Sexo Cibernético 2

Sumisión

Esta vez vengo a contarte algo que me está sucediendo actualmente.

Pero déjame preguntarte algo, ¿has fantaseado con tener a una mujer a tu merced para tu gusto y placer?

Yo confieso haber fantaseado con la idea de encontrar a un hombre que me dominara. (Sonriendo como el gato de Alicia en el país de las maravillas.)

¿Adivinas de que va esto? Mmmm es una delicia de sueño hecho realidad, aunque de un modo inesperado.

He conocido a alguien con quien he compartido esta fantasía. Alguien a quien debo llamar Amo. Y no por obligación, no. Por el puro placer de complacer.

Me ha hecho temblar de deseo. Me ha dejado con el cuerpo doliendo de necesidad. ¿lo has experimentado alguna vez? El saber que nada más puede calmar tus ansias más que ese alguien especial. Mmmm

Nada como hablar de posturas sexuales favoritas ¿eh? Así empezó todo. Una simple pregunta. ¿Cuál es tu postura favorita? (Amo, si estas leyendo esto, dime si fue así o estoy mintiendo.)

¿Puedes imaginarme boca abajo la cabeza girada a un costado el torso pegado a la cama y mi culo en pompa para ti? ¿ya te gustaría verdad? Para mi, esa postura permite unas sensaciones increíbles. Y muchas posibilidades. Un par de azotes no caen nada mal. Mmmm ay que rico se siente dar esa nalgada que deje marcada mi piel ¿no es así? Es delicioso recibirla.

Mover mis caderas pidiendo más de esa deliciosa tortura es todo lo que puedo hacer… ah y gemir alto para ti, para decirte cuanto placer me da complacer tus demandas. Aunque sean sin palabras.

Sentir tus manos recorrer mi cuerpo me trae escalofríos, mis senos se sienten pesados y mis pezones duros. La sabana creando una ligera caricia. Mientras tomas mis brazos y los restringes sobre mi espalda y jalas mi cabello hacia ti. Es inevitable arquear mi espalda y pegar mi culo a tu polla. Mmm y estas duro. ¿Qué desea de mí, mi amo? No puedo dejar de preguntarme. Es mi placer potenciar el tuyo.

Yo estoy caliente y dispuesta. Pero aún existe la barrera de la ropa entre nosotros. No se de donde sacas algo con lo que sujetar mis muñecas juntas pero lo haces. Llevas tus manos de nuevo a mis caderas y masajeas mis nalgas con las manos plenamente abiertas y las aprietas. Una, dos veces. Puedo sentir tus pulgares entrando por debajo de mis pantys. Masajeando su camino a mi coño.

Puedo sentir tu cara acercarse y olerme sobre el trozo de tela que aun me cubre. No te apresuras a quitarla. Me torturas con ella. Rozas tu nariz por toda esa extensión y te escucho inhalar aire fuertemente. ¿te gusta mi olor Amo? Espero que sí.

Pegas tu boca justo en la entrada de mi coño, lamiendo ese punto exacto sobre la tela para después morder mis pliegues que han quedado a la vista para hacer con ellos lo que quieras.

Estoy muy mojada. No paro de gemir. A veces muerdo la almohada para no exigirte que apresures el paso. Se que quieres tomarte tu tiempo. Se que aquí mandas tu. Pero Amo, ¿no vez que estoy temblando?

Eso es exactamente lo que quieres. Si, lo sé. Porque yo lo quiero también.

Esta vez haces a un lado ese pedazo de tela empapado de mis jugos y de tu saliva. Me abres con los dedos para mirar y comprobar que mi coño esté tal como te gusta. Caliente. Mojado. Necesitado de ti. Mmmm si, Amo, ahogado en necesidad ¿te gusta? Por favor di que sí.

Pero no me estoy quieta. Y como castigo, aunque no estoy segura de que lo sea, pellizcas mi clítoris con fuerza y yo chillo de sorpresa… y de placer. ¿Quieres que sienta dolor? Si, lo siento y me gusta. No puedo moverme, solo jadear por aire, esperar por tu siguiente movimiento.

