Sexo bajo tierra

Historia de como una tarde de compras acaba bajo tierra

El relato comienza como cualquier pareja un sábado lluvioso de septiembre, ante la dificultad de hacer planes al aire libre, a ella, Rocio, una morena de ojos oscuros, con un cuerpo que deja entrever sus bonitas curvas, un culo blandito pero en su sitio y unos pechos bastante considerables, se le ocurre que pueden aprovechar el día para hacer unas compras por la ciudad, ante la posibilidad de una nueva discusión, Pedro que es un chico de una complexión normal, sin alardes, decide aceptar la propuesta, sabiendo que le espera un nuevo día recorriendo las calles de Vigo.

Cuando ya llevaban varias tiendas visitadas, Rocio decide probarse unos shorts en un probador de Zara, Pedro ante ya el cansancio acumulado por el largo paseo que le estaba produciendo el plan decide acompañarla, ella saca sus leggins deportivos para probar el short dejando su precioso culo a la vista de Pedro que se encontraba sentado, a lo que el responde con una palmada, ella le mira pero sin poner la mala cara con la que suele responder a cualquier insinuación sexual que le haga en publico, a lo que el responde con una nueva palmada, esta vez con mas detenimiento y apretando bien la carne.

La cosa queda ahi, pero aprovechando la sección de hombre, Pedro decide mirar unos pantalones para salir esa misma noche con sus amigos, que será otra historia que cuente mas adelante, pero el al contrario que Rocio siempre se suele probar las cosas antes de comprarlos, le comenta que si lo acompaña al probador a lo que ella responde que no, que ira haciendo cola para pagar sus compras, para sorpresa de Pedro cuando estaba pasando la cortina, esta se abrió de golpe y apareció ella.

-Que te creias que me iba a perder la oportunidad de ver ese culito, dijo

-Nunca quieres acompañarme, me parecia lo normal, respondió él

Ella al igual que hiciera el antes se sentó en el probador a esperar que el acabara, pero para sorpresa de Pedro cuando esta en calzoncillos ella agarro su culo y lo acercó hacia ella, él no se creía que estuviera tan atrevida como hace años cuando habían comenzado la relación, ella notó que estaba excitado por el bulto que había bajo sus calzoncillos y sin dudarlo saco la polla y comenzó a chuparla con unas ganas que hacia mucho tiempo que no se le habían visto, pero en ese momento una empleada se dirigió hacia allí para preguntar si habían acabado a lo que ella sacándose la polla de la boca y guardándola de nuevo en su funda respondió que si, que ya salían, el se puso de nuevo su pantalón y salieron de la tienda.

El no se podia creer que aquella tarde cualquiera se estuviera convirtiendo en una tarde más, se dirigieron al parking de la calle Principe, y cuando iban a pagar, ante la enorme cola que había en la maquina ella le ofreció bajar al ultimo piso, ya que allí había una maquina y seguro que no habría gente como en esa, de camino a la maquina ella se volvió y comenzó a besarlo con una pasión propia de una película americana, acto que hizo que se le volviera a poner dura al instante, a lo que el respondió que bajaran rápido que quería llegar a casa para acabar aquella faena que habían comenzado.

Pedro ya se encontraba en la maquina cuando ella le dice al oído que por que vana tener que esperar a llegar a casa para acabar la faena, cuando a la vez que lo decía se iba agachando frente a el y comenzaba a desabrochar sus vaqueros como rato antes había echo en el probador, el no pudo resistirse a lo que ella le estaba ofreciendo, ya que hacia semanas que no lo hacían y lo único en lo que pensaba era en meterle la polla hasta el fondo.

Estaba dedicandole una felacion de película en toda regla, dedicando su tiempo al glande, al que mimada con sus mayores cariños, bajaba el tronco con su humedad lengua y metía las pelotas en la boca, ya que era algo que a el le encantaba y pocas veces solía hacer, Pedro estaba totalmente desconcertado

mientras se las arreglaba para quitarle los leggins con una sola mano mientras con mi otra mano había conseguido bajarle el tanga lo suficiente para tener acceso por su culo a su húmedo chocho y a su ano

, su novia la modosita, que nunca quería salir de su rutina, estuviera comiéndole la polla ante una maquina de un parking, en el que podía aparecer cualquiera, en ese momento ella se levanto y le dijo que era su turno, que llevaba toda la tarde caliente y que no quería que el se corriera ya, el se tumbo en el suelo aprovechando la situación y ella después de sacarse de un plumazo sus leggins deportivos puso su húmedo coño sobre su cara, a lo que el respondió con unos lengüetazos que hicieron que se corriera en cuestión de minutos, aprovechando los flujos que su corrida había dejado, de un plumazo dio un salto atrás y ya estaba cabalgando sobre su polla a lo que el respondía que lo hiciera mas lento que se iba a correr ya, cosa que era lo que buscaba ella, ya que podía verlos alguien, pero el no quería que acabara ahí la cosa, la levanto y dandole la vuelta se la clavo por la espalda, esa era la postura que mas le gustaba a el, tenerla totalmente a su disposición y poder hacer con ella lo que el quisiera, unas cuantas folladas mas y ya estaba avisando de que se iba a correr, a lo que ella respondió dándose la vuelta y metiéndose la polla en la boca, llenándosela de semen recién salido de fabrica, algo que era la primera vez que ella hacia,

golosamente se afano en dejar su polla reluciente y después de esto se vistieron,

para sorpresa de Pedro, que no tardo en decir que porque lo había echo esa vez y nunca en las tantas que se lo había pedido, a lo que ella respondió:

-Cuando quiero puedo ser muy puta

Desde ese día, han tenido muchas mas aventuras en sitios publicos que os iré contando si veo que os gustan estos relatos cortos