Sexo en el retrete
Cómo una clase de mates en la biblioteca se convirtió en una fantasía hecha realidad.
Estábamos él y yo, en la biblioteca de su facultad. Habíamos quedado para que me ayudara con unos problemas de matemáticas (en lo cual es un coquito), y en plena época de exámenes, lo que significaba que no habíamos tenido muchas ocasiones de vernos, y mi cuerpo lo había echado muuuucho de menos...
Él me explicaba las cosas, nos habíamos sentado en una sala de lectura, él a mi derecha. Nos mirábamos, y yo entendía que él estaba concentrado en la explicación, pero mi imaginación y mis pensamientos iban por libre, mirándolo insinuante, deseosa de que mostrara algún síntoma de interés sexual. Ojalá hubiera notado lo guapa que me había puesto para la ocasión (mucho más coqueta que lo usual para ir a una facultad), con una camiseta blanca de verano atada al cuello y escote en pico dejando media espalda al aire, y unos vaqueros oscuros ceñidos que dejaban notarse la línea de las bragas de debajo... mi pelo rizado, rebelde recogido en una pinza azul.
Yo no dejaba de pasear mis ojos castaños buscando los suyos verdes que lo hacían tan guapo, con esa sonrisa perfecta, que me invitaba a comerle la boca apasionadamente aún a vista de todo el mundo.
Inconscientemente estaba separando los muslos, como si mi entrepierna lo llamara a voces, deseosa de una caricia aunque fuera... o de mucho más.
Al rato, decidí hacerle saber a mi novio mis intenciones más perversas, y me acerqué con la excusa de mirar un problema, para en realidad comenzar a lamerle la oreja izquierda, como a él tanto le gustaba, mientras mi mano se paseaba por su pecho varonil, intentando sacarle la camiseta del pantalón . él sonríe, y cala mis intenciones, y con voz picarona dice, "bueno, alumna, creo que no nos vendría mal un descanso regulado de la clase de mates, para airearnos un poco, no?" yo sonrío triunfante, y me levanto deprisa del asiento para invitarlo a salir conmigo fuera. Por los pasillos de la facultad, con la excusa de enseñarme un tablón de anuncios, nos cogemos apasionados besándonos, cuando notamos que no viene nadie por los extremos... yo enseguida noto contra mi sexo cómo su miembro está deseoso de salir, mientras consigo notar su roce gracias a que le cojo el culo y aprieto su ingle contra mí, en un delicioso vaivén, que se ve interrumpido por las limpiadoras que pasan... yo ya estoy muy excitada, impaciente por que sus manos masajeen mis pechos erectos y mi clítoris (seguramente) todo empapado.
En uno de esos descuidos, (claro que la facultad estaba ya medio desierta), apoyo mis manos en su pecho y lo empujo hacia atrás, por una puerta abierta de par en par: dentro del baño de señoras, donde no nos molestamos en cerrar la puerta, y él decidido se introduce en uno de los váteres.
Allí, parece que él se libra de toda timidez y prudencia que antes tanto lo agobiaban. Comenzamos a tocarnos por todas partes, yo deseosa de que me masturbara y de que él me dejara hacer lo mismo, pero no quedaría ahí la cosa. Noté como él sin dudarlo, mientras me comía el cuello, y amasaba un seno mío con su diestra, con la otra mano me empezaba a desabrochar el pantalón, y el sujetador, quitándome también la camiseta... todo acompañado de ese vaivén al ritmo de la música que sólo nosotros oímos, y mis suaves gemidos, que trato de contener mordiéndome los labios cuando él comienza a lamerme frenéticamente los pezones que tanto lo han echando de menos, mientras una mano lucha por explorar bajo mis bragas hacia mi entrepierna ya dilatada y expectante, para comenzar a introducirme el dedo corazón, una y otra vez, yo acompañándole con el movimiento de mi cadera, y apretando su cabeza contra mis tetas, a punto ya de correrme:
- ahhhhhhh , dios dios.... sigue!! Sigue!!!!!!!!!!!!!! Sigueeeee, ah , ah! Ah!!- cada gemido iba acompañando a una penetración con su dedo, mientras me daba cuenta de que él había dejado de chuparme los pezones para mirarme la cara contorsionada de placer, lo cual también le excitaba muchísimo... entonces, me llevó un dedo a la boca, diciendo en un susurro " nos van a oír", y acto seguido aminoré la marcha de mi compás con su dedo maravilloso, y le chupé el dedo que me había acercado como si de su pene se tratara... ya me venían nuevas ideas a la cabeza: " déjame comértelo entero, ahora, quiero que tú también te corras, y nos corramos juntos mi amor..." le decía exhausta, sin querer llegar todavía al orgasmo para poder compartirlo, y mientras le pasaba la mano por encima de su gran bulto en el pantalón vaquero, comenzando con los quehaceres propios de una masturbación pero con el dichoso pantalón de por medio. "no sé si aguantará mucho más, lo tienes muy excitado". Yo con una sonrisa traviesa lo senté en el retrete, y me puse la cabeza entre sus piernas desabrochándole rápido el cinturón y bajándole la cremallera, para liberar por fin a mi fiel aliado... la tenía gordísima, hambrienta por tanto calentamiento.
