Sexo con unos abuelitos desconocidos 1

Me encanta relatar ésto, dado que es una experiencia que me encanta y que siempre recuerdo con mucha satisfacción y me ayuda a tener grandes ratos de placer de sólo recordarla y quiero compartirla.

Soy una chica no muy delgada ni tampoco gorda, me encanta el erotismo, mido 1.62 y soy de tez blanca, cabello claro. voy a contarles mi gran historia que espero les guste y me dejen sus comentarios.

Un día salí a un pueblo mágico lejos del lugar donde vivo, decidí aventurarme sola para pasar un tiempo conmigo misma después de una ruptura amorosa que tuve que fue muy fuerte para mí. Una vez estando en este lugar decidí hospedarme para posteriormente salir a distraerme y tomarme algunas fotos para el recuerdo, también iba decidida a conquistar a algún chico por ello me decidí a vestirme con un short (aparte del calor que hacía) y una blusa de tirantitos, aparte guarde en mi mochila otras pequeñas ropas porque así es mi costumbre y salí a aventurarme sin pensar en mi hora de regreso.

Caminé sin rumbo por todo el día alrededor de varios lugares turísticos, coqueteando con varios chicos sin que nadie se dirigiera hacia mí, pero llegando la noche decidí no regresar a mi habitación rentada y meterme en algún bar del lugar y así lo hice, conocí a algunas chicas con las que congenié demasiado bien y pasamos un rato muy agradable, una de ellas ofreció su casa para continuar la fiesta que teníamos y nos fuimos a ella, era una tipo cabaña pero grande donde había varías habitaciones, seguimos tomando y pasándola muy bien; hasta que me dí cuenta que una de las chicas se había acercado demasiado a mí todo el tiempo y continuaba haciéndolo, decidí ir al baño y ella pidió acompañarle a lo que yo acepté, yo estaba mas tomada de lo normal y ella un poco más que yo, me pidió entrar al baño conmigo y entre la buena onda que teníamos acepté, ella me dijo:

  • yo me volteo mientras tu haces

yo le respondí está bien, y me bajé el short que llevaba y me senté en la taza, se comenzó a escuchar apenas el pequeño chorro de mi orina cuando ella se volteó y rápidamente se arrodillo ante mí y me jaló la cadera diciéndome:

  • meate en mí, que desde que te ví estoy imaginando tu preciosa panochita y el momento de tenerla en mi boca y mi lengua

Todo fue tan rápido que me desconcerté y no supe que hacer, me quedé inmovil y la dejé que me lamiera mientras mi orina caía en la taza de baño y en su lengua, me levantó la blusa y tocaba mis pechos con mucha intensidad, cuando terminé de orinar me abrió las piernas y mientras tenía la lengua de fuera me miró y me dijo:

-¿Te gusta?, me gustan las panochitas como la tuya, depiladitas porque así la saliva la puedo batir en toda, y quiero que te vengas porque ya comencé a sentir tu aguita rica, si sólo te hacías pero ya me imaginaba que querías ésto y más cuando quisiste que viniera contigo.

Yo no sabía ni que decir, jamás había tenido un encuentro así con una mujer, ni menos lo esperaba esa noche, pero estaba tan encendida y extaciada por tenerla ahí lamiendome toda y con esa cara de satisfacción, además mientras me lamia y orinaba fue una experiencia inimaginable, verla lamiendo mis orines y sentir como me tocaba los pechos era algo glorioso, ella era hermosa, era una chica flaca, morena de cabello negro y largo con una lengua experta que me hizo vibrar tanto hasta que pude llegar a un orgasmo y entonces reaccioné y la quité de mí. salí del bañó corriendo, tomé mi mochila de la sala donde estaban todas las otras chicas y salí de la cabaña huyendo; para ésto me dí cuenta que estaba muy lejos de la carretera y de alguienq ue pudiera ayudarme.

