Sexo con mis hermanas

Mis padres siempre en ocasiones nos dejaban solos, ( a mis hermanas y a mi). Y en ocasiones eran horas o días, ya que viajaban mucho y yo me tenia que quedar a cargo de ellas.

Hola lo que van a ver continuación es algo de lo que me paso, cuando comenzaba con mi pubertad. Son aquellos en que uno se vuelve calenturiento y anda en busca de alguien para bajarnos la calentura o simplemente hacerse una manuela, yo tenia para ese entonces 13 años y ya sentía esas ganas irremediables de jalármela.

Hacia ya años atrás que mi padre tenia guardadas películas pornográficas, las cuales yo veía cuando ellos o nadie se encontraba en casa, que prácticamente era a diario.

Mis padres siempre en ocasiones nos dejaban solos, ( a mis hermanas y a mi). Y en ocasiones eran horas o días, ya que viajaban mucho y yo me tenia que quedar a cargo de ellas.

En una de esas ocasiones a mis padres los invitaron a una fiesta, en la cual no podíamos asistir, ya que era de gala y solo para gente mayor. En ese momento mi mente empezó a dar vueltas a mi imaginación, pensando en aquellas películas que mi padre guardaba "celosamente", para verlas a mis anchas y sin ningún temor hacer cachado, claro solo por mis hermanas, pero eso no me preocupaba, ya que tan solo de mandarlas a dormir era suficiente, ellas tenían 11 años y han de saber que son gemelas, unas gemelas que a su edad ya empezaba a notárseles sus pechos abultados bajo sus blusas y sus nalgas bien paraditas, que a veces no me podía contener en tocárselas, ya que me volví mañoso con ellas y cosa que me extrañaba no me repelaban.

Pero nunca me atreví a darles en su quizás rica pajita, ya que, ¿cómo yo, iba hacerlo con ellas?, eran mis hermanas. Bueno en fin.

Esa ocasión mi padre me ordeno cuidarlas e irnos a dormir temprano ya que a lo mejor llegaban hasta otro día, ya que era un lugar muy lejano y a lo mejor, con unas copas encima no iban a poder regresar en el carro. A las pocas horas de esto llamaron a casa, una amiga de una hermana, la invitaba a dormir a su casa, cosa que mi padre la dejo ir y entonces mi hermana y yo nos íbamos a quedar solos y yo todavía insistí que también mi hermana se fuera, pero mis padres no la dejaron ir ya que ¿cómo me iba a quedar solo?.

Pero yo lo hacia para ver las películas a solas completamente y pues ni modo que más le hacemos.

Ya entrada la noche, mis padres partieron a la fiesta, no sin antes dejar a una de mis hermanas con su amiga, quedando a merced de la soledad mi hermana y yo solos en casa.

Entrada la noche, a mi hermana le empezó a dar sueño e inmediatamente se fue a dormir, yo en cambio me preparaba para ver una película, entre al cuarto de mis padres y sin preámbulos la comencé haber, era una de esas películas que tenían mucha acción y prácticamente me ponían al máximo. En ese momento de lujuria que tenia al estar masturbándome, escuche un ruido en la sala y me asuste. Rápidamente apague la tele y me asome para ver que era y en eso percibí una silueta, era mi hermana que estaba ya hacia rato observándome como me masturbaba, pero ella no se dio cuenta, que la había cachado.

En eso en mi mente no se que paso, que me ordeno seguirla hasta su cuarto. Llegue y sigilosamente abrí la puerta y cual fue mi sorpresa que ella también se estaba masturbando, se había calentado al estar viéndome, nunca había visto ese manjar tan coloradito que tenia en esas exuberantes piernas, ni en las películas porno, estaba semicobijada pero dejaba ver aquel montecito, que cadavez lo tocaba con mas fuerza, tocándose sus ricos pechos, a pesar de ser muy chica para esto, lo hacia muy bien. Al estar viéndola, yo también me empecé a calentar y me tocaba la verga, ella jadeaba cada vez disfrutando a lo máximo hasta que se paralizo por completo, había llegado al clímax, y eso me calentó mas, seguí observándola como se seguía tocando hasta que me vine entre mis manos, nunca me había venido así de esa manera, era algo que jamás había sentido algo nuevo para mi. Tanto era mi distracción que deje mas abierta la puerta y entre reojo vi que mi hermana me estaba observando, con pena y todo trate de esconderme. Volví ha observar y ella ni siquiera se movió de su lugar, que hasta pensé que no me había visto, y se quedo dormida.

