Sexo de ventana
Seguí mi plática caliente con ella, muchas de las cosas que me platicaba yo ya las sabía, pues muchas veces mi esposa y yo la habíamos escuchado haciendo el amor en la sala o en la cocina, sus gritos nunca fueron moderados, asi que creo que muchos en el edificio notabamos cuando hacía salvajemente el amor con su esposo.
Una noche estaba solo en casa pues mi esposa se había ido con sus amigas a festejar el cumpleaños de una de ellas. Como normalmente me sucedía, cuando ella no estaba yo entraba al internet a leer relatos eróticos o a los chats a conversar de sexo con chicas. No hace falta decir que cuando ella regresaba disfrutabamos de una fogosa sesión de sexo, y ella nunca me preguntaba porque cuando ella salía yo siempre la esperaba listo, lo cual me hacía saber que tal vez sospechaba que yo me calentaba con algo más que con ella, aunque siempre era ella la que disfrutaba de mi desahogo pasional.
Esa noche estaba en una sala de chat buscando una cyber compañera para intercambiar historias o comentarios calientes y prepararme para la llegada de mi esposa. Intenté abrir el tema con varias chicas sin obtener éxito alguno, hasta que una de ellas aceptó el tema con cierto gusto y comenzó a platicarme sus experiencias. Se definió como una mujer alta, rubia y casada; de 28 años, sin hijos y muy fogosa para la cama. La sola descripción me hizo sentirme como en casa, pues era de la misma edad que yo, tambien casada y sin hijos, asi que continué preguntandole más sobre ella. Todo iba muy normal hasta que le pregunté en donde vivía, ella me contestó la misma ciudad donde yo vivo, y la misma colonia - para evitar que ella dejara de contarme yo le dije que vivía en el otro extremo de la ciudad - pronto las cosas se pusieron aun mejor, pues cuando yo le dije que conocía a una persona por su rumbo ella me dijo la calle y el edificio donde vivía y era el mismo donde yo estaba. La descripción de la chica coincidía 100% con la de mi vecina del departamento de arriba, asi que inmediatamente corrí a la otra recámara para ver por la ventana, desde la cual se veía claramente el estudio de ellos, y me di cuenta de que ella estaba sentada frente a la computadora. Tomé la portátil y me la llevé a la otra recámara apagando la luz y dejando tan solo una rendija entre las cortinas para poder ver lo que ella hacía.
Seguí mi plática caliente con ella, muchas de las cosas que me platicaba yo ya las sabía, pues muchas veces mi esposa y yo los habíamos escuchado haciendo el amor en la sala o en la cocina, sus gritos nunca fueron moderados, asi que creo que muchos en el edificio notabamos cuando hacía salvajemente el amor con su esposo. Mientras me platicaba todo comencé a recordar cada momento que había escuchado, y cuánto había deseado en el fondo poder estar ahi tumbado sobre ella en vez de su esposo, asi que conforme pasaba más el tiempo yo más le preguntaba y más me calentaba con sus pláticas. A través de la ventana podía ver solamente el perfil de ella, sentada frente a la computadora y el marco de la ventana me dejaba ver solo hasta la altura de su pecho. En varias ocasiones quise ver si estaba utilizando una de sus manos para motivarse a si misma, pero podía ver ambas sobre el teclado de la computadora. La conversación se fue tornando más y más caliente, yo me había ya despojado de la mayoría de mi ropa pues mi cuerpo ardía de saber que estaba viendo a la mujer con la que estaba hablando, y pronto empecé a ver que ella dejaba de escribir para recargarse cómodamente en la silla y comenzar a pasar sus manos por su cuello y por su cabello como si ella misma iniciara el rito de masturbación. Le dije que mi esposa era una mujer demsiado ardiente, que le gustaba hacer el amor por todas partes de la casa, y que muchas veces tenía miedo de que los vecinos nos escucharan porque ella no controlaba sus gritos de placer y de dolor, ella se sosprendió de la coincidencia, y me confesó que ella era igual, y que su esposo intentaba mantenerla callada cuando lo hacían pero era inútil, pues ella disfrutaba de ser tomada en diversas partes de la casa y no le gustaba reprimir su placer. Le dije que no lo hiciera, que posiblemente eso excitaría a sus vecinos y los motivaría a hacer el amor. - después hice un silencio y le pregunté - ¿Te excita pensar que tus vecinos se masturban cuando te escuchan gritar de placer?, y ella me contestó que si, que muchas veces había pensado en como su éxtasis lograría llegar a otros departamentos y hacer que los esposos de sus vecinas tuvieran erecciones pensando en ella. - Si tan solo supiera que si lo lograba, que miles de veces yo terminaba reventandome de leche pensando en como su esposo la estaría disfrutando - Le contesté que a mi me encantaría tener una vecina como ella, y después le dije que en ese mismo momento estaba logrando excitarme muchísimo pensando en que yo fuera su vecino de un lado. Ella me dijo que también estaba excitada, pero cuando miré por la ventana me di cuenta que seguía en su misma posición, asi que le pedí que me describiera lo que estaba haciendo en ese momento.