La empecé a masturbar, y mis ganas de cabalgarle encima se hacían cada vez más grandes, pero antes quería hacerlo gozar, así que, según le lamía el glande durísimo, veía como él cerraba los ojos por el placer, y me cogía de la cabeza para marcar el ritmo, entraba y salía, mis labios duros, cada vez más rápido, como si me follara por la boca..."ohhhhhhhhhh, mi niña!!! Que gusto ummmmmm!!" pero mi coño estaba teniendo envidia de la escena, así que me incorporé antes de que él llegara al éxtasis.
Todo su pene erecto, muy lubricado, si haberse quitado los pantalones siquiera (de hecho, seguía totalmente vestido) era una imagen super erótica. Decidí desnudarme entera, aun a riesgo de que nos encontraran, y me quité las zapatillas, y los vaqueros, y me quedé con las bragas totalmente mojadas, delante de él, que me miraba con esos ojos entrecerrados totalmente cachondo, y le dije, " note muevas, te voy a follar " y él respondió "ni hablar" y antes de que yo reaccionara añadió "te voy a follar yo a ti !!!!!" y en un arrebato me coje de la cintura, y me estampa contra la pared, de modo que dejo un pie sobre la taza, y otro sobre el pomo de la puerta, quedando justo su pene debajo de mi vagina, dilatada al máximo, y comienza a metérmela hasta el fondo, una y otra vez, penetrándome con todas sus ganas como un animal, y yo mordiéndome los labios para no gemir con todas mis ganas, porque estábamos en un sitio público, me daba pudor, pero por otro lado daba un morbo increíble, solo de pensar que cualquiera podría entrar en los baños en ese momento y oírnos gemir y restregar nuestros cuerpos sudorosos... mientras me la insertaba cada vez a un ritmo más rápido, me succionó con la boca mi teta derecha, y empezó a morder, mientras con la mano que no me sujetaba en el aire siguió masajeándome el clítoris, entonces me olvidé de todo pudor, y me entregué a la locura desenfrenada del sexo sin control "AAAAAAHHHHHH, JODERRRRRRRRR, QUE BIEN LO HACES AAAAAHHHHHHHHHHHHH, SIGUE POR DIOSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, AH!!! AH!!! ¡!!, OTRA...!!! VEZ...!!!AH...!! SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII MI AMORRRRRR!!!!! Los gritos debieron oírse en toda la facultad, pero ya nos daba igual, estábamos llegando al orgasmo más morboso e improvisado de nuestra historia " que me corro niña!!!!!!!!!" " yooooooooo!! Yo tambieeeeeeeeen ah ah aaaahhhhhhh!!!" y mientras ponía en tensión todos los músculos de mi cuerpo y mi vagina en el orgasmo más excitante de mi vida, notaba como él también soltaba toda su descarga en mi interior, quedando los dos rendidos , y tendidos en el suelo. Él totalmente vestido, y yo totalmente desnuda... ¿con qué cara saldríamos de los servicios de señoras?