Sexo en el tren

Un tipo casado y muy sensual, pasa la noche mas caliente de su vida, en un tren, con su compañero ocasional de camarote.

Sexo en el tren

Esto me pasó cuando yo era flaco, elegante, joven, muy sexy, tenía unos 28 años y hacia poco me había casado con la bruja de mi ex mujer. Si digo bruja, es porque es mala, mala, malvada y sólo le falta la escoba para volar.

En aquel entonces, hace unos treinta y cinco años, yo era el Licenciado en Aves de Corral, Alberto Domingo Peralta, auditor del Ministerio de………, y vivía mas tapado que ancianita friolenta. Pero ya me gustaban los hombres, ya llevaba una doble vida, de casado y de gay, ya chupaba pijas y otras cosas. No, todavia no me llamaban la Maria Isabel.

Dejame que te cuente, Pocha, que vos tampoco fuiste una santa en tu etapa de "heterosexual", que te bajabas a cuanto jubilado encontrabas en la fila del banco.

Bueno te sigo contando, Pocha, : yo era casado, joven, buen mozo y me peinaba con aquel fijador Lord Chesteline que me dejaba el pelo tirante y lacio como a mi me gustaba. Parecía un cantor de tangos, moreno, bien peinado, misterioso, varonil…. Si, parecía masculino Pocha, y no te rías que te araño esas mejillas eslavas que tenés

En esa época yo no tenía barriga Pocha, y encima mi culo era una pinturita, redondo carnoso y saliente. Yo tenía un culo divino. Eso me decian los tipos y a mi me gustaba que me alabaran. Vivia en la ciudad de Córdoba por mi trabajo, en un departamento tan chico que a la bruja me la chocaba permanentemente, imaginate. Ella me perseguía a sol y a sombra, pues sospechaba que la engañaba. Claro solo cogíamos una vez al mes y siempre que no lloviera. Y la bruja era calentona y me pedía más y yo le decía tantas mentiras: que los nervios, que las presiones, que el varicocele, que el dolor de riñones, la lumbalgia. Ella pobre, se cansaba y me gritaba desde su perspectiva de mujer "necesitada "o mejor "mal cogida" "ma que riñones Peralta, vos sos frígido". Cuando hacíamos las paces, yo trataba de complacerla y para que se me parara pensaba en la pija del camionero de la otra cuadra, la del hijo del médico de la vuelta, algun jugador de fútbol de piernas suculentas y bulto evidente, y hasta en un podólogo de blanco uniforme , manos de oro y culo para inaugurar inodoros, imaginate Pocha...

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Pero tarde o temprano ese casamiento se iba a ir al demonio. Me gustaban demasiado los machos, los hombres de todo tipo y color, y en mis parrandas nocturnas que tanto la enojaban a la bruja, solìa levantarme casados, solteros viudos divorciados, lo que pudiera Misterios de mi gloriosa juventud y afamada belleza, no te rias Pocha, que vos no sabes lo que es ser hermoso y deseado con esa cara que tenés de Juan Gabriel aplastado por un camión de dos pisos.

Yo vivìa obsesionado por el sexo, me vestìa sin ropa interior, movìa el culo de aquí para allá, era un escándalo. Y lo peor es que muchos de esos tipos que yo me levantaba, hombres, bien machos, se enamoraban de mi , perdían la cabeza por mi seducción y mis encantos. Si seguís riéndote Pocha, te escupo el café con leche.

El único hombre que no me apreciaba era mi supervisor en la Capital, Anibal Ruperto Pirovano, una loca mala a la que yo apodaba doña Rosa, porque parecía una vecina de barrio chismosa ridícula y entrometida y como yo no había accedido a sus proposiciones sexuales, me tenía de punto. Doña Rosa era un sesentón en mal estado, de mala entraña, mentiroso y canalla, medio jorobado en sus espaldas y con graves problemas de gases o sea que se tiraba pedos todo el dia. En otras palabras era un viejo cretino y asqueroso.

Ignorando que mi matrimonio estaba en la ruina pero recordando la fecha de mi aniversario y con el solo objeto de hacerme sentir mal me mandó un telegrama urgiéndome a presentarme al dia siguiente en Buenos Aires, "por razones de servicio".

