Sexo con el hijo de mi mejor amiga

Me paré y lo tomé de la mano. Quedó en frente mío y lo bese. El solo puso sus labios contra los míos. Con mis labios fui abriendo su boca y le metí la lengua, empecé a lamerle la lengua, tomé sus manos y las apoyé sobre mi cola.

Esta situación comenzó en una charla de gimnasio con una de mis mejores amigas. A Marisa la conozco de hace 5 años. Ella fue una de mis profesoras de la Facultad de Psicología en mis primeros años de carrera. Después que terminé la materia, que disfruté mucho, me mantuve en contacto con ella por mail, y chat, realmente me ayudó con mi carrera, y siempre con la mejor onda. Se convirtió en una amiga muy cercana.

Con Marisa íbamos al mismo gimnasio, aunque en diferentes horarios, pero cada tanto cuando podíamos manejar nuestros tiempos, nos juntábamos y mientras ejercitábamos nos poníamos al día con nuestras cosas.

Esa tarde en particular la vi bastante distraída, preocupada. Le pregunté que le estaba pasando, pero me dijo que nada en concreto. Deje ahí el tema, porque me dio la sensación de que no quería hablar sobre eso.

Después de ejercitar siempre tomamos un licuado en el bar de gimnasio. Empezamos hablando de temas del marido, de mi novio de ese momento, cosas sin importancia. Hasta que en un momento me dijo que estaba algo preocupada por su hijo Leandro.

Finalmente se animo a hablarlo y me dijo que estaba preocupada porque tenía la sensación que Leandro era gay. Lo conocía a su hijo, lo vi en varias ocasiones, y no me pareció que lo sea, pero claro son cosas que no siempre son evidentes. Le pregunté porque pensaba eso. Me dijo que nunca había tenido novia y que estaba muy cercano a un amigo de él, que venía a dormir a la casa a veces, y los veía demasiado cercanos. Le dije que no se preocupara, que no significaba nada, que aun no tuviese una novia, muchos chicos empiezan tarde y hoy en día son más cercanos los hombres entre sí, fue algo que fui observando con el tiempo que tienen como mas contacto físico entre ellos sin que fuesen gay, tienen una relación más unida, que los chicos de antes no tenían. Y en todo caso si Leandro lo fuera, que no era ningún problema, era una elección perfectamente normal. Pero te entiendo le dije, te lo estoy diciendo desde afuera, tendría que ponerme en tu lugar. Lo cierto es que me sorprendió su actitud con que fuera gay o no fuese un problema, siempre tuve la idea de que era más abierta de mente, pero los padres siempre quieren que se casen los hijos, tengas hijos para ser abuelos, actitudes egoístas que tenemos.

Le propuse que mande a Leandro a mi departamento, así hablábamos y se podía quedar más tranquila. Una consulta y ver que pasaba. Me agradeció muchísimo y quedamos que me avisaba cuando podía pasar así me hacía un lugar.

Esa misma noche me llamó y me dijo los horarios libres que tenía Leandro. Le dije que el viernes próximo por la mañana me hacía un tiempo y lo atendía.

Ese viernes a las 9:45 am, tocaron timbre. Bajé para abrirle. Estaba esperando en la puerta de la calle. Leandro mide entre 1.75 a 1.8 m, pelo castaño claro, ojos marrones, delgado, el pelo revuelto, de tez muy blanca. Llevaba puesto unas zapatillas blancas un jogging gris claro con un buzo verde y una mochila negra colgada en uno de sus hombros. Lo saludé con una beso en la mejilla, se puso algo colorado, le dije que pase. Subimos al ascensor, el paso primero y luego subí yo, cerré las puertas y me quede mirando a propósito hacia adelante. Las puertas internas del ascensor son de aluminio, por lo que sirven de espejo, aunque algo distorsionado. Tuve esta idea gracias a mis vecinos pajeros, que no paran de observar mi culo en el ascensor. Por suerte para Marisa, Leandro no dejó de mirarme el culo lo que duró el viaje hasta el quinto piso donde vivía.

Ahora solo tenía que saber si era bisexual o fue todo una fantasía de mi amiga.

Yo estaba vestida con un jean azul, una remera negra, todo muy ajustado. No suelo vestirme así para ver pacientes, pero tenía que ver cómo reaccionaba Leandro y unas botas negras largas que me llegaban hasta por debajo de mis rodillas.

Fuimos al living, le ofrecí algo de tomar, no quiso nada. Nos sentamos. El en un sillón de 2 cuerpos y yo en otro de 1 cuerpo. Siempre los sillones están en posición de "L", pero yo los acomodé para estar frente a él.

-Sabes porque estas acá?, le dije.

-Para un test vocacional.

-Jajaja

Me reí mucho y le dije: - Tu mamá me va a matar pero como mi paciente sos vos, tengo que decirte siempre la verdad, si me podes hacer el favor de no contarle a Marisa de esto te lo voy agradecer mucho.

Asintió con la cabeza.

-Piensa que sos gay

Creí que se iba a reír pero se puso muy nervioso, colorado al extremo.

-No te preocupes, sé que no lo sos, pero para dejarla tranquila te hice venir.