Entre poco a poco al cuarto dirigiéndome a la cama de mi hermana, tenia la cara tapada con una almohada, pero dejaba ver sus piernas al aire, como invitando a todo a aquel que las quisiera tocar. Tarde ni perezoso me fui acercando poco a poco, viendo a mas detalle aquello que me dejo boquiabierto; pero no lo podía ver, por mas que me agachaba y con temor de que se diera cuenta.

En eso le toque sus delicados pies suavemente dándole un masaje muy delicado, tan delicado que alcance a escuchar un quejido que le salía, la seguí acariciando poco a poco los pies y ella dejaba que siguiera, y volvió a quejarse, retorciéndose un poco. Mi pene empezaba a crecer y a llorar de lujuria queriendo penetrar ya en esa cuevita que estaba acogedor, esperando al primer valiente que se atreviera a penetrarla. En unos cuantos segundos ya estaba muy cerca de su montecito y ella no se movía, se veía en su respiración que cada vez era mas agitado. Levante suavemente la cobija dejando ver por completo su pachocha y tremendamente mojada, a punto de turrón, sin preámbulos me dirigí a tocarla suavemente como un felino tras su presa, tratando de no espantarla, para que no se me fuera viva la paloma.

Al tocarla, sentí como aquello estaba ardiendo y nuevamente escuche su quejido, pero esta vez mas profundo, era una cosa espectacular algo insólito, su cosa estaba lisita lisita y muy suave chorreaba a cantaros, mas que en esas películas porno, nunca había visto algo igual algo que nunca voy a olvidar.

Seguí mas adelante, tanto y sin pensarlo, que ya la tenia a merced mía, solo la tapaba la cara, su cuerpo de 11 años ya estaba bien formado, súper desarrollado, era ya una mujer tempranamente. Sin pensarlo la fui penetrando poco a poco disfrutando a todo lo ancho, ya que no había prisa teníamos largo tiempo. Poco a poco fui introduciendo mi verga y ella se dejaba llevar, cada vez habría mas sus piernas y yo lo metía mas profundo, estaba que ardía su pachocha, me quemaba, sentía morirme, ya mi pene estaba a la mitad adentro.

sentía un escalofrió de gusto por todo mi cuerpo, estaba penetrando a mi hermana, estaba siendo el primero en su vida que le quitaba su virginidad. Y ella me correspondía.

Sin mas ni menos ya mi verga estaba totalmente a dentro, me empecé a mover como lo hacían en las películas porno, era algo espectacular sentir su cocho bien apretadito y mojado. Para eso ella ya estaba supercaliente que ni rehusó rechazarme, al contrario se veía que mas quería, eso me emociono bastante que estaba a punto de reventar.

Ya con mi verga adentro y quemándome las entrañas me sentía en el paraíso, deseaba que esto no terminara, pero llegue a la cúspide, saque mi verga de su panocha, viniéndome encima de ella, era algo que sentía mas rico que al hacerlo manualmente y eso me encanto, era mi primera vez que lo hacia con una mujer y virgen por completo, recién hecha ya mujer.

Mas sin embargo ella no se quito la cobija ni siquiera se tomo la molestia de limpiarse, todo lo hice yo. Le coloque sus tanguitas y la volví a cobijar, me dirigí a su cara para ver su expresión y solamente me hecho una sonrisa de satisfacción y agradecimiento. Yo hice lo mismo con ella. Desde ese día, las cosas entre ella y yo fueron diferentes, casi siempre nos negábamos salir, nunca sospecharon mis padre de nuestras lujurias, ni preguntaban el por que de nuestra negación. Disfrutábamos al máximo. Días después a mi otra hermana también le hice el sexo, quizás mi hermana se lo contó o fue pura casualidad, pero eso será otra historia. Que más adelante les contare.