Sexo con ¿Mi hijastro?
Recibí su mensaje, veámonos por favor, parecía suplica, habían pasado días, lo deje en visto, la desesperación me hizo ceder. Continuación de mis relatos con mi maduro
Este relato es continuación de mi aventura con mi maduro, Ricardo un hombre de 47 años
Ese domingo recibí un mensaje de Junior, quería verme, simplemente lo deje en visto, a la mañana siguiente continúe con mi rutina, sin embargo ese día no vi a mi corredor maduro, así paso el martes y toda la semana, mientras tanto seguía recibiendo mensajes de Junior pidiendo verme. ¿Y si le pasó algo a Ricardo?
Se llegó el fin de semana y como no soy de rogar, decidí asistir a una pequeña reunión con algunas amigas y amigos, al final solo fuimos 4, dos chicas y dos chicos, mi amiga se la paso bomba con los dos chicos, se la follaron esa noche entre los dos, yo como tenía ganas, pero estaba deseando a mí maduro, solo me retire y me fui a casa, eran apenas las 10pm, cuando recibí de nueva cuenta un mensaje de Junior.
-Veamonos por favor - lo deje en visto.
Llegué a mi casa, puse Netflix, pero todo me parecía aburrido, decidí masturbarme, extrañaba que me cogieran, quería un buen trozo de carne, más que de plástico. Me quedé ahí, desnuda, al final la desesperación de coger me hizo ceder ante el hijo de mi maduro, si no podía tener la polla de Ricardo, al menos tendría la de su hijo.
Tome el móvil, simplemente le envié mi dirección, pasaron algunos 15 minutos y sonó el timbre de mi casa, literal Ricardo y yo vivíamos a escasos 5 minutos en auto, así que era entendible que su hijo llegará rápido.
No quería recibirlo desnuda, me puse un camisón corto, abrí la puerta, el me miró, le pedí que pasará, se sento en el sillón reclinable, fui a la nevera y saque dos cervezas.
-¿Cómo está Ricardo? No lo ví esta semana en el parque
- El sale a correr por las tardes - vaya sorpresa eso sólo me confirmó algo, quizá la cosa que tenía con él, se terminó, así que me enfoque en mi premio de consolación.
Así sin más me acerque, me inque, comencé a tocar su pene, el no lo pensó dos veces, se desabrochó el pantalón, saco su pene, woaa, saco el pene grueso de su padre, sin embargo este pene era un poco más grueso y largo, me moje solo de verlo, empecé a masturbarlo, luego comencé a hacerle sexo oral, despacio, lento, disfrutaba ese pene, el tenía sus manos a los lados, gemía, lo disfrutaba, me separé un poco y le pedí me acompañará al segundo piso, a mí habitación, entramos en ella, abri las cortinas, accedí al pequeño balcón, el se recostó en la cama, yo me acerque a él, me quite el camisón y el su ropa, desnudos uno frente a el otro, yo pude notar su cuerpo bien trabajado.
Me quería subir arriba de él, moje un poco su pene con saliva, me monte arriba, cuando me penetró, tardo un poco, su pene era más grande que el de su padre, sentía como me llenaba, mis pliegues se abrían a un nuevo pene, subía y bajaba, Ricky, tomo mis caderas me acariciaba el trasero, las piernas, estaba disfrutando esto, tocó mis pechos, se que estaba disfrutando la vista, nos moviamos juntos en este Vaivén de placer, yo estaba extasiada, me dejaba caer en ese pene, no tarde mucho en venirme, pues ya tenía tiempo sin coger, en cambio Ricky estaba disfrutando bastante este encuentro.
Luego de un rato, me baje, el se puso de pie y mientras me pedía que me pusiera en cuatro, me acariciaba el trasero, cuando estuve a punto de ser penetrada, el se dejó caer en mi espalda.
