Sexo con el vendedor de periodicos

Marcos, protagonista de "Mi primera experiencia con un hombre" sigue experimentando con el sexo.

Tras varias semanas teniendo estupendas cogidas con Javier, conocí a Carlos. Era el quiosquero del barrio, había ido mil veces a comprar periódicos y revistas a su puesto, pero jamás le había prestado atención. Ocurrió una mañana de sábado, en la que me quedé mirando unas revistas eróticas, juntos a los periódicos deportivos. Aunque estaba mantenido una relación homosexual, me seguían gustando las mujeres.

-¿Te gusta? Es muy mona, sale en la nueva serie que ponen los miércoles – me dijo, como si nos hubiéramos hablado toda la vida.

-Sí... Está bien....

-En mi casa tengo un montón de revistas como ésa... Si quieres, podemos verlas juntos...

Carlos tendría 35 años, castaño y de complexión media. Una persona del montón. Quedamos esa noche, para tomar una copa, por el barrio, y luego fuimos a su casa. Vivía muy cerca, en una pequeño apartamento, muy desordenado. En sentamos en un viejo sofá, mientras sacaba revistas y revistas, eróticas, porno, y puso en el video una película porno, de chicas adolescentes con hombres maduros....

-Mastúrbate a gusto... ¿A que está bien la película? – se bajó los pantalones y comenzó a cascársela. Tenía una polla mediana, flaca pero con el glande prominente, en forma de seta.

-Vamos, si quieres nos pajeamos el uno al otro, que da mucho gusto.. Vamos!!!!-

Me desabroché los vaqueros, con cierto temor, y él me sacó la polla, erecta y empapada de líquido preseminal. Comenzó a masturbarme, sin dejar de mirar a la pantalla.

-Estás muy cachondo, iré lento, para que tardes, no quiero que eyacules tan pronto... Y no te preocupes por el sofá, está lleno de leche....

Su polla estaba caliente y muy dura. Nos pajeamos despacio. Yo apenas si miraba la película, y veía como su glande se empezaba a cubrir de líquido preseminal, y apunto estuve de metérmela en la boca. Carlos comenzó a gemir, me cogió de la mano que tenía en su polla, y comenzó a moverla más deprisa, hasta que se corrió, llenando nuestras manos de leche, espesa y muy fuerte. La habitación apestó a semen en unos segundos.

-Ufffff, qué gusto.... Joder niño, no te has corrido.... No te preocupes....

Dió un par de golpes de muñeca, fuertes, mientras yo le agarraba de los hombros, y alcancé el orgasmo, soltado dos abundantes chorros de esperma sobre mi camisa y su mano.

-Cuánta leche, seguro que también tenías ganas, como yo.... Si quieres, podemos vernos mañana, y nos hacemos otra...

Nos vimos varias veces durante la siguientes semanas, nos excitábamos viendo revistas y películas porno, para luego masturbarnos a tope. Pero, según pasaban los días prescindíamos de revistas y vídeos... Nos tumbábamos en su cama y comenzábamos a masturbarnos. El siguiente paso fue normal. Una tarde, con su polla en mi mano, en el sofá, me agaché y me la metí en la boca. Sabía maravillosamente bien. Pensé que podría enfadarse, incluso ponerse violento, pues me había dicho, claramente, que era heterosexual... Pero nada, empezó a gemir como un loco... Le lamí el glande con forma de seta unos instantes, y llenó mi boca de leche... Espesa y fuerte... Mejor que la de Javier....

Cuando quedaba con Javier le contaba mis experiencias con Carlos, lo que parecía excitarlo aún más. Me follaba como un poseso y , al decirle que el esperma de Carlos era más espeso y abundante que el suyo, siempre se corría en mi cara o en mi espalda, como para demostrarme que no era así.... Fueron sesiones de sexo memorables, aunque lo que de verdad deseaba era que Carlos me follase... Y lo lograría en breve....

Carlos y yo comenzamos a hacer el 69, en su cama... Incluso nos besábamos con lengua, pero nunca me había atrevido a pedir que me penetrase... tendría que hacerlo como había logrado meterme su polla en mi boca: de sorpresa... Así lo hice. Una tarde, en su cama, haciendo el 69, yo encima, me cambié de postura y me senté sobre su polla, dándole la cala a Carlos.. Estaba tan lubricada, entre mi saliva y su líquido preseminal, que casi entró sola... Apoyé mis manos sobre su pecho, y él, como única respuesta, cogió mis caderas y comenzó a moverse, lentamente... Estaba en la gloria... Me agaché y le besé en la boca.

-Qué ganas tenía de tener esa polla dentro… Ufffff.. Qué lujo

-Uffff.. No sabía si pedírtelo... Ahhh!!!

En su cara pude ver que llevaba mucho tiempo deseando esto, meterme su polla en forma de seta en mi culo, llenarme de leche. De repente, me cogió de las axilas y cambiamos de postura, sin sacármela.... Me puso sobre la cama, boca arriba, mientras él se colocaba encima, en la postura del misionero. Mi polla, al borde del orgasmo, se frotaba contra su tripa. Puse mis piernas alrededor de su cadera, y me sentí como una verdadera mujer. Me besaba fuertemente, obligándome a tragarme parte de su saliva. Empezó a aumentar el ritmo de sus penetraciones, y me corrí gimiendo, llenando nuestras tripas de leche.... Él pareció no darse cuenta, tenía los ojos cerramos: estaba a punto de correrse.

-Ufffff, me corro... No voy a aguantar...

-Carlos, déjate llevar, córrete..... Uffff, que polla.... Vamos

Era maravilloso sentir su polla en forma de seta, entrando y saliendo de mi interior, sentir esa enorme cabeza en mis recto, al borde del orgasmo…. Estaba tan ensimismado que no me dí cuenta, hasta que fue tarde, que Carlos salió de mi interior, me puso su polla a unos pocos centímetros de mi cara, y se corrió allí.

-Nooo ..... Fuera no... –apenas si pude gemir antes de que la cara se cubriera con su espeso semen.

Carlos gemía, y tuve miedo que los vecinos nos oyeran. No paraba de eyacular, en mi cara, sobre mi pelo y sobre mi pecho.... ¡Qué corrida! Cuando se tranquilizo le cogí la polla, palpitante, y apuré los restos de semen de su capullo.

-Haberte corrido en mi culo.... Me hubiera encantado recibir toda esta leche dentro.... Joder, que lechada.... Qué rica....

-No te preocupes, que ya te hartarás de mi leche....

Continuará...