Sexo con un Oscuro Ser

Como tuve un encuentro sexual con un extraño y oscuro ser.

Desde las alturas te observo, caminas coqueta, sabedora de tu hermoso cuerpo, te contoneas y mueves las caderas, tu minifalda negra exalta tus nalgas y esas medias negras hacen que tus piernas luzcan aún mas preciosas, la chamarra de piel oculta el top que cubre tus abultadas tetas.

Aunque es de noche y la calle que transitas esta sola y oscura, no te preocupas, tienes confianza en los años de entrenamiento de defensa personal; confías en tu habilidad y muchas veces has demostrado tu capacidad como combatiente.

Te observo desde el techo de las casas, mi aliada es la oscuridad que me cubre y permite vigilarte sin que me veas. Me excita tu sensual andar y me caliento. Te sigo con sigilo saltando de casa en casa, mis movimientos son rápidos e imperceptibles. Escudriño el panorama y me percato que las condiciones son las propicias para actuar. Cuando llegas a la esquina de ese desolado callejón salto detrás de ti y te tomo del cuello, en una fracción de segundo te zafas y me tiras al suelo, antes de que me puedas rematar yo ya estoy de pie, atacas con una patada a los huevos y un golpe a la garganta, tu intensión es lastimarme; con facilidad bloqueo tu ataque y te asombras de la velocidad de mis movimientos, pero te asusta mas mi apariencia, mi piel pálida, mis ojos negros, mi cabello negro largo hasta los hombros, pero sobre todo mis prominentes colmillos.

Cuando empiezas a salir de tu asombro recibes un puñetazo en el estomago que te saca de combate. Te cargo y te llevo a la profundidad del callejón, te deposito en el piso; aún aturdida no entiendes lo que pasa; me pongo de cuclillas y nuestras caras se encuentran frente a frente, te someto con mis manos y sigues sin comprender lo que sucede. Comienzo a besar tu cara, tu frente, tus mejillas, tu barbilla, tus labios, lamo esos carnosos labios color carmín que tienes, otro beso y luego muerdo tu labio inferior, sueltas un pequeño grito de dolor, permito que escurra un poco la sangre, la observo como baja por tu barbilla y luego lamo con glotonería tu deliciosa sangre.

Tratas de zafarte, pero una de mis manos te sujeta fuertemente; beso tu boca, después de unos minutos comienza un cosquilleo en tu vagina y tus pezones se erectan; no paras de decir que "NO, Detente", pero no hago caso a tus suplicas y en el fondo sé que no quieres que pare.

Me coloco de tal manera que quedo entre tus piernas, subo tu falda mas arriba de tus caderas, abres los ojos de asombro y sales de tu estupor, entiendes que quiero hacerte mía. Gritas y suplicas que NO, te callo con un beso en la boca y tu resistencia se termina, suelto tu mano y acaricio tu vagina por encima de esa diminuta tanga roja; con la otra mano sobo tus tetas por arriba del top.

De un tirón arranco tu tanga, me la llevo a la nariz y disfruto de su olor, esta algo mojada y confirmo que estas excitada, huelo una mezcla de miedo y excitación. Guardo tu prenda en el bolsillo de mi gabardina negra, acerco una de mis filosas y largas uñas y la recorro por tu cara, si hiciera un poco mas de presión cortaría tu mejilla, mi dedo llega hasta tu cuello y hago una pequeña incisión cerca de la yugular, brotan gotas de ese precioso liquido rojo, observo como sale y me excito aún más.

Acerco mi boca a tu lindo cuello y lamo y bebo tu sangre. Mientras me alimento de tu exquisita sangre mi mano se posa en tu clítoris y lo comienza a masturbar; sientes un gran placer proveniente de tu clítoris, pero la sensación de succión de tu sangre amplia todavía mas el placer, desde hace varios minutos que dejaste de pelear para impedir que te violara; pero ahora no solo no te resistes, te has relajado y cerrado los ojos y empiezas a emitir leves gemidos, tus "NO por favor" son casi imperceptibles.

