Sexo con chico de gorda polla

De como un chico de 18 años, delgado, con la poya más gorda que he visto, estremeció mi culo

Aprovechando que me había quedado sólo en caso, ya que mi novia había viajado por motivos de trabajo, decidí quedar con un chico que había conocido por internet. Ya nos habíamos visto y habíamos tenido cybersexo. Por cam, su poya parecía gorda, pero en directo, uff...

Tras concertar cita, lo tenía todo preparado. Tras vernos en la calle y charlar en un banco me dijo de ir para mi casa. Mientras íbamos caminando me piropeaba con lo bueno que estaba. Sinceramente, él, con sus gafas, también me pareció guapo.

Ya en mi casa, supongo que por los nervios, me entró la meadilla. Al regresar la segunda vez del baño me dijo: "pero, no te abroches..." Así lo hice, y le enseñé mi poya. Rápidamente se acercó y comenzó a chupármela. Joder, casi me mata del gusto, pero a la vez, aprendí esa técnica, que hice mía, y que todos me alaban...

Le pedí que me enseñara la suya. Mis ojos se dilataron al ver tal poya tan gruesa...Me agaché y comencé a chupársela, qué calentita, que dura se le puso. Con su misma técnica en el arte de chupar, lo puse a mil. Gemía, estaba superexcitado, me dijo: "qué bien la chupas" (y lo había aprendido hacía 3 minutos de él). Nos la chupamos varias veces, hasta que le pregunté si quería follarme. Me dijo: "si tú quieres..."

Fui al baño a por el lubricante anal que uso con mi novia y le unté la poya y mi culo y me apoyé contra la pared empinando el culo. Acercó el cabezote de su poya a mi culo y comenzó a meterla. Deciros, que estuvo varios minutos empujando para que entrara, porque tiene una poya muy gorda, fuera  de lo común. De largo unos 17 cm aproximadamente, pero de gorda, uff.

Cuando entró del todo, dijo: "ya está" y comenzó a moverse. Estaba tan excitado que no me dolía y sentí el vaivén de sus movimientos contra mi trasero. Qué placer tan rico...Como me gustaba ese chico, qué poya más rica...Cuando ya me tenía exhausto le pedí que se corriera. Y vaya si se corrió...Me roció la espalda y nalgas con varias expulsiones. Sentir su leche caliente por mi espalda me mató del gusto.

Esa fue nuestra primera vez. Las otras fueron igual de placenteras.