Sexo con el novio de una vecina
Teniendo 19 años de edad, empecé a relacionarme con el novio de una vecina, él tenía 18 años, él venía mucho a casa de su novia, algunos días yo hacía por coincidir con él en la entrada al edificio.
Sexo con el novio de una vecina Teniendo 19 años de edad, empecé a relacionarme con el novio de una vecina, él tenía 18 años casi recién cumplidos, y mi vecina tenía 17. Lógicamente, él venía mucho a casa de su novia, aunque de hecho la mayoría de veces, sólo la acompañaba hasta su casa, o la venía a buscar. Así que algunos días yo hacía por coincidir con él en la entrada al edificio. Y así mismo, gracias a mis conocimientos básicos de informática, tenía el pretexto para relacionarme con él, ya que mi vecina al saberlo, se lo comentó a su novio, porque que a él le entusiasmaba el mundillo de los ordenadores. Lo cual propició que charlásemos del tema cuando nos encontrábamos. Bueno, os describiré cómo es el muchachito de quien os hablo. Como he dicho tenía 19 años, medía sobre 180, pesaba unos 70 kg, de cara era muy atractivo, ojos oscuros, pelo castaño algo largo, pero sin llegar a ser melena, de piel algo oscura, labios ligeramente carnosos, un cuerpo ciertamente fibroso, de espalda ancha, y se le apreciaba un buen paquete, un culito de esos que deseas tocar, perilla cortísima, y llevaba un pendiente en la oreja, algunas pulseras alternativas, así como un colgante en el cuello del mismo estilo, vestía pantalones tejanos algo ajustados, blusas que solía llevarlas algo abiertas de forma que se le veía un poco la zona alta del tórax, y calzado deportivo. Un día que vino a buscar a su novia, resultó que ella tenía que estudiar para un examen, así que sólo pudo estar con ella unos minutos, lo cual, yo ya sabía de antemano, puesto que me había encontrado a mi vecina, y me comentó que tenía que estudiar, y que sólo estaría un momento con su novio. Entonces le dije a ella que le dijera a él que se pasase por mi casa, que le enseñaría un programa de ordenador que seguro que le gustaría. Qué decir tiene, que en cuanto me hice a la idea de que el novio de mi vecina iba a venir a mi casa, yo empecé a pensar cuál sería la forma de hacer que se sintiera lo más a gusto posible, y así favorecer que esta visita fuera la primera de las muchas que me podría hacer. Así que me tenía que asegurar de tener bebida fresca, y alguna cosa para picar. También decidí apagar el ventilador, procurando así que con el calor que hacía, él se viera en la necesidad de abrirse más la blusa que llevase puesta, e incluso que se diera el caso de que se la quitase, lo cual yo intentaría que así sucediese, y de esta forma le vería desnudo de cintura para arriba, lo cual sería estupendo, ya que contemplaría su maravilloso cuerpazo. Al cabo de un rato se presentó él en mí casa, y enseguida nos pusimos a mirar el programa de ordenador, el cual era un programa de tratamiento de imágenes, y que esto obligaba a ver fotos para experimentar que se podía hacer utilizando el mencionado programa. Naturalmente, al principio no podía poner cualquier tipo de foto, por lo cual, de entrada eran fotos normales, de paisajes y cosas así. Pero tenía el propósito de ir avanzando en el tipo de fotos, por lo que alguna foto de tía pondría, y en función de su reacción, iría por un camino u otro. Aunque siempre con tacto para no incomodarle, y así conseguir que él me cogiera confianza. Tras un rato de utilizar el programa con fotos de contenido común, le puse la de una modelo en traje de baño, y de esta forma inicié el visionado de varias fotos de modelos femenino, que posteriormente aproveché para poner fotos de parejas heteros en traje de baño, y poco a poco las tías que ponía cada vez llevaban menos ropa, empezando por ver chicas con las tetas visibles, aunque los chicos los seguía poniendo con bañador, y así no espantarle. Transcurrido un rato viendo este tipo de fotos, y utilizando el programa de tratamiento de imágenes, dio pie a hacer ciertos comentarios sobre las tías, e incluso de tanto en tanto sobre los chicos también, y parecía que podría tener esperanzas de conseguir mi propósito. Lógicamente, esto me entusiasmaba cantidad, ya que me deleitaba