Sexo en el restaurant

Un sueño que quiesiera se haga realidad, pues seria lo mas exitante.

SEXO EN EL RESTAURANT

Esta es la historia de un sueño que quisiera se volviera realidad.

Era uno de esos días en los cuales estas muy bien de animo y decides darte un gusto. Bueno yo solo quería ir a un restaurante fino que me habían recomendado mis amigos, así que me vestí lo mejor que puede pero sin exagerar, lleva una camisa blanca de seda o algo así, de manga larga y un pantalón negro, una combinación sencilla pero elegante. Tome mi Jeep color verde, el cual había lavado y encerado en la mañana, estaba reluciente e imponente. Me subí a el y comencé a manejar hacia mi destino. Estaba a unos kilómetros de aquel lugar cuando mira un auto de lujo color negro que me pretendía adelantar yo disminuí la velocidad y él me adelanto, por la ventana de pasajero pude observar una mujer rucia, de cabello largo y colocho, mirada penetrante e incitante, me atrajo mucho ella también me miro y sonrió.

Por fin llegue a mi destino entre, el lugar esta completamente vació o casi vació, que sorpresa me di cuando vi a la mujer del auto que me había adelantado en el camino, ella al verme volvió a sonreír, mojo sus labios con su lengua muy disimuladamente ya que su esposo esta junto a ella, el metre me llevo a una mesa que estaba muy cerca de ella, creo que el metre noto el contacto entre ambos.

Ella se levanto de la mesa para sentarse frente a mí, cero que quería mantener el contacto visual, dijo algo a su esposo y se cambio de lugar. Uyyyy cuando la vi de pie casi se sale mi pene del pantalón, eres simplemente preciosa u a diosa, llevaba puesto un vestido largo y negro como de seda brillante, con un escote en su frente y espalda el cual me dejo ver sus grandes pechos pecosos que solo me invitaban a comérmelos y contar todas sus pecas una a una, tenia también una abertura larga que recorría toda su pierna derecha, era entallado a la cintura por lo que me mostraba toda la figura de su hilo y como se amoldaba este en sus caderas y nalgas.

Una vez que se sentó comenzó el cortejo, miradas y gesto que venían e iban, juegos sexuales que nos excitaban mas y más, lo mejor de todo era sentir la adrenalina de tener a su esposo ahí mismo y no se estaba dando cuenta de nada; yo necesitaba una oportunidad para acercarme a ella, creo que ella me entendió mi desesperación, se levanto y dijo que iba al tocador, luego volvió muy rápido, después de esto sonó el teléfono de su marido, era una amiga de ella, ¡qué conveniente! El se levanto de mesa para buscar una mejor señal, yo aproveche para ir a su mesa y presentarme, ¡Hola me llamo Alexander, le dije! ¡Hola Verónica García! Me respondió con voz de amante, verifique que este tipo tan tonto fuera su esposo y si lo era, le pregunte quien lo llamo y ella me confeso que había llamado a su amiga que para distraerlo para que yo me pudiera acerca a ella, pues quería conocerme y estar a solas con migo un buen rato, y diciéndome esto cruzo su pierna de modo que yo pudiera ver su conejito de amor, se acerco luego para darme un beso en la mejilla a la vez que mostraba esos pechos deliciosos, en ese momento moví mi cabeza provocando que nos besáramos en la boca, pareció no molestarle, y entonces le dije que si no tenia ganas de ir al baño ahora que es el restaurante estaba vacío, y ella no dijo nada solo se levanto y camino hacia aya, yo la seguí unos segundos después.