Percibo el olor a hembra excitada y decido beber de otro lado de tu cuerpo, coloco tus piernas en mis hombros y produzco una herida en tu ingle muy cerca de tu vagina, el sabor de la sangre en esa zona es mi preferida porque se mezcla la adrenalina de tu calentura con la sangre.

Mi lengua lame la sangre que emana de tu ingle y termina su viaje en los labios vaginales, al mismo tiempo sigo tocando y acariciando tu clítoris, lo pellizco y meto dos dedos en tu vagina, mi otra mano estimula el ano. A ti ya no te importa saber quien o que soy yo, te dejas llevar por el placer intenso que sientes y que nunca en tu vida habías tenido.

Recorro con satisfacción la herida en tu ingle, disfruto lo dulce de la sangre, mi lengua termina su recorrido en tu clítoris, juego con él unos segundos y vuelvo a lamer. Pones los ojos en blanco y gimes ruidosamente del placer. Acomodo bien tus piernas en mis hombros, desabrocho mi pantalón, cojo tu cintura, en unos instantes nuestras miradas se encuentran, nos vemos fijamente y adivinas lo que viene y lo deseas; cojo mi verga y acerco el glande a tu raja, tu cuerpo se estremece, paso mi cabeza por toda tu vulva, nuestros fluidos se mezclan; me detengo, te miro fijamente y se dibuja en mi una sonrisa maliciosa, tu comprendes y cierras los ojos.

Con una de mis manos me ayudo para abrir tu raja y meto de golpe solo la cabeza, los dos gemimos. Me encanta como tu chocho aprieta mi glande, tu sexo es muy estrecho y me da mucho placer; mi verga prosigue el viaje al fondo de tu conchita exquisita, estas tan apretadita que mi verga palpita de gusto.

Cuando termina de entrar por completo mi pene descanso unos segundos y disfruto tu estrechez, contraes tu vagina un par de veces y me siento en la gloria; abro por completo tu chamarra y destrozo el top, así puedo apreciar tus tetas firmes y tus pezones erectos de la excitación. Con un dedo inicio un paseo por el contorno de tus aureolas, palpando su textura, disfruto su calor y pellizco los pezones.

Me acomodo sobre ti y coloco tus piernas a mis costados, tu me abrazas con las piernas, me comienzo a mover lentamente, salgo casi por completo y luego entro muy,. pero muy lentamente hasta estar otra vez en el fondo por completo, y de nuevo el bombeo lento. Gimes.

-Sï así- dices.

Acerco mi cara a tus tetas, lamo tus pezones, sigo bombeando lentamente, mordisqueo tu pezón derecho y bombeo, pellizco tu pezón derecho y bombeo, lentamente y siempre lento. Con mis colmillos filosos muerdo en el contorno de tu aureola y brotan pequeñas gotas de sangre, a medida que voy mamando la sangre y tus tetas, mis movimientos se hacen mas rápidos gradualmente en tu concha.

En verdad el sabor de tu sangre se torna exquisita, aún mas con la mezcla de tu excitación, un verdadero manjar y bebo gota a gota que emana de tu aureola. Tus piernas se abrazan a mi con fuerza y aprietas mas para que te penetre con fuerza; tus gemidos son mas fuertes y tratas de contenerlos, muerdes tu labio inferior que te hace ver mas sensual, te mesas los cabellos de placer.

Ahora se que no me he equivocado y elegí a la "víctima" perfecta, cumples con muy bien las expectativas, eres la mejor, la única. Siento venir tu orgasmo y arremeto mas fuertemente, apenas pasan unos segundos y gritas de placer, tu cuerpo se tensa y después lo aflojas, me sueltas y caes en un estupor, tu respiración se va normalizando, en tu boca se dibuja una sonrisa de satisfacción.

No me miras, cierras los ojos, sientes un pesado cansancio, no puedes mover tu cuerpo y tu mente esta confundida, no captas lo que acaba de suceder, solo sientes placer.