Con el telegrama en la mano fui a ver a mi mujer, la bruja, quien puso el grito en el cielo y me acusó de boicotear nuestro matrimonio organizándome un viaje a Buenos Aires el dia de nuestro aniversario de bodas

La oportunidad del viaje me puso contento, y especialmente la posibilidad de ver a un amante que tenía en ese entonces, un sargento de policía que me volvía loco en la cama. Yo lo llamaba Juan Tres Piernas, porque lo que tenia entre las dos era casi otra pierna. Madre mía Pocha, que bien dotado estaba ese vigilante. Y cómo la usaba nena, cómo

Fue que me preparé el bolso y me dirigí a la estación para sacar boleto de tren con camarote con destino a Buenos Aires. Me atendió uno de los gemelos Ali, antiguos boleteros de la estación y tan parecidos que nadie los reconocía. A uno de ellos en una tarde fria y gris , lo había encontrado en el baño de la estación y le habia chupado la garcha con deleite. Nunca supe si fue a Pato Ali o a Paco Alí. Pero nunca olvidaré aquella pija majestuosa, soberbia, maravillosa, cabezona y esponjosa, aquellos huevos grandes y el cantar de los grillos y los sapos y aquel olor a mierda del baño tan repugnante y tan seductor a la vez. Pocha no te rias nena, que cada uno recuerda lo que mas le gusta…y vos has sido la reina de las teteras.

Le pedí al boletero, un pasaje ida y vuelta con camarote para el tren de las 20,04 horas. Alguna ubicación en especial, me dijo el Pato Ali o el Paco Ali, y yo le dije mire lo único que le pido es que no me ponga a un viejo por compañero de camarote. Me pasó la vez anterior y no pude dormir.

A la hora indicada llegó el tren, y me dirigí con mi equipaje hacia los vagones con camarote e ingresé al que me habían señalado. Acomodé mis cosas, esperando con interés que llegara mi compañero de camarote. Quería saber si el gemelo Ali me había complacido o no, en la cuestión de no tener que compartir el camarote con un viejo. Yo era malo en aquel entonces, me sentía joven y no pensaba que alguna vez llegaría a viejo….

Tras un rato de tensa espera , se apareció un señor alto, muy alto, de mediana edad, morenazo y de bellos rasgos armoniosos, en suma mi compañero de camarote era un macho de aquellos que tienen para darte y mandarte guardar. Era una pinturita. Esbelto, elegante, vestido con un traje gris y corbata al tono. Piernas bien formadas. Manos grandes con dedos bien largos, lo que hacia presumir una pija grande y larga.

Me dijo buenas noches con una voz bien varonil y fuerte, voz de barítono cachondo y yo apenas si le contesté de la emoción. El tipo cerró la puerta y se acomodó en el camarote de abajo que yo le ofrecí. Yo dormiría en la cama de arriba, subiendo la escalerita que colgaba del techo y que iba adosada a las camas.

Me miró muy fijamente y me dijo, "sabe señor, me gustaría poner la escalera contra la puerta, para evitar que entren ladrones, porque en algunas estaciones intermedias suelen subir malvivientes y no quiero que tengamos ninguna sorpresa desagradable que lamentar."

Me pareció muy razonable: con la escalera contra la puerta, nadie podria entrar al camarote….

El tipo levantó la escalera y la apoyó fuertemente contra la puerta dejándola sostenida no se como para que no se cayera con el movimiento del tren.

Cuando volvió hacia la cama me sonrió, y luego me dijo algo que me inquietó muchísimo: "otra cosa señor…..,yo suelo dormir desnudo, espero que no le moleste…….

Yo dije que no me molestaba y pude ver con deleite como se sacaba el ambo, la camisa, la camiseta, los zapatos y las medias y luego aquel slip gris tan apretado a su pija que parecía una segunda piel, y recién entonces pude advertir la belleza de estatuade mi compañero de camarote. Y especialmente el tamaño enorme de su garcha argentina. Era una pija grande y gorda, de esas que dan miedo, que son como un arma de fuego, pija para antologías y suspiros, pija para cantar el himno, pija para rezar muchos padre nuestros , pija para llorar o para reir…., pija para temblar, verga monumental para poner contento al pueblo gay.

