlo me excito de nuevo.

  • Ay Daniela! Qué rico lo mamas princesa, en verdad qué rico lo mamas!
  • Uff! Y si supieras lo rico que aprieta te la querrías coger también cabrón. Tú no te detengas Daniela, sigue, sigue. -decía el que estaba sentado-
  • Déjame cogérmela, quiero metérsela!
  • No, ésta putita es mía, sólo mía, yo la traje a la mesa. Verdad mamita? verdad que si? -moví la cadera más rápido porque me excitó y, como no podía hablar, era una forma de darle la razón-
  • No puede hablar porque se está comiendo mi verga y no se la voy a sacar para que te responda. -dijo su amigo mientras me tomaba de las orejas-
  • Ay Daniela, tienes unas piernotas mamacita y aprietas riquísimo. Me voy a venir, me voy a venir! -comencé a moverme más rápido porque una siente cuando eso va a suceder y nada me gusta más que complacer a quien me trata bien-

Comencé a masturbar y apretar más fuerte con mis labios la verga de su amigo para que ambos pudieran venirse al mismo tiempo pero no lo logré.

  • Aggr Daniela! Qué rico coges mi amor, en verdad coges bien rico y hueles bien rico princesa. -decía mientras me besaba el cuello-

Sentada aún con la verga adentro sentí como la firmeza comenzaba a desaparecer por lo que me levanté y, sin sacarme la verga de la boca, me senté nuevamente en el sillón. El amigo sentado no dejaba de agradecerme y decirme que estaba bien buena y al cabo de unos 5 minutos de seguir logré que el otro se viniera en mi boca. Sentir el semen en mi boca y que escurra por mis labios me gusta mucho, me excitaba la idea de haber sido un juguete sexual de un chico "hetero" y de otro que estaba seguro de lo que le gustaba. Como siempre  hacía les pedí que me tomaran una fotografía para guardarla como evidencia de mis aventuras, hasta la fecha conservo esa foto donde sale uno de los chicos y yo con el semen de su amigo.

Me comí lo que no se salió, me limpié los labios, me despedí de beso en la boca de ambos y me dieron su teléfono pero nunca les llamé. Me subí la tanga y bajé al baño a retocarme los labios que ese "lipstick" blanco y salado no combinaba con mi maquillaje, tenía que colocarme el lipstick rosa que me hacía lucir linda.

Me sentía feliz y realizada, salí del baño y un chico me invitaba un trago pero ya estaba contenta y podía irme a casa. Cogí mi maleta del guardaropa, salí del lugar feliz de vivir esa experiencia y me subí a un taxi para dirigirme a casa. La plática con el taxista fue amena, no sexosa, sí me djio un par de veces que me veía bonita y que mis piernas estaban lindas pero no pasó más. Llegué a casa nerviosa (como siempre) por si algún vecino estaba en la cale y lograba reconocerme pero me valía, me veía hermosa y si me reconocían podría darles un autógrafo jajajajaja.

Tuve suerte porque no había gente en la calle. El chico bajó a abrirme la puerta del coche, le pagué y caminé a casa para abrir la puerta y al entrar pensé: "esto no puede acabar aquí" por lo que tiré la maleta al piso, cerré la puerta y le dije:

  • Oye! Espera. -el taxista estaba por irse-
  • Dígame señorita! -me dijo sin bajarse del coche-

Comencé a caminar de la puerta de casa hacia la puerta del piloto y, parada con las nalgas levantadas me agaché y le dije:

  • Gracias por traerme y decir que mis piernas son lindas. -sonreí mientras tomé su mano y la puse en mis piernas-
  • Están muy suavecitas señorita, es usted muy bonita. -dijo todo nervioso-
  • Me gustaría quedarme pero ya tengo un pasaje, déjeme su teléfono y yo regreso. -dijo emocionado-
  • Claro que si! -dije dándole un numero falso porque era ahora o nunca-
  • Muchas gracias hermosa, le llamo! -dijo y se fue-

Ya estaba afuera, no había vecinos, me sentía mujer y empoderada por lo que la calentura me hizo ponerme a caminar hacia el hotel que estaba en la esquina de casa de mis padres. Sólo quería caminar por la calle donde vivo libremente, ser esa mujercita que soy, sentir el aire de verano entre mis piernas, ser pillada por un vecino para que vieran la puti chica que soy, cansarme de los tacones hasta que me sangraran los pies y sonreír. Regresé a casa con el corazón palpitando de nervio y alegría y al entrar no quería que esto terminara pero ya estaba muy excitada.

Abrí mi computadora y estaba dispuesta a masturbarme viendo a Ricky Martin (que me

OMG

cómo me gustaba) pero abrí primero mi mail, ahí había un mail de aquel chico que les conté me había contactado por mi canal de YouTube y, a pesar de que no decía nada sexual, terminé corriéndome de lo excitada que estaba por lo que me hizo sentir con todo lo que me escribió.

Al volver con Raquel (Psicóloga + Nutriocionista) le conté todo lo que hice cambiando un poco la historia con los dos chicos diciéndole:

  • Ay Raquel! Y en el antro me besé con dos chicos y me gustó mucho, me hizo sentir deseada, femenina, emocionada, feliiiz.
  • Así nos sentimos las mujeres cuando alguien o algo nos gusta. Por todo lo que me cuentas Daniela tú quieres ser mujer, te gustan los hombres y disfrutas mucho de ellos cuando estás de chica. Además te ves muy guapa, luego me tienes que dar unos tips de cómo se te ven los senos tan grandes que a mí no se me ven así y eso que tengo. -dijo muy cálidamente-
  • Si Raquel! Me sentí suelta, feliz, feliz, feliz. No pienso en hombres si no estoy vestida de mujer pero qué crees? Todo el tiempo quiero estar vestida de mujer.
  • Disfrútalo y conmigo tienes una cómplice más, cuando estés lista yo te apoyo.

Perdí contacto con ella, no fui con la sexóloga pero aprendí a disfrutar mis salidas y las aventuras que hacía a pesar de estar en el clóset. Con el tiempo me fui aventando y animando a más cosas, lo pueden ver en mis relatos, y fui teniendo más cómplices en cuanto mi sexualidad (gente cercana a mí) y conociendo más hombres de los cuáles ya les platicaré después.

Mil besos a todos!