¿Sexo con una enana?...
Gente diminuta, gente pequeña, enanos... como quieras llamarlos, pero al momento de hacer el amor con una... cuidate, no sabes lo que te espera.
Mi empresa me mando hacer un remplazo fuera de mi ciudad. Eso implicaba arrendar un departamento y solo viajar a mi casa los fines de semana.
La verdad me gustaba ese trabajo, ya que me asignaron una oficina para mi solo, y al parecer, por lo que me decían, mi desempeño era mucho mejor que la persona que ocupaba ese cargo.
Abajo del departamento donde arrendaba, había un almacén el que era atendido por una pareja de ancianos y una mujer de unos 35 años. Sin embargo esta mujer tenía una característica muy especial; era una mujer enana, no debía medir mas de un metro.
Me llamo mucho la atención, ya que no había tenido nunca la posibilidad de socializar con alguien de esas características, y como pasaba todos los días a comprar a ese almacén, nos empezamos a saludar y luego a conversar.
Una tarde, bajé a comprar cigarros y me encontré con Ximena barriendo la vereda. Ya estaba oscureciendo, entre y salí prendiendo un cigarro en la puerta del local. Comenzamos a hablar de cosas sin importancias, como el clima etc. Ella ya sabía que yo no era de la ciudad y que no tenía conocidos, por lo mismo pienso que era tan amable conversadora conmigo.
Me comentó que ella era nieta de los viejos dueños del almacén y que vivían en la casa que estaba al interior del almacén. Le ofrecí un cigarro, pero no me lo aceptó, me dijo que le encantaría recibírmelo, pero que al abuelo le parecía mal que ella fumara. Ella era muy simpática y me pareció que me estaba coqueteando. Le pregunté si bebía y me dijo que si.
Le comenté que estaba un poco aburrido, y la invité si quería mas tarde a tomarse una trago a mi departamento.
A ella le pareció muy buena la idea. Me dijo que ya estaban por cerrar, se tomaría una ducha, se cambiaría ropa y que subiría a charlar un rato conmigo.
Le di el N° y el piso de mi departamento y nos despedimos.
Llegué a mi depto, ordené un poco,. Me di un baño y me quedé viendo Tv a la espera de mi visita.
Cerca de una hora después siento que tocan a la puerta. Era mi pequeña invitada. Venia con unos jeans azules y una polera blanca. La verdad la enanita estaba bastante buena, tenia unos grandes y redondos pechos y un tremendo culo.... lo único que también era grande que la desproporcionaba un por era el tamaño de su cabeza, pero de todas formas normal.
La salude con un beso en la mejilla y la invité a pasar. Encontró muy bonito el departamento, y me pidió que se lo mostrara. Pasamos a la cocina y me alabó el orden y limpieza de esta. Luego al baño, también muy ordenado, entramos a la habitación, donde solo tenía una cama y un televisor.
Todo le pareció muy bonito y ordenado. Me invitó a salir al balcón a fumarnos un cigarro. Ella todo el tiempo caminaba delante mío y mientras yo hablaba, mis ojos no perdían de vista ese tremendo culo, sostenido por dos gordas pero cortas piernas. Me pareci un poco graciosa su forma de caminar, pero me excitaba la idea de poder llegar a esta intimamente con Ximena
Serví dos tragos y los tomamos en el mismo balcón.
Ella se sentó en la baranda y yo le prendí su cigarro. Conversamos muchas cosas, de la vista, nuestras edades ( yo 28 y ella 35) , etc.
Luego volví a llenar los vasos.
Me preocupa que te vayas a embriagar y te caigas del balcón
Ja ja ja , si me embriago, es otra cosa la que debe preocuparte
¿si?,..... ¿qué cosa?
Que me ponga mala
A si? .... bueno, .... ¿y que haces cuando te pones mala?
Uuuuuu muchas cosas, te sorprenderías
Que interesante
Ya lo creo .... uy, me dieron ganas de ir al baño
La enanita se bajó del balcón y entró al baño. Se demoró un poco.
A mi me dio un poco de frio y entré a mi habitación a busca un polerón o algo para ponerme.
Justo en ese momento, ella salió del baño y entró a mi habitación.
¿ Te dio frío?
Si, un poco, esta helado allá afuera
Si quieres yo te lo quito
Tu me vas a quitar el frío
Si tu me dejas .......... ( y se subió sobre la cama y abrazándome comenzó a besarme )
Mis manos la tomaron de la cintura y comenzamos a besarnos, mas su beso era con tanta pasión que al poco rato me fui apoderando de su gran culo, sin encontrar ninguna resistencia por parte de ella.
La diferencia de altura era notable, ella aun arriba de la cama quedaba mas baja que yo. Mi verga estaba completamente dura, pero a ella le quedaba a la altura de sus rodillas , sin embargo, las movía dándome la señal que si la sentía. Mis besos pasaron a su cuello y luego comencé a besar sus pechos por sobre la polera. Aun con esta mas su brasier, podía sentir como sus pezones se habían puesto duros al contactos de mis labios y ella emitía pequeños gemidos en señal de estar disfrutándolo.
De pie no podríamos hacer mucho, a si que la tome y la recosté en la cama. Seguimos besándonos y yo manoseando sus tetas, ahora subiendo la polera y tocándoselas por sobre el brasier.
