Sexo en la agencia de seguros (ll)

La agente de seguros quiere mucho mas...

PAPELES DEL SEGURO (II)

Ya ha pasado una semana, y hoy sábado voy a ver si ya el papeleo del seguro está resuelto, y de paso voy a visitar a mi amiga administrativa que tan buen rato me hizo pasar la semana pasada.

Las luces de la oficina están casi apagadas. Toco el timbre y espero que ella me abra.

Una mujer de mediana edad abre la puerta y pregunta que deseo. Mientras que le explico que vengo a recoger unos papeles que faltaban, una voz desde dentro le dice que me deje pasar que ella me atenderá.

Intercambiamos una sonrisa de complicidad y me hace sentar mientras guarda unos papeles.

Mientras tanto, la señora que me abrió la puerta y otro señor de más edad, preguntan a "mi chica", si les acompaña al bar a desayunar. Ella responde que no y finalmente nos quedamos solos. Cierra la puerta con el pestillo y se acerca a mí.

-       "Esta noche apenas he dormido pensando que ibas a venir", me comenta, y continua diciendo: "Sabes… nunca me lo habían comido como tú lo hiciste… vaya corrida mas sensacional". "Durante estos días, cada vez que me sentaba en la mesa, deseaba que tú estuvieses aquí debajo para comérmelo otra vez…cuando lo pensaba sentía como se me humedecían las bragas… es… es tremendo".

-       "Y ahora, estas aquí…mira lo que te tengo guardado", al tiempo se coge la falda con las dos manos y la va levantando como el telón de un teatro.

Sus piernas delgadas van apareciendo poco a poco, sus muslos y por fin una buena mata de pelo negro y rizado que cubre su sexo, ya que no lleva bragas.

-       "Aquí lo tienes…cómemelo otra vez", dice con voz suplicante.

Me acerco, extiendo la mano y complacido acaricio su muslo y dejo que mis dedos se pierdan entre sus pelos. Ella jadea un poco, apoya su cabeza sobre mi pecho y separa ligeramente las piernas. Aprovecho para introducir mis dedos entre sus piernas y empiezo a acariciar los labios de su chocho que esta caliente y un ligeramente húmedo. Le gusta que juguetee y mientras la acaricio, va diciendo: "así…así… amor…sigue…mas…mas… no pares ahora…cómetelo".

-       "Lo siento…pero hoy… toca otra cosa", le digo suavemente a la oreja. La cojo por la cintura y la hago poner de espaldas a mi ,frente a su mesa y mirando al ventanal que da a la calle.

La empujo ligeramente en la espalda, para que se incline sobre la mesa al tiempo que le levanto la falda dejando al descubierto su culito.

-       "Que vas a hacer!…por detrás no!", dice preocupada.

-       "No te preocupes… déjame hacer a mi", la tranquilizo.

Con ambas manos le sobo el culo y las piernas, hasta que una se dirige siguiendo la raja del culo, hasta encontrar los labios calientes de su chocho. La otra mano la utilizo para desabrochar el cinturón y bajarme los pantalones.

Coloco mi polla entre sus piernas y froto con el capullo en su entrepierna y el chocho.

-       "Me gusta…sigue…métemela", dice ella con voz entrecortada.

Me la cojo, apunto con el capullo y aprieto ligeramente. Un pequeño grito sale de su boca, pues le debo haber hecho daño.

Me retiro un poco y la vuelvo a acariciar con mis dedos, hasta que noto que se humedece un poco más y le meto un poco el dedo.

Flexiono un poco las piernas y sujeto la polla hacia arriba, la encaro de nuevo y aprieto un poco. Ella parece levantarse a medida que yo subo y mi polla no entra.

Un ligero temblor le recorre las piernas y veo que está de puntillas. Supongo que tiene algo de temor a la postura.

Doblo de nuevo las piernas, de manera que mi polla no está en contacto con su sexo y apoyo una mano sobre el final de su espalda obligándola a bajar.

Le acaricio nuevamente las nalgas y le doy un pequeño respiro.

Repito la operación anterior, pero esta vez sujetándola para que no se mueva.

La punta de mi polla se abre camino entre los labios de su chocho y le meto todo el capullo. Noto como si un anillo estuviese apretando alrededor de mi polla.

Una pequeña pausa, y empujo suavemente. Mi polla avanza un dedo y paro.

Retrocedo un poco u vuelvo a empujar. Otro poquito más dentro. Así, con esta maniobra poco a poco, muy despacio y con mucho cuidado, se la voy metiendo.

Cuando ya la nota muy dentro, se deja caer sobre la mesa apoyándose sobre los antebrazos, mientras continúa gimiendo y diciendo palabras que no logro entender.

Ya la tiene toda dentro y mis huevos se aplastan contra sus piernas.

La saco, dejando solo el capullo dentro y la vuelvo a meter lentamente toda.

Cuando llego al fondo, paro de nuevo durante unos instantes y repito la operación varias veces.

Noto como mi polla se desliza con suavidad pero sintiendo la gran opresión de su chocho lo que estimula todos los puntos de mi polla.

Poco a poco la presión se va reduciendo y la velocidad con que la meto y la saco se va incrementado.

Cuando la meto, le separo los cachetes del culo para que entre mejor, y la sacarla los aprieto contra mi polla para que los dos notemos el máximo roce.

Por los continuos gemidos de ella, sé que lo está pasando en grande y que pronto se correrá.

Con mi mano le acaricio también los muslos y noto como mis dedos se untan del jugo de su chocho que se desliza por su pierna.

Lo aprovecho para untar el agujero del culo. Cuando noto que sus gemidos se confunden con pequeños gritos de placer, se la meto y saco varias veces seguidas muy deprisa, me separo un poco y sin sacar la polla, le meto el dedo pequeño en el culo.

Ahora, sí que grita con ganas y se agita sobre su mesa. Le saco el dedo rápidamente y la polla muy despacito. Cuando está a punto de salir, la vuelvo a meter hasta el fondo.

Ahora me corro yo y me dejo caer sobre su espalda.

Permanecemos así durante unos instantes maravillosos.

Poco a poco, mi polla se va encogiendo y retirándose. Antes de que se salga, la saco con cuidado y me subo los pantalones.

Mientras tanto ella ha ido recobrando el ritmo de respiración normal y me mira entre sorprendida y complacida.

-       "Eres un tío cojonudo", articula a decir, "de esto me acordare cada vez que me ponga delante de la mesa".

Suena el timbre, apresuradamente me da los papeles que había venido a buscar y sale disparada a abrir la puerta a sus compañeros de trabajo.

Nos despedimos con un apretón de manos y un guiño de complicidad.

DEVERANO.