Que ganas tuve entonces de chuparme aquella golosina de carne de tamaño exagerado que decoraba la entrepierna de mi compañero de camarote. Que deseos de recorrer con mi lengua aquel cilindro grueso y duro, aquellos huevos que se adivinaban tras los vellos negros, aquel culo parado

No me podía dormir y entonces recordé que no había masticado la pastilla para el dolor de garganta y traté de incorporarme y claro no estaba la escalera y el tipo se despertó y una vez enterado de mi necesidad , se incoporó fue hasta mi abrigo colgado en el percherito del fondo y tomo el frasquito con las pastillas masticables. Sacó la escalera de la posición en que estaba y comenzó a subir hasta mi cama y yo veía el cilindro de su bella pija y sus huevos su piel velluda e irresistible y mi corazón palpitaba a 200 km por hora y fue entonces que me preguntó , mostrando el frasquito al lado de su pija erecta , era esto lo que buscabas? y yo con un hilo de vos le dije, que si , ambas cosas………..

El tipo me levantó en sus brazos y me bajó hasta su cama no sin antes sacarme el calzón.. Nos tiramos los dos en su cama y ahí me abrazó y me besó con su boca bien carnosa y su lengua gorda y húmeda. Me calentaba con sus insultos soeces, con palabras que me descalificaban pero que en el fondo buscaban atraerme a el, puto., comilón , manfloro, marica, maricón, degenerado, chupa pijas, y otras cosas por el estilo, y al mismo tiempo me calentaba con su mano recorriendo mi cuerpo especialmente mi culo mal atendido.

Cuando me tragué su pija no la quise soltar, que manera de mamarlo, el gritaba de pasión y yo tenía la boca demasiado llena para decir algo.

El rodeó mi cabeza con sus larguísimas piernas, y hasta hizo un nudo con sus enormes pies en mi nuca para forzarme aún mas a tragarme hasta el fondo aquella garcha monumental: tragátela toda comilón me decía, y yo seguía mamando con temor a morir asfixiado. Chupala puto, me decía , sacame esta lechita cordobesa, que quiere entrar en tu garganta trola…..

Me acabó en la cara , en el cuello , en las orejas y el pelo y no me limpié. Quería sentir ese calor húmedo y vizcoso que entibiaba mi cara fría y luego, un rato despues, se puso en cuatro y me lo pude coger. Qué culo tenía el tipo Pocha…….. Peludo masculino y fuerte pero suave a la vez, disponible , confiado……Cuando por fin con ayuda de una crema pude penetrarlo, comencé a bombear con locura , a perforar su resistencia , y terminé acabándo afuera como se debe. Ahh Ahhh decía el tipo….. Como le gustaba …..

Nos abrazamos y al rato el me buscó , y estaba de nuevo al palo, erecto, duro y poniéndose a mi costado, me penetró profundamente, y me cabalgó por horas , bombeando, penetrándome , abriendo caminos y yo gritaba, gritaba para que por fin me cogiera con toda su fuerza. Y me garchó todo el camino a Buenos Aires, dejándome el culo dolorido por varios días.

Me quedé dormido en el costado de mi cama, y media hora despues, el me penetró con fuerza otra vez.. Como si quisiera perforar un tunel , a abrir una zanja , a explorar petróleo. Cogía con esa garcha hermosa y con los huevos pero mas con su pelvis y su culo, era un artista del sexo anal. Y yo solo me permiía arder, gemir y pedir mas , mas, mas , mucho mas……..

A la mañana se levantó, se vistió, se peinó y se puso los anteojos. Fue entonces que me dijo que era Inspector de Ferrocrriles y que cada vez que viajaba a Buenos Aires, le pedía al boletero que lo ubicara en un camarote con un hombre joven y atractivo.

Feliz coincidencia, sexo del mejor, y un recuerdo que conservaría por mucho tiempo. Me dio un beso en la boca y salió. Habíamos llegado a Buenos Aires…….

Me incorporé y sentí un gran vacío. No te rias Pocha. Tenía un gran vacío en el culo que ya solucionaría. Tres piernas me estaba esperando.

Al Inspector nunca más lo vi. Creo que lo echaron con la privatización de los ferrocariles.

Pocha si te seguís riendo te despeino esa peluca ordinaria que llevas puesta…………..

galansoy

Muchas gracias como siempre y un abrazo a todos mis lectores.

g.