Le pedí que se la sacara y ella lo hizo. En un movimiento ella quedó sobre mi y aproveché para desabrochar su brasier por detrás, liberando dos hermosos pechos, coronados con dos grandes y duros pezones negros.
Me apoderé de esas tetas y comencé a chupárselas desesperadamente mientras ella me decía que le encantaba que le chuparan las tetas fuertemente. Yo con esto mas fuerte se las chupaba haciendo que ella gimiera de placer.
Ella desesperada y rápidamente, comenzó a desabrochar mi camisa, luego me beso el pecho y rápidamente desabrocho mis pantalones buscando mi verga.
Yo la ayude bajándome los pantalones hasta los muslos. Ella como desesperada, me sacó la verga del pantalón y se la metió toda a su boca.
Las chupadas que me daba la enana eran increíbles, la succión que me aplicaba sobre la punta de mi verga era sensacional como nunca nadie antes me lo había echo. Realmente esta enanita sabía lo que era chupar una verga.
Mientras lo hacía yo terminé de desnudarme.
La recosté de espalda y desabrochándole sus jeans comencé la difícil tarea de sacárselos, ya que su exagerado trasero al parecer había entrado a presión en esas generosas caderas.
Al fin con ayuda de ella pude sacárselos, junto con sus calzones que salieron junto con sus jeans.
Mi delirio siempre fue chupar el sexo de la mujer, para mi es una fascinación. Sin pensarlo dos veces, me perdí entre sus piernas devorando su mojada entrepierna. La enana me envolvió con sus cortas piernas y apretándome con ella se dejo chupar.
Comenzamos a girar sobre la cama , yo siempre con mi lengua dentro de su coño, hasta que de repente yo quedé de espalda y ella prácticamente sentada sobre mi boca.
Continúe saboreándola una y otra vez. Ella estuvo a punto de alcanzar el orgasmo, pero se detuvo, y dándose vuelta en una posición 69, comenzó nuevamente a chupármela con la misma voracidad anterior.
Yo quería chupársela, pero por su porte, me era imposible, a si que me conformé con admirar su tremendo culo y tocárselo una y otra vez, jugando con mi dedos a la entrada de su ano.
Me mojé un dedo y comencé a metérselo. Ella al mismo tiempo me hizo lo mismo, le pedí que no me lo hiciera, que no me gustaba eso, pero ella me dijo que si yo se lo hacía, ella me lo hacia a mi también.
Mientras ella seguía chupándomela, nuevamente comencé a jugar con su ano. Ella dándose vuelta me preguntó si le gustaba su culo, mientras con sus manos se abría sus nalgas, para mostrármelo completamente, yo le dije que era exquisito.
Me dijo que me dejaría metérselo ahí a cambio que yo me dejara meter un dedo en el mío. Al fin accedo. Esta vez me relajé un poco y seguí metiéndole el dedo en el ano. La enana sin dejar de chupármela, se mojó su dedo y también me lo comenzó a meter. Esa experiencia era completamente nueva para mi, pero debo reconocer que comenzó a gustar.
Pasó bastante rato y ya su dedo entraba y salía de mi ano, al igual que del de ella sin ninguna dificultad.
Ella se dio vuelta y sentándose sobre mi verga se la fue metiendo hasta el fondo de su humeada concha.
Como era muy liviana, pude hacer con ella lo que quisiera y llegaba a levantarla de cada arremetida que le pegaba.
Mi verga entraba y salía de ella. No se si eran ideas mías, pero al parecer la enana tenía mucha experiencia. Su vagina o estaba muy usada o demasiado dilatada, ya que no sentía mucho el roce, de todas formas culiaba de maravilla. Apoyaba sus brazos en mi pecho y se movía de una forma sensacional, de atrás a adelante, de lado a lado, en círculos, se la sacaba toda y se la volvía a meter.
Le pedí que me la dejara metérsela por el culo. Ella se puso en cuatro pata y yo, bajándome de la cama, la agarre de su cintura y la acomodé a mi antojo. Le apunté la verga a la entrada de su ano, y lentamente se la fui introduciendo hasta meter una parte considerable. Comencé al principio lentamente mientras su ano se acostumbraba. Ella me decía lo rico que sentía sentir mi verga abriéndose camino. Mis manos aferradas a esas grandes carnes la punteaba una y otra vez.
Me pidió que me sentara en una silla y colocándose de espaldas a mi, con sus pies en mis piernas nuevamente se la fue enterrando por el culo. Luego se dejó caer enterrándosela por completa. Dio un grito mezcla de placer y dolor, y comenzó a moverse en círculos. Mis manos aferradas a sus ricas tetas las tocaban fuertemente, tirando de sus pezones hasta causarle dolor, pero a ella le gustaba así.
La pasión estaba al límite, me levante de la silla afirmándola de sus piernas y me paseé por toda la pieza, con ella en brazos, si dejar de metérsela. Caímos en la cama y , ella de boca, colocándole una almohada en su vientre, para levantarle mas el culo, se la metí apoyando mis brazos a su lado.
En esa posición, y entre gritos y gemidos, comencé a llenarle el culo de caliente semen, justo en el momento que ella acababa.
Me levante de ella y me quedé admirando su diminuto cuerpo tendido desnudo sobre mi cama, sus gordas y cortitas piernas, acariciando su gran culo ahora mojado por mi leche.
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