- No puedo creer que mi padre, disfrutaba de esto - me besaba la espalda, me tocaba los pechos, mientras yo gemía y gozaba, tome su pene y lo puse en la entrada de mi vagina, el se rió, de pronto me la metió, tanto que mi posición en cuatro se convirtió en el encima mío, se acomodo arriba de mi y así, acostada boca abajo empezó a metermela, juntaba mi trasero y lo abría, me acariciaba la espalda, tomo mis manos por detrás de la espalda con su mano derecha, con la izquierda no dejaba de tocarme el trasero, me la metía y sacaba mientras yo estaba gimiendo por placer.
-Asi, déjame escucharte, déjame darte placer, volverte loca, déjame demostrarte que un joven es mejor que un viejo.
El siguió metiéndomela y yo disfrutando, la verdad es que estaba realmente disfrutando del sexo, empecé a mover mi trasero, a ser yo quien llevará el ritmo, me movía adelante y atrás, pues el orgasmo estaba por llegar.
-No, no, no - me dijo el, mientras se separaba - aún no me quiero venir, volteaste
Obedecí como niña buena, me recosté en la cama, el me masturbo un poco, luego tomo mis manos y las puso arriba de mi cabeza, con la mano libre, tomo uno de mis pechos, lo lamió completo, finalizando en mi pezón
- Es increíble que el viejo haya disfrutado de esto, no puedo creerlo - me decía mientras metía prácticamente todo mi pezón en su boca, parecía que quería meter todo mi pecho ahí, luego me la metió, despacio, disfrutar de ese pene, sentirlo dentro de mi, me hacía mojarme mucho, el soltó mis brazos y me tomo de la cintura, él manejaba el ritmo, me atraía hacia él, podía notar esa mirada, esa dónde disfrutaba, esa que a veces ponen los hombres cuando disfrutan del sexo, aquella dónde parecen estar locamente enamorados. Los dos gozabanos, el gemía y yo por igual, de pronto se subió completamente en mi, me abrazó y me besó, los labios, las mejillas el cuello, sin dejar el ritmo, era tan tierno, todo tan romántico. Sentir la fricción en mi vagina, de lo cercano que estaba, hizo que todos mis pliegues, mi clítoris disfrutarán de su pene, no tarde en llegar al orgasmo, era delicioso, sentir ese placer de venirme, mis piernas parecían convulsionarse, el noto mis sensaciones, me dejo disfrutar. Una vez que termine, me miró.
Nos separamos y el se sentó al borde de la cama, yo me quedé acostada.
-Subete arriba de mi - me dijo mientras yo me recuperaba, mire su pene, grande erecto, empapado de mis jugos, me levanté, me puse frente a el, lo abrace por el cuello y nos besamos, subí mi rodilla izquierda, luego la derecha, acomode su pene y me deje caer, así abrazados, besándonos volvimos a disfrutar, subía y bajaba abrazada a él, el se acunaba en mi cuello, dándome pequeños besos de vez en cuando, me tenía tomada de la cintura, me hacía subir y bajar, después tomo mi trasero, me hizo moverme más rápido, mi trasero subía y bajaba hasta que llegó su orgasmo, el jadeaba, se dejó caer en la cama y yo seguí arriba, quería recostarme a un lado pero no me dejó, al contrario, se subió por completo a la cama y así nos quedamos, yo arriba y el abrazándome. Me acariciaba el cabello, la espalda, el trasero, me daba ligeros besos en mi cabeza.
Ahí nos quedamos dormidos, al siguiente día, me desperté con unas caricias, el tocaba todo mi cuerpo, que delicioso despertar asi.
Deja al viejo, quédate conmigo, yo tengo más vigor y aguanto más que el, ya está grande seguro se cansa
No te equivoques, esto es un acoston, para que se te quiten las ganas, tu papá tiene lo suyo, oh y creeme que aguanta.
Me levanté, me estiré, lo mire
- Vete, que tengo cosas que hacer - me metí a la ducha y ahí al bañarme no pude evitar suspirar y recordar esa noche, me gustó, pero también me gustaba mi maduro, si hubiera la manera de quedarme con ambos, yo sería feliz