Sexo en el ciber

Este relato empieza cuando a los 18 años entré en un chat de sexo y termina en un cibercafé siendo dominada por ese hombre misterioso.

Esta historía me ocurrió cuando tenía 18 años, era el principio de mi uso de redes sociales (en aquel momento el messenger) y los chats. Un día que mis padres se marcharon a cenar fuera, se me ocurrió entrar en un chat en el canal de sexo. No me imaginaba cuanto hombre deseoso de mujeres podría encontrarme allí..

Los privados del chat empezaron a crecer y a crecer y aunque yo no contestaba ninguno cada vez me ponía más cachonda de las cosas que me decían como: "Cómo estás putita? o "Quieres ser mi guarra?" Al final, como estaba tan cachonda respondí esa conversación última porque realmente me apatecía ser su guarra... Su nick era: Anónimo Valencia. Yo también era de Valencia!

Me empezó a decir guarradas que me encendían aún más y me propuso jugar a un juego. Él me iba diciendo lo que tenía que hacer y yo desde mi cuarto lo iba haciendo y respondiendo. De esta forma, empezó diciéndome que me quitara todo lo que llevara y me quedara solo en bragas. Le obedecí, quitándome el pijama que llevaba puesto y me quedé en bragas. Cada vez me ponía más cachonda.. A continuación me dijo que fuera a la galería de mi casa y cogiera dos pinzas de la ropa y me las trajera al ordenador, a lo que yo obedecí también diciéndole que me hiciera disfrutar como nunca.

Su manera de escribirme iba cambiando, ahora se parecían más a órdenes que a sugerencias.. Me ordenó que me pusiera esas pinzas de la ropa en los pezones. Yo vacilé por un instante, pero me encantaba ese juego, así que empecé por el primer pezón. Despacito agarré mi pezón derecho con una de las pinzas de plástico de mi madre de tender la ropa y me empezó a doler muchisimo pero a la vez me daba mucho placer. Le dije que me dolía y que me lo iba a quitar pero él me dijo que si lo hacía dejaría de hablar conmigo, que tenía que seguir el juego hasta el final. Con miedo, le dije que de acuerdo, que lo que él dijese pero que continuase por favor. Me dijo que me pusiera la otra pinza en el otro pezón y queluego las moviese en círculos. Despacio, pincé mi otro pezón y empecé a moverlos en círculos. Me di cuenta que empezaba a mojarme de una forma increible, mis fluidos resbalaban por mies piernas y las bragas que llevaba estaban mojadísimas...

El hombre desconocido me ordenó entonces que me bajara las bragas a la altura de las rodillas, como una putita. Y así acabé yo, con dos pinzas en los pezones y las bragas a la altura de las rodillas, sentada delante de un ordenador y super mojada. De repente, en una ataque de culpabilidad por lo que estaba haciendo, me retiré las pinzas de los pezones, su subí las bragas y me vestí rápidamente. No sabía qué estaba haciendo, ni que edad tendría ese hombre, ni quién era... asi que apagué el ordenador y me fui a dormir desahogando mi pasión con mi mano, acariciándome lentamente y pensando en lo guarra que había sido.

Dos semanas más tarde, de nuevo mis padres se fueron a cenar y me dejaron sola y empecé a recordar aquel hombre, diciéndome lo guarra y puta que era y me empecé a poner cachonda. Decidí volver a entrar en ese chat con la esperanza de volver a encontrarlo. No lo vi. Me levanté a lavarme los dientes y al volver tenía un privado de mi "Anónimo":

  • Puta, el otro día me dejaste tirado. Esto no te lo perdono, vas a ser castigada.

Uff, como me alegré de leerlo y le dije que haría cualquier cosa para que me perdonase, que era toda suya para lo que quisiera hacerme.

Estuvo un rato sin responder pero finalmente me dijo que me esperaba en un cibercafé de valencia en una hora (me dio la dirección). Me dio las siguientes instrucciones:

  • Deberás llevar puesta una falda, un tanga, una camisa de botones, sin sujetador y traer dos pinzas de la ropa. Cuando llegues al ciber, pedirás un ordenador y allí te conectaras a este chat esperando más instrucciones mías.

Y entonces se desconectó. No sabía qué hacer, en realidad era tarde y mis padres se había ido a cenar... Con valor y super cachonda, me vestí con una falda de volantes, un tanga rojo y una camisa blanca. Dejé una nota a mis pades que me quedaba en casa de una amiga a dormir. Cogí un taxi hasta la dirección que me dio y frente a mí vi un cibercafé con unas letras de neón azules. Me asomé y solo vi frikis jugando a videojuegos o hablando por web cam. Me imaginaba a ese hombre el típico desesperado, gordo, sin pelo.. y eso me ponía aún más caliente, pensar que un viejo calvo y gordo me podría follar me ponía guarrisima.

Entré con timidez y pedí que me diese un ordenador. Me tocó el número 10, bastante lejos de la puerta de acceso.

Me conecté al chat y ahí estaba mi hombre, hablándome por privado:

  • Hola cerda, veo que has venido al ciber. Te estoy viendo, esas tetitas que tienes te las voy a destrozar y ese culito también. Vas a disfrutar como una perra.

