Sexo con un desconocido
Sueño o realidad de una mujer casada?.
Me había levantado como todos los días, preparado el desayuno a los niños .y lista para el trabajo en la oficina, pero algo sentía en el estomago, no sabía lo que era, tampoco le dí mas importancia, deje a los niños en el colegio y cogí el metro para llegar a mi trabajo.
Me senté en un sitio libre que me dejo amablemente un joven, al cabo del tiempo, me fijé en el hombre que tenía enfrente de mí.
Parecía alto, bien vestido, con un traje muy elegante, no era especialmente guapo, pero tenía algo que le hacía atractivo, algo que solo las mujeres nos damos cuenta. Seguí fijándome en él, algo, que no sabía el qué, me atraía de ese hombre, el se fijo en mí y tuve que desviar la mirada. Me puse colorada como un tomate, el hombre seguía mirándome y yo no sabía donde mirar.
Sonó por la megafonía del vagón que mi parada era la próxima, me levante, cogí mi bolso y mi carpeta, cuando pasaron corriendo dos chavales, que casi me hacen caer.
Me bajé del metro y subía las escaleras de la estación cuando al mirar hacía atrás vi como el atractivo hombre que estaba enfrente de mí en el metro, corría hacia mí
-Se te ha caído esto-dijo entregándome unos papeles que se me habían caído de mi carpeta.
-Gracias, le dije mirando a sus ojos verdes y a su boca.
Sin darme cuenta nos estábamos besando, no se como había pasado pero nuestros labios se unían lascivamente.
Me cogió de la mano, y me llevo hasta el lavabo de señora, afortunadamente no había nadie, mi corazón latía fuertemente, y mi sexo se humedecía por momentos.
Entramos en el último, seguíamos besándonos como dos adolescentes enamorados, sus manos recorrían todo mi cuerpo y yo me estremecía.
No podía creer lo que me estaba pasando, estaba en el lavabo de señora, con un desconocido, besándonos y acariciándonos.
Me abrió la blusa, con tal fuerza que salto un botón, pero quería que lamiera mis pezones, duros, erectos, su lengua no dejaba de jugar con ellos mientras yo acariciaba su pelo.
Me dio la vuelta y me puso contra la pared me bajo la falda y el tanga, su boca se pego a mi oído sentía su respiración agitada, de pronto note su sexo caliente, duro, dentro de mí, quería tenerla dentro de mí, sus embestidas cada vez mas duras y salvajes me tenían pegada a la pared, su pecho en mi espalda, nuestros gemidos eran cada vez mas fuerte, hasta que sentí como su néctar caliente se derramaba en mi sexo .seguimos pegados hasta que nuestras respiraciones se tranquilizaron ..nos vestimos y con un escueto adiós nos despedimos.
-Señora, señora
-¿Qué? ¿ qué pasa?
-Se ha quedado dormida y esta es la última parada.-Me dijo el revisor del metro
-Ah ,gracias -dije poniéndome algo ruborizada.
Cuando llegue a la oficina, mis compañeras me preguntaron que me había pasado, les dije que me había quedado dormida en el metro.
Todas mis compañeras se rieron, y una de ellas, me dijo:
-Y cuando salgas por la mañana mírate bien en el espejo, porque te falta un botón de la blusa.
Miré mi blusa, efectivamente me faltaba ..¿ de verdad había sido un sueño?.