Yo todavía no he terminado, no he llegado al orgasmo y sobre todo no he terminado de alimentarme de ti. Con facilidad te pongo boca a bajo, tu te dejas hacer, te tomo de las caderas y te levanto, quedas hincada con tus tetas apoyadas en el piso; sigue tu estupor y te sientes débil. Acerco mi cara a tu ano y comienzo a lamerlo, apenas lo sientes y con voz casi imperceptible solo atinas a decir:

-Por ahí no-

Obviamente hago caso omiso y sigo lamiendo, luego acaricio tus nalgas y poso mis dedos en tu culo, me dedico a dilatar tu apretado ano con mis dedos, los ensalivo e introduzco en tu hueco, uno, dos, hasta tres. Coloco mi verga y la meto en poco y la saco, meto mas y la saco, en cuatro envestidas tienes tu culo lleno de mi verga, solo gimes y salen unas lagrimas de tus ojos; me quedo en tu interior quieto, cojo tus tetas y las estrujo, acerco mi boca a tu cuello y lo muerdo, mis colmillos alcanzan la yugular y de las heridas emana tu sabroso liquido rojo, eso me excita mas y lo bebo, comienzo mis movimientos y bombeo a buen ritmo tu culo.

Te encanta que te este dando por el culo y no paras de gemir, aprieto tus tetas y pellizco tus pezones, pero sobre todo lamo las gotas de sangre de tu cuello. Nuestros movimientos son acompasados, disfruto mecho de tu interior, me aprietas muy rico y estoy casi a punto de correrme, hago un esfuerzo para seguir disfrutando de esta sensación.

-¡Si así, sigue!- gimes sensualmente.

Obtienes otro intenso orgasmo y tu cuerpo se estremece, cuando te corres yo succiono con mas fuerza la sangre de tu cuello y aprieto fuertemente tus deliciosas tetas.

Me salgo de ti, tu cuerpo esta pálido y tu cara luce cansancio, casi desfalleces, no tienes fuerzas, tu visión es borrosa, estas desorientada y mareada, tu vida te abandona, estas a punto de expirar, pero sientes que valió la pena, ha sido el mejor sexo de tu vida. Me volteas a ver, solo observas mi silueta borrosa. Cierras unos segundos los ojos y al abrirlos vez mi verga a unos centímetros de tu boca.

-Mámalo- te digo; con las fuerzas que te quedan lames mi glande empapado, lo saboreas y te agrada, probar mis líquidos preseminales te han dado un segundo aire, sientes como empiezas a revitalizarte.

-Bebe mi semilla putita, volverás a vivir- te digo entre suspiros.

Poco a poco vas tragándote mi falo y tu boca juega con él, lo mamas y succionas fuerte, con tu mano izquierda me masturbas la verga y con la derecha acaricias mis testículos. En verdad que rico mamas, toda una profesional, le das tanto placer a mi miembro que no aguanto mas y obtengo mi anhelado orgasmo.

-¡AAAAHHHH!!! gimo. Expulso abundante semen blanco dentro de tu boca.

-Trágalo nenita- te ordeno, es el néctar de la vida.

En verdad es mucha leche y mi orgasmo se prolonga, gimo de placer, tu sigues succionando y mamando mi verga. Me sueltas y tu cabeza te da vueltas, sientes mucho calor en todo el cuerpo, me vez a los ojos y todo se pone mas borroso y oscuro hasta que pierdes el conocimiento.

Me subo los pantalones y te observo por largo rato, recorro suavemente tu cuerpo con mis manos y huelo tu cuerpo, te tapo un poco con tus prendas y te robo un beso muy tierno en los labios. Me retiro.

Pasan horas antes de que tu despiertes, ya casi es de madrugada, estas desorientada, te levantas, pasan algunos segundos y tu mente se despeja, comprendes todo, te sientes fuerte, ágil y llena de vida, te pones en marcha a tu casa y en tu cara se dibuja una sonrisa de satisfacción. Sabes Amalia, que de ahora en adelante nada será igual.