Comenzó por decirme que estaba sentada frente a la computadora, con las piernas cruzadas. La interrumpí para preguntarle como estaba vestida y me contestó que con un pants color verde y una playera blanca de su esposo - la playera era verdad - le pregunté si debajo de la playera llevaba algo y me dijo que no, que iba desnuda. Hice el intento por que mi mirada alcanzara ver si me decía la verdad pero fue imposible. Le dije que gracias a su plática yo ya me había sacado la playera y el pantalón, que el calor que me provocaba me había hecho quedar solo en boxers. Pude ver que su reacción ante mi comentario fue recargarse nuevamente alejandose del teclado y sonreir. Entonces le pregunté si estaba sola en casa y me respondió que si. La invité a que siguiera mis pasos, le dije que si estaba sola en casa podría aprovechar y ponerse un poco calientita para recibir a su esposo cuando llegara, y le dije que yo normalmente lo hacía. Ella me dijo que le parecía una muy buena idea, pero que no lograba concebir como se iba a calentar en la computadora, que yo le enseñara.
Le dije que comenzara por imaginarme a mi frente a la computadora hablando con ella, le dije que era un tipo alto, blanco y de cabello negro, que me encontraba sin playera, sentado en un sillón ejecutivo y visitendo tan solo unos boxers muy ajustados en color negro. - Nuevamente dejó el teclado de su computadora y se dedicó a leer lo que yo le ponía - Le dije que estaba excitado, que mi bulto se notaba crecido a través del boxer y entonces le pedí que se reclinara en su silla un momento, cerrara los ojos e imaginara la escena. Sorprendentemente lo hizo, se alejó un momento de su computadora, puso las manos sobre su cabeza y la reclinó hacia atrás - imaginé que tendría los ojos cerrados - Cuando vi que se incorporó para ver de nuevo la pantalla le dije que cómo se sentía, y ella contestó que se sentía rara, pero comenzaba a calentarse un poco. Le dije entonces que pensara en alguien que no fuera su esposo, alguien que realmente la excitara, que le pusiera la carne de gallina y le pregunté que si ese alguien entrara en ese momento a su habitación cómo le gustaría que la encontrara. Me contestó que desnuda y ardiente, asi que la invité a que se sacara la playera. - No podía aceptarle un no como respuesta, estaba frente a la ventana ansioso de verla desnudarse frente al hombre que la ayudaba a excitarse por internet sin saberlo - Ella me dijo que se quitaría la playera, y yo le dije que esperaría hasta que lo hiciera. Entonces sucedió lo que esperaba, mi vecina se sacó de un tajo la playera blanca que llevaba puesta y dejó a la vista su muy atractivo par de tetas blancas y de pezón rosado que tantas veces había ansiado ver. No pude contestarle por unos segundos, pero recordé que si la dejaba enfriarse eso se acabaría. Cuando ella me confirmó por el chat que se había desnudado el torso le dije que se retirara de nuevo de la pantalla y que hiciera lo que yo le decía.