Para mi suerte encontré a un viejecillo que apenas y podía caminar con todo lo que llevaba cargando, era encorbado me imagino que por la edad, me acerqué a él y le pregunté sobre la carretera y con una voz que apenas se escuchaba me dijo que estaba muy lejos y que era peligroso ir en la noche, me comenzó a platicar que por esos rumbos habían secuestrado y violado a varias mujeres, que las personas eran malas, me atemoricé bastante y le ayudé con su carga y me comentó que sólo vivía con su esposa que estaba ya muy viejecita y le supliqué que me permitiera quedarme con ellos esa noche y yo iba a pagarle por el favor.

El viejecito aceptó que me quedara en su casa, me ofreció unas cobijas que es lo único que tenía y yo acepté muy agradecida. Llegando a su casa era de lo más humilde, una cocinita con una pequeña mesa un cuarto de dromir y en la cama su esposa que no podía caminar, con mucho trabajo llegó hasta a ella y me presentó y regresando me dijo que yo dormiría en esa cama con ella y él dormiría en la pequeña cocinita, yo acepté ya que no estaba en condiciones de poner resistencia.

Me cambie con la ropa que traía en mi mochila y me quité mis bragas mojadas de la chupada que me había dado la chica de la cabaña y me acosté con la viejecita, la noche trascurrió sin novedades pero algo me despertó en la madrugada por lo que me levanté muy cautelosa y asomándome por la ventanita del cuato a la cocina pude ver al viejecito con mi mochila y mis cosas en la mano, estaba oliendo mis bragas mojadas que había dejado,le daba unos tremendos suspiros y me causó unos pequeños piiquetitos en la panochita, EL VIEJECITO ESTABA OLIENDO MIS BRAGAS! y me quedé observándolo un rato y él no dejaba de hacerlo, eso me encendió pero iba en contra de mí pervertir a un viejito como él así que regresé a la cama.

Apenas me había acostado cuando sentí como la viejecita me abrazaba tocando la piel de mi cintura, ya que, la blusa de lycra se me subía, pensé que era algo nada casual e intenté dormirme cuando deprontó sentí sus manos intencionadas y sus dedos que tocaban mi abdomen con otras intenciones, y no supe que hacer, me quedé congelada y los movimientos continuaron hasta que comencé a sentir como su mano subia por mi blusa hasta mis pechos sin sostén (me lo quitaba para dormir), comenzó a excitarme el hecho de que fuera una indefensa viejecita que buscaba placer con una desconocida, por lo que tomé la posición de cucharita pegandole mi culito como si estuviera aún dormida, ella sacó las manos de mis pechos y creí que todo había terminado, pero comenzó a tocar mis piernas y cada vez subiendo más hasta llegar a donde iniciaba mi short, donde metió las manos para tocar la base de mis nalgas, y sentí como sus manos rugosas me tocaban y comencé a exitarme, no había porque asustarme si era una viejecita indefensa, por lo que, decidí seguirle el juego y me dejé tocar.

Ella metió la mano por delante para tocar mi panochita, y la tocó sobre mis braguitas, acaricio y yo me dejé tocar, porque me encanataba imaginar como aquella viejita estaba haciendo eso mientras su  esposo olía mis bragas mojadas en la cocina, intentó bajarme el short con ambas manos y yo se lo facilité, sólo me quedé con los calzoncitos y ella coninuaba tocándome pero yo quería que hiciera algo más, así que supuestamente dormida me voltee hacía arriba y comenzó a tocarme más hacia el clitoris, lo que me encendió mucho y supuestamnte dormida le dije:

-chupame, que me encanta como me estás tocando, quiero sentir tu lengua y tu saliva

rapidamente comenzó a bajarme las bragas y yo contribuí aunque estaba supuestamente dormida, una vez que las había quitado comenzó a escupirme en la panochita y a darme palmaditas con los dedos y más me escupía y más palmaditas cuando comenzó a acariciarme el clitoris y sentí su lengua en él, comenxó a meterme un dedo y yo estaba totalmente extasiada que no podía creer que esa viejecita estuviera haciéndome eso, cuando reaccioné de lo que estaba haciendo abrí los ojos y ahí estaba frente a nosotras el viejecito sentado viendo todo lo que hacíamos...

y continuará en otra ocasión