pensando en la posibilidad de llegar a enrollarnos íntimamente. Por cierto, como ya comenté con anterioridad, hacía calor por lo que yo no dudé en quitarme la camiseta que llevaba puesta, y le sugerí a él que se quitase la blusa, lo cual hizo de inmediato, por lo que pude tener el placer de ver ese estupendo cuerpo. Después de un par de horas viendo diversas fotos de admirar, él me dijo que tenía que ir a buscar una cosa a su casa, y que volvería enseguida para seguir con lo que estábamos haciendo. Naturalmente cuando me dijo que volvería de inmediato, me alegré mucho, pero lo disimulé adecuadamente para aparentar una situación normal. Ah! Las fotos que estábamos viendo en la última media hora, ya eran fotos eróticas, en las cuales las tías salían haciendo poses, y a algunos de los chicos se les veía el culo. Naturalmente, este tipo de fotos propiciaba comentarios, que en ocasiones eran algo calenturientos. Poco más de media hora después, él ya estaba de vuelta en mi casa, y me sorprendió gratamente, ya que trajo de su casa un disket con un estupendo contenido, nada menos que fotos eróticas de él, que como es normal estaba desnudo, aunque en la mayoría se le veía entre sombras, por lo que no eran explícitas, eso sí, en algunas había buena iluminación, e incluso había de exteriores, y en estas salía haciendo poses muy sugerentes, pero siempre impidiendo ver el paquete, sólo en unas pocas salía claramente enseñando el culo. Mientras veíamos sus fotos, proseguimos con los comentarios subiditos de tono sobre las fotos, o mejor dicho sobre el prota de las fotos, comentarios que a él le adulaban cuando yo los hacía, lo cual era estupendo para mí, puesto que podía ver cómo reaccionaba en todo momento de forma positiva, y además se iba creando una buena atmósfera propicia para crear un ambiente de mutua confianza. Y la confianza era tan presente, que ya con total naturalidad nos tocábamos el uno al otro, dándonos palmaditas en la espalda, en el brazo, en la pierna, e incluso posando el brazo en el hombro del otro, lo que propiciaba que nuestros cuerpos estuvieran pegados en algunos momentos. Y eso lógicamente, a mí me gustaba muchísimo, ya que me hacía estar muy a gusto, además me daba esperanzas de que pudiera surgir algo apasionado entre nosotros, que precisamente era lo que buscaba que sucediera entre nosotros. Tras un buen rato viendo sus fotos, y haciendo pruebas con el programa de tratamiento de imágenes, él me preguntó si tenía fotos mías de ese tipo, yo aunque tenía algunas fotos de esas en papel, le dije que no, y entonces él me comentó que si yo quería él me hacía fotos estando yo desnudo. Sin duda me fascinó, ya que daba pie a desnudarme delante de él, y por supuesto eso podía abrir el camino para que él también acabara desnudándose. Así que le dije que sí, pero que aunque tenía cámara, no tenía carrete fotográfico. Y entonces cuál fue mi sorpresa, cuando él sacó una cámara de fotos y otra de vídeo de la bolsa donde traía las fotos, y seguidamente me dijo: - Empezamos haciendo fotos, y si nos vamos animando, podemos usar después también la de vídeo. Yo me quedé atónito por lo preparado que iba, así como ilusionado por la situación que se presentaba, por lo que gratamente accedí a su propuesta. Así que nos pusimos a preparar el escenario donde haría de modelo fotográfico, teniendo en cuenta la iluminación y el fondo que me rodearía en las fotos, para así conseguir unas fotos mínimamente sugerentes o interesantes. También hablamos sobre cómo lo íbamos a enfocar, llegando a decidir que me haría las primeras fotos durante el proceso de desnudarme, para así plasmar toda la secuencia hasta quedar desnudo, y lo más importante, propiciar así la necesaria desinhibición para tener un ambiente de mutua confianza. Una vez ya todo preparado en lo que se refiere a la ubicación donde se hicieron las fotos, inicié el proceso de desnudarme, mientras me iba desnudando, en todo momento adopté poses sugerentes, a la vez que él me fotografiaba desde diversos ángulos, incluso haciéndome algunas fotos desde diferentes perspectivas sin yo cambiar de pose. Por lo cual el proceso de desnudarme se prolongó por cierto tiempo, alargando así el momento