Tus manos regresan a mis caderas y esta vez te encargas de rasgar los costados de mi panty y arrojarla lejos. Me tomas de nuevo entre tus manos y pegas tu boca a mi coño y comienzas a jugar con el. Apenas y puedo mantenerme en esa posición, solo tu fuerza me sostiene. Tus manos viajan a cada una de mis nalgas y usas tu fuerza para separarlas mientras lames ese canal. Puedo sentir tu lengua húmeda y tentando mi ano. Y que delicia. Nunca creí que podía sentirse tal placer de algo tan prohibido. Puedo sentir tu boca abarcándolo Mmm eso se siente delicioso.

Deshaces tu camino hasta que esta vez es mi coño lo que abarca tu boca pecaminosa. Y tu lengua entra en mi, lamiendo cada gota de lubricación que encuentras ahí. No paras. Sigues y sigues. Lames, penetras, succionas y vuelves a empezar. Mi vientre y mi coño se contraen, me estás dando el inicio de mi liberación así que sigues con mas ímpetu esta vez me penetras con tu lengua mas rápido y pones tu dedo en mi ano y empiezas a jugar con ambos sitios y yo estoy a cien. Apenas y llega el aire a mis pulmones jadeo, jadeo, mi boca comienza a secarse. Tu insertas tu dedo esta vez y juegas más con tu lengua. Y es ahí cuando mi orgasmo se desata, sentir como penetras mi culo con tu dedo me ha roto en mil pedazos. Mi Amo sabe jugar.

No me das tiempo a reponerme. Te yergues y alargas un brazo y tomas mi cabello en tu puño, mi espalda se arquea y tu otra mano ancla mis caderas justo donde me quieres. Y de repente te siento tentarme con tu glande, recorriendo cada parte de mis pliegues, la entrada de mi coño, masajeando mi clitoris. Amo, eso se siente increíble. Me recorres una vez más y te posicionas de nuevo a la entrada de mi coño. Me penetras solo con el glande y yo intento echarme hacia atrás y empalarme con tu polla. Pero he olvidado que eres tú quien manda, el placer y la necesidad terminaron por nublar mi juicio. Sueltas un azote con fuerza sobre una de mis nalgas. Esta vez duele pero ese dolor viaja como electricidad para convertirse en un espasmo de placer en mi coño y llega hasta ti.

-Pídelo como me gusta, Sin- te escucho decir. Y se lo que debo hacer. Porque tu placer es el mío. Me convierto en tu zorra también.

‘Perdón, Amo. Por favor méteme tu polla hasta el fondo de mi coño y dame duro hasta que lo llenes de tu leche caliente Amo, si es tu deseo.

Ni siquiera me permites coger aire cuando siento que me penetras tal y como lo pedí

Me follas duro. Puedo escuchar nuestros cuerpos chocar y mis fluidos chasquear con el movimiento. Y te escucho gemir bajo. Te complace lo empapada que estoy. Te gusta verme escurrir y saber que eres tú quien me pone así, aprietas tu agarre sobre mi donde me tienes tomada. Siento el tirón en mi cabello y eso provoca que te exprima con mi coño y esta vez te escucho jadear. Y lo vuelvo a hacer. Te aprieto cada vez que sales para soltarte y dejarte entrar de nuevo. ¿te gusta así Amo? Espero que sí. Quiero darte el máximo placer. Aceleras tus movimientos y te puedo sentir curvándote sobre mi y llevar tu mano a mi clítoris y frotar con fuerza. Estas cerca. Yo también lo estoy.

Suelto un gemido bajo y sostenido, pierdo por completo el ritmo y suelto un grito alto. Me estoy corriendo con fuerza. Mi coño estrangula tu polla y puedo sentirte penetrar unas cuantas veces mas y quedarte bien enterrado dentro de mi. El orgasmo te alcanzó también y sueltas chorros caliente de leche cremosa en mi interior. Mis caderas siguen meneandose en las réplicas del orgasmo. Intento llevar aire a mis pulmones. No siento los brazos y estoy en la misma posiscion en la que empezamos pero ahora puedo sentir tu cuerpo agitado medio cubrir el mío. Me das un último apretón en mi cadera y procedes a soltar mis manos. La sangre corre y me siento como gelatina derretida.

Pero todo en lo que puedo pensar es en si estas complacido conmigo.

Mi Amo sabe jugar conmigo aunque sea con la imaginación.

Ahí te va otro secreto, el cerebro es el órgano sexual más poderoso.

Mi amo está a kilómetros de distancia. Un océano nos separa. Y aun así me tenía doliendo y temblando después de nuestra conversación.

¿Te ha gustado Amo?

Hasta pronto.