Sexo casual en la Universidad
Fue la tarde más apasionada con la que hasta ese momento era desconocida.
Sexo casual en la Universidad
Es encantador llegar a la Universidad y sentir el ambiente de energía, conocimiento, diversidad de ideas, y por supuesto de sensualidad que flota en todas partes.... sobre todo con las encantadoras estudiantes que tienen una vida aquí y otra muy distinta fuera de estas paredes.
Me llamo Juan y les voy a contar lo que me sucedió en la Universidad. La protagonista de mi relato es Angie, de 1.70 m., ojos grandes, piernas largas, cabello alborotado y largo, formas muy hermosas y estéticas (debe ser porque es delgada y muy femenina). Yo, alto (1.88), delgado, espalda ancha y nalgas bien formadas... Fue una mañana, de esas soleadas en las que prefieres estar conviviendo al aire libre que encerrado en un aula. Yo no la conocía, nos encontramos varios compañeros y organizamos las ya tradicionales asoleadas de jardín, todos y todas acostadas en el césped, combinando roces, aromas y una que otra caricia de amistad, sin dejar atrás las pláticas variadas.
Ella llegó con otra amiga, y lo que me impactó fue su espléndido perfil, con unas curvas muy pronunciadas sobre todo en su trasero... ufff, que trasero. Era difícil que alguien se lo perdiera. Venía con pantalones ajustados, y una blusa semitransparente de esas amplias de escote regular "Hola, soy Angie..." dijo mientras se sentaba de frente a mi, a un par de metros. Alguna vez han sentido lo que llaman química? esa atracción que te pone nervioso, con el estómago duro y te cierra el cerebro?.... bueno, pues eso sentí.
Ella muy propia, muy controlada, comentaba y reía como todos los demás, aunque noté que bajaba la mirada y tímidamente trataba de simular que no me veía... se escondía tras sus cabellos. Pasaron los minutos, mientras poco a poco se iban retirando los compañeros... tengo clase, tengo que irme... o ya tengo hambre, con permiso, me retiro. Pasado el medio día solo quedábamos tres. Yo no me quería retirar, aunque ya no aguantaba estar sentado y con el sol a plomo (hasta me perdí un par de clases). Su amiga no se explicaba porque seguía allí, "Angie, te vas o te quedas?"... fue la pregunta decisiva.... "Me voy,... fue un placer" dijo, mientras yo encontraba la manera de rebatir su decisión. A veces los hombres somos demasiado obvios y tontos al tratar de ocultar algo que es evidente, como en ese momento lo eran mis deseos que se quedara.
"Angie, te acompaño, de hecho yo también voy por ahí....." Bruto, no podías decir otra cosa...
El detalle le gustó. Íbamos los tres, cuando de repente se distrajo un poco la amiga y Angie me susurró, "Me invitas a comer?" Guauuuu, pero por su puesto (lo grite por dentro)... asentí con la cabeza y solo eso bastó para Angie dijera, "Saben, prefiero ir a la biblioteca a preparar el examen... Los veo mañana" Llegamos a la puerta de salida, y tan pronto despedí a su amiga eché a correr a la cita. No fue necesario entrar, estaba esperándome en un jardín, debajo de un gran árbol.
Para entonces mi nerviosismo se había convertido en euforia, en emoción y en seguridad en mí mismo... "Vamos, que prefieres comer?" Yo tenía en mente algo sofisticado, o por lo menos formal... "Un hot dog", me dijo... "quiero regresar pronto a mi casa"... Compramos el lunch y nos sentamos debajo del mismo árbol... entre risas, comentarios tontos, y una que otra opinión de la vida empezamos a notar nuestra atracción, de esas que no quieres dejar de ver sus ojos.
"Sabes, me encantó tu nerviosismo.... me gustó que...." y la interrumpí con un gran beso, metiendo mi mano entre sus cabellos para empujar su cabeza hacia mi.... ella aceptó.
Lo que empezó con un beso apasionado se fue convirtiendo en caricias.... me acerqué y empecé a acariciar su cara, su cabello, sus brazos... trataba de rozar cualquier parte de mi cuerpo con el suyo... bajé mis manos y las puse en sus rodillas, acerqué su mano a la mía mientras la seguía besando.... su corazón latía más rápido, su temperatura empezó a subir, y su respiración era muy agitada... yo andaba por las mismas.
En una comunicación en la que no habíamos cruzado palabra durante 10 o 15 minutos, supimos lo que debíamos hacer... me levanté, cuidando no notara mi erección (lo cual no logré), la tomé de la mano para levantarla y tomé sus libros... Nos fuimos tomados de la mano, aunque ella dejaba que la guiara. A esa hora la universidad esta vacía, es el cambio de turno de la mañana y la tarde, lo cual aproveché para llevarla a un salón, en el último piso de uno de los edificios.