Le dije que se pusiera cómoda, que mantuviera su vista en la pantalla mientras yo la guiaba en la manera de como podía ponerse ardiente como lo deseaba. - Se retiró nuevamente y puso sus manos sobre las piernas al parecer - Le dije que imaginara como en ese momento la persona que había imaginado entraba en su habitación, se quedaba de pie frente a ella, admirando su torso desnudo, viendo la perfección de sus caderas, la grandeza de sus redondas tetas que tanto deseaba, "Tocalas" le dije, "Acaricialas para que él se excite más y más" - Ella comenzó a sobra sus tetas muy suavemente mientras yo intentaba seguirle escribiendo mientras la veía hacerlo, paseaba sus manos por toda la semi circunferencia de sus senos, y después terminaba pellizcando su pezón muy suavemente - "Pellizcate los pezones, jalatelos suavecito... asi... hazlo desearte como nunca ha deseado una mujer, hazlo que quiera tomarte en este momento"- Después le dije que lo mirara a el, que mirara su entrepierna y me dijera si se veía abultada. Ella se acercó rápidamente al teclado y me contestó que si, que se veía como poco a poco se abultaba. "¿Es grande?" le pregunté, y me contestó que era enorme, uno de los más grandes que había visto en su vida. Le dije entonces que le pidiera que se lo mostrara, que la excitara ahora a ella, que le dejara ver su cuerpo lleno de músculos y dotado virilmente... "imagina como el se quita la playera, su torso está lleno de músculos, quieres tocarlo pero aun no es el momento".. "dile ahora que se baje lentamente los pantalones, que se deje la ropa interior puesta, asi podrás imaginarte el tamaño de su enorme pene sin haberlo visto". - Cada vez se ponía mejor el espectáculo visual. Mi vecina se removía demasiado en su silla, se inclinaba hacia la izquierda, luego hacia la derecha, y después volvía a tocar sus senos y se retorcía suavemente los rosas pezones ante mi incertidumbre de si seguir escribiendo o dedicarle una jalada al show que ella me brindaba -
"¿Puedes ver lo grande su pene através del interior?" - Si, me contestó, no soporto más y quiero verlo - "espera un poco, primero debes terminar de excitarlo, recuerda que debe estar a punto de reventar cuando te tome". Se acercó al teclado de nuevo y me preguntó qué más hacía, y después me dijo que no tardara tanto en contestarle pues sentía reventarse de excitación. Le dije que se levantara lentamente de la silla donde estaba, y que se volteara un momento para que él pudiera ver su hermoso culo todavía enfundado en el pants color verde - Ella lo hizo, se levantó y se recargó en el respaldo de la silla quedando de frente a mi y mostrandome de lleno ese hermoso par de tetas, sin embargo la excitación que se traía y el hecho de que yo tuviera la luz apagada le hizo no darse cuenta de mi presencia en la ventana - Cuando regresó su mirada a la pantalla le dije que se fuera bajando el pants muy lentamente y bailando a un ritmo suave, para que lograra que él se excitara mucho más. "Hazlo reventar, muestrale muy lentamente ese culo que el tanto desea, dile con tus movimientos que estás decidiendo si se lo entregarás o no, pero que no se apresure, pues tu deseas ser tomada lentamente" - Comenzó a bailar muy suavemente a un metro de la ventana, se contoneaba, movía las caderas y hacía movimientos pélvicos mientras con sus manos comenzaba a bajarse el pants, lenta y suavemente. Pronto perdí el pants de mi vista y me encontré con mi vecina vistiendo una pantie color blanco, muy ajustada, y que le cubría la mitad de sus abultadas nalgas - Ya no soportaba más, me levanté y me saqué la poca sopa que traía encima quedandome con mi pene completamente erecto en una de mis manos e intentando seguirla calentando con la otra. "El pisensa que eres hermosa" le dije, "quiere tenerte, pero no sabe como dar el primer paso, quiere que esas enormes tetas