Sexo con un taxista

Por la amabilidad y su caballerosidad acaba siendo más que mi taxista

Buenas a todos los lectores. Soy Amaya, tengo 39 años, soy pelirroja, ojos marrones, 1.69, 66kg y una 105B.

Soy una mujer divorciada con un hijo de 20 y una hija de 18.

Hoy os contaré cuando me lo hice con un taxista:

Por trabajo me tuve que trasladar a Madrid, tenía que estar allí cuatro días. Cuando llegué el Lunes al aeropuerto de Madrid me dispuse a coger un taxi para ir al hotel. Cogí el primero que estaba esperando, era un hombre de unos 50-55 años. Me cogió las maletas, me abrió la puerta y al sentarme la cerró. La verdad que me sorprendió, muy gentil y caballeroso la verdad. Era un hombre ya canoso y con barriga y algo regordete por lo que no me llamó la atención y yo iba a trabajar. Él se sentó delante y le di el nombre del hotel y se puso en marcha.

En el transcurso del viaje, me preguntaba lo típico, si estaba allí por ocio o por trabajo, a lo que yo le respondí que por trabajo, me preguntó de donde era, y yo le respondí. Al llegar al hotel el amable taxista me dio su tarjeta por si necesitaba más sus servicios, yo le dije que si, que en lo que estaba en Madrid necesitaría moverme y que con mucho gusto le llamaría, me ayudó a bajar las maletas, le pagué, se fue y yo me metí dentro del hotel.

A la mañana siguiente llamé al taxista, necesitaba ir a la reunión por suerte estaba libre y me dijo que en unos 15 min estaría en la puerta del hotel, ese día llevaba una americana y una falda con una camisa debajo, tacones de 15cm bragas y sujetador de encaje y medias, puntual al segundo estaba allí, me llamó al móvil y bajé, volvió a ser muy servicial y caballeroso, me preguntó que qué tal la noche, si había estado agusto en el hotel etc etc, yo le contestaba amablemente, de vez en cuando miraba al espejo retrovisor de dentro y veía como me miraba, esos ojos marrones oscuros se clavaban en mis piernas, y ya sabéis cómo eso me pone, por lo que ligeramente las abrí y el sonrió. Estuve así durante todo el trayecto dando el espectáculo a mi chófer y el no apartaba la vista obviamente. Llegamos a mi destino y le dije que si era tan amable que me podía pasar a buscar a las 15:30h que era la hora en la que acababa, el accedió le pagué me abrió la puerta y antes de entrar en el edificio me giré y allí estaba mirándome el culo, le guiñé un ojo y entré.

Durante la jornada laboral no paré de pensar en el taxista, no era muy guapo y me superaba en edad yo tenía 30 años, y por supuesto estaba casada, pero decidí premiarlo por toda su caballerosidad y amabilidad.

Cuando salí a las 15:30 el viejito estaba allí esperándome, le pregunté si llevaba mucho tiempo y me respondió que unos 10 minutos, entre una risa picaresca le dije: tranquilo que te lo compensaré, él se rió y fue a abrirme la puerta de atrás como las anteriores veces, pero yo decline:

Yo: prefiero delante, atrás me siento sola

Taxista: como desees.

Con su amabilidad me abrió la puerta del copiloto y cerró al sentarme.

Inició la carrera y yo ya tenía el plan decidido, el taxista me iba a follar.

A los cinco minutos de iniciar la carrera, abrí mis piernas, y al mirar de reojo vi que las miraba, eso me puso muchísimo y me envalentoné, con delicadeza y segura de mi misma, alargué mi mano y empecé a sobarle el paquete, el no reaccionó solo se acomodó mejor en su asiento y me facilitó el acceso a su pene el cual estaba flácido.

Siguió conduciendo por lo que yo seguía con manoseando su pene por encima del pantalón. Llegamos a un semáforo que estaba rojo y aproveché para sacárselo, le desabroché el cinturón del pantalón, le bajé la bragueta y le saqué el pene. Era un pene pequeño, unos 14-15cm, no muy grueso y arrugado, empecé a masturbarle, durante la carrera, pero pasado 5 minutos me pidió que parase que de iba a correr, que iba a meter el taxi en un parking y tendríamos intimidad, yo accedí solo quería follarmelo.

Llegamos al parking y nada más aparcar fuimos a la parte de atrás del taxi, el de sentó y yo me puse de rodillas y empecé a chuparsela, sabía un poco agria pero rápidamente mis babas la limpiaron y me la metía entera en la boca, la aguantaba dentro y la sacaba, el taxista no sabía cómo estar, se movía de arriba abajo, se medio giraba.... Yo seguía a lo mío pero estaba demasiado caliente, necesitaba su polla dentro.

No había mucho espacio dentro del taxi por lo que había que hacerlo fuera, me recosté sobre el asiento dejando mis piernas fuera y mi culo empompa, al ponerse el condón puso su pene en la entrada de mi vagina, y la metió, noté su barriga golpeando mi culo. Para su edad, follaba muy bien, entre embestida y embestida, me daba palmadas en el culo, me encantaba, sus embestidas eran fuertes, cada embestida me metía dentro del coche más y más, no tardó mucho en venirme un orgasmo y al ser multiorgasmica el segundo no tardó en llegar, el taxista me sorprendió, dado que mientras me embestia con una mano empezó a estimularme el clítoris, joder como me puso, me corría viva, no paraba de correrme y tener orgasmos, empezó a coger velocidad de las embestidas e hizo algo que me terminó de sorprender, en una de sus embestidas la dejó dentro y entre sus gemidos, agarró y apretó mi vagina cerrándola mientras el de corría, apretó tanto que notaba como subía el chorro de semen por su pene y eso me provocó un orgasmo bestial, madre de Dios.

Cuando paro de correse sacó su pene de mi vagina y fuera del coche me puse de rodillas y le limpié la polla de los restos de semen, y ahora sí que sí sabía ese trocito de carne a gloria, no la tenía grande, pero él mi cabrón sabía utilizarla.

Entre risas nos volvimos a montar en el taxi y al llegar al hotel, no me cobró, y yo se lo agradecí dándole mis bragas. Nos despedimos con un beso y le dije:

Yo: mañana a la misma hora y prepárese que habrá más sesiones.

El taxista se marchó con mis bragas, y los días en Madrid transcurrieron normal hasta que mi taxista llegaba a por mí al trabajo, las sesiones de sexo eran iguales por lo que no las relataré, no me cobró más y yo se lo agradecía como su putita.

Cuando volví a mi ciudad había follado 3 veces más con él en el mismo parking, con la misma postura ya que el taxi no daba para más y el hotel era estricto con las visitas. La experiencia fue increíble y espero que el taxista aún guarde todas las bragas que le regalé cada vez que me follaba.

Espero que os guste esta historia REAL, es corta justamente por eso, por ser real,

Un beso, espero vuestros comentarios, valoraciones y correos, y si queréis animaros a enviarme vuestros relatos para que os lo publique lo haré con gusto o incluso vuestros relatos fantaseando conmigo (que ya hay algunos), publicaré los que más me gusten

Un beso