-Para nada, me gustan las mujeres, lo dijo nerviosamente.

-Lo sé, pero si queres hablar, ya que estamos acá, podes aprovechar.

-No tengo novia porque soy tímido, pero me gustan solo las mujeres. Lo dijo como queriéndome convencer.

-Quedate tranquilo, lo sé.

Estuvo algo tenso el ambiente, por lo que cambié de tema.

Estuvimos hablando un poco de Marisa, la idea es tratar de desviar la atención en otra persona, para que no se sienta examinado, luego hablamos del colegio. Logré que entre en confianza, se lo veía relajado. Se animo a contarme que le gustaban mucho las mujeres pero que tenía pánico al rechazo, que se sentía muy frustrado. Le pregunté si se masturbaba, se puso incomodo nuevamente, pero antes de perderlo nuevamente, le dije que yo lo hacía seguido, que me hacía muy bien. Se animó y me dijo que el también, que lo hacía 3 o 4 veces por día.

La verdad se lo veía muy necesitado, y me caía muy bien Leandro, por lo que pensé, hace tiempo que no voy a la iglesia, podría hacer algo bueno por mi prójimo.

Le pregunté si le parecía linda. Me dijo que sí. Te gustaría probar con una chica como yo, le consulté. Parecía la cara de un chico viendo el árbol de navidad lleno de regalos. Asintió con la cabeza varias veces.

Me paré y lo tomé de la mano. Quedó en frente mío y lo bese. El solo puso sus labios contra los míos. Con mis labios fui abriendo su boca y le metí la lengua, empecé a lamerle la lengua, tomé sus manos y las apoyé sobre mi cola. Supo que hacer y comenzó acariciar mi culo, se sintió muy bien. Mientras lo hacía metí mi mano por debajo del jogging y del bóxer ya agarré su pija que estaba durísima y muy caliente, sentía su traspiración. Empecé a acariciarlo, comencé con su huevos, se los amasé con mi mano derecha mientras lo seguía besando, Leandro no paraba de manosearme el culo, seguí con su tronco, le apreté la pija y la acariciaba, hasta que sentí que apretaba mas fuerte mi culo y gimió muy fuerte, cuando me di cuenta me había llenado la mano y el brazo de leche, fue un chiquero épico la leche que largo, si acababa en mi boca, me ahogaba.

Me pidió perdón. Le dije, no te preocupes amo la leche.

Me arrodillé, le bajé el jogging con el bóxer, que estaba lleno de leche, y le empecé a limpiar los muslos, los huevos, luego seguí con su pija. Me la tragué toda, se la deje bien limpita. No tardó en estar dura de vuelta, lo senté sobre el sillón de 2 cuerpos, me saqué la remera, desabroché el corpiño negro, el cinto negro, mis botas, me saqué el jean y mi tanga negra. Deje que me mire bien. Me arrodillé sobre él, una pierna a cada lado de el, puse mi pecho derecho en su boca, mientras me devoraba mi teta, sentía la punta de su pija rozar mi concha húmeda, no aguantaba más lo quería dentro.

Le agarré la pija y me la acomodé en la entrada de mi concha y me dejé caer, pude sentir como su miembro entro completamente dentro mío, dejé unos segundos su pija hasta el fondo, comencé a levantarme hasta que sentí su cabeza en la entrada de mi concha y me dejé caer, a partir de ahí lo cabalgué salvajemente, la situación de estar cogiendo con el hijo de mi mejor amiga me encendió, sentía como entraba y salía su pija, sus 15 o 16 cm se sentían muy bien, no aguantó mucho Leandro y me acabó dentro de mi concha. Yo no podía parar, mientras jadeaba, yo lo seguí cabalgando, hasta que me hizo correrme. Nos quedamos unos minutos quietos. Me levanté y sentí la leche de Leandro salir de mi vagina, bajando por mis muslos.

El se quedo quieto mirándome.

Le voy a mandar un mensaje a tu madre, que se quede tranquila, y te voy a lavar el pantalón y el bóxer. Y lo secamos rápido con el secarropa.

Me di una ducha rápida, porque tenía que salir luego, nos recostamos en mi cama un rato mientras se secaba su ropa, vimos un poco de televisión, aprovecho a tocarme un poco mas le di un último oral. Acabó en mi boca, me tragué su leche y le dije bañate que apestas, no podes ir así a tu casa.

Se vistió y fuimos al garaje, así lo dejaba en su casa y yo me iba a la clínica.

En el camino, le dije lo bien que había estado, que sabía cómo estar con una mujer, que no tenía nada que avergonzarse. Me pidió de verme de nuevo, pero le dije que lo pasé excelente, pero que estaba de novia, fue algo del momento. Lo entendió bien.

Bajé a saludar a Marisa. Leandro entro a la casa y se despidió. Marisa me invitó a entrar pero le dije que estaba apurada. Le dije que no tenía nada que preocuparse, que hablamos bastante y estaba segura que era heterosexual 100%. Marisa estaba muy aliviada y me abrazó. Después te cuento bien le dije. Claro que obvié varios detalles, pero la dejé tranquila.

La saludé y me fui al trabajo.

A los meses me enteré que la terapia fue exitosa. Leandro ya estaba de novio.