hasta quedar desnudo por completo. Durante el rato que estuve para desnudarme, siempre pretendimos que fueran imágenes eróticas y sensuales, de ahí que se hicieran numerosas poses para captar el momento. Naturalmente la sesión de fotos estaba acompañada de infinidad de comentarios algo calentitos, aunque sin llegar a ser obscenos, pero sí recreando un idóneo clima propicio para la ocasión. Los momentos más divertidos fueron cuando me quitaba la camiseta y el pantalón, pero sobre todo al quedar en gayumbos, instante en el cual me hizo varias fotos desde distintas distancias y desde diversos ángulos, y por supuesto durante el rato en que me quité esa prenda, la cual me la quite de forma muy sugerente. Una vez ya desnudo, las siguientes fotos fueron del culo y poses en las cuales no permitía ver los atributos masculinos, aunque lógicamente él sí me los veía entre pose y pose, y también hicimos fotos en las que al hacerlas entre sombras, los atributos sólo se veían mínimamente. En ocasiones, se acercaba a mí hasta tocarme, y así indicarme cómo me tenía que poner para hacer algunas poses, con el fin de conseguir una imagen excitante. Naturalmente, eso me gustaba cantidad, para mí era genial que él hiciera eso estando yo desnudo, quedaba claro que los dos estábamos muy a gusto con lo que hacíamos, y esto para mí suponía poder pensar que la cosa iba por donde pretendía. Al rato me sugirió hacerme algunas fotos donde se viera claramente la polla y los huevos, a lo que no opuse objeción, por lo que a continuación me fotografió de forma en que se viera esa parte de mi cuerpo, e incluso hizo primeros planos de la zona de la polla y huevos. Está claro que al enfocar directamente para hacerme fotos de ahí, el morbo que me daba era inmenso, y además, él no escatimó la oportunidad de hacer comentarios sobre mi polla y huevos, así como también insinuó qué visión se produciría estando empalmado, lógicamente la situación para mí era muy caliente, pero debía intentar controlar lo que sucedía, para evitar que de pronto el buen rollo se rompiera. En un momento dado en que ya me hacía las fotos sin ningún tipo de complejos, me comentó si me importaba tocarme la polla y huevos mientras me fotografiaba, a lo cual le dije que lo haría, pero que después yo le haría fotos a él estando desnudo, y él mostró su conformidad a mi propuesta. Al ver su buena predisposición para que yo también le hiciera fotos a él estando desnudo, yo me sentí maravillado, ya que conseguiría verle desnudo, y además haciéndole fotos. Así que sin más demora, empecé a tocarme la polla y los huevos mientras adoptaba poses sexys, y/o algo pornográficas. Pero en todo momento procurando no empalmarme, lo cual quería evitar a menos que él me propusiese que me empalmara. Como era de esperar, en esos precisos instantes, él agudizó el tipo de comentarios, como si quisiera provocar que la polla se me pusiera dura. Por supuesto, yo estaba haciendo esfuerzos para controlar la cuestión, lo cual era muy complicado, ya que se daban las condiciones idóneas para una situación de lo más morbosa para mí, y no tenía nada claro que pudiera resistir sin llegar a tener la polla tiesa. Pero por suerte tuve suficiente fuerza de voluntad, y la polla prácticamente no se calentó, permaneciendo simplemente en estado de precalentamiento, conocido comúnmente como polla morcillona, lo cual no deja de ser un momento en el que la polla ya empieza a despertar de su letargo, y consecuentemente, da lugar a un momento algo caliente. Tras un rato haciéndome fotos mientras me tocaba mis atributos de forma algo provocativa, le dije que ahora le tocaba a él desnudarse para yo hacerle fotos. Y le pedí que se desnudara sin dilación, ya que prefería hacerle fotos estando ya completamente desnudo. Y él no tardó en desnudarse del todo, enseguida me percaté que él también tenia la polla morcillona, e incluso se podría decir que algo dura, de hecho, en un instante en el que me acerqué bastante a él, pude apreciar que de su glande salía algo de liquido preseminal. Total que empecé a hacerle fotos a él, y naturalmente, yo permanecía desnudo aún, así que ahora los dos estábamos desnudos, lo cual a mí me gustaba mucho, ya