Yo le dije que era toda suya pero que allí había mucha gente y nos podrían ver.

  • No te preocupes por eso, para empezar, bájate ese tanga hasta la altura de las rodillas, que yo lo vea.

Miré a mi alrededor y nadie me estaba mirando, no entendía nada pero lo hice. Levanté un poco el culito de la silla y me bajé el tanja lentamente. Nadie me había visto pero me daba vergüenza la situación. ¿Qué hacía alguien si viese mi tanga bajado?

De repente oigo que en cinco minutos cierran el ciber y que vayamos cerrando los ordenadores. Al mismo tiempo, "Anónimo Valencia" me dice que yo tengo que quedarme allí, que no me mueva y que continuase con el ordenador encendido:

  • Y tienes prohibido girarte, sólo mira tu ordenador y ponte una mano en el coño para entretenerte mientras, porque luego vas a querer pedirme piedad y volver a casa con tus papis...

Me empezó a entrar miedo, con 18 años yo no podría ni imaginar lo que ese hombre estaba tramando y queriéndo hacerme, mi postura más extraña habia sido el "misionero". Todo mi cuerpo se estremecía, mi chochito mojaba la silla por momentos. Yo veía la gente irse y mi corazón se aceleraba por momentos.

De repente oigo la persiana cerrarse y en el chat leo:

  • ¿Ves el pañuelo a tu lado? Ahora mismo tápate los ojos después de haberte kitado esa camisa de guarra que te has puesto.

Me puse ese pañuelo que había encima de la mesa y me lo anudé bien para no ver nada. Después me fue desabrochando los botones de la camisa poco a poco y me la quité completamente. Me sentía perdida y excitada y con miedo.

De repente note unas manos ke iban deslizándose hasta mis pechos, me tocaron los pezones, me pellizcaron, me lamió con su lengua y entonces sentí un dolor muy agudo, y recordé que fue el mismo dolor que sentí cuando me puse las pinzas de tender la ropa en mis pezones. Era eso, qué dolor!! Era una sensación indescriptible, me rotrocí un poco de dolor pero el hombre me pegó una palmada en la cara para que parase. Qué hacía??? Estaba enfadada pero a la vez cachonda y mojada. Deslizó sus manos por mi vientre y llegó hasta mi pequeño chochito que me había depilado antes de venir. Lo tocó por arriba dulcemente, bajó un poco más y me dijo:

  • Sabía que eras una puta guarra, pero no me imaginaba que ibas a estar tan mojada y cachonda. Vas a ver lo que es bueno!

Tenía una voz de hombre maduro, sería un viejo como yo lo había imaginado. Una joven de 18 años dominada por un viejo gordo, uffff, esto me ponía como una perra de cachonda.

Empecé a jadear un poco mientras me tocaba mi coñito húmedo y sólo tenía ganas de que me la metiese hasta el fondo, no podía esperar más, pero él continuaba tocándome, así que en un rebote le dije:

  • Fóllame ya!!

Paró de tocarme y después de unos 15 segundos sin tan siquiera oirle, puso algo en la boca para que me callase. Agghh que agonía, ¿serían sus calzoncillos sucios tal vez?

me levantó del brazo, me empezó a tocar las pinzas, retorciéndomelas en los pezones pero yo no podía chillar, solo conseguía hacer un pequeño ruido como quejido. Eso era insoportable, mis pequeños pezones acabarían destrozados por un viejo.

Me dio la vueltay me estampó contra la mesa de los ordenadores dejándome el culo en pompa hacia él. Me sentía como una puta, con los ojos tapados, la boca con un calzoncillo sucio en la boca, el tanga bajado hasta las rodillas y con el culo en pompa, pero lo único que podía pensar era en lo fuerte que quería que me follase, que me violase, que me dominase, que se corriera en todas mis partes.

Me tocó el culo suavemente, me abrió el culo y empezó a lamerme el ano y la vagina. Se le notaba experiencia con la lengua y eso me ponía aún más.

Me quitó el pañuelo de la boca y sentí un trozo de carne caliente y dura. Se introdujo en mi boca con fuerza hasta provocarme arcadas. ¿Cómo era posible que me metiera la polla en la boca si él se encontraba detrás de mi chupándome el culo?? ¿Habían dos hombres manoseándome y que me iban a follar?

De repente oigo decir:

  • Si nena, he traido a mi amigo y te vamos a follar los dos por todos los agujeros que tienes. Así que estate preparada porque si ya te sentías sucia, lo vas a estar más que nunca. Y nadie te va a poder salvar porque el local está cerrado y no se oye nada desde fuera. Eres toda nuestra.

Y se oía al otro amigo decir:

  • Oye tío, ¿de donde has encontrado esta guarra? Es de lo mejorcito, como la chupa! Luego se la meteré por el culo que mi novia no me deja.

Una vez intenté hacerlo por el culo pero me delía demasiado y lo dejé estar. Yo no quiero que me follen por el culo, no por favor. No podía hablar porque tenía la polla del otro hombre en mi boca y me atragantaba. Había cometido un tremendo error!

Continuará...