Sexo con un maduro de 71 años
Cuando tenía 19 años decidí darle un regalos a un señor muy especial que tenía 71 años.
Este relato que paso a contarles pasó un viernes de noviembre. Yo tenía 19 años para entonces. Trabajaba en un consultorio odontológico, como asistente, y al día de hoy sigo en el mismo trabajo.
Ya eran las 16.30 de la tarde, y llegó el último paciente. Lo conocía bien porque, solía venir una vez por semana para hacer distintos tratamientos. Su nombre es Ricardo, es un hombre muy simpático y agradable. Siempre me traía algo para comer o una flor. Era muy atento conmigo. Era alto, media cerca de 1.85m. De contextura grande. Pelo canoso, tenía rasgos bien masculinos. Se veía que fue muy apuesto de joven.
Eran casi las 17.15 de la tarde. Cuando sale mi jefe y me dice que a Ricardo le había bajado la presión, y si me podía quedar con el hasta que este bien que tenía que irse. Le dije que no había problema y fui al consultorio.
Que pasó Ricardo? le dije.
Ay nena me siento apenado, esto pasa por la edad.
No hay problema cuando se sienta mejor me dice.
Estuvimos hablando un buen rato de todo, nos contamos cosas personales, me llegó a contar que era viudo hace 5 años, vivia solo en su casa a unas 7 cuadras del consultorio.
Cuando lo ví mejor, le dije: - Levantese que lo acompaño a su casa.
- No nena, no te molestes ya estoy bien.
Estuvimos unos minutos que sí, que no. Hasta que lo convencí.
Apagué las luces del consultorio, cerré las ventanas y me saqué el guardapolvo. Cuando me lo saqué, Ricardo no pudo disimular sus miradas hacia mi cuerpo. La verdad era que me había vestido bastante perra. Llevaba un pantalón de jean blanco bien ajustado, una musculosa verde, también ajustada con un escote bien grande que mostraba gran parte de mis pechos.
Desde entonces a Ricardo se le dificultaba mirarme a la cara, si no miraba mis pechos me miraba la cola.
Una vez en la calle, yendo a su casa, seguimos hablando de otras cosas, mientras, cada tanto alguien desde un auto o de la calle me gritaba algo, aunque ya estaba acostumbrada mas cuando salía con esos escotes.
La verdad era que me caía muy bien Ricardo y quería hacer algo por el. En un momento me había dicho que no había estado con una mujer desde que su mujer murió. Y por como me hablaba deseaba estar con otra mujer.
Por dentro pensaba, no me molestaría tener una atención con el, ya había estado con varios maduros y el realmente me caía bien. Por lo que me decidí a hacerle pasar un buen rato.
Cuando llegamos a la casa, me agradeció por todo y me estaba despidiendo.
No me invita con un café, que tengo que hacer tiempo y me vendría bien la companía.
Claro nena, no te invité para no hacerte perder el tiempo con un viejo como yo.
No sea así que me encanta estar con ud., le dije.
Pasa entonces.
Entramos, la casa era realmente muy linda, amplia y limpia, tenía un estilo antiguo pero tenía buen gusto. Me dijo que me ponga comoda mientras el preparaba el cafe.
Me senté en el sofá, y espere por el. Tomamos el café juntos, no dejaba de verme las tetas, eso me dió mas confianza. Cuando terminamos con el café. Me paré delante de el, me incliné y le dí un beso en los labios y le dije le voy agradecer por el café. Ricardo quedó perdido no entendía que pasaba. Saqué el celular de mi cartera, elegí unos temas y lo puse en altavoz, dejé el telefono sobre una mesa, y empecé a bailar para Ricardo.
Empecé a hacer movimientos de muy perra, le acercaba mis pechos a su cara, mi cola, me agachaba. Luego empecé a sacarme mi musculosa, muy lentamente, seguí bailando, desabroché mi jean, me puse de espalda a Ricardo, y con mis piernas bien rectas, tire mi torso hacia abajo dejandole mi cola bien de frente contra su cara mientras bajaba mi pantalón, mi tanga era muy diminuta y la tenía bien metida dentro de mi cola, por lo que tendría una excelente vista. Luego bajé mi tanguita blanca, dejandome desnuda de la cintura para abajo.
Me reincorporé, seguí bailando muy sexy delante de el y me desabroché mi corpiño blanco, quedando completamente desnuda, me empecé a acariciar mis pechos, luego pasé mis dedos por mi vagina depilada, me metí un par de dedos y luego los lleve a mi boca, los lamí por un rato mirando fijamente a Ricardo.
Me acerqué a el, me incliné y comencé a besarlo, metí mi lengua en su boca, y lo bese por un buen rato. Mientras nos besabamos, metí mi mano derecha debajo de su pantalón, agarré su pene, que ya estaba tomando dureza, no sabía si lograría pararla, pero se estaba poniendo dura de a poco. Dejé de besarlo, y le puse mi pecho derecho en su boca, comenzó a lamerlo y a chuparlo desesperadamente. Sus manos mientras tanto recorrían mi cuerpo, la pasaba por mi vagina, que me dí cuenta que estaba húmeda, me acariciaba mis labios vaginales, me metío un par de dedos dentro de mi concha, mientras deboraba mi pecho. Luego sus manos pasaron a mi cola, acariciaba mis nalgas, las apretaba con sus manos y me las separaba, y aprovechaba a meterme algún que otro dedo en mi ano. Comenzó a hundirme de a poco su dedo dentro de mí.