que eso era lo que buscaba. Como es de recibo, yo no tardé en hacer todo tipo de comentarios sobre su bonito cuerpo, y además intentaba que él se pusiera cachondo, preguntándole obscenidades íntimas, e insinuándole que él se la había pasado muy bien haciéndome fotos mientras me tocaba la polla y huevos. Ante mi actitud provocativa para ponerlo cachondo, corría el gran riesgo de que yo me empalmase, y de suceder así, él se daría cuenta, puesto que yo también estaba desnudo. Pero por suerte, todo hacía indicar que con toda seguridad, a él también se le pondría dura, incluso, era posible que su polla estuviese erecta antes que la mía, y de ocurrir eso, ya no habría ningún problema. Al no cesar en mis comentarios calenturientos mientras seguía haciéndole las fotos, él cada vez estaba más caliente, aunque no era el único, puesto que yo también estaba cachondo. Y en cierto momento, nuevamente me sorprendió al percatarme de que se estaba masturbando ligeramente. Ver eso me puso a mil, y continué con la sesión fotográfica, así como con los comentarios sobre sexo, lo cual a él parecía gustarle. Tanto que fue acelerando el ritmo de la paja que se estaba haciendo, cada vez era más rápido, lo cual significaba que estaba super caliente. Y qué decir tiene, que yo en esos momentos también estaba muy cachondo, tanto que ya tenía la polla bien empalmada, y con líquido preseminal saliéndome del glande. Como era predecible se la peló durante un rato hasta correrse de placer, de ese agradable momento no perdí detalle, siguiendo en todo momento haciéndole fotos mientras se la cascaba. En el instante que se empezó a correr, me apresuré a acercarme a él al máximo, tanto que algunos de los trallazos de leche me alcanzaron de pleno, lo cual me resultó muy placentero, me encantó que su semen llegase hasta mí. Cuando prácticamente ya se había corrido del todo, fue cuando le hice las últimas fotos, y seguidamente, me atreví a tocarle el glande, para así prolongarle el placer que estaba experimentando, y a la vez que le acariciaba el glande a él, yo con la otra mano empecé a hacerme un pajote. Estaba tan caliente, que la paja que me estaba haciendo era muy gustosa, por lo que era cuestión de poco rato para acabar corriéndome. Mientras yo me dedicaba a pajearme con ganas, y sin dejar de tocarle la polla a él. Nuevamente, él tomó la iniciativa, cogió la cámara fotográfica, y no tardó en hacer fotos de ese fantástico rato, a la vez que me dedicaba sugerentes comentarios muy propicios para ese momento. Instantes después, sin dejar de fotografiar la escena, me sorprendió cuando rigió una de sus manos hasta mis huevos, iniciando un genial sobeteo de mis genitales. Era genial estar pajeándome a la vez que le seguía tocando su polla, y él me sobaba los testículos, quedando todo eso para la posteridad, ya que no cesaba de hacer fotos. Sin duda alguna, era estupendo lo que en esos momentos había entre nosotros. Al rato de estar inmerso en la paja que me hacía, llegó la corrida entre espasmos y gemidos de placer. Me corrí con ganas, echando sucesivos chorros de leche, algunos de los cuales fueron a parar al brazo de él, puesto que entre tanto continuó sobando mís huevos, a la vez que me seguía obsequiando unos estupendos comentarios obscenos, y en todo momento siguió haciendo fotos. Una vez ya me había corrido, yo me abalancé hasta él para abrazarlo fuertemente, a lo que él correspondió gratamente al abrazarme, y mientras nos abrazábamos, me dijo al oído que le había gustado mucho esta sesión de fotos, y que quedaba pendiente pasar otro buen rato juntos para usar la cámara de vídeo. Lo cual, para mí era estupendo, ya que volveríamos a disfrutar de nuevo los dos juntos. Bien, después de ese genial encuentro de placer, vinieron unos cuantos más, el primero de ellos, fue cuando utilizamos la cámara de vídeo, y en este encuentro, ya no nos limitamos a sólo pajearnos individualmente nada más, ya que fuimos avanzando para disfrutar de lo lindo. Y en las siguientes veces que estuvimos íntimamente juntos, aún recordando los dos primeros encuentros, normalmente ya no usamos ningún tipo de cámara, puesto que no había necesidad de tener una excusa para pasarlo en grande.