Cuando entre en la baño, ella esta recostada a un lavamanos esperándome, asechándome, como tigresa a su presa eso me excito, me acerque para besarla muy rico y apasionadamente, la aleje del lavamanos para meter mis manos en esa abertura de su vestido, recorrí todo la firmeza de sus pierna hasta encontrar ese lugar húmedo y cálido que me esperaba en medio de sus muslos que comenzaban a temblar de deseo y ella me tomo de mi muy endurecido pene que comenzaba a liberara lubricante como loco, mientras estaba en su delicioso cuello, pude ver de reojo por el espejo que su marido no estaba mirando con ojos de furia y rabia, pero creo que no tenia el valor de entrar, pues cuando se dio cuenta que lo estaba mirando, solo cerro un poco mas la puerta, en ese momento tome de la cintura a esa mujer bella y excitada la levante y la coloque sobre el lavamanos abrí sus piernas y metí mi cabeza bajo su vestido y comencé a mamar su ardiente vagina que estaba muy mojada, deliciosa!, ella solo me tomaba de la cabeza por encima de la tela, cuando salí ya le había arrancado su hilo, entonces ella me rempujó del pecho y me coloco contra el famoso lavamanos, de un tirón me arranco los pantalones y calzoncillos, todo de un solo, miro mi miembro y de una vez lo metió en su boca, su marido quiso entrara en ese momento, pero miro en mis ojos que si entraba seria muy peligroso para él, mientras ella seguí mamándome el pene de una forma descomunal, ¡como movía su lengua en glande, como la metía hasta lo mas profundo de su garganta, como me la mordía apenas para provocarme placer! Ya no podía aguantar mas y la levante, al alce y le di vuelta hasta tenerla de cabeza, quería hacer el 69 de pie con ella, eso pareció encantarle, casi se me cae por tanto que se movía, y fue ciando nos regamos los dos al mismo tiempo como si lo hubiéramos planeado o algo así, cuando la baje ella seguía prendida de mi pene que chorreaba leche aun y ella quería exprimirlo hasta la ultima gota.

Después le dije que se levantara que quería cogérmela, ella me dijo ¡si papi hasmelo rico y duro, sé un salvaje, hasme gritar! Y enserio grito, solo había metido mi cabeza en su vagina que estaba que choreaba liquido vaginal, cuando dio un grito, que provoco que su marido se golpeara con la puerta, la saque para acomodarme y excitarla mas rozándolo apenas en su raja ardiente y de un solo se la metí y grito de nuevo mas duro esta vez, comencé a meterla y sacarla de forma violenta y lenta, como ella quería, de un momento a otro me tomo de mis nalgas y las llevo con mas fuerza y velocidad hacia ella, me encantaba por que me estaba clavando las uñas y me ponía mas duro, cuando acelero al máximo se quedo quieta y echa un puño sobre el lavamanos, había terminado, se había regado toda podía sentir como corría ese liquido caliente por mis huevos que lo agradecían, pero yo aun no había terminado, así que la levante nuevamente, la puse en la orilla del mueble, la bese y la penetre de un solo, quería tragarme ese grito que daría fue hermoso y delicioso, cómese a darle duro y rápido mientras devoraba las pecas de sus duros y firmes pecho, sus pezones rosados aprecian como si se fueran a reventar y yo enloquecía con las palabras que me decía al oído, las cuales solo provocaban que me comiera su boca y que quisiera arrancarle lo pechos con mis manos, esto también por me estaba masajeando los huevos con una de sus manos, solo sentí cuando me corrí dentro de ella y en ese momento la quería meter hasta donde mas pudiera con cada espasmo que estaba teniendo ella se volvió a regar con migo pero estaba insaciable, pues me tomo el pene, se agacho y comenzó a masturbarme de nuevo, diciéndome que quería tomare mi leche caliente, su esposo tenia ganas de entrar, ya estaba con la ira al máximo, cuando ella se agacho y comenzó a mover su mano y no había pasado ni 10 minutos cuando le dije que abriera muy bien su boca por que ya me venia, fue una corrida de las mas placenteras pues creí que nunca saldría, ella habría su boca y se la comió toda otra vez!, la levante y comenzamos a besarnos, ella no quería soltar mi pene que esta comenzando a ponerse duro de nuevo, me dijo que la penetrara por su ano, así que le di la vuelta y levante sus nalgas cuando la vi de espaldas a mi solo pese en penetrara y aunque no dure mas que 15 minutos pareció satisfacerla por completo ya que cuando me venia me dijo que se diera a ella que le encantaba mi semen y se lo di. Ya estabamos muy cansados y su esposo muy furioso así que comenzamos a vestirnos, pero aun teníamos ganas de seguir.

Una vez vestidos le dije que su esposo no estuvo observando todo el tiempo y que quería matarnos ella solo sonrió y solo dijo que quería seguir viéndome nos dimos nuestros números de teléfono y lo seguimos haciendo aun cuando ella anda con su marido.

Alexander Delgado Sáenz, C.R.

Dedicado a: Verónica García. Arg.

Con todo mi deseo de hacerlo realidad.