- No pensaba que le gustaba el anal? le dije.
Se rió y me dijo: -me encanta ver videos en internet aunque nunca lo hice.
- Uy lo que se esta perdiendo, vamos a ver que podemos hacer, le dije.
Se rio morbosamente. Me alejé y me arrodillé delante de el, tome su pantalón de la cintura y se lo bajé con su ayuda, luego bajamos el boxer, y dejé su pene al descubierto que ya estaba bien duro, me sorprendió, no esperaba ver su miembro tan duro, y se veía hermoso debo decir. Tendría unos 14 o 15 cm, pero era grueso y venoso como me gustan.
Tomé mis pechos y puse el pene de Ricardo entre mis tetas, los sujete y empecé a masturbarlo con mis pechos, se moría de placer, gemía demasiado. Mientras lo masturbaba, inclinaba mi cabeza hacia abajo y rozaba con mi lengua la cabeza de su pene. Lo miraba con una cara de muy perra. Estuvimos varios minutos así, hasta que saque su pene de mis tetas y puse su miembro en mi boca. Y me lo tragué hasta el fondo, lo mantuve dentro de mi garganta unos cuantos segundos y con mi lengua y labio inferior jugaba con sus huevos, realmente apestaba su miembro a pene, aunque me encantaba todo el morbo de la situación. Luego empecé a mamarlo con locura, lo peteaba como loca de la punta de su pene hasta la base, una y otra vez, sentía su pene entrar y salir de mi garganta, me excita mucho la situación, los gemidos de Ricardo eran increíbles creaban un clima excelente, tuve que poner mi mano derecha en mi concha y comencé a masturbarme mientras le mamaba su miembro. No lo podía creer pero estaba muy mojada por mi parte.
Sentía que estaba x acabar Ricardo y paré, todabía tenía que romperme mi colita y no iba a dejar que acabe aun.
Saqué su pene de mi boca, me pare y me subí sobre Ricardo, una rodilla de cada lado, quedando mis pechos contra su cara. Con mi mano, agarré su miembro y me lo metí en mi vagina humeda, empecé a saltar como loca sobre el su pene entraba y salía de mi concha, con mis tetas rozando su cara. Ricardo aprovechaba para manosear todo mi cuerpo, sobre todo mi cola. Me encantaba su miembro se sentía tan bien dentro mio, verlo tan mayor y excitado conmigo me producía mucho morbo. Me mojaba mucho todo. Deseaba que me ponga en cuatro sobre el suelo y me penetre bien duro mi colita una y otra vez, pero tenía sus años y problemas para moverse.
Asi que, me levanté, y le dije que me gustaría sentir su pija en mi culo, se lo dije bien sucio porque estaba muy excitada, me sentía muy perra. Le dí la espalda, flexioné mis piernas y le puse mi cola cerca de su cara.
- Necesito que me dilaten la colita así no duele tanto, con voz de nenita. Le dije.
Tomó mi nalgas con sus manos las separó, y lamió la raya de mi cola de arriba a abajo, se sentía tan rico, luego su lengua lamió mi ano y empezó a penetrarlo con esta.
- Ahhhhhhhh mmmmmmmmm, gemía como loca, ya quería su verga dentro mio.
No estaba bien dilatado mi ano pero lo quería penetrandome ya, me acomodé sobre el dandole la espalda, con mi mano acomodé su miembro en la entrada de mi ano, y empecé a dejar caer mi cuerpo sobre este, sentía como su cabeza entraba de a poco, me dolía bastante, pero era muy placentero, su pene entraba cada vez mas, me dolia pero seguía hundiendo, lo quería bien dentro mio, su miembro me iba abriendo por dentro se hacía paso hasta el final. Cuando lo sentí completamente adentro mio, emepecé a saltar como loca, su pene entraba y salía por mi interior una y otra vez, era tan rico sentirlo en mi interior, sentía como nuestros cuerpos chocaban, plaf, plaf, plaf, estaba muy humeda mi concha, sus manos tomaron mis pechos, al principio los acariciaba, luego empezó a pellizcar mis pezones con fuerza.
- Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, me vengo nenaaaaaaaa, siiiiiiiiiiiiii.
Eyaculó dentro de mi cola, yo con su pene dentro mi masturbé por unos minutos con violencia hasta que acabé también, estuvo entre mis mejores acabadas. Fue tan morbosa la situación, que me hizo acabar de una forma que no esperaba.
Me quedé sentada sobre el, unos cuantos minutos, Ricardo acariciaba mis pechos, piernas, vagina. No nos hablamos en ese tiempo solo descansamos.
Me levanté, algo adolorida por la cola, y le pedí si podía bañarme, me dió una toalla y fuí a ducharme. Frente al espejo del baño, me miraba y me reía sola, no podía creer lo que había hecho, me toqué el ano y tenía algo de su semen dentro de mi ano, me metí los dedos para sacarlo y me los metí en la boca. Lamí mis dedos y me reía sola.
Me duché me vestí delante de Ricardo, lo besé en la boca y me fuí.
Mientras iba a mi casa pensaba lo que había hecho y me pareció como un sueño todo. Pero debo decir que fue una excelente experiencia.
Es increíble como es la vida, uno empieza un día sin saber que va a pasar, si una esta dispuesta cualquier cosa puede llegar a suceder.