"Seguramente aquí traes a tus novias, no?", a lo cual solo sonreí.
Tan pronto cerramos la puerta, la recargue en ella y nos seguimos besando apasionadamente, muy apasionadamente... lentamente la acariciaba en sus costados, en sus brazos, y poco a poco fui metiendo mi mano debajo de su blusa... estaba tibia, tersa, y se estremecía con mis caricias. Ya había probado su cuello, sus manos, todo su aliento... me separé un poco y levanté su blusa. Me encontré con algo perfecto, a punto de reventar el sostén, pezones erectos que querían ser comidos. No se como le quité el sostén, dejando sus senos al descubiertos, los cuales empecé a besar suave, muy suavemente, mientras acariciaba todo lo que encontraba.... sus pezones ya estaban muy húmedos y eso facilitaba que los acariciara con la punta de mis dedos, mientras mordía el otro... iba de lo suave a lo fuerte, un poco de dolor que se perdía con el placer...
Me hinqué (Es lo único que puede hacer uno ante una diosa así). Poco a poco le desabroche sus pantalones, los cuales me dejaron ver parte de su bikini... blanca, calada y delgadita... bajé sus pantalones hasta la rodilla y por fin vi todo su esplendor... era un pequeño bikini, muy femenino, que dejaba ver casi la mitad de sus nalgas... sin decir nada, hice a un lado su bikini, sin bajárselo, y allí descubrí su húmedo sexo, exquisito, con olor a mujer, con el vello recortado y rasurado en forma de triangulo... no resistí la tentación y con dos dedos abrí un poco sus labios para encontrarme con un rojo intenso, brillante y muy mojado clítoris... con mi lengua lo acaricié... sentía que estaba duro, grande, y jugaba con él como si trajera una aceituna en mi boca... lo lamí, lo chupé, lo mordí... hasta que no pudo más y solo sentí como me tomó de los cabellos y me empujo hacia su sexo mientras gemía y casi gritaba del placer... ahhhhhhhhhh.... yo solo sentí como me escurría su líquido en toda mi cara, y como si fuera una paleta, lamía y lamía todo lo que salía.
No me detuve, aunque ya había relajado su cuerpo, quise estar más cómodo. La acosté boca arriba en un escritorio, puse sus piernas en la orilla, y me senté enfrente, con su sexo justo enfrente de mí cara... sus piernas sobre mis hombros, y ya sin bikini. Era espléndido aquel espectáculo, piernas entre-abiertas, sexo rojo que latía, mojado y con un clítoris impresionante. Mi lengua volvió a acariciar su sexo, pero ahora mis dedos entraban y salían suavemente.... y mientras estaban adentro buscaban en forma de gancho encontraban su tejido duro, justo detrás de su vientre... lamía, jugaba con su sexo, y luego me retiraba para observar... uffff que espectáculo. Mientras mis dedos seguían jugando por dentro de ella, hasta que dijo "ya, ya, ya no puedo, metela, metela por favor". El escritorio ya estaba mojado. Me levanté, y me bajé los pantalones... la puse boca abajo sobre el mismo escritorio y abrí sus piernas... mi verga latía y estaba húmeda, y de un solo movimiento se la metí hasta adentro, con mucha fuerza, mientras ella se agarraba de lo que podía...
"Ahhhh, ahhhh, ahhh, mi amor, así te imaginé desde que te vi, con tu verga adentro de mi... entrando y saliendo.... ahhhh"
Se vino una vez mas, mientras yo se la metía y con mi mano acariciaba su clítoris.... yo estaba a punto y se lo dije.... ya, ya me vengo... Ella me empujó y se la sacó diciéndome, a no, esto lo tengo que ver... se acostó nuevamente boca arriba y abrió sus piernas "Ahora sí, haz lo que quieras.... " Yo entraba y salía, sentía su roce sobre mi verga, y su mano sobre la mía masturbándose... "no aguantooo", le dije... con voz cortada y segundos antes de venirme.... me empujó, agarró mi verga, y dijo "échamelo, échamelo... quieres que me lo trague?" salieron chorros y chorros, todo se lo iba depositando en su cuerpo mientras ella me masturbaba y con la otra mano se lo embarraba... no terminaba de salir... empezó la calma.
Ella estaba totalmente bañada de semen... se lo empezó a untar, mientras se levantaba. Luego se hincó, y me dijo "déjame limpiarte", y con su boca me dejó la verga completamente limpia, mientras mi semen se secaba en su piel...
Descansamos un rato, platicamos, nos abrazamos y por último me quedé con un grato recuerdo que hasta la fecha tengo.... un lindo bikini blanco... con su olor.