estén entre sus manos. Quiere que esas enormes y firmes nalgas reciban entre ellas toda la longitud y anchura de su descomunal pene... y quiere que tu también lo disfrutes, que lo desees, que te imagines como sentirás ese rico dolor cuando poco a poco te penetre, centímetro trás centímetro, segundo trás segundo.. pronto todo estará dentro de ti". - Mientras le decía eso mi vecina se contorneaba de pie, recargada con una mano en el escritorio y con la otra mano metida entre sus piernas. Ya no podía ver sus tetas, pero ahora tenía frente a mi un tentador par de nalgas que me estaban volviendo loco - "Ahora es el momento" le dije, "termina de sacarte toda tu ropa y muéstrate tal como eres, el desea verte desnuda ya quiere ver completo ese cuerpo que en unos minutos será de él" - Mi vecina se sacó la pantie dejandome ver desnudas esas hermosas nalgas que sin nada encima lograron hacerme que casi me viniera en ese momento - Le dije que se olvidara de lo que yo escribía, que la había dejado ya encaminada y que ahora debía pensar que él estaba ahi y que debía terminar de ponerlo ardiendo. "Baila, contoneate, gira para que vea todo tu cuerpo. Tócate las tetas, lamelas tu misma, mete tu mano entre las piernas y enséñale como debe hacerlo... házlo, yo aquí te espero y me avisas cuando termines y hayas hecho tuyo".
Aventé la computadora portátil a la cama y me senté cómodamente frente a la ventana con mi pene en la mano. Mi vecina comenzó a dar vueltas lentamente, sus tetas se movían de un lado a otro, sus nalgas se veían hermosas mientras pasaban por mi mirada, su rajita semi depilada dibujaba un pequeño rectángulo de vellitos rubios. Se abrazaba a si misma con los ojos cerrados, llevaba la mano entre sus piernas y podía ver como lentamente la movía excitando su clítoris mientras pensaba que ese tipo de su imaginación la tomaba. No me detuve más y comencé a masturbarme frente a la ventana con la luz apagada, yo también me manoseaba a mi mismo mientras veía a mi vecina, luego dejaba de hacerlo un momento para contener la eyaculación, y volvía a tocarme cuando había cesado el primer chisguete. Mi vecina levataba sus senos con la mano izquierda y los lamía de una manera que tal vez un hombre no se lo hubiera hecho. Su mano derecha permanecía entre sus piernas. Yo ya no aguantaría mucho tiempo más si seguía con ese ritmo, y sobre todo cuando ella dejó de mover las manos y recargandose en el escritorio dejó fija su mano derecha entre las piernas y comenzó a mover su pelvis hacia adelante y atrás como simulando estar teniendo sexo, primero lentamente, luego un poco más rápido y después a una velocidad bastante rápida. Cuando sentí que ya no aguantaba más, mi vecina desapareció de la ventana y pude ver como se dejaba caer en algún lado - pienso que sería un sillón del estudio - En ese momento me frustré un poco, pero bastaron unos segundos más para que sobre la ventana y la cortina comenzara a disparar leche sin poder controlarlo ni un solo instante.
Caí casi sin aire sobre la cama cuando terminé de sacar toda mi leche. Fui luego por una toalla mojada al baño y limpié el desorden que había hecho. Cuando tomé de nueva cuenta la portátil, mi vecina estaba ya sentada frente a la pantalla, aun sin ropa, y en la ventana de chat me había puesto que me agradecía el momento, pero que no le serviría para darle placer a su esposo, pues había sido tan intenso que ella misma se había tenido que dar placer. Le confesé que yo mismo había hecho lo mismo imaginandomela a ella bailando y se sintió muy halagada. Varias veces nos volvimos a encontrar en el chat, nunca más tan intensamente, y nunca ni por error le confesé quien era yo, sin embargo cada vez que la saludaba por la mañana al salir al trabajo, la veía nuevamente en mi imaginación desnuda, bailando y dándose placer ella misma con lo que yo le decía.