Sexo compartido cap.7º

Un nuevo sentimiento se despertó en mi

capitulo 7º

Un nuevo sentimiento se despertó en mi. Sentía que mi amistad con Juan, se estaba convirtiendo en atracción física. Empezaba a sentir un deseo por su cuerpo, el simple contacto con su piel me hacia estremecer de gozo. Lo miré mientras conducía, realmente lo encontraba guapo y atractivo. Su boca de labios carnosos me atraía, de repente sentí deseo de besarlo, de sentir su lengua dentro de mi boca, sorber su saliva, pasarle la mía en señal de íntimo deseo. No sabía si él sentiría lo mismo, su sumisión a mi petición de sodomizarlo, me hacia pensar en que si, que sentía algo por mi. Giró la cabeza para mirarme.

  • ¿ En que estás pensando ?, Te has quedado muy callado.

  • Estaba pensando en lo que hemos hecho. ¿ A ti no te ha afectado ?.

  • Hacía tiempo que pensaba en ti, recordaba nuestras experiencias sexuales. Me dije que si alguna vez tenía relación con un hombre, ese serias tu.

  • ¿ Sabías que yo accedería a ser tu pareja sexual ?.

  • No, por eso te busqué. Ahora que he comprobado que no me rechazas, me alegro. Tu cuerpo me atraía, sentía que te deseaba.

Cuando entramos en una carretera secundaria, un camino de tierra, paró el coche en un recodo.

  • Paro porque deseo besarte.- Me dijo girándose hacia mi.

Me pasó un brazo por los hombros, acercándome a él. No opuse resistencia, yo también estaba deseando el contacto de su boca sobre la mía. Sus labios se unieron a los míos, abrí la boca, sentí como su lengua entraba en ella en busca de la mía. Cerré los ojos para saborear aquel beso deseado. El calor de la caricia me excitó el cuerpo, sentía como el sexo se me empinaba, él también lo notó, su mano se introdujo por la cintura del pantalón apoderándose del miembro erecto, apretándolo entre los dedos,

Fué un largo beso, con la lengua introducida hasta el paladar, jugando con la mía, que le devolvía la caricia, intercambiando flujos salivares. Empezó a masturbarme, levanté el cuerpo para bajarme los pantalones, levanté los pies para despojarme de ellos completamente, dejando todo el sexo a su alcance.

  • Quiero chupártela, comerme tu leche, demostrarte lo que te quiero.- Dijo con un jadeo, sin separar su boca de la mía.

Se agachó sobre mi verga hinchada, doblando el cuerpo. Sentí el calor de su aliento cuando se introdujo el pene entre los labios, descubriendo con ellos el glande. Sin dejar de masturbarme, su boca chupaba y sorbía, su lengua lamía el rojo balano, mientras que yo, pasaba mi mano por su espalda, acariciándola, bajando hasta llegar a sus nalgas, metiéndola por debajo de la goma del bañador, entre los glúteos, buscando el ano, donde metí uno de los dedos, sintiendo como él apretaba y relajaba el esfínter.

No pude aguantar mucho rato la caricia, estaba sobreexcitado, empecé a gemir, envarando el cuerpo, mi dedo dentro de su ano, entrando y saliendo de él. Cuando me llegó el orgasmo, grité, aullé como un animal, me corrí con su boca pegada a la punta del miembro, recogiendo en ella la eyaculación, caliente como el magma de un volcán, sorbiendo como si quisiera vaciarme los testículos de semen, tragándose golosamente el esperma, que expelía en cortos intervalos, copiosamente.

Cuando relajé el cuerpo después del orgasmo, Juan recobro su posición, sin dejar de la mano el pene, mientras reducía de volumen

  • ¿ Te ha gustado mi demostración de amor hacia ti ?. Me preguntó, limpiandose con la otra mano un resto de semen, que le afloraba en los labios.

  • No hacía falta que me lo demostraras así, cuando me has dejado que te penetrara por el culo, ya tenía bastante. Además, tanto tu como yo, sabemos el sabor de nuestro esperma. El otro día ya me lo demostraste.

  • El otro día, fue nada mas que sexo, puro sexo. Hoy ha sido confirmación de nuestro cariño.

  • Confirmado. Te quiero.- Le contesté, volviéndolo a besar, beso que él devolvió apretándome cariñosamente la verga.

Mi mano bajó también en busca de su pene, que encontró erecto y sobresaliendo por la goma del bañador, del que yo liberé, dejandome el miembro completamente libre.

Estuvimos un tiempo callados, juntando nuestras bocas en un beso interminable, cogiéndonos mutuamente las vergas, que lentamente masturbábamos, felices por haber descubierto íntimamente nuestra homosexualidad.

  • Quiero confesarte una cosa,- Juan me miró, poniéndose serio de repente.

  • No tienes que darme explicaciones de nada.- Contesté con un suspiro.

  • Quiero que sepas que, aun pasándolo bien contigo sexualmente, sigo queriendo a Susan. Deseo su cuerpo tanto como el tuyo, por lo que te pido que, si me ves haciendo el amor con ella, no tengas celos.

  • No tienes por que preocuparte. Yo también disfruto con mujeres. Hasta encontrarme de nuevo contigo, no sabía que podía tener relación con hombres. Siempre he hecho el amor con ellas. Encuentro que es estupendo poder compartir el placer con los dos sexos.

  • Entonces está claro, podemos relacionarnos todos sin darnos explicaciones.

  • Por mi, está claro.

  • ¿ Que te parece si vamos a reunirnos con las chicas pregunta

  • Espera,- Dije bajándome del coche, para ponerme los pantalones,- Tendremos que vestirnos.-

  • Me gustas mas desnudo.- Contestó con una sonrisa. Mientras elevaba el cuerpo, subiéndose el bañador, que yo le había bajado hasta las rodillas.

Continuamos el viaje hacia su casa.

  • ¿ Susan también es bisexual,?- Le pregunté, aunque ya me lo había dicho en otra ocasión.

  • Si, también. Tendrías que verla disfrutar con Marta.

  • Ya las vi el otro día, muy excitadas, comiendose el sexo una a la otra.

  • Se quieren, hace tiempo que se conocen. Antes que a mi.

  • ¿ Y piensan igual que tu en cuestiones de sexo ?.¿ No tienen celos cuando te ven practicando sexo con la otra ?.

  • Al contrario, disfrutan mirando como lo hacemos. Mientras observan, se masturban.

  • Creo que formamos un buen grupo. A mi también me gusta mirar los cuerpos mientras se unen sexualmente.

  • Seguro que mientras nos esperan, están gozando de sus cuerpos. Son insaciables.

  • Como nosotros, ¿ No ?.

  • Ya me gustaría aguantar tanto como ellas. Pero somos de naturaleza diferentes.

  • ¿ No resistes al menos cuatro o cinco orgasmos seguidos ?.

  • ¿ Tu si ?.- Me miró escéptico. sonriendo,- No me lo creo.

  • He llegado a cuatro en una sesión de sexo. Pero podría conseguir un quinto. Creo.

  • Tendremos tiempo de comprobarlo. Ellas estarán contentas si las puedes satisfacer tantas veces.

  • Espero hacer un buen papel. Con tu ayuda